El impuesto por las flatulencias de las vacas y otros 19 tributos tan raros que parecen una broma
¿Pagarías estos impuestos?

A lo largo de la historia, gobiernos de todo el mundo han intentado llenar sus arcas mediante impuestos inusuales.
Entre las cargas más extrañas se incluyen el número de ventanas de un edificio hasta las barbas y, aunque parezca increíble, las flatulencias de las vacas.
Sigue leyendo para descubrir los 21 impuestos más creativos y extravagantes de todos los tiempos...
Todas las cantidades están en dólares estadounidenses, las cifras en euros son conversiones aproximadas que podrían cambiar.
Adaptado al español por Alba Mora Antoja, Redactora en Español para loveMONEY.
20. Aceite de cocina (3.000-300 a. C.)

Los faraones no tenían reparos en cobrar dinero a sus ciudadanos.
El impuesto sobre el aceite de cocina del Antiguo Egipto fue uno de los primeros que se registraron. Los recaudadores de impuestos incluso iban de puerta en puerta para comprobar que los ciudadanos no reciclaban aceite viejo ni utilizaban alternativas baratas para evitar el impuesto.
Como los egipcios de la época no tenían una moneda oficial, el impuesto se recaudaba de las cosechas y las propiedades.
19. Orina (siglo I d. C.)

En la Antigua Roma, la orina humana era muy apreciada. El amoníaco que contenía se utilizaba para curtir y lavar la ropa y, aunque parezca sorprendente, para cepillarse los dientes.
Nerón gravó con un impuesto a quienes la recogían de los urinarios públicos, y el emperador Vespasiano lo reintrodujo alrededor año 70 d. C. El impuesto dio lugar al dicho latino "Pecunia non olet", "el dinero no huele".
18. Personas solteras (9 d. C.)

Las personas solteras han sido objeto de impuestos punitivos durante milenios.
El emperador romano Augusto introdujo por primera vez sanciones para los célibes o los que no tenían hijos en el año 9 d. C. ¿Por qué? Para fomentar la procreación y poner fin a cualquier comportamiento “inmoral”.
El Imperio Otomano siguió su ejemplo en el siglo XV, e Inglaterra también gravó a los viudos y solteros sin hijos en 1695. En la URSS, se aplicó un impuesto por no tener hijos del 6% entre 1941 y 1992.
Incluso hoy en día, el estado estadounidense de Misuri grava a los hombres solteros de entre 21 y 50 años con $1 (0,9 €) al año.
17. Aludir la guerra (siglos XII-XIV)

El rey Enrique I de Inglaterra (en la imagen), en la Edad Media, impuso un "impuesto a los cobardes" que permitía a los caballeros librarse de ir a la guerra pagando el llamado "impuesto de escudaje".
Más tarde, el rey Juan lo impuso con tanta frecuencia que se dice que condujo a la creación de la Carta Magna de 1215, en un intento por limitar el poder del monarca. El escudaje también existió en Francia y Alemania, pero quedó en desuso en el siglo XIV.
¿Sabes qué otro insólito impuesto había en esa época? Lo encontrarás en tu cocina.
16. Sal (1350)

Otro impuesto que provocó un gran cambio fue el impuesto sobre la sal "gabelle" en Francia, tan impopular desde su creación a mediados del siglo XIV que fue uno de los factores que contribuyeron a la Revolución Francesa.
Aunque fue derogado en 1790, Napoleón lo reinstauró solo 16 años después. No fue abolido hasta 1945, tras la Segunda Guerra Mundial.
Los británicos también gravaron la sal, lo que provocó la Marcha de la Sal de Gandhi en 1930 para protestar contra el dominio británico en la India.
15. Barbas (1535-1772)

Los Tudor de Inglaterra fueron los primeros en idear el creativo impuesto sobre la barba, cuando el rey Enrique VIII, que tenía barba, introdujo un gravamen sobre el vello facial en 1535. Su hija menor, Isabel I, también gravó las patillas.
Pero fue Pedro el Grande de Rusia quien dio un paso más. En su intento por modernizar el país, a partir de 1698, cualquiera que quisiera conservar el vello tenía que comprar una moneda con la inscripción "la barba es una carga superflua". El impuesto se suprimió en 1772.
14. Naipes (siglo XVII)

Se dice que el rey Jacobo I de Inglaterra y Escocia aprobó una ley que exigía que el as de picas de cada baraja de cartas llevara el sello de la imprenta, para demostrar que se habían pagado los impuestos correspondientes a su fabricación.
Falsificar un as de picas se castigaba con la horca. De hecho, la carta sigue siendo conocida como la "carta de la muerte". El impuesto sobre el timbre de las cartas no se abolió hasta 1960.
13. Chimeneas (1662)

Los británicos han sido muy creativos con sus impuestos a lo largo de la historia.
El impuesto sobre las chimeneas fue introducido por el Parlamento del rey Carlos II en 1662, tras la Restauración de la monarquía. Como el Gobierno buscaba recaudar dinero, se consideró que era más fácil contar las chimeneas que las personas.
Sin embargo, como la gente simplemente cubría las chimeneas con ladrillos para ocultarlas, el impuesto fue derogado tres décadas más tarde.
12. Ventanas (1696)

Otro impuesto británico ingenioso, pero inútil, fue el impuesto sobre las ventanas, cuyos resultados aún pueden verse en todo el país. Los propietarios que no podían pagar todas sus ventanas simplemente las tapiaban con ladrillos.
Las casas con más de 10 ventanas tenían que pagar 10 chelines, una enorme cantidad en esa época. El impuesto tuvo un impacto negativo en la salud de la nación, ya que los propietarios sin escrúpulos tapiaban las ventanas de las casas de sus inquilinos, lo que provocaba humedad y falta de luz.
Tras años de campaña, el impuesto fue derogado en 1851, pero para algunos llegó 150 años demasiado tarde.
¿Te gusta este contenido? Haz clic en ‘Me gusta’ arriba a la izquierda y en ‘Seguir’ para descubrir más historias como esta en loveFOOD.
11. Velas (1709)

El periodo georgiano en el Reino Unido fue una época de impuestos prolíficos. Entre 1709 y 1831, se gravaron las velas y nadie podía fabricarlas en casa sin licencia.
La gente empezó a utilizar antorchas de junco, que se mojaban en grasa animal antes de encenderlas por ambos extremos.
10. Jabón (1711)

Los políticos británicos armaron un gran revuelo cuando decidieron gravar el jabón, que durante décadas se consideró un artículo de lujo.
El impuesto fue eliminado en 1835 por el primer ministro William Gladstone, y la gente pudo por fin permitirse la higiene.
9. Papel de pared (1712)

Otro impuesto ingenioso de Georgia fue el gravamen sobre los papeles de pared coloreados. La gente lo evitaba pegando papel pintado en blanco en las paredes y luego estampando motivos a mano con plantillas.
La demanda de papel pintado se disparó tras la abolición del impuesto en 1836.
8. Ladrillos (1784)

Además de pagar por sus ventanas, los británicos de la época georgiana tenían que pagar los ladrillos para construir sus casas con el fin de ayudar a financiar las guerras en las colonias americanas.
Los fabricantes se dieron cuenta rápidamente de que el uso de ladrillos más grandes reducía el impuesto, pero el gobierno introdujo un tamaño máximo para los ladrillos y duplicó los impuestos sobre los ladrillos más grandes.
El impuesto fue abolido en 1850.
7. Sombreros (1784)

Desesperado por pagar la deuda nacional devastada por la guerra, el primer ministro William Pitt el Joven también introdujo un impuesto sobre los sombreros de hombre en el Reino Unido en 1784. Cada sombrero debía llevar un sello fiscal pegado en el forro interior.
Había una escala de impuestos creciente basada en el coste del sombrero. Cualquiera que fuera sorprendido falsificando los sellos podía enfrentarse a la pena de muerte.
El impuesto sobre los sombreros fue abolido en 1811.
¿Sabes qué otro curioso artículo para la cabeza decidieron gravar en el Reino Unido? ¡Te lo explicamos!
6. Polvo para pelucas (1795)

Pitt pasó a gravar también el polvo para pelucas, que se utilizaba para dar color, normalmente blanco o gris azulado.
Ahora bien, la moda de llevar pelucas ya estaba en declive. En 1812, unas 47.000 personas pagaron el impuesto de timbre de una guinea, pero en 1855, menos de 1.000 usuarios de pelucas lo pagaron.
El gravamen fue eliminado en 1869.
5. Relojes (1797)

Pitt también implementó un impuesto para los relojes y los relojes de bolsillo: cinco chelines por cada reloj, 10 chelines por los relojes de bolsillo de oro y dos chelines y seis peniques por todos los demás. Los fabricantes y distribuidores tenían licencias anuales obligatorias.
Esto casi arruinó la fabricación de relojes, por lo que, como era de esperar, el impuesto solo duró nueve meses.
4. Radio/TV (desde 1923)

El Reino Unido fue el primer país en crear una licencia para financiar la radio en 1923, cuando se introdujo una tasa anual de 10 chelines para cubrir los aparatos de radio en virtud de la Ley de Telegrafía Inalámbrica. Más tarde, esta medida se amplió a la televisión, con la introducción de la tasa de licencia de la BBC en 1946.
Todavía existe hoy en día y genera alrededor de $5.000 millones (4.600 millones de euros) al año. Dos tercios de los países de Europa y la mitad de los países de Asia y África también utilizan licencias para financiar la televisión pública, aunque en España o América Latina no es así.
4. Sombras (1993)

En 2017, Conegliano, una localidad de la región italiana del Véneto, comenzó a aplicar una ley nacional poco conocida de 1993 para recaudar 100 € al año de los comerciantes cuyos letreros creaban sombra en las aceras públicas.
Otro impuesto que también afecta a los propietarios de tiendas italianas es aquellos que tienen toldos que crean sombra o aquellos que colocan mesas o sillas fuera de sus establecimientos.
3. Flatulencia de vacas (2003)

Aunque muchos medios se hicieron eco de él, el impuesto sobre las flatulencias de vacas fue en su mayor parte humo.
El impuesto a los ganaderos, cuyo objetivo era reducir las emisiones de gases de efecto invernadero causadas por la producción excesiva de metano de las vacas, se planteó por primera vez en Nueva Zelanda en 2003 y luego en Dinamarca.
En aquel momento, se se descartó seguir adelante con los planes. Sin embargo, Dinamarca ha retomado las propuestas y está previsto que el impuesto entre en vigor en 2030.
2. Palillos (2006)

El gobierno chino introdujo hace 18 años un impuesto del 5% sobre los palillos de madera desechables con el fin de frenar la tala indiscriminada de sus bosques.
En aquel momento, el país producía unos 45.000 millones de pares al año.
1. Bagels cortados (2010)

Si compras un bagel entero en Nueva York, no pagarás impuestos por él. Pero si lo calientas, lo comes en la tienda, le añades algún ingrediente o incluso lo cortas en rodajas, se considera "modificado" y se le añade un impuesto sobre las ventas del 8%.
De hecho, aunque el bagel no se toque, si te lo comes en la tienda, también se gravará. Estos impuestos sobre las ventas de los bagels se instauraron en 2010, cuando los recaudadores de impuestos buscaban nuevas formas de recaudar fondos.
¿Te ha gustado? Haz clic en ‘Me gusta’ arriba a la izquierda y en ‘Seguir’ para descubrir más historias como esta en loveMONEY.
Comments
Do you want to comment on this article? You need to be signed in for this feature