¿Qué comían los pasajeros del Titanic? Descubré los menús de primera, segunda y tercera clase
Menús del viaje más fatídico de la historia

Han pasado más de 110 años desde que el desafortunado RMS Titanic chocó contra un iceberg en su viaje inaugural y cayó al fondo del Atlántico, donde aún descansa su casco. Más de 1,500 personas murieron el 14 de abril de 1912, convirtiéndose en una de las catástrofes marítimas más trágicas de todos los tiempos. Aquí te contamos cómo era la vida – y la comida – a bordo del transatlántico más famoso de la historia.
Descubre los secretos que revela el menú de la última cena de primera clase del Titanic, recientemente subastado. Este documento único ofrece una fascinante mirada a la oferta culinaria y la vida cotidiana a bordo del famoso transatlántico. ¡Haz clic o desliza para conocer más!
Adaptado al español por María J. Arabia, Editora de sindicación en Español para loveEXPLORING.
Una rara pieza de memorabilia del menú

Se cree que es el único menú de cena de primera clase que queda de la noche del 11 de abril de 1912, tres días antes de la tragedia. Esta pieza salió a subasta el 11 de noviembre de 2023 en Henry Aldridge & Son Ltd de Wiltshire, Inglaterra, Reino Unido. Con ligeros daños causados por el agua, fue descrita por la casa de subastas como "un notable superviviente del transatlántico más famoso de todos los tiempos". El lote, que se subastó junto con otros recuerdos del Titanic, incluida una manta de cubierta de primera clase con motivos de tartán, superó con creces su estimación de 70.000 £ (unos 82.000 €).
Un festín de primera clase

El propio menú, con la bandera roja de la White Star Line en relieve, muestra que los comensales de primera clase se sentaron a un extravagante festín la noche después de que el barco zarpara de Queenstown (Irlanda) rumbo a Nueva York. Los opulentos platos incluían entremeses y ostras frescas para empezar, seguidos de platos como pato con salsa de vino de Oporto, cordero de primavera con salsa de menta y solomillo de ternera con crema de rábano picante. Los suntuosos postres, como la bourdaloue de albaricoque (una tarta de hojaldre de albaricoque al estilo francés) y el pudin Victoria (un pudin al vapor aromatizado con gelatina y cáscaras mixtas), pusieron el broche de oro a la comida.
Sigue leyendo para descubrir cómo era la vida -y la cena- a bordo del RMS Titanic para los miembros de todas las clases.
¿Por qué nos fascina tanto el Titanic?

Fueron muchos factores los que condujeron a la tragedia. La afirmación de que el Titanic -en aquella época el barco más grande jamás construido- era insumergible, la inusual combinación de condiciones meteorológicas que llevó a los icebergs más al sur de lo habitual y la falta de botes salvavidas influyeron en el horrorífico número de víctimas mortales. Sin embargo, son las historias de los famosos de la época que iban a bordo, el gran tamaño y esplendor del barco y el modo en que puso de relieve la división de clases eduardiana lo que ha cautivado a la gente a lo largo de las décadas.
Provisiones del Titanic: los alimentos a bordo

El Titanic era el barco más lujoso de la época y la comida a bordo era uno de los mayores atractivos del crucero transatlántico. Las comidas estaban incluidas en el precio del billete para casi todos los pasajeros, a excepción de las lujosas cenas del restaurante a la carta. Había suficiente para atender a 2,200 personas en lo que debería haber sido un viaje de una semana. Las abultadas provisiones incluían 75,000 libras de carne, 11,000 libras de pescado fresco, 40 toneladas de papas, 40,000 huevos, 7,000 cabezas de lechuga, 10,000 libras de azúcar, 250 barriles de harina, 36,000 manzanas, 1,500 galones de leche y 15,000 botellas de cerveza.
Los pasajeros de tercera clase

La venta de tiquetes de quienes emigraban al Nuevo Mundo eran un gran negocio para las compañías navieras y muchos de los que buscaban una nueva vida viajaban en tercera clase . Se decía que la tercera clase del Titanic se parecía a la segunda de otros buques de vapor, pero también era más costosa. Había dos comedores modestos, salas comunes, espacio en la cubierta e incluso agua corriente y electricidad (una novedad para muchos). Los camarotes, ilustrados en esta imagen, estaban separados, las literas para hombres solteros se encontraban situadas cerca de la proa, mientras que las mujeres solteras se alojaban en el otro extremo del barco, cerca de la popa, y de las familias.
Cenar en tercera clase

La comida y los comedores eran sencillos en comparación con la experiencia de la primera y la segunda clase, pero aún así suponían una gran mejora para los pasajeros de tercera clase de la época, que normalmente tenían que llevar su propia comida. Los comedores estaban pintados de blanco, con amplia iluminación, largas mesas comunales, sillas de madera y paredes esmaltadas. En esta imagen se puede ver el comedor de tercera clase (1911) del RMS Olympic, el buque gemelo casi idéntico del Titanic.
Cenar en tercera clase

La comida era sorprendentemente buena para tratarse de pasajeros de tercera clase. La White Star Line (propietaria del Titanic) ofrecía pan recién horneado y fruta a diario y las comidas eran mejores que las que la mayoría de los pasajeros podían permitirse en casa. Por ejemplo, la familia Goodwin, en la foto, habría comido muy bien. Cuando el barco se hundió, muchos pasajeros de la tercera clase perdieron la vida, entre ellos el Sr. y la Sra. Frederick Goodwin y sus hijos.
Un desayuno de tercera clase

El desayuno era una comida importante para los Eduardianos y en la mañana del 14 de abril (víspera del hundimiento) los pasajeros degustaron una serie de alimentos típicos de la época. Había avena con leche, arenques ahumados (en la foto), papas fritas, jamón, huevos, pan fresco con mantequilla, mermelada, pan sueco, té y café.
La comida en tercera clase

El 14 de abril, el menú del almuerzo de los pasajeros de tercera clase incluía sopa de arroz, pan fresco, galletas de camarote (a menudo consumidas para aliviar el mareo), carne asada y salsa de carne, maíz dulce, papas cocidas, pudín de ciruelas, salsa dulce y fruta.
La hora del té

En tercera clase no había cena formal, esta se consideraba una comida exclusivamente de la clase media y alta. En su lugar, se servía té con bocadillos. El té consistía en carnes frías, queso, encurtidos, pan fresco con mantequilla y té. El postre era a base de higos y arroz. Luego se servía una especie de papilla de avena, galletas de cabina y queso.
Las últimas comidas de los pasajeros de tercera clase

Tristemente, para cientos de personas, el té fue su última cena. La mayor pérdida de vidas se produjo entre los pasajeros de tercera clase, cuyos camarotes y zonas públicas se encontraban en la parte más baja del barco, por lo que eran más vulnerables cuando se produjo el desastre. Alrededor del 75% perecieron, la mayoría hombres.
La vida de los pasajeros de segunda clase

Viviendo de forma ligeramente más lujosa, los pasajeros de segunda clase disponían de cabinas cómodas con baños compartidos, acceso a una biblioteca, una sala de fumadores sólo para hombres (práctica común en la época), un amplio y atractivo comedor y cubiertas al aire libre para caminar. En la ilustración se puede ver una de las cabinas de segunda clase del RMS Titanic.
Cenar en segunda clase

Aunque no tan grandioso como los comedores de primera clase, el comedor de segunda era espectacular. El comedor constaba de un espacio lo suficientemente grande para sentar a todos los pasajeros de segunda clase, con paneles de roble en las paredes, suelos de linóleo de colores, mesas largas y cómodas sillas de caoba. En la foto, se puede ver el comedor de segunda clase del Olympic.
Un desayuno en segunda clase

Aunque los pasajeros de segunda clase tenían menos opciones que los de primera, la comida, en gran parte británica, seguía siendo de gran calidad y por supuesto, mejor que las vituallas de la tercera clase. Este impresionante menú de desayuno del 11 de abril muestra copiosas opciones abundantes en proteínas, como bloaters de Yarmouth (arenque ahumado), riñones de buey con tocineta, salchichas, jamón a la parrilla y huevos fritos. En la imagen, puedes ver el menú de desayuno de segunda clase que está expuesto en el Museo SeaCity de Southampton.
Un desayuno de segunda clase

El desayuno de la segunda clase también era muy completo: avena, sémola de maíz, tres tipos de papas, panecillos vieneses, scones y tarta de trigo. Para quienes preferían algo dulce, había varias conservas, y el único vegetal a la vista eran los berros.
Comida en segunda clase

El 12 de abril, los invitados de segunda clase – como el profesor Lawrence Beesley (fotografiado en el gimnasio del Titanic), quien sobrevivió al naufragio y escribió un libro sobre la tragedia – degustaron sopa de alverjas, espaguetis gratinados, carne en conserva, dumplings de verduras, cordero asado, roast beef, papas asadas, salchichas, lengua de buey, encurtidos y ensalada.
Comida en segunda clase

De postre, degustaron pudin de tapioca, tarta de manzana, fruta fresca, queso y galletas, y café. Estos platos americanos y británicos, cocinados en la misma cocina que en primera clase, constituían un almuerzo abundante, aunque menos elegante que el de los comensales del restaurante a la carta situado dos cubiertas más arriba.
La última comida de los pasajeros de segunda clase

La última comida de muchos pasajeros de segunda clase consistió en un consomé con tapioca de entrada y, a continuación, una selección de platos principales, incluyendo pescado blanco al horno con una salsa ácida a base de vinagre, pollo al curry con arroz, cordero de primavera con salsa de menta o pavo asado con salsa de arándanos. Las guarniciones consistían de arvejas, puré de nabos, papas cocidas y asadas y arroz. En la imagen, se puede ver una copia del menú de la cena de segunda clase del 14 de abril.
La última comida de los pasajeros de segunda clase

Los invitados, quienes inconscientemente disfrutaban de la ultima cena antes de la tragedia, disfrutaron un budín de ciruelas, jalea de vino, un "sándwich de coco", helado americano, frutos secos variados, frutas, queso y galletas, y café de postre. Un pasajero de segunda clase comentó que "no habían escatimado esfuerzos para ofrecer incluso a los pasajeros de segunda clase... la mejor cena que el dinero puede comprar".
La vida de los pasajeros de primera clase

Los pasajeros de primera clase del Titanic, como la socialité estadounidense Molly Brown (en la foto), esperaban sólo lo mejor y se daban un festín digno de la realeza todos los días. Estos huéspedes quienes eran ricos y a menudo famosos podían permitirse fácilmente la primera clase, cuyo billete costaba entre 30 libras esterlinas (unas 2.700 libras esterlinas / 3.500 dólares hoy en día) y 870 libras esterlinas (76.000 libras esterlinas/100.000 dólares de hoy). Como era la moda de ese entonces en los círculos de clase alta, la comida era francesa con algunos platos clásicos británicos y americanos.
La vida de los pasajeros de primera clase

Para los pasajeros de primera clase, la parte superior del Titanic estaba tan suntuosamente decorada como un hotel de lujo. Había lujosos camarotes, una gran escalera, una piscina, un baño turco, un gimnasio, una pista de squash, salas de ocio y múltiples comedores, todo elegantemente decorado. En la imagen, podemos ver el camarote B-58 del Titanic, decorado al estilo de Luis XVI.
Cenar en primera clase

El enorme salón comedor, de inspiración jacobina, estaba situado en el centro del barco para facilitar el paso de los comensales. Estaba revestido con paneles de madera pintados de blanco, hermosas ventanas de cristal que ocultaban las portillas y mesas de dos a ocho comensales. Una corneta indicaba a los huéspedes que se dirigieran a la recepción, donde los bebían cócteles antes de la cena. El desayuno se servía desde las 8:00 hasta las 10:00 de la mañana; el almuerzo, desde la 1:00 hasta las 2:30 pm; y la cena, desde las 7:00 hasta las 8:15 pm. En la imagen, podemos observar el elegante comedor de primera clase del RMS Olympic.
Cenar en primera clase

Por un costo adicional, los pasajeros de primera clase podían reservar una cena en el íntimo restaurante a la carta del restaurador Luigi Gatti, apodado el "Ritz" (en la foto). El elegante espacio estaba cubierto por una hermosa alfombra y las paredes se encontraban revestidas con paneles de madera de nogal francés. Las pequeñas mesas estaban iluminadas con lámparas de cristal y los invitados podían comer a cualquier hora entre las 8 de la mañana y las 11 de la noche, lo que lo convertía en una opción muy popular. Gatti y la mayoría del personal de cocina murieron durante el naufragio.
Cenar en primera clase

Además del comedor principal y el lujoso restaurante a la carta, los pasajeros de primera clase disponían de otros lugares para comer, como el Veranda Café y el Café Parisien. Ambos tenían delicadas sillas de mimbre, el Veranda Café parecía la terraza exterior de un hotel de campo y el segundo un café en una acera parisina, a pesar de estar en un espacio completamente cerrado.
Un desayuno de primera

La principal diferencia entre los desayunos en primera y segunda clase era que los comensales del nivel superior podían pedir alimentos cocinados a la minuta tales como omelettes, chuletas y filetes. También había cuatro tipos de huevo cocido para elegir, tres tipos de papas y más opciones de pescado, incluyendo salmón ahumado.
Una comida de primera

El 14 de abril, los comensales del comedor principal podían elegir una de las cuatro entradas incluyendo filetes de rodaballo y huevos à l'argenteuil, seguidos de platos de la parrilla y del amplio bufé, que incluía pasteles de ternera y jamón, camarones en conserva de mantequilla, galantina de pollo, anchoas noruegas, remolachas y tomates. En la foto, se puede ver el menú de primera clase expuesto en The Little Museum of Dublin, este fue donado por la familia de un superviviente del Titanic.
Una comida de primera

El postre incluía una generosa selección de quesos ingleses y franceses, como Camembert, Roquefort, Cheddar y Stilton, servidos con con una jarra de cerveza lager de Munich (esta tenía un costo adicional).
La última comida de los pasajeros de primera clase

La última comida para los comensales de primera clase fue un gran festín que incluyó canapés y ostras, un consomé Olga (una sopa clara de ternera servida con vieiras), un plato de salmón escalfado con salsa mousseline y un cuarto plato de filet mignons Lili o pollo a la Lyonesa con farci de tuétano (verduras rellenas).
La última comida de los pasajeros de primera clase

Los platos principales satisfacían los gustos de la mayoría. Había cordero, pato y ternera, papas rostizadas cubiertas de mantequilla, arvejas con salsa de menta, zanahorias y arroz. Tras un refrescante ponche a base de ron para limpiar el paladar, los comensales degustaron pichón asado con berros, ensalada de espárragos con vinagreta de champaña al azafrán y paté de foie gras con apio. De hecho, con un total de 11 platos, es difícil imaginar cómo han podido comerlo todo.
La última comida de los pasajeros de primera clase

Para terminar esta cena tan fatídica, se les fue servido pudin Waldorf, melocotones en gelatina de Chartreuse, éclairs de chocolate y vainilla, helado francés, frutas frescas y una selección de quesos. Mientras que algunos comensales de primera clase habrían comido en uno de los cafés o en el restaurante a la carta, para otros ésta habría sido su última comida – pocas horas más tarde más de 120 pasajeros de primera clase fallecieron, en su mayoría hombres.
Los menús del Titanic valen hoy una fortuna

La gente sigue asombrada por el Titanic, especialmente por su glamour y opulencia, así que cuando un menú de primera clase del primer almuerzo a bordo del barco fue subastado en el 2018 este alcanzó las 100,000 libras esterlinas (131.097 dólares). Con fecha del 12 de abril de 1912, este pertenecía al segundo oficial Charles Lightoller. En 2012, el menú del último almuerzo se vendió por 76.000 libras esterlinas (99.670 dólares). En la imagen, se puede ver un menú de primera clase expuesto en la casa de subastas Bonhams, Nueva York, 2012.
Una gran cena conmemorativa

En 2012, el Hullett House Hotel de Hong Kong organizó una cena de 1.930 dólares (1.786 €) por persona para conmemorar el centenario del naufragio del Titanic. La cena de diez platos se inspiró en la última comida servida en el comedor de primera clase e incluyó botellas de vino rescatadas del naufragio.
Hoy en día puedes probar la cocina del Titanic

Rayanne House, un hotel ubicado en Belfast (Irlanda del Norte), donde se construyó el Titanic, ofrece un menú Titanic de nueve platos inspirado en lo que habrían comido los pasajeros de primera clase. Los platos incluyen salmón escalfado con salsa mousseline, filet mignon con foie gras y trufa, y melocotones especiados en gelatina de Chartreuse.
¿Sigues intrigado?

Para saber más sobre la comida y la bebida servidas en el famoso transatlántico, puedes leer The Last Dinner on the Titanic (La última cena del Titanic, en español), de Rick Archebold, y RMS Titanic Dinner is Served (Se sirve la cena del RMS Titanic), de Yvonne Hulme, sobrina nieta del músico John Law Hulme, quién murió mientras trabajaba en el barco.
De cerca y en persona

Hay numerosas exposiciones y monumentos dedicados al Titanic. El museoTitanic de Belfast ofrece la experiencia Titanic más completa, mientras que el Museo Seacity de Southampton cuenta la historia de una ciudad en la que más de 500 hogares perdieron a un miembro de su familia. El Museo Marítimo de Mersey, Liverpool, explica el rol que tuvo la ciudad en la historia del Titanic.
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