20 trabajos muy comunes que hace 20 años no existían
Trabajos de ciencia ficción
Retrocedamos a 2005. Los móviles plegables estaban de moda, los vaqueros pitillo comenzaban a ganar terreno y tu iPod probablemente reproducía tus canciones favoritas de los años 2000. En aquel momento, trabajos como el de operador de criptomonedas, responsable de ética en inteligencia artificial o guía de turismo espacial parecían pura ciencia ficción. Y mientras todo el mundo estaba enganchado a MySpace, ganarse la vida como influencer ni siquiera se contemplaba.
Sin embargo, estas son solo algunas de las muchas profesiones que han surgido desde mediados de los 2000.
Con todo, desde los avances tecnológicos hasta el cambio climático impulsando su creación, sigue leyendo para descubrir 20 trabajos que no existían hace dos décadas.
Todas las cantidades están en dólares estadounidenses, las cifras en euros son conversiones aproximadas que podrían cambiar.
Adaptado al español por Ana Niño, Redactora en español para loveMONEY.
20. Comerciante de criptomonedas
La idea de una moneda descentralizada basada en cifrado surgió en los años ochenta con la invención del eCash, un concepto pionero de dinero digital. Sin embargo, el término "criptomoneda" no se acuñó hasta 1998, y no fue hasta 2009 cuando el misterioso Satoshi Nakamoto lanzó Bitcoin, la primera criptomoneda propiamente dicha.
Desde entonces, las criptomonedas han vivido un auge espectacular, dando lugar a toda una serie de nuevas profesiones. Una de ellas es la de trader de criptomonedas. Ya sea por cuenta propia o como parte de un fondo de inversión o una plataforma de intercambio, este profesional del sector fintech (tecnología financiera) compra, vende y especula en el volátil universo de las divisas digitales: un mundo que en 2005 era completamente desconocido.
19. Desarrollador de blockchain
Las criptomonedas no existirían sin la tecnología blockchain, el libro de registro digital que permite realizar transacciones seguras entre particulares sin necesidad de intermediarios. Los desarrolladores del blockchain crean y mantienen la infraestructura que sustenta estos sistemas.
Se dice que el Bitcoin se creó como respuesta al colapso de los sistemas bancarios tradicionales durante la crisis financiera mundial de 2008, lo que impulsó la demanda de una solución financiera descentralizada.
18. Estratega de NFT
La tecnología blockchain también ha hecho posible los tokens no fungibles (NFT, por sus siglas en inglés), activos digitales únicos que suelen presentarse como avatares, obras de arte, música u objetos de colección. Quantum, el primer NFT de la historia, se creó en 2014. Para 2017, estos tokens ya gozaban de una gran popularidad.
Este entorno digital en plena expansión ha generado numerosos nuevos empleos, entre ellos el de estratega de NFT. Con un salario que puede alcanzar los 150.000 dólares (137.615 euros) anuales, este perfil profesional se encarga de planificar y ejecutar estrategias en torno a estos activos virtuales, lo que incluye su creación, promoción y venta.
17. Gestor de redes sociales
Aunque Facebook ya se había lanzado un año antes, en 2005 la red social dominante seguía siendo MySpace, y las empresas aún no habían adoptado las redes sociales como una herramienta de marketing con verdadero potencial. Cuando finalmente empezaron a hacerlo, al principio encargaron esta tarea a sus departamentos de comunicación o marketing, antes de incorporar social media managers específicos para crear y gestionar el contenido.
Para hacerse una idea de lo mucho que ha crecido esta figura en términos de empleo, en 2010 solo había 4.636 gestores de redes sociales en EE.UU. Desde entonces, su número se ha multiplicado hasta superar los 60.000, según datos de la consultora Revelio Labs.
16. YouTuber
Los términos “vlog” y “vlogger” surgieron hacia 2002, pero YouTube no se lanzó hasta 2005. La palabra “YouTuber” entró en el inglés al año siguiente, aunque en un principio solo se refería a cualquier usuario que subía contenido a la plataforma. Todo cambió en 2007, cuando el sitio de vídeos comenzó a monetizar el contenido, transformando el término en una opción profesional real.
Avanzamos hasta 2025 y los YouTubers ya no son simplemente creadores de contenido. Son referentes de tendencias, emprendedores e incluso celebridades de fama internacional, con grandes estrellas como MrBeast o Jake Paul que ganan decenas de millones de dólares al año. Y aunque se tenga una audiencia mucho más modesta, hoy en día es posible obtener ingresos considerables en la plataforma, algo que habría parecido impensable hace dos décadas.
15. Influencer
El concepto de influencer en redes sociales también habría parecido impensable en 2005, a pesar de la existencia de plataformas como MySpace y del incipiente Facebook. Aunque el marketing de influencia, en un sentido más amplio, ya se utilizaba desde los años noventa, la idea de que alguien pudiera ganarse la vida exclusivamente gracias a sus seguidores en redes sociales era completamente novedosa.
De hecho, los influencers en redes sociales no empezaron a consolidarse como una carrera profesional seria hasta principios de los años 2010, alcanzando su punto álgido en torno a 2015. Finalmente, el término se incorporó al diccionario Merriam-Webster, uno de los más reconocidos en lengua inglesa, en 2019.
14. Desarrollador de aplicaciones
Hace veinte años, los móviles se usaban principalmente para llamar y enviar mensajes de texto. Todo cambió con el lanzamiento del iPhone de Apple en 2007, seguido de la App Store en 2008, que transformó por completo el panorama tecnológico.
La innovadora pantalla táctil del iPhone y el ecosistema de la App Store dieron origen a un sector completamente nuevo, con una enorme demanda de aplicaciones de todo tipo. Apple fue rápidamente seguida por su equivalente en Android. Así nació la figura del desarrollador de aplicaciones, una profesión que hoy suma decenas de millones de personas en todo el mundo.
13. Conductor de vehículos compartidos
Si en 2005 necesitabas un medio de transporte, las opciones se reducían a coger un taxi o que te llevara algún amigo o familiar. La idea de pedir un coche privado desde el móvil, estés donde estés, mediante una aplicación, habría parecido revolucionaria. El lanzamiento de la App Store de Apple allanó el camino y Uber debutó en 2009.
Hoy en día, los conductores que comparten su vehículo a través de plataformas basadas en apps son parte habitual del paisaje urbano. Solo Uber cuenta con 7,8 millones de conductores en todo el mundo, que transportan cada mes a la asombrosa cifra de 170 millones de pasajeros.
12. Repartidor de una aplicación de comida a domicilio
En 2005, pedir comida a domicilio podía ser toda una odisea. Había que rebuscar entre una pila de menús grasientos dejados en el buzón, llamar por teléfono al restaurante, tener suelto para pagar al repartidor… La entrega online ya existía, pero era un servicio torpe y limitado, disponible sobre todo a través de páginas web para ordenador, y aún no existía una red de repartidores bajo demanda.
Una vez más, el lanzamiento del iPhone en 2007 (y la revolución posterior de las aplicaciones móviles) lo cambió todo. Desde entonces, las apps de comida a domicilio se han extendido por todo el mundo y han dado lugar a una nueva ocupación: la de repartidor en la economía gig (un modelo de trabajo por encargo a través de plataformas digitales). Al igual que los conductores de vehículos compartidos, se trata de trabajadores autónomos que operan mediante apps como DoorDash, Uber Eats o Deliveroo.
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11. Entrenador de IA
La inteligencia artificial (IA) está sustituyendo a trabajadores humanos en muchos sectores, pero también está generando nuevas oportunidades laborales. Una de las más recientes es la del entrenador de IA. En 2005, la idea de enseñar a un algoritmo a “pensar” como una persona o a interpretar datos complejos parecía pura ciencia ficción.
Hoy en día, los entrenadores de IA hacen precisamente eso y mucho más: moldean el comportamiento de chatbots, herramientas generativas y otros modelos de IA, supervisando sus resultados para garantizar que las respuestas sean justas y precisas. Este rol profesional, uno de los más novedosas de nuestro listado, surgió en los años 2010 como una función muy especializada, antes de generalizarse en 2022 tras el lanzamiento de ChatGPT y otros modelos de lenguaje de gran tamaño (LLM, por sus siglas en inglés).
10. Director de ética de IA
La IA es un campo plagado de dilemas éticos, desde los sesgos algorítmicos hasta las preocupaciones sobre la privacidad. Estos retos urgentes han impulsado la necesidad de establecer una supervisión ética en el desarrollo tecnológico.
Los directores de ética de IA supervisan la creación y aplicación de políticas que garantizan que esta tecnología se desarrolle de forma responsable y conforme a principios éticos. La abogada y profesora Kay Firth-Butterfield fue pionera en esta figura en 2014 y, según un estudio de la consultora tecnológica Capgemini, en 2020 más de la mitad de las organizaciones que trabajan con IA ya contaban con un responsable de ética.
9. Entrenador de deportes electrónicos
Los deportes electrónicos (o eSports) experimentaron un auge espectacular durante los años 2010. Con una competición mucho más intensa y mayores recompensas en juego, los equipos profesionales comenzaron a contratar entrenadores especializados, siguiendo el modelo de los deportes tradicionales. Antes de 2010, la figura del entrenador formal en este ámbito era prácticamente desconocida.
Hoy en día, ser entrenador de deportes electrónicos es una salida profesional viable, con sueldos que pueden alcanzar los 100.000 dólares (91.743 euros) al año, o incluso más en el caso de los perfiles más reconocidos del sector.
8. Guía de turismo espacial
El turismo espacial comenzó en 2001, cuando el empresario estadounidense Dennis Tito se convirtió en el primer civil en pagar por viajar al espacio. Aun así, la idea de que pudiera existir una carrera como guía de turismo espacial habría parecido absurda en 2005. Veinte años después, es una realidad en pleno auge.
Con empresas como SpaceX, Blue Origin o Virgin Galactic enviando ya turistas al espacio, ahora se requieren guías altamente cualificados para preparar a los pasajeros, asistirles durante el vuelo, ofrecer explicaciones especializadas y encargarse de la sesión informativa tras el regreso.
7. Director de teletrabajo
En 2005, la idea de que alguien se encargara de gestionar equipos que trabajaban desde casa resultaba extraña. Aunque el teletrabajo ya existía, era muy poco habitual y solía utilizarse solo de forma puntual, por ejemplo, cuando alguien estaba indispuesto. Luego llegó la pandemia de COVID-19 y el trabajo en remoto se convirtió en la norma para muchas organizaciones.
Este cambio radical dio lugar a nuevas funciones profesionales, entre ellas la de director de teletrabajo o responsable de trabajo en remoto. Este puesto de liderazgo implica coordinar todos los aspectos relacionados con el trabajo a distancia, desde la contratación y la incorporación de nuevos empleados hasta la creación de una cultura laboral remota saludable y eficaz.
6. Analista de cambio climático
Los analistas especializados en cambio climático eran prácticamente inexistentes en 2015, y aún menos dos décadas atrás. Con los efectos del calentamiento global cada vez más visibles y el impulso global hacia el objetivo de cero emisiones netas acelerándose, empresas y otras organizaciones están contratando en masa a profesionales en esta área.
Estos expertos evalúan los riesgos y diseñan estrategias para minimizar el impacto medioambiental. También asesoran a sus empleadores para reducir las emisiones de carbono y mejorar sus políticas de sostenibilidad.
5. Gerente de economía circular
Con la sostenibilidad como prioridad, muchas organizaciones están yendo un paso más allá y contratando a un gerente de economía circular.
No se trata simplemente de un nuevo nombre para un gestor de residuos. Esta función, de creación reciente, se centra en rediseñar los sistemas para eliminar los desechos, prolongar la vida útil de los materiales y desarrollar modelos de negocio verdaderamente sostenibles.
4. Ingeniero de conducción autónoma
En 2005, los coches sin conductor seguían siendo prácticamente cosa de películas como Minority Report (2002) o Yo, robot (2004). Veinte años después, ya circulan por nuestras carreteras y están llamados a convertirse en algo habitual. Los ingenieros de conducción autónoma están a la vanguardia de este avance.
Estos profesionales altamente especializados se encargan de diseñar, probar y perfeccionar los complejos sistemas que permiten a los coches autónomos percibir su entorno, tomar decisiones precisas y circular con seguridad sin intervención humana.
3. Arquitecto de soluciones en la nube
Hace veinte años, la idea de gestionar un negocio íntegramente en la nube aún parecía una quimera. La mayoría de las empresas dependían de servidores físicos propios. Pero con el lanzamiento de grandes plataformas como Amazon Web Services (AWS) a partir de 2006, comenzó una nueva era en el mundo de la informática.
Esto dio lugar al puesto de arquitecto de soluciones en la nube. Estos altos perfiles del sector TI diseñan, implantan y mantienen la infraestructura en la nube de una organización, equilibrando rendimiento, costes y seguridad para garantizar que todos los sistemas funcionen de forma fluida y eficiente.
2. Operador de drones
En 2005, el uso de drones estaba prácticamente limitado al ámbito militar, pero el cambio era inminente. Un año después, la Administración Federal de Aviación de EE.UU. (FAA, por sus siglas en inglés) emitió las primeras licencias comerciales para drones y, con ello, despegó —literalmente— una industria completamente nueva.
Hoy en día, los drones comerciales se utilizan para fotografía aérea, reparto de paquetes, evaluación de zonas peligrosas y muchas otras aplicaciones. Y por cada dron en el cielo, hace falta un operador cualificado en tierra.
1. Entrenador físico online
En 2005, quienes querían hacer ejercicio en casa solían recurrir a DVD de entrenadores famosos en EE.UU., como Jillian Michaels, o a programas de moda como P90X. El punto de inflexión llegó ese mismo año con el lanzamiento de YouTube, que marcó el inicio de la figura del entrenador físico online.
Instagram no tardó en sumarse, convirtiendo a muchos entrenadores en auténticos influencers, mientras que aplicaciones como MyFitnessPal o Sweat les permitieron ampliar sus servicios. El debut de la empresa estadounidense Peloton en 2013 —con sus bicicletas estáticas conectadas a clases virtuales en directo— popularizó los entrenamientos online de alta gama. Pero fue la pandemia de COVID-19 la que realmente disparó esta profesión, al generalizarse las clases en directo, las sesiones por Zoom y los entrenamientos personalizados bajo demanda.
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