Este edificio tan singular de los Cayos de Florida, construido en los años setenta, rompía moldes en su día frente a las mansiones tradicionales que salpican la costa.

Tras años deshabitada, la conocida como casa OVNI —por su forma de platillo volador futurista— acabó tristemente en estado de abandono, pese a que su último valor estimado rondaba los 1,6 millones de dólares (1,5 millones de euros). Pero ¿por qué se construyó? ¿Quién vivió allí?

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Todas las cantidades están en dólares estadounidenses, las cifras en euros son conversiones aproximadas que podrían cambiar.

Adaptado al español por Ana Niño, Redactora en español para loveMONEY.

Capturada por el fotógrafo Bullet, del portal Abandoned Florida, un proyecto dedicado a documentar edificios abandonados del estado, esta joya arquitectónica tiene una historia fascinante que comienza —y termina— en los Cayos de Florida..

Esta insólita casa, que en su día fue una imagen habitual en el pueblo de Islamorada, tiene un pasado relativamente secreto, pero sabemos con certeza que la casa OVNI perteneció originalmente a Henry Casimir Ruzakowski, un ingeniero y piloto de hidroaviones que emigró de Polonia a EE.UU. alrededor de 1920.

Según informó el Miami Herald, uno de los principales diarios del sur de Florida,, Ruzakowski viajó a Perú en busca de oro a mediados de los años cincuenta. Pero no solo encontró riquezas, sino también el amor: allí conoció a su futura esposa, Patricia.

La pareja se casó poco después y tuvo tres hijos: Patricia, Henry y Edmund. Años más tarde se instalaron en los Cayos de Florida, donde compraron un terreno privilegiado frente al mar, con vistas al canal de Snake Creek. Fue allí donde comenzaron a planear la construcción de una casa familiar muy poco convencional.

Consciente de que aquel lugar sería perfecto para despegar y aterrizar con sus preciados hidroaviones, Henry encargó al prestigioso arquitecto de Miami Peter Vander Klout, especialista en construcciones circulares de hormigón, el diseño de una casa innovadora que aprovechara al máximo la idílica ubicación junto al mar.

Klout aceptó el reto y se puso manos a la obra: diseñó una vivienda que, sin duda, no pasaría desapercibida.

Terminada en 1978, esta futurista casa circular se organizaba alrededor de una estructura de hormigón, con las habitaciones distribuidas en torno a un elemento singular: una piscina central al aire libre.

Con tres metros de profundidad, se cuenta que algunos se lanzaban al agua desde el segundo piso. A pesar del deterioro visible en la imagen, no cuesta imaginar lo impresionante que debió de ser esta piscina en su época, sobre todo en pleno verano en Florida.

La construcción de la casa no fue tarea sencilla, dada su forma y los materiales empleados. Edificada casi por completo en hormigón, la parte superior se fabricó primero y, según se cuenta, pesaba más de 280 toneladas métricas.

Una vez acabada, fue trasladada a su posición definitiva con gatos hidráulicos. Después, se colocaron pilotes para soportar el enorme peso de la estructura y se construyó la planta baja justo debajo.

Su forma única y extraterrestre queda plasmada aquí en todo su esplendor, desde la suave curvatura del techo hasta las amplias curvas de las ventanas. Con sus techos inclinados y sus paredes convexas, la casa parece una ilusión óptica, ya que ningún ángulo parece ser igual.

Aunque la distribución de las viviendas ha evolucionado con los años, pasando de diseños compartimentados a espacios abiertos, la casa OVNI presentaba una planta verdaderamente insólita.

Joe Ziomek, cronista de la historia local, contó al Miami Herald lo siguiente: “Lo curioso era que aquí estaba la cocina y allí el dormitorio, pero para llegar al dormitorio había que dar toda la vuelta a la casa”.

En línea con el diseño circular de la vivienda, unas estrechas escaleras de caracol metálicas conectaban la planta baja con el laberinto de estancias del piso superior, así como con el patio central.

Este espacio —probablemente un dormitorio, a juzgar por el armario empotrado— debió de ser todo un espectáculo en su momento, con su techo decorado con baldosas ocres y su papel pintado en relieve.

Además de la distribución del lugar, las fotografías también revelan varias características de la vida anterior de la casa, como una gran lámpara de araña, aunque es evidente que los años de abandono han pasado factura.

Visitantes no deseados pintaron grafitis en las ventanas, mientras que el interior parece un cascarón vacío. La propiedad fue comprada por una empresa privada en diciembre de 2012 por 950.000 dólares (871.560 euros), pero, como muestra esta imagen, parece que se ha hecho poco por restaurar esta maravilla arquitectónica.

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Gracias a su diseño único, se creía que la casa OVNI podía soportar vientos de hasta 482 kilómetros por hora, así como huracanes de categoría cinco. De hecho, esta era una característica habitual en muchas de las viviendas diseñadas por Peter Vander Klout. Cuando la mayor parte de Homestead, Florida, quedó arrasada en 1992 por el huracán Andrew, su casa con forma de platillo apenas sufrió daños estructurales.

Sin embargo, al quedar abandonada, esta fotografía tomada hacia 2016 muestra las señales inequívocas de un edificio que empieza a ceder bajo el peso de su estructura de hormigón. En la imagen se aprecian las ventanas a medida desprendiéndose de las paredes. Era el principio del fin.

Pero antes de su decadencia, y aunque su diseño era poco común para una vivienda familiar, fue un hogar feliz durante muchos años. Henry, el hijo de los Ruzakowski, contó al Miami Herald que guarda muchos recuerdos entrañables de su adolescencia y juventud en este emblemático lugar.

Una instantánea de uno de los antiguos cuartos de baño de la casa ofrece una ventana al pasado, con azulejos amarillos en forma de rombo y un lavabo verde menta que parecen sacados directamente de los años setenta.

Una gran ventana redonda preside el espacio, justo enfrente del inodoro y la ducha… ¡Esperemos que en su día contara con alguna cortina!

En esta imagen, otro cuarto de baño revela una de las decisiones de diseño más sorprendentes de la casa. El papel pintado de estampado cobrizo, que ha resistido notablemente bien el paso del tiempo, añade un toque teatral a este espacio tan íntimo.

A la vuelta de la esquina aguardan más sorpresas decorativas. Estas llamativas baldosas amarillas con forma de girasol, que en su momento estuvieron muy de moda, aún permanecían intactas cuando fueron fotografiadas. Habrían sido el telón de fondo ideal para un buen baño relajante tras una jornada larga.

Con el paso de los años, los vecinos de la zona y los curiosos que pasaban por allí bautizaron la propiedad con varios apodos cariñosos, como "la casa champiñón", "la casa nave espacial" o, simplemente, "la casa OVNI".

Mientras que muchos la veían como un emblema local que merecía ser protegido y conservado, no todos los residentes compartían ese entusiasmo.

Se conservan pocos registros que indiquen cuándo o por qué los Ruzakowski abandonaron la propiedad, aunque su marcha podría estar relacionada con los conflictos legales que mantuvieron con vecinos molestos por el uso del jardín como pista de aterrizaje para un hidroavión.

Según se cuenta, la asociación de propietarios de la zona llevó a la familia a juicio, en un proceso que se alargó casi una década, a pesar de que la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) había autorizado el uso de la propiedad como base de hidroaviones.

Henry, el hijo de los Ruzakowski, contó al Miami Herald que algunos vecinos estaban tan molestos que llegaron a difundir rumores de que la familia utilizaba el hidroavión para transportar drogas.

"Ahora puedes mirarlo en retrospectiva y reírte", declaró Henry. "Eran los años 80. Entiendo por qué algunas personas pensaban así". Para calmar los ánimos, los Ruzakowski empezaron a despegar desde la bahía y luego regresaban con el avión a casa, en lugar de levantar el vuelo directamente desde su jardín.

Con el paso de las décadas, la excéntrica casa que un día fue el centro de todas las miradas en la zona se convirtió en la sombra de lo que fue. Abandonada a su suerte, sus paredes deterioradas terminaron cubiertas de grafitis, mientras que su diseño rompedor se venía abajo poco a poco.

Pese al estado ruinoso del edificio, la propiedad —o más bien el terreno en el que se alza— llegó a estar valorada en unos sorprendentes 1,6 millones de dólares (1,5 millones de euros) en los últimos años.

La casa OVNI de Islamorada fue solo una de las muchas residencias de estilo similar que Peter Vander Klout diseñó y construyó por todo EE.UU. Aunque muchas han sido demolidas, otras aún se conservan e incluso es posible alquilarlas.

Todavía existen propiedades inspiradas en ovnis en lugares como Plantation (Florida), Mettawa (Illinois) y Garden City (Carolina del Sur).

Lamentablemente, esta emblemática vivienda fue demolida en octubre de 2017 tras el paso del huracán Irma, como muchas otras casas similares. Sin embargo, su recuerdo sigue vivo entre los habitantes de la zona.

Única en su estilo, incluso dentro del panorama residencial de EE.UU., la casa OVNI refleja una historia tan personal como arquitectónica, marcada por el espíritu pionero de sus creadores y su voluntad de ir más allá de los límites.

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