De bocetos en papel al estrellato: Así nació el imperio más legendario de la animación
La vida y milagros de Walt Disney

Walt Disney es un icono mundial y un auténtico visionario. Su maravillosa imaginación ha dado forma a la cultura pop.
Desde sus películas animadas pioneras hasta la revolución de los parques temáticos, este genio creativo transformó la narración y construyó uno de los gigantes del entretenimiento y los medios de comunicación más grandes y exitosos de la historia.
Desde sus humildes orígenes hasta su inmensa riqueza, sigue leyendo para descubrir cómo Walt Disney cambió el mundo.
Todas las cantidades están en dólares estadounidenses. Las cifras en euros son conversiones aproximadas que podrían cambiar.
Adaptado al español por Alba Mora Antoja, Redactora en Español para loveMONEY.
Unos comienzos modestos

Walter Elias Disney nació en Chicago el 5 de diciembre de 1901, el cuarto de cinco hermanos. La infancia de Walt fue difícil. A pesar de trabajar sin descanso, su padre, Elias, luchaba por mantener a la familia, pasando de un negocio fallido a otro. Era un hombre severo y disciplinado, todo trabajo y nada de diversión.
Afortunadamente, la madre de Walt, Flora, aportaba la alegría que tanto necesitaban y fomentaba activamente la creatividad de sus hijos. En 1906, los Disney se trasladaron a una granja de 16 hectáreas en Marceline, en el estado de Misuri.
El lugar feliz de Walt

En medio de su difícil infancia, Marceline se convirtió en el lugar feliz de Walt, y la ciudad sirvió más tarde de modelo para la Main Street de Disneyland en Estados Unidos.
Animado por su madre, Walt mostró un notable talento para el dibujo y la pintura desde muy temprana edad. A los siete años, ya recibía encargos remunerados de sus vecinos. Ahora bien, el futuro animador descubrió su verdadera vocación cuando empezó a copiar meticulosamente las viñetas de los periódicos cuando.
La estancia de la familia en Marceline fue relativamente breve. En 1911, Elias, enfermo de tifus y enfrentado a nuevos fracasos empresariales, trasladó a la familia a Kansas City, donde compró una ruta de reparto de periódicos.
La dura vida en Kansas City

Elias reclutó a Walt y a su hermano Roy como repartidores de periódicos, imponiendo a sus hijos un horario agotador. Sus jornadas comenzaban a las 3:30 de la madrugada con las entregas, seguidas de la escuela y, a veces, más entregas.
Walt dedicaba el poco tiempo libre que tenía a salir con su mejor amigo, Walter Pfeiffer, quien le introdujo en el brillante mundo del vodevil y el cine. También consiguió asistir a cursos los sábados en el Kansas City Art Institute, así como a un curso por correspondencia de dibujo de cómics.
Iniciativas artísticas, guerra y Ub Iwerks

En 1917, los Disney se mudaron de nuevo a Chicago. Con la mirada puesta en convertirse en dibujante de cómics para periódicos, Walt contribuyó con sus garabatos al periódico del instituto y tomó clases nocturnas en la Academia de Bellas Artes de Chicago.
Tras intentar alistarse en el ejército estadounidense para luchar en la Primera Guerra Mundial, Walt sirvió como conductor de ambulancias de la Cruz Roja en Francia en 1918. Regresó a Kansas City en 1919 y consiguió un puesto de aprendiz en un estudio de arte comercial. Allí conoció a Ub Iwerks, su colaborador de toda la vida.
Los inicios profesionales de Walt Disney tampoco fueron un camino de rosas...
El fracaso de Laugh-O-Gram Studios

El dúo fue despedido en el invierno de 1919 y decidió crear su propio estudio. Pero, debido a sus apuros económicos, Walt tuvo que aceptar un trabajo como artista comercial. Por aquella época, comenzó a experimentar con la animación y se dio cuenta de su potencial ilimitado.
Junto con Ub, Walt creó una serie de cortometrajes titulada Laugh-O-Gram que causó furor. Walt dejó su trabajo y fundó Laugh-O-Gram Studios en 1922. Pero el negocio fracasó estrepitosamente.
Se perdió un importante encargo e incluso Alice's Wonderland, una idea revolucionaria para un cortometraje que combinaba personajes animados con actores reales, no logró salvar la empresa. Ante la ruina financiera, Walt tomó una decisión en julio de 1923 que cambiaría su vida y, en última instancia, el mundo.
Un nuevo comienzo en Hollywood

Con solo $40 (36,7 €), el equivalente a $750 (688 €) actuales, en el bolsillo, Walt, de 21 años, se dirigió directamente a Hollywood. Allí se reunió con su hermano Roy, que se estaba recuperando de la tuberculosis.
Desilusionado con los dibujos animados, Walt quería ser director de cine. Finalmente, la distribuidora neoyorquina Margaret Winkler se hizo con Alice's Wonderland y encargó las Alice Comedies con un contrato por valor de $1.500 (1.376 €), $28.000 (25.700 €) actuales, por rollo. El ambicioso concepto de presentar a una "Alicia" de acción real en un mundo animado era una novedad, y con el tiempo se crearon 56 películas sobre Alicia.
Para producir estas películas, Walt se asoció con Roy. El 16 de octubre de 1923, ambos fundaron Disney Brothers Cartoon Studio, precursora de la Walt Disney Company.
Construyendo el sueño Disney

Roy (a la izquierda en la foto) se encargaba de la parte comercial, mientras que Walt, según todos los testimonios, era un perfeccionista que se dedicaba en cuerpo y alma al proceso creativo. El estudio comenzó siendo pequeño, inicialmente en el garaje de su tío y luego en la trastienda de una inmobiliaria en Kingswell Avenue, en el barrio de Los Feliz de Los Ángeles. Los hermanos comenzaron a ampliar su equipo casi de inmediato.
En 1924, la pareja incorporó a Ub y contrató a una talentosa dibujante llamada Lillian Bounds. Ella y Walt comenzaron una relación sentimental y se casaron al año siguiente. La pareja tuvo una hija biológica, Diane, que nació en 1933, y adoptaron a Sharon en 1936.
La saga de Oswald, el conejo afortunado

En 1926, la empresa se trasladó a unas instalaciones más grandes en Hyperion Avenue y pasó a llamarse Walt Disney Studio. El marido de Margaret Winkler, Charles Mintz, se hizo con el control del contrato de Disney y pidió a Walt y Ub que crearan un nuevo personaje.
Ellos crearon Oswald, el conejo afortunado. El descarado personaje fue un éxito inesperado. Sin embargo, cuando Walt viajó a Nueva York en 1928 para negociar un aumento de sueldo, Mintz le exigió que aceptara una reducción salarial.
Al final, Mintz había adquirido en secreto los derechos del personaje y, a espaldas de Walt, había contratado a los animadores de Disney con la intención de crear su propio estudio para producir los dibujos animados de Oswald.
Una traición afortunada

Abatido, Walt tiró la toalla y se desentendió de Oswald. El golpe fue devastador, pero, en retrospectiva, resultó ser una suerte increíble. Le enseñó una valiosa lección sobre los derechos de propiedad intelectual y la importancia de ser el propietario absoluto de sus creaciones. La saga también sentó las bases para el mayor icono de Disney.
En el tren de vuelta de Nueva York, a Walt se le ocurrió la idea de crear un nuevo personaje sobre el que tuviera control total.
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Creando el personaje más emblemático de Disney

Recordando con cariño a un valiente roedor llamado Mortimer que adoptó en su estudio de Kansas City, Walt se decidió por un ratón. De vuelta en Los Ángeles, Walt se puso a trabajar en el nuevo personaje con Ub, su leal amigo y el único animador de Disney que se negó a desertar al estudio propuesto por Mintz.
Ub le dio "forma y movimiento" a la creación, según un eminente biógrafo, mientras que Walt aportó el resto.
Nace una leyenda

En cualquier caso, las primeras encarnaciones del nuevo personaje tenían más que un parecido pasajero con Oswald, el conejo afortunado. Una vez definido el concepto, Walt solo tenía que pensar en un nombre. Al principio se decantó por Mortimer, pero el apodo no gustó a su esposa, Lillian, que lo encontraba demasiado pomposo.
Ella sugirió el nombre más sencillo de Mickey, y así nació una leyenda.
La gran entrada de Mickey Mouse

Mickey apareció por primera vez en el cortometraje mudo Mickey Mouse: Loco por los aviones, de 1928, junto a su interés amoroso, Minnie, inspirada en una flapper de los locos años veinte. La película no consiguió distribuidor, pero Mickey irrumpió en escena más tarde ese mismo año, haciendo su debut público en la popularísima Mickey Mouse: El botero Willie.
Aunque no fue el primer dibujo animado con sonido, sí fue la primera película animada de gran distribución que contaba con audio totalmente sincronizado: voces, efectos y banda sonora. Es un testimonio del entusiasmo de Walt por adoptar nuevas tecnologías y asumir riesgos audaces.
La saga Silly Symphony

En 1929, la renombrada Walt Disney Productions lanzó la serie Silly Symphony, que presentó a personajes tan queridos como el Pato Donald. Los cortometrajes hicieron un uso pionero del Technicolor. En 1932, Walt ganó su primer Oscar por Árboles y flores, el primer dibujo animado en color de Disney.
Ese mismo año también ganó su primer Oscar honorífico por la creación de Mickey Mouse. A lo largo de su vida, Walt acumuló un total de 22 premios Oscar y cuatro premios honoríficos, más que ninguna otra persona.
Banda sonora de la Gran Depresión

La serie Silly Symphony, que se emitió hasta 1939, fue un estímulo para la moral de los estadounidenses afectados por la Gran Depresión y atrajo a multitudes a las salas de cine.
En 1933, Disney estrenó Los tres cerditos. Recaudó más de 10 veces su presupuesto de $22.000 (20.200 €), $544.000 (499.000 €) actuales, y está considerada el cortometraje de animación más exitoso de todos los tiempos.
La canción emblemática de la película, Who's Afraid of the Big Bad Wolf? (¿Quién teme al lobo feroz?), se convirtió en un himno de resistencia y esperanza para una nación que sufría.
Poco a poco, el ratón que tantos niños y niñas han amado se iba transformando.
El gran avance de Walt en la animación y el rediseño de Mickey

Siempre en busca de un mayor realismo, Walt revolucionó la animación en 1937 cuando dirigió el desarrollo de la cámara multiplano. Esta ingeniosa máquina apilaba dibujos en capas móviles, lo que hacía que los dibujos animados planos parecieran maravillosamente tridimensionales y les añadía profundidad.
En 1938, el animador Fred Moore rediseñó a Mickey Mouse y le añadió pupilas a los ojos, creando más o menos la versión que conocemos y amamos hoy en día. Esta voluntad de evolucionar a Mickey demostró la apertura de Walt al cambio y su constante búsqueda de la perfección artística.
La apuesta de Disney por Blancanieves

En 1937, en medio del escepticismo generalizado del sector, Walt se embarcó en Blancanieves y los siete enanitos, el primer largometraje de animación del mundo. Haciendo un uso magistral de la revolucionaria cámara multiplano, el proyecto superó los límites financieros del estudio.
La película fue apodada "la locura de Disney" debido a su exorbitante presupuesto de $1,5 millones (1,4 millones de euros), $35 millones (32,1 millones de euros) en la actualidad y al enorme riesgo que suponía.
Sin embargo, la inquebrantable fe de Walt en el poder emocional de una historia animada de larga duración dio sus frutos de forma espectacular. Blancanieves se estrenó con gran éxito de crítica, demostrando que la animación podía sostener narrativas complejas y atraer profundamente al público adulto, lo que cambió para siempre la industria cinematográfica.
Un triunfo sin precedentes y pionero en merchandising

El éxito comercial de Blancanieves rompió todos los récords. La película recaudó más de $8 millones (7,3 millones de euros), unos $185 millones (169,7 millones de euros) en la actualidad, durante su estreno. Eso es más de cinco veces su presupuesto, convirtiéndose en la película estadounidense más taquillera. Su alcance global se extendió a 49 países, consolidando a Disney como un nombre familiar en todo el mundo.
Más allá de transformar la animación, la película fue pionera en la comercialización de productos derivados, con más de 2.183 artículos diferentes. Esto supuso el nacimiento del imperio global de Disney como una poderosa fuerza de marketing y concesión de licencias.
La crisis de Disney durante la guerra

A pesar del increíble éxito de Blancanieves, Disney se enfrentó a graves dificultades financieras a principios de los años cuarenta. El estudio produjo algunos de sus clásicos más aclamados por la crítica durante este periodo, desde Pinocho hasta Fantasía y Bambi, pero tuvieron un rendimiento mediocre en taquilla debido a la Segunda Guerra Mundial. Dumbo, una película de bajo presupuesto, fue el único éxito comercial del estudio.
Siempre rápida en adaptarse, la empresa de Walt se involucró profundamente en el esfuerzo bélico, produciendo una gran cantidad de películas propagandísticas, cortometrajes educativos y otros contenidos atractivos para el Gobierno y las fuerzas armadas de Estados Unidos.
El renacimiento de Disney tras la guerra

Tras una década de decepciones, Disney regresó por todo lo alto en 1950 con La cenicienta. La primera película animada del estudio desde Bambi ocho años antes, cautivó al público de todo el mundo.
Con un presupuesto de $2,2 millones (2 millones de euros), $29 millones (26,6 millones de euros) en la actualidad, La cenicienta recaudó $8 millones (7,3 millones de euros), $107 millones (98,2 millones de euros) en la actualidad solo en su primer año de estreno, lo que la convirtió en una de las películas más rentables de Disney.
El estudio produjo más éxitos de animación durante los años cincuenta, entre ellos Peter Pan y La dama y el vagabundo. Pero la década también fue testigo del fracaso en taquilla de Alicia en el país de las maravillas y la carísima La bella durmiente. Sin embargo, con el tiempo se convirtieron en clásicos muy apreciados y obtuvieron grandes beneficios.
Pero Disney pronto dejó de hacer solo películas animadas...
La incursión en el cine de acción real

En el renacimiento de Disney tras la guerra, fue crucial su incursión en el cine de acción real, un cambio radical para un estudio famoso por sus películas de animación. Walt se animó a dar el paso tras la huelga de animadores de 1941, pero no fue hasta 1950 cuando Disney estrenó su primer largometraje de acción real, la trepidante La isla del tesoro. La película fue un éxito de taquilla, especialmente en el Reino Unido.
El éxito de esta superproducción animó a Disney a estrenar muchas más películas de acción real durante esa década, desde épicas históricas hasta aventuras de ciencia ficción con efectos especiales de vanguardia. Entre ellas se encontraba 20.000 leguas de viaje submarino, de 1954.
Aprovechando el increíble potencial de la televisión

A diferencia de la mayoría de Hollywood, que veía la televisión como una amenaza, Walt Disney la consideraba una nueva y emocionante oportunidad de marketing y un medio para contar historias.
Se dio cuenta de que la televisión podía ayudar a financiar y promocionar su proyecto más ambicioso hasta la fecha: un parque temático mágico diferente a todos los demás. Walt tuvo la idea en los años treinta, mientras veía a sus hijas montar en el tiovivo del Griffith Park de Los Ángeles.
En 1954, Disney cerró un acuerdo trascendental con la cadena ABC, por el que el estudio de televisión ayudaría a financiar el parque temático a cambio de un programa semanal que promocionara ingeniosamente el proyecto.
A esta exitosa sinergia entre medios le siguió el lanzamiento de The Mickey Mouse Club en 1955, que consolidó aún más la conexión de la marca Disney con el público de todas las edades.
Disneyland abre sus puertas

Disneylandia abrió sus puertas el 17 de julio de 1955 en Anaheim, California, con un coste de $17 millones (15,6 millones de euros), $204 millones (187,2 millones de euros) en la actualidad. Supervisado por Walt hasta el más mínimo detalle, fue una innovación extraordinaria.
A diferencia de los parques de atracciones convencionales, que no eran más que un conjunto de atracciones, Disneyland se concibió como un "reino mágico" inmersivo donde las familias podían explorar mundos fantásticos en un entorno limpio y seguro.
A pesar de un desastroso día de inauguración, el parque superó rápidamente sus dificultades iniciales y recibió un millón de visitantes en pocas semanas.
Imperio diversificado y éxito continuado

En los años sesenta, Disney había consolidado su posición como imperio del entretenimiento diversificado, tras expandirse con éxito más allá de la animación al cine de acción real, la televisión y el popularísimo parque temático Disneyland.
Los éxitos de taquilla se sucedieron. En 1961, Disney estrenó 101 dálmatas, que se convirtió en la primera película de animación en recaudar más de $10 millones (9,2 millones de euros), $108 millones (99,1 millones de euros) en la actualidad, durante su estreno.
Luego, en 1964, el estudio estrenó Mary Poppins. Esta sensación de acción real y animación fue la película más taquillera de ese año en Estados Unidos y ganó cinco premios Oscar.
Los proyectos externos visionarios de Walt

El imaginero definitivo puso su talento visionario al servicio de otras empresas fuera de Disney a finales de los años cincuenta y principios de los sesenta.
Trabajó en la Feria de Moscú de 1959 y en los Juegos Olímpicos de Invierno de 1960. Su equipo contribuyó con cuatro atracciones a la Feria Mundial de Nueva York de 1964, entre ellas It's a Small World, que finalmente se trasladó a Disneyland.
Estos proyectos ayudaron a Disney a perfeccionar la animatrónica y los sistemas de espectáculos a gran escala, lo que le proporcionó una experiencia vital para el desarrollo futuro de los parques temáticos.
Poco después, llegaría el gran proyecto de Walt Disney.
Walt Disney World

La visión más grandiosa y ambiciosa de Walt fue el Proyecto Florida: una extensa parcela de terreno adquirida en secreto en 1964 en el centro de Florida que se convertiría en Walt Disney World.
El plan de Walt superaba con creces Disneylandia, ya que no solo abarcaba un parque temático más grande, sino toda una Comunidad Prototipo Experimental del Mañana (EPCOT, por sus siglas en inglés). Esta ciudad visionaria se diseñó como un laboratorio viviente para la planificación urbana y la innovación.
Los numerosos galardones de Walt

Walt recibió su merecido reconocimiento a principios de los años sesenta. En 1963, recibió la prestigiosa Medalla de Honor George Washington. Se la entregó el expresidente de Estados Unidos Dwight D. Eisenhower, quien elogió al visionario por ser un embajador de la libertad del país, "comunicando las esperanzas y aspiraciones de nuestra sociedad libre a todos los rincones del planeta".
Al año siguiente, el presidente Lyndon Johnson concedió a Walt la Medalla Presidencial de la Libertad.
Prematura muerte y fortuna de Walt

Walt falleció el 15 de diciembre de 1966 a causa de un cáncer de pulmón, consecuencia de su tabaquismo. Tenía 65 años. Lamentablemente, nunca llegó a ver terminado Disney World, cuyo parque temático se inauguró finalmente en 1971 y la EPCOT en 1982.
La propiedad de Walt sobre Disney había disminuido con los años. Según se dice, él y Roy poseían alrededor del 20% del negocio en 1960, frente al 100% en los inicios. No obstante, su fortuna ascendía a la considerable cifra de $150 millones (138 millones de euros), unos $1.500 millones (1.300 millones de euros) actuales.
Su esposa Lillian y sus hijas Diane y Sharon fueron sus principales herederas. Las hermanas desempeñaron un papel fundamental en la preservación del legado de su padre. Diane, por ejemplo, ayudó a crear el Walt Disney Family Museum.
Sin embargo, la familia Disney, incluidos los herederos de Roy, posee muy poco de la empresa en la actualidad, con una participación inferior al 3%.
El complicado legado de Walt

Walt sigue siendo una figura destacada, celebrada en todo el mundo como un visionario perfeccionista cuyo genio creativo llevó la alegría y el asombro a millones de personas. El trabajo de su vida transformó verdaderamente el mundo del entretenimiento.
Sin embargo, para comprender plenamente su inmenso impacto es necesario reconocer también las complejas controversias asociadas a su legado.
Entre ellas, se incluyen las acusaciones de racismo y el uso de estereotipos en películas como Canción del sur, de 1946, las controvertidas acusaciones de antisemitismo y su firme postura antisindical, especialmente durante la huelga de animadores de 1941.
También fue objeto de críticas por sus representaciones sexistas y sus prácticas de contratación en los primeros años de Disney.
Disney después de Walt

Los beneficios de Disney decayeron tras la muerte de Walt. El negocio no recuperó su encanto hasta los años ochenta y noventa, bajo la dirección del consejero delegado Michael Eisner (en la foto).
Eisner lideró la expansión internacional de los parques temáticos y encabezó el Renacimiento de Disney, cuando las películas de animación del estudio volvieron a cosechar éxitos de crítica y taquilla.
Bob Iger tomó las riendas en 2005 y ha permanecido al frente, salvo por un paréntesis de dos años entre 2020 y 2022. Bajo su liderazgo, Disney se ha convertido en un importante conglomerado de entretenimiento, tras adquirir Pixar, Marvel, Lucasfilm y 21st Century Fox.
El Disney actual

Con una facturación anual de más de $91.000 millones (83.500 millones de euros), Walt Disney Company abarca actualmente redes de medios de comunicación que van desde ABC hasta National Geographic, una formidable división de entretenimiento en estudios, un próspero segmento de parques, experiencias y productos, y un floreciente negocio de streaming.
Desde que dibujaba caricaturas de niño en Misuri hasta que construyó un gigante de los medios de comunicación y el entretenimiento, Walt Disney no solo soñó a lo grande: demostró cómo un humilde dibujante podía, literalmente, cambiar el mundo.
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