¿Alguna vez te has preguntado cómo era el mercado inmobiliario de lujo del pasado?

Desde extensas casas históricas y fincas de la Edad Dorada hasta suntuosas viviendas de los años setenta repletas de accesorios en color mostaza, algunas propiedades son auténticas cápsulas del tiempo.

Las increíbles casas de este artículo ofrecen una fascinante ventana al glamuroso apogeo de las últimas décadas.

Prepárate para viajar al pasado...

Adaptado al español por Alba Mora Antoja, Redactora en Español para loveMONEY.

El artista renacentista alemán Alberto Durero se mudó a esta preciosa casa de piedra arenisca con entramado de madera en 1509. Sorprendentemente, la casa está abierta al público desde 1871 y el artista inglés JMW Turner la dibujó ya en 1835.

sobrevivió al bombardeo aliado de Núremberg en 1945 y hoy en día se conserva prácticamente igual que cuando Durero vivía allí.

Adéntrate a ella...

Esta casa medieval fue construida en 1420 y renovada poco antes de que Durero se mudara allí con su madre y su esposa Agnes.

Aunque esta chimenea original puede parecer básica en la actualidad, habría sido bastante lujosa en comparación con la cocina media del siglo XVI. ¿Oyes el crepitar del fuego y hueles la comida cocinar?

El taller de Durero en la segunda planta también se recreó en el siglo XIX. Está lleno de pigmentos de pintura, herramientas de grabado y tallado en madera, así como una imprenta de cobre, construida a partir de uno de los dibujos de Durero.

Hoy en día, una actriz que interpreta a su esposa Agnes guía a los visitantes por la casa. Viste un gorro de ama de casa del siglo XVI con un pesado manojo de llaves colgando del cinturón. Nos da una idea real de la vida en la Alemania medieval y de una de sus estrellas más brillantes.

Viajemos ahora hasta la Francia del siglo XVII…

En 1641, un político de 26 años llamado Nicolas Fouquet compró la mansión de Vaux-le-Vicomte, cerca de Melun, en el norte Francia. Era un poderoso consejero del rey Luis XIV.

Durante los siguientes 20 años, Fouquet contrató a algunas de las mentes creativas más brillantes del siglo XVII para renovar la finca.

Juntos, el arquitecto Louis Le Vau, el diseñador de interiores Charles Le Brun y el paisajista André Le Nôtre transformaron la casa y los jardines en unos de los más impresionantes del país.

Los interiores, diseñados por Le Vau y Le Brun, son tan impresionantes como elegantes. Este comedor, uno de los muchos que hay, está dispuesto como si se esperara la llegada de invitados reales en cualquier momento.

Después de demostrar su talento en Vaux-le-Vicomte, Le Brun se convirtió en pintor principal de Luis XIV y, más tarde, en canciller de la Academia de Bellas Artes de Francia.

Luis XIV quedó tan impresionado por Vaux-le-Vicomte que pidió al mismo trío de artistas que construyera el Palacio de Versalles. Por mala suerte, el final de Fouquet no fue tan feliz.

Víctima de las intrigas palaciegas, fue arrestado por D'Artagnan, uno de los famosos mosqueteros del rey, y condenado a cadena perpetua en 1661, justo después de que se terminara de construir la casa de sus sueños.

El rey confiscó todos sus lujosos tesoros, desde tapices y cuadros hasta libros e incluso naranjos, y la esposa de Fouquet tardó una década en recuperarlo todo.

Hoy en día, Vaux-le-Vicomte está abierto a todo aquel que quiera explorar cómo era la vida en el siglo XVII.

Drayton Hall es el primer ejemplo de arquitectura palladiana en Estados Unidos.

Su historia abarca siete generaciones, comenzando con John Drayton, un rico propietario de plantaciones que compró la finca en 1738. La mansión era solo una de las más de 100 plantaciones que Drayton poseía, junto con miles de esclavos que trabajaban para aumentar su enorme fortuna.

Los encantadores interiores ocultan los elementos más oscuros del pasado de la finca.

Echemos un vistazo...

Cuando le compraron la casa a la familia Drayton en la década de 1970, resultó imposible decidir a qué época restaurarla. Como resultado, se tomó la decisión de estabilizar la casa tal y como estaba, lo que supuso una medida bastante radical para la época.

El resultado es que el interior refleja siglos de historia, como podemos ver en la elegancia descolorida de este precioso vestíbulo.

Tras la abolición de la esclavitud en 1865, los hombres y mujeres liberados continuaron viviendo en la finca hasta 1960, manteniendo el antiguo edificio y sus terrenos vivos mediante la agricultura, la jardinería y la crianza de sus familias durante generaciones.

En 1960, Drayton Hall fue declarado Monumento Histórico Nacional y hoy en día está abierto al público.

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La mansión Bergdoll se alza orgullosa en una colina en el corazón del histórico barrio de Fairmount, en Filadelfia. Construida en 1856 para la prominente familia Kemble, esta casa de piedra rojiza fue posteriormente adquirida por Louis Bergdoll, fundador de City Park Brewery.

La mansión de estilo Beaux Arts, de 1.300 metros cuadrados, cuenta con nueve dormitorios y nueve baños. Está repleta de elementos arquitectónicos originales que permiten imaginar fácilmente cómo era la vida en la década de 1850.

Esta gran sala de estar se parece mucho a lo que habría sido en la época victoriana. Las ornamentadas molduras de yeso, los espejos dorados, las columnas corintias de mármol y los intrincados acabados de madera parecen casi intactos por el paso del tiempo.

En otras partes, las vidrieras, los mosaicos colocados a mano y las chimeneas increíblemente ornamentadas se han conservado a la perfección. Mientras, los amplios paneles de madera se complementan con un precioso papel pintado acorde con la época.

En la actualidad, la antigua mansión ha sido cuidadosamente dividida en siete apartamentos independientes, incluyendo una gran suite principal de 4 dormitorios en los niveles inferiores que cuenta con su propio jardín.

En las plantas superiores, hay un apartamento de dos dormitorios, cuatro unidades de un dormitorio y un amplio estudio en lo que antiguamente era la biblioteca de la casa.

También hay un aparcamiento cerrado para nueve coches, lo que da una idea del tamaño exacto de la parcela.

Verdadero testimonio de la Edad Dorada, la casa de James D. Lanier es una obra maestra del estilo Beaux-Arts que refleja todo el esplendor y el glamour de una época pasada. La mansión se encuentra en el corazón del Manhattan histórico, entre las avenidas Park y Lexington, con vistas a Central Park.

Con 1.155 metros cuadrados de superficie habitable distribuidos en ocho plantas, esta espectacular propiedad sigue siendo una de las casas unifamiliares más grandes de la ciudad.

James D. Lanier nació en el seno de una prestigiosa familia de banqueros, y tanto él como su esposa Harriet eran figuras destacadas de la escena social de la ciudad de Nueva York.

Los Lanier formaban parte de los famosos “Cuatrocientos”, una lista de la élite de la ciudad recopilada por el árbitro social Ward McAllister para la legendaria dama de la sociedad, la Sra. Astor. Así, necesitaban una propiedad acorde con su posición y capaz de acoger a sus numerosos y elegantes amigos.

La pareja encargó esta mansión de estilo Beaux-Arts al estudio de arquitectura Hoppin & Koen en 1901.

¿Pero cómo se ve esta propiedad a día de hoy?

La casa Lanier es tan grandiosa hoy como lo era hace un siglo, con apliques dorados, ricos tapices, chimeneas de mármol ornamentadas y suelos de parqué originales.

Además de sus opulentos salones, cuenta con nueve dormitorios, siete baños, una moderna cocina para chefs, un gimnasio, dos despachos, un patio interior y un jardín en la azotea con vistas a los edificios Chrysler y Empire State.

A la venta por $19,5 millones (17,9 millones de euros) a través del Modlin Group desde diciembre de 2024, la casa es una pieza única de la historia de la Edad Dorada.

La Casa Batlló es uno de los edificios más emblemáticos de Barcelona. En 1903, Josep Batlló, propietario de una fábrica textil, dio carta blanca al arquitecto más famoso de la época, Antoni Gaudí, para renovar el edificio de 1877.

Gaudí comenzó a trabajar en 1904 y, durante dos años, transformó por completo el interior y el exterior de la casa con su excéntrico estilo característico.

El exterior del edificio evoca la leyenda de San Jorge y el dragón, con tejas en forma de escamas y una chimenea con forma de lanza de caballero.

Al entrar, es como adentrarse en la boca del dragón...

En el interior, los arcos, pilares y ventanas de forma libre actúan como los "huesos" de la casa, enmarcando la vista a través de brillantes vidrieras en forma de escamas.

Las paredes y los techos ondulan como la piel de un dragón, mientras que el efecto de azulejos degradados en el patio central recuerda la piel escamosa de la criatura.

En conjunto, el caprichoso diseño de Gaudí crea una inquietante ilusión de que el edificio está vivo.

Los áticos de la quinta planta se diseñaron como almacén y espacio para el servicio, pero incluso estos tienen un aspecto extraordinario. Formados por una sucesión de 60 arcos catenarios de color hueso, los visitantes se sienten como si hubieran entrado en las entrañas de un dragón.

Hoy en día, este extraordinario espacio, junto con la azotea, conocida como la espalda del dragón, se alquila para bodas y otros eventos.

La Casa Batlló está muy influenciada por el Art Nouveau, que Gaudí introdujo en España.

Sus creaciones se encuentran repartidas por toda Barcelona, siendo la Sagrada Familia la más famosa. Gaudí comenzó a trabajar en la basílica en 1883 y estuvo involucrado en el proyecto hasta su muerte en 1926. Sorprendentemente, la sexta y última torre de este emblemático edificio no se terminará hasta 2026.

Y de una casa modernista a otra... ¿Cuál te gusta más?

En la misma época en que Gaudí terminó la Casa Batlló, el arquitecto austriaco Josef Hoffmann comenzó a trabajar en el Palacio Stoclet en Bruselas. Se lo había encargado el proyecto el banquero y coleccionista de arte Adolphe Stoclet, quien le dio total libertad creativa.

"Hoffmann incluso diseñó un vestido para mi abuela, para que no desentonara con la decoración", contó el heredero superviviente, Philippe R. Stoclet, en una entrevista con la casa de subastas Bonhams.

El resultado fue una interpretación austriaca del Art Nouveau, que influyó enormemente en el nacimiento del Art Déco, según la Unesco, que declaró la casa Patrimonio de la Humanidad en 2009.

Curiosamente, a pesar de ser un lugar declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, el público nunca ha podido entrar en el palacio, que sigue siendo propiedad privada de la familia Stoclet.

Por suerte, estas fotos nos permiten hacernos una idea de su interior original.

Este comedor contiene obras del artista austriaco Gustav Klimt, quizás más conocido por su cuadro "El beso". Conocido como "El árbol de la vida, Friso Stoclet", se trata de una serie de tres paneles de mosaico creados durante la fase dorada de Klimt, cuando solía adornar sus creaciones con pan de oro.

Es comprensible que la familia solo utilizara este comedor en Navidad y para eventos muy especiales.

El vestíbulo de doble altura cuenta con paredes de mármol gris y columnas de mármol amarillo veteado que combinan con el sofá y los sillones de cuero marrón claro. El edificio era el pináculo del lujo modernista, revolucionario para su época, pero conservaba la austeridad y la grandeza de las antiguas mansiones.

En 2023, el público pudo ver el interior del palacio por primera vez gracias a una reconstrucción digital en 3D para celebrar el Año del Art Nouveau en Bruselas.

La familia Stoclet "se opuso firmemente" al proyecto, según el periódico belga The Brussels Times. No obstante, el diputado y exsecretario de Estado de Patrimonio, Pascal Smet, declaró en redes sociales: "El patrimonio mundial pertenece a todos".

Las paredes del cuarto de baño están decoradas con mosaicos de peces y la bañera, hecha de un único bloque de mármol ahuecado, se encuentra sobre una plataforma elevada en el centro de la habitación.

Según se dice, Adolphe y su esposa Suzanne entretenían a sus nietos aquí durante la hora del baño.

Aunque la familia Stoclet se ha resistido a abrir al público esta grandiosa mansión, en abril de 2024, el Parlamento de Bruselas votó a favor de abrir el edificio al público. Ahora, esta familia tan reservada tendrá que permitir el acceso durante un máximo de 15 días al año.

En los años veinte, el estilo arquitectónico internacional se estaba imponiendo en Europa y, en 1930, uno de sus mejores ejemplos había nacido en lo que entonces se llamaba Checoslovaquia (ahora Chequia).

La Villa Tugendhat, incluyendo su mobiliario y jardines, fue diseñada por el arquitecto germano-estadounidense Ludwig Mies van der Rohe para una pareja de recién casados adinerados de la zona.

Mies van der Rohe creó la casa utilizando un esqueleto de acero, lo que eliminó la necesidad de muros de carga en el interior y permitió la creación de espacios diáfanos y llenos de luz. Fue el nacimiento de lo que hoy conocemos como diseño diáfano.

¿Quieres ver cómo es la casa por dentro? ¡Descúbrelo en la siguiente diapositiva!

En consonancia con el estilo internacional, esta villa de tres plantas refleja el estilo minimalista nacido tras la Primera Guerra Mundial. Descrito como "la arquitectura de la era de las máquinas", este enfoque dictaba que la forma debía seguir a la función.

Su estructura sin adornos, de acero, hormigón y cristal, es típica del movimiento. También lo es la difuminación de los límites entre el interior y el exterior, mediante grandes ventanales retráctiles, vegetación trepadora y el "vacío enfatizado" del jardín.

Los Tugendhat abandonaron su querida casa en mayo de 1938, conscientes de que permanecer en Brno equivaldría a una sentencia de muerte una vez que llegaran los nazis. Poco más de un año después, la Gestapo se instaló en la villa, que en 1942 pasó a ser oficialmente propiedad alemana.

Se realizaron cambios tanto en el interior como en el exterior, incluido el tapiado de esta pared de cristal esmerilado. La villa corrió aún peor suerte bajo las fuerzas liberadoras rusas, que utilizaron las "salas sociales" como establos para sus caballos, según el testimonio de un testigo ocular.

Por suerte, la villa fue sometida a una importante restauración a principios de los años ochenta y hoy en día está abierta al público.

El Palacio de Eltham fue en su día un palacio medieval digno de un rey. Inicialmente propiedad del hermanastro de Guillermo el Conquistador, fue regalado a Eduardo II en 1305 y posteriormente pasó de un monarca a otro.

Enrique VIII pasó gran parte de su infancia en Eltham, pero ni él ni su hija Isabel I pasaron mucho tiempo allí de adultos. Poco a poco, Eltham cayó en decadencia y Carlos I fue el último monarca en visitarlo antes de que muchos de sus edificios fueran demolidos.

Luego, en 1933, la pareja millonaria formada por Stephen y Virginia Courtauld alquiló Eltham y le dio un cambio excéntrico y muy moderno...

Sea lo que sea lo que esperabas encontrar dentro de un palacio medieval, ¡apostamos a que no era esto!

Los Courtauld contrataron a John Seely y Paul Paget para transformar su nueva casa en una mansión Art Déco. Aunque se conservó el salón medieval original, sus diseños para las nuevas ampliaciones causaron controversia.

Al final, el dúo consiguió crear una casa que hoy en día es considerada una obra maestra del Art Déco.

Sin embargo, Seely y Paget no diseñaron todos los espacios. El vestíbulo de la foto fue ideado por el arquitecto sueco Rolf Engströmer. Las paredes están revestidas con chapa de frijol negro australiano y adornadas con imágenes de los edificios favoritos de los Courtauld.

La pareja era el centro de la escena social londinense e incluso recibió a miembros de la realeza en su insólita casa.

La reina María la visitó en dos ocasiones y la entonces duquesa de York (más conocida como la reina madre) la visitó en 1936. Según se dice, "le gustaban mucho los Courtauld" y pensaba que la parte moderna de la casa era muy interesante, aunque "un poco recargada".

Es muy probable que comiera en este comedor formal con paneles, repleto de formas geométricas y elementos estilizados.

Saltamos dos décadas y viajamos hasta Estados Unidos. ¿Con qué maravilla inmobiliaria nos encontramos?

Conocida como The Reicher House, esta casa de cuatro dormitorios y tres baños situada en Cheviot Hills, Los Ángeles, es un hermoso ejemplo del modernismo de mediados de siglo.

Construida en 1956, fue diseñada por el arquitecto A. Quincy Jones para Norman Reicher, quien quería una casa "avanzada y funcional" y admiraba la visión de Jones, según la hija de Reicher.

Jones se hizo famoso por construir casas glamurosas para la alta sociedad de Los Ángeles, pero también le apasionaba crear hogares para la clase media emergente.

Diseñó más de 5.000 edificios en el estado, entre ellos iglesias, restaurantes y casas particulares, y su estilo limpio llegó a definir la estética californiana de mediados de siglo.

En noviembre de 2024, la casa salió al mercado por primera vez desde su construcción por $3,5 millones (3,2 millones de euros). Perfectamente conservada, es una "cápsula del tiempo en su forma original", según el agente inmobiliario Joseph Cilic, de Sotheby's International Realty.

El salón diáfano cuenta con asientos empotrados, una llamativa chimenea bajo una gran claraboya y ventanas envolventes de doble altura que inundan de luz todo el espacio.

Construida en 1962, esta casa en lo alto de una colina fue diseñada por Stanley S. Kogan, discípulo de Richard Neutra.

Cada centímetro de los 278 metros cuadrados de la mansión evoca las fiestas de los años sesenta. Pero no te fíes de nuestra palabra, echemos un vistazo al interior...

Con sus colores contrastantes, sus estampados llamativos y sus paneles iridiscentes en el techo, suponemos (o tal vez esperamos) que esta habitación era originalmente un espacio de entretenimiento y no un dormitorio.

Echa un vistazo al trozo de papel pintado morado y naranja tan molón que se puede ver en la habitación contigua.

Si tu casa tuviera unas vistas que se extendieran desde Laurel Canyon hasta el centro de Los Ángeles y hasta la isla de Catalina, se te podría perdonar que no prestaras atención a tu entorno inmediato, pero esta no es una casa cualquiera.

Las encimeras de granito marrón, el techo a rayas y el papel pintado con girasoles amarillos y marrones son difíciles de pasar por alto.

Su ambiente cálido y acogedor ha sido capturado a la perfección por el fotógrafo de arquitectura e interiores Brian Covington.

Seguimos en California, pero viajamos hasta una lujosa casa de los setenta. ¡Espectacular!

Conocida como The Lewis Estate, esta extensa finca se encuentra en una preciosa parcela en lo alto de una colina con vistas al valle de San Fernando, en Encino, California. La propiedad fue construida en 1972 y diseñada por el venerado arquitecto moderno de mediados de siglo Donald G. Park.

Además de ofrecer unas vistas increíbles desde casi todas las ventanas, esta singular casa redonda cuenta con un interior realmente impresionante que parece no haber sido tocado en décadas.

Aunque quizá llamarla casa redonda no sea del todo correcto. La propiedad, que se extiende a lo largo de tres estructuras conectadas, es un dodecágono o polígono de 12 lados. Al entrar, te recibirán unos hermosos espacios habitables realzados por la forma única de la casa.

El salón principal es sin duda uno de los espacios más bonitos de la casa, gracias a la chimenea de piedra que ocupa toda la altura de la pared. Está revestida con una enorme lámina de cobre, los cuadros de mármol y el rincón de conversación hundido.

La mansión de 632 metros cuadrados cuenta con seis dormitorios, seis baños, numerosas salas de estar, una cocina morada y rosa, un bar de cuero, un comedor y un pasillo que parece una selva interior, gracias a la multitud de palmeras y plantas que llenan el espacio.

Hay elementos de diseño de mediados de siglo por todas partes, desde chimeneas que van del suelo al techo, hasta lámparas vintage, vigas estructurales a la vista e infinitas láminas de cristal.

El baño principal también es un tesoro de tendencias de diseño retro. Desde el conjunto a juego y los azulejos hasta el suelo estampado y los lavabos gemelos, no creemos que un baño color aguacate haya quedado nunca tan bien.

Sal al exterior y encontrarás un enorme espacio de jardín, una piscina y un spa, un exuberante paisaje, una chimenea de gas y vistas de 200 grados sobre el valle.

Esta increíble casa se vendió en 2022 por $4,1 millones (3,8 millones de euros) y pasó a estar disponible para alquilar en 2024 por $30.000 (27.523 €) al mes a través de Barak Marmion.

Esta casa de 1.161 metros cuadrados en Shelley, Idaho, fue construida en 1983 y su interior está repleto de elementos de los años ochenta.

Salió al mercado en noviembre de 2024 a través de Murdock Manwaring Cardon por algo menos de $1,2 millones (1,1 millones de euros).

¡Esperamos que quien la compre la conserve tal como está! Su interior te encantará...

En los ochenta, las cocinas se hicieron más grandes, ya que pasaron a ser el corazón del hogar y un lugar donde todos se reunían, en lugar de ser solo un lugar para preparar las comidas.

Esta amplia cocina refleja esa tendencia, con una gran isla y una barra de desayuno donde toda la familia puede reunirse.

También está equipada con algunos elementos clásicos de la década, como armarios de estilo rústico, ladrillos decorativos y paneles de iluminación retro en el techo.

Aunque podamos pensar que la combinación de colores marrones es típica de los años setenta, siguió siendo popular hasta bien entrados los ochenta.

Este cuarto de baño aún conserva los azulejos originales, que cubren la mayor parte de las paredes, el mueble del lavabo y el salpicadero, por no hablar de esa increíble bañera empotrada en esquina.

Las bañeras de esquina eran muy populares en los años setenta y ochenta, por lo que estarían muy de moda cuando se construyó esta casa.

Esta sala de spa revestida de cedro forma parte de la suite principal. Alberga el jacuzzi interior (hay otro en el exterior), aunque las claraboyas te hacen sentir como si estuvieras bañándote al aire libre. Fíjate en la sauna seca y la cama bronceadora integradas en la pared.

Pero eso no es lo único sorprendente. También hay una habitación secreta en el sótano con una trampilla de escape que conduce a una salida oculta en la terraza del patio trasero.

Esta amplia casa se encuentra en una finca de 4 hectáreas cerca de Newcastle, Oklahoma. Además, ofrece de vistas al río South Canadian y al centro de Oklahoma City, pero eso no es lo único que la hace especial.

Construida en 1999, la casa es una instantánea extraordinaria de lo que era el glamour en aquella época. Echemos un vistazo...

Este extraordinario espacio diáfano alberga el vestíbulo de entrada, así como la zona de estar y el comedor. Todo es elegante y sofisticado, desde el mobiliario monocromático y la alfombra hasta las glamurosas columnas de granito y la enorme chimenea geométrica.

Ha estado a la venta en varias ocasiones a lo largo de los años. La última vez fue a través de The Wyatt Poindexter Group por $2,6 millones (2,4 millones de euros) en noviembre de 2024.

El comedor formal tiene capacidad para 12 personas en sillas con estampado de cebra alrededor de una mesa con tapa de cristal, que se apoya en una isla de granito negro pulido. Arriba, un inusual techo empotrado con espejos refleja las formas de abajo.

Una pared completa de vitrinas empotradas e iluminadas exhibe la colección de objetos de arte del propietario, un elemento clásico de las casas de los años noventa.

A pesar de sus lujosos materiales, techos altos y comodidades de alta gama, es esta increíble cama que parece flotar como una nave espacial lo que nos hace querer mudarnos inmediatamente.

Quizás lo mejor de todo es que hay una bañera en forma de corazón escondida de las miradas indiscretas. ¡Sin duda, es única en su género!

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