La dinastía familiar MÁS rica de todos los tiempos: La historia de cómo lo perdieron todo
La extraordinaria historia de la Casa Romanov

La que fuera la familia más rica del mundo, la Casa Romanov, fue la familia dinástica gobernante de Rusia durante más de 300 años, desde 1613 hasta su deposición en 1917.
Cada nueva generación de gobernantes dio lugar a un nuevo conjunto de tórridas historias, incluidos brutales asesinatos, traiciones familiares y complots de asesinato.
Sigue leyendo para descubrir la historia de la superrica Casa Romanov.
Adaptado al español por Ana Sabin Paz, redactora en español para loveMONEY.
Las raíces de la dinastía Romanov

La Casa Romanov alcanzó la eminencia por primera vez en 1547, cuando Anastasia Romanovna se casó con Iván IV Vasílievich, conocido comúnmente como Iván el Terrible. Fue el primer zar de Rusia y miembro de la dinastía Rurik, que había gobernado Rusia durante siglos. Anastasia era hija de un noble ruso, Roman Yurievich Zajaryin, creador del apellido Romanov. Sus descendientes adoptarían más tarde el apellido en honor a Zajaryin; Romanov se traduce como “Hijo de Romano”.
Una novia digna de un zar

Anastasia Romanovna (en la foto) fue elegida novia del zar entre un gran número de candidatas, y todas las familias nobles de Rusia fueron invitadas al Kremlin para presentar a sus hijas como posibles parejas. Se calcula que asistieron entre 500 y 1.500 mujeres.
Romanova y Vasílievich se casaron en febrero de 1547. Como primera zarina rusa, se atribuye a Anastasia haber tenido un efecto positivo sobre el infame mal genio del despiadado gobernante. La pareja tuvo seis hijos juntos: Ana, María, Dimitri, Iván, Eudoxia y Fiodor.
La cólera de Iván el Terrible
La tragedia sobrevino cuando Anastasia enfermó y murió repentinamente en 1560. Profundamente encariñado con su esposa, Iván el Terrible sufrió una crisis nerviosa y su infame furia empeoró. Sospechaba que Anastasia había sido envenenada por los boyardos, nobles de alto rango militar que también servían como consejeros del zar.
En consecuencia, mandó torturar o ejecutar a muchos de ellos. Es probable que las sospechas de Iván fueran legítimas. Los arqueólogos y expertos forenses analizaron los huesos de Anastasia a finales del siglo XX y descubrieron que su cabello contenía cantidades significativas de mercurio. Aunque el mercurio se utilizaba como medicamento en el siglo XVI, los altos niveles sugieren que el envenenamiento es la explicación más probable.
Jaque mate: la muerte en una partida de ajedrez

La violenta ira de Iván se extendió a su familia. En 1581, golpeó duramente a su nuera embarazada, Yelena Sheremeteva, por llevar lo que él consideraba ropa inapropiada. Al parecer, esto provocó que abortara. Como consecuencia, su segundo hijo, también llamado Iván, tuvo una acalorada discusión con su padre. Iván el Terrible golpeó a su hijo en la cabeza con un arma, hiriéndole mortalmente.
El reinado de terror del zar terminó con su muerte en 1584, cuando sufrió una apoplejía mientras jugaba al ajedrez. Su hijo mediano, Feodor, ascendió al trono y fue coronado Feodor I. En general, se le consideraba un mal líder con escasas habilidades políticas.
El tiempo de los problemas

Feodor (en la foto) murió sin descendencia en 1598, poniendo fin a 700 años de reinado de la dinastía Rurik. Esto desencadenó una crisis sucesoria en Rusia, dando paso a 15 años que se conocieron como la “Época de los Problemas”, durante la cual el país se sumió en la anarquía y la agitación política, con numerosos usurpadores que reclamaban el título de zar.
Entre ellos había varios “falsos Dmitri”, impostores que decían ser el hijo menor de Iván el Terrible, asesinado a los ocho años en 1591. Todos decían que habían escapado y se habían escondido. Hubo cuatro falsos Dmitri durante este periodo, aunque algunos sostienen que en realidad solo hubo tres, y que el cuarto fue un error debido a un mal registro.
El niño que sería rey

En febrero de 1613, el Zemsky Sobor, un parlamento que representaba a las clases feudales de Rusia, eligió a Miguel Romanov (en la foto) como nuevo zar de Rusia. Su ascenso al trono puso fin al periodo de agitación.
Miguel estaba vinculado a la dinastía de los Rurik: el abuelo del joven de 16 años, Nikita Romanovich, había sido consejero de Iván el Terrible, mientras que la hermana de Nikita (y tía abuela de Miguel) era Anastasia Romanovna. Esto estableció a la Casa Romanov como la segunda dinastía gobernante de Rusia.
La popularidad de Pedro el Grande

Pedro I (en la foto), nieto de Miguel, fundó el Imperio Ruso en 1721, declarándose emperador y transformando el país en una potencia impresionante mediante una serie de guerras y reformas y sustituyendo las antiguas estructuras sociales y políticas por alternativas modernas.
Estos cambios, que le valieron el apodo de Pedro el Grande, tuvieron un impacto duradero en Rusia, y muchos aspectos del actual gobierno ruso se remontan a su reinado.
El gran Palacio de Peterhof

El Palacio de Peterhof (en la foto), una gran colección de palacios y jardines, fue encargado por Pedro el Grande. Pensado inicialmente como vivienda de campo y construido en 1709, Pedro el Grande decidió ampliar la propiedad tras visitar la corte real francesa en 1717, lo que le valió el apodo de “El Versalles ruso”.
La mayor parte de la construcción estaba terminada cuando el soberano murió de una infección gangrenosa en la vejiga en 1725, aunque su hija Isabel de Rusia siguió ampliando la fastuosa morada tras la muerte de su padre.
Introducir nuevas tradiciones

Antes de su muerte, Pedro el Grande revisó la tradición sucesoria de los herederos varones, lo que le permitió elegir un heredero. Su hijo el zarevich Alexei se oponía a la modernización de Rusia. En consecuencia, el emperador eligió a su segunda esposa, la emperatriz Catalina, para ocupar el trono. Gobernó hasta su muerte en 1727. Esto estableció una nueva tradición según la cual los emperadores o emperatrices podían elegir a un sucesor antes de su muerte.
En 1762, la muerte de la emperatriz Isabel de Rusia puso fin bruscamente a la línea masculina directa de la familia Romanov. Como resultado, la Casa de Holstein-Gottorp, descendiente matrilineal (línea femenina) del linaje Romanov, sucedió en el trono a Pedro III. Los descendientes de esta línea se denominan a veces “Holstein-Gottorp-Romanov”. Debido a sus lazos de sangre con la dinastía Romanov, conservaron el apellido para reforzar su posición de poder en el país.
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La traición de una esposa

El reinado de Pedro III fue fugaz, duró apenas seis meses. De origen alemán, apenas hablaba ruso y gozaba de la antipatía general. Los soldados leales a su esposa Catalina II le capturaron y se vio obligado a abdicar.
A pesar de sus orígenes alemanes, Catalina era una nacionalista rusa querida por el pueblo. Catalina sucedió a Pedro y se convirtió en emperatriz en julio de 1762. Pedro III murió en prisión ese mismo mes. A pesar de su breve gobierno, allanó el camino a políticas progresistas, que incluían la libertad religiosa, el apoyo a la educación y la modernización del ejército ruso.
El reinado de Catalina la Grande

Catalina II se ganó el título de Catalina la Grande durante su reinado. Bajo su liderazgo, el Imperio Ruso se hizo más grande y más fuerte, convirtiéndose en una superpotencia europea establecida. Como partidaria de la obra de Pedro el Grande, continuó modernizando Rusia.
El reinado de Catalina fue conocido como la “Edad de Oro” del Imperio Ruso. Sin embargo, siguió habiendo rebeliones, ya que el ejército y la economía dependían en gran medida de la servidumbre.
Abolición y disgusto

Tras la muerte de Catalina la Grande en 1796, su hijo Pablo I (en la foto) se convirtió en emperador. En otra medida impopular, abolió la ley de linaje de Pedro el Grande, que permitía a cada emperador o emperatriz reinante elegir a su sucesor.
En su lugar, instauró un estricto orden de sucesión, según el cual heredaba el trono el hijo mayor de cada monarca, lo que llevó a sus adversarios a tramar su desaparición...
La traición de un hijo

En marzo de 1801, una banda de nobles militares destituidos, espoleados por el alcohol, irrumpieron en la alcoba de Pablo I en el castillo de San Miguel, donde encontraron al aterrorizado emperador encogido de miedo tras las cortinas. Los rebeldes intentaron forzar su abdicación, pero él se negó, por lo que lo apuñalaron con una espada antes de estrangularlo brutalmente y pisotearlo hasta la muerte.
El sucesor de Pablo, su hijo Alejandro de 23 años (en la foto), estaba presente en el palacio durante el asesinato. Aunque había dado su consentimiento para la deposición de su padre, no esperaba que lo asesinaran. Alejandro fue emperador de Rusia desde 1801 hasta su muerte en 1825. Gobernando en tiempos de las guerras napoleónicas, ganó territorio en Polonia y Finlandia como parte de la coalición vencedora contra Napoleón, lo que le convirtió en el primer rey de la “Polonia del Congreso”, como se la conocía, desde 1815, y en Gran Duque de Finlandia desde 1809 hasta su muerte.
La Revuelta Decembrista

Como Alejandro no tenía hijos vivos, su hermano Constantino era el sucesor natural. Sin embargo, fue emperador solo 25 días antes de declinar la responsabilidad; su hermano menor Nicolás reclamó entonces el trono. Al enterarse de la noticia, una banda de 3.000 hombres intentó dar un golpe militar a favor de Constantino, reuniéndose en San Petersburgo el 26 de diciembre de 1825.
Sin embargo, el golpe fracasó y muchos de los implicados fueron ejecutados. Esto se conoció como la Revuelta Decembrista. Nicolás I (en la foto) fue emperador de Rusia, rey de Polonia y gran duque de Finlandia desde 1825 hasta su muerte en 1855.
El asesinato de Nicolás II

A Nicolás I le sucedió su hijo Alejandro II (en la foto), cuyo reinado comenzó en plena guerra de Crimea (1853-1856). A pesar de ser un gobernante fuerte y popular, la vida personal de Alejandro era problemática. Su esposa María, enferma, pasaba la mayor parte del tiempo en el extranjero, por lo que tomó una amante, la princesa Catalina Dolgorukova. Tras la muerte de su esposa, Alejandro se casó con Dolgorukova, legitimando así a sus tres hijos.
Los rumores de que Alejandro II pretendía coronar emperatriz a su nueva esposa crearon malestar, sobre todo entre las mujeres de alto rango, escandalizadas por la perspectiva de tener que servir a una mujer que había tenido hijos del emperador en vida de su primera esposa. Sin embargo, antes de que pudiera ser coronada, Nicolás fue asesinado en marzo de 1881. Lo mató una bomba, y el complot fue ejecutado por revolucionarios sociales que esperaban derrocar la autocracia zarista en Rusia.
Alejandro El Pacificador

A Alejandro II le sucedió su hijo, Alejandro III, el penúltimo Romanov, que subió al trono en marzo de 1881. Temiendo correr la misma suerte que su padre, Alejandro reforzó el régimen autocrático en Rusia. Además, revirtió varias de las iniciativas más liberales de su padre, adoptando un enfoque más conservador del liderazgo. Rusia no tuvo conflictos importantes durante su reinado, lo que le valió el apodo de El Pacificador.
Huevos imperiales

Fue Alejandro III quien inició la tradición Romanov de regalar y coleccionar lujosos huevos Fabergé. Los opulentos huevos enjoyados, también conocidos como Huevos Imperiales, fueron creados por la Casa Fabergé de San Petersburgo para la familia reinante. En 1885, Alejandro encargó uno como regalo de Pascua para su esposa, la emperatriz María Feodornva.
El Huevo de Gallina (en la foto) estaba hecho de oro y recubierto de una cáscara esmaltada para que pareciera un huevo de verdad. Se abría para revelar una “yema” dorada que contenía una gallina dorada. Dentro de la gallina había una réplica en miniatura de la corona imperial y un colgante de rubí. Entre 1885 y 1916 se crearon 50 huevos para la familia Romanov, y se hicieron más caros y extravagantes a medida que pasaban los años.
El último gobernante Romanov

A Alejandro III le diagnosticaron una enfermedad renal terminal en 1894 y murió en octubre de ese año. Le sucedió su hijo mayor Nicolás, que se convirtió en Nicolás II. Poco después del funeral de su padre, Nicolás se casó con la princesa Alix de Hesse y del Rin, nieta de la reina Victoria de Inglaterra.
Aunque se decía que Nicolás era un hombre amable, mantuvo la severa política de su padre. Nicolás y Alix tuvieron cinco hijos juntos: Olga, Tatiana, María, Anastasia y Alexei (en la foto).
Alix de Hesse-Darmstadt

La esposa de Nicolás, Alix, adoptó el nombre de Alexandra Feodorovna tras convertirse devotamente a la Iglesia Ortodoxa Rusa. Tímida y seria por naturaleza, evitaba muchas de las obligaciones sociales asignadas tradicionalmente a las zarinas de Rusia, entre las que se incluían la organización de bailes y otras fiestas de sociedad.
Al parecer, no le gustaba la cultura rusa, lo que le granjeó pocos favores entre el pueblo ruso.
Tradiciones reales

Nicolás II mantuvo la tradición pascual de regalar huevos Fabergé. El huevo más famoso es “La coronación imperial”, creado en 1897 para la emperatriz Alexandra Fiodorovna. Fabricado en oro, tenía una capa de esmalte amarillo lima y un dibujo de estrellas que reflejaba la túnica que llevó la emperatriz Alexandra Fiodorovna en su coronación.
Dentro del huevo forrado de terciopelo había una réplica de la carroza imperial del siglo XVIII que transportó a Alexandra a su coronación. Estos fastuosos regalos no fueron la única muestra de riqueza del nuevo zar...
La familia más rica del mundo

Cuando Nicolás II ascendió al trono, poseía una fortuna desorbitada de unos $300.000 millones en moneda actual (unos 279.000 millones de euros), lo que convirtió a la dinastía gobernante Romanov en la familia más rica del mundo en aquella época. A pesar de que Rusia estaba empobrecida, devastada por la guerra y políticamente tensa, su familia disfrutaba de las cosas buenas de la vida.
La ropa de Alexandra y su hija la confeccionaban diseñadores franceses, y sus zapatos y sombreros procedían de Londres. La familia poseía un superyate de 401 pies, el Standart, descrito como un “palacio flotante”, que contaba con habitaciones con paneles de caoba (en la foto), lámparas de araña de cristal e incluso una capilla.
Una plétora de palacios

Los gobernantes Romanov también podían elegir entre varias residencias reales. Además del Palacio de Peterhof, el magnífico Palacio de Invierno (en la foto) de San Petersburgo se construyó y modificó continuamente entre las décadas de 1730 y 1837, después de que un incendio dañara el diseño original de Pedro el Grande. El Museo del Hermitage se encuentra ahora en la majestuosa morada de tres pisos, que tiene 1.786 puertas, 1.945 ventanas y 1.057 habitaciones.
Sin embargo, Nicolás II prefería la intimidad y el aislamiento del Palacio de Alejandro, situado al sur de San Peterburgo. El grandioso edificio, que da a hermosos jardines, fue encargado durante el reinado de Catalina la Grande.
La influencia de Rasputín

No fue solo la riqueza de los Romanov lo que enfureció al pueblo ruso. La relación de la emperatriz Alexandra Feodorovna con Grigori Rasputín (en la foto), un místico ruso y autoproclamado santón, también contribuyó a su impopularidad.
El dominio de Rasputín sobre la familia Romanov enfureció a nobles, líderes religiosos y campesinos por igual, y muchos lo consideraron un fraude. El 30 de diciembre de 1916, los aristócratas rusos asesinaron a Rasputín en un intento de acabar con su influencia.
La caída de Nicolás II

En 1915, Nicolás II partió de San Petersburgo para tomar el mando del desmoronado ejército ruso en la Primera Guerra Mundial (en la foto), permaneciendo en el frente hasta 1916.
En 1917, sin embargo, la mayoría de los rusos habían perdido la confianza en su liderazgo. El 15 de marzo de 1917, Nicolás II abdicó al trono, poniendo fin a más de 300 años de reinado de los Romanov.
El fin del reinado de los Romanov

Siguió un periodo tumultuoso y durante la Revolución de Octubre de 1917, dirigida por Vladimir Lenin y el Partido Bolchevique, los socialistas radicales tomaron el poder. Establecieron el primer gobierno comunista de Rusia y el primer estado socialista a gran escala de la historia mundial.
Nicolás II y su familia, mientras tanto, fueron puestos bajo arresto domiciliario en Siberia antes de ser trasladados a la Casa Ipatiev, una casa de comerciantes en Ekaterimburgo.
Un destino horrible

El 16 de julio de 1918, a Nicolás, Alix y sus hijos les dijeron que se vistieran y fueran al sótano de la casa. A continuación fueron fusilados por un pelotón antes de ser brutalmente golpeados hasta la muerte por soldados comunistas. Al igual que la riqueza de los Romanov fue en parte responsable de su desaparición, sus riquezas también les privaron de un final rápido. En la ropa interior de las jóvenes princesas Romanov se cosían diamantes y otras piedras preciosas. Las balas rebotaban en los diamantes, lo que llevó a los soldados a golpearlas sin piedad hasta la muerte.
En 1991, se recuperaron los huesos de Nicolás II, su esposa y tres de sus hijas en una fosa común de los Montes Urales. Los restos de Alexei y la cuarta hermana permanecieron sin descubrir hasta 2007, cuando se descubrió un segundo enterramiento cerca del lugar original. Las pruebas de ADN sugirieron que los huesos pertenecían a los niños Romanov desaparecidos.
Incautación de la fortuna de los Romanov

Tras el violento asesinato de la familia Romanov, el gobierno bolchevique se apoderó de bienes como palacios, obras de arte y joyas. Otros objetos de valor, como las reservas de oro, se evaporaron en pocos años, debido en gran parte a la incompetencia económica comunista. Otros tesoros y joyas de los Romanov desaparecieron sin dejar rastro; se cree que la extensa familia Romanov escapó de la revolución y sacó estos objetos del país de contrabando.
También se descubrió a revolucionarios intentando robar algunos de los lucrativos objetos para su beneficio personal. Muchas de las joyas incautadas por el gobierno bolchevique, como el kolchan de oro del zar Mijail Romanov y la corona de diamantes del zar Iván Alexelvich (en la foto), se exhiben ahora en el Kremlin.
Los impostores Romanov

Antes del descubrimiento de los restos, varios impostores afirmaron ser los hijos Romanov a lo largo de los años, principalmente Alexei y Anastasia. La impostora más convincente fue Anna Anderson (en la foto), que afirmó ser la Gran Duquesa Anastasia, la hija menor de Nicolás II.
Su historia convenció a mucha gente, en gran parte por su parecido con la princesa muerta. Sin embargo, una investigación de 1927 financiada por el hermano de Alix, Ernesto Luis, Gran Duque de Hesse, descubrió la verdad: Anderson era en realidad Franziska Schanzkowska, una trabajadora de una fábrica polaca con antecedentes de enfermedad mental.
Los Romanov modernos

Aunque el apellido Romanov nunca volverá a ser sinónimo de una dinastía reinante activa, su linaje sigue vivo. El príncipe Andrés Romanoff, sobrino nieto de Nicolás II, es un descendiente notable. Su padre, el príncipe Andrei Alexandrovich, huyó de Rusia en 1918 para escapar de la revolución. El príncipe Andrés nació en Londres en 1923 y creció en los terrenos del castillo de Windsor. Más tarde se trasladó a EE.UU. y se hizo artista.
Por su parte, la hermanastra del príncipe Andrés, la princesa Olga Andreevna (en la foto), es presidenta de la Asociación de la Familia Romanov. La organización se creó en 1979 para reunir a los descendientes del emperador Nicolás I.
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