Mantenerse a la cabeza no es fácil en nuestro mundo acelerado. Pero los países más competitivos lo consiguen proporcionando los ingredientes adecuados para que las empresas prosperen, superen a sus rivales e impulsen el crecimiento económico.

El resumen anual del Instituto Internacional para el Desarrollo de la Gestión (IMD en inglés) revela quién lo está haciendo bien... y quién tiene trabajo por hacer.

La clasificación más reciente abarca 67 países de todo el mundo. Hemos seleccionado algunos resultados notables (buenos y malos) antes de sumergirnos en la élite de los 20 primeros.

Haz clic o desplázate por nuestra galería para descubrir qué países figuran en la lista, empezando por los peor valorados. ¿Qué tal le va a tu país?

Adaptado al español por Ana Sabin Paz, redactora en español para loveMONEY.

El informe del IMD no es un asunto menor. Su tabla clasificatoria de competitividad se basa en amplios datos estadísticos y en las percepciones de más de 6.000 ejecutivos de todo el mundo.

Para cada una de las 67 naciones incluidas, se valoraron la asombrosa cifra de 336 subfactores a través de 20 factores agrupados en cuatro categorías clave: resultados económicos, eficacia gubernamental, eficacia empresarial e infraestructuras. A continuación, el IMD calculó las cifras para elaborar su ranking definitivo.

Teniendo esto en cuenta, veamos qué países han pasado el corte y cuáles no...

Argentina, que el año pasado ocupaba el puesto 63, languidece en la parte baja de la clasificación, solo un peldaño por encima de Venezuela, el país con peores resultados.

Como era de esperar, dado el mal estado de su economía, Argentina obtiene una de sus puntuaciones más bajas en el factor finanzas, que forma parte de la categoría eficiencia empresarial. Igualmente malos son los factores de legislación empresarial y marco institucional en la categoría de eficiencia gubernamental. Pero las puntuaciones del país latinoamericano en las cuatro categorías y los 20 factores son malas, salvo en el factor empleo, en el que Argentina ocupa el puesto 34 según esta métrica.

La clasificación del año que viene revelará si la terapia de choque económica en curso del presidente Milei está cosechando frutos para la competitividad del país o empeorando las cosas.

Perú ha sufrido un desplome aún mayor, tras caer ocho puestos desde 2023. La economía nacional, sumida en una profunda recesión el año pasado, es el factor peor valorado de Perú, aunque se ha recuperado recientemente. La infraestructura científica es muy deficiente en la nación, siendo la infraestructura la categoría más débil del país en general.

En el lado positivo, Perú obtiene la mejor puntuación en precios, en la que ocupa el puesto 30. El factor de la política fiscal también obtiene una puntuación relativamente buena, y el país se sitúa en el puesto 30 también según esta métrica. 

Brasil ha descendido constantemente en la clasificación durante los últimos cinco años, pasando del 56º país más competitivo en 2020 al 62º en 2024.

La eficiencia del gobierno es la categoría peor puntuada del país. En cuanto a los factores, Brasil tiene peor puntuación que cualquier otra nación en el marco social, que abarca cuestiones relacionadas con la justicia y la cohesión social, la desigualdad de género y de ingresos, el envejecimiento de la población y la inestabilidad política. Aun así, Brasil sale bien parado en la categoría de rendimiento económico y ocupa un decente 18º puesto en inversión internacional.

Sudáfrica ha rondado el puesto 60 durante los últimos cinco años. Aunque la eficacia empresarial ha mejorado en la Nación del Arcoíris, el gobierno se ha vuelto progresivamente menos eficaz, contrarrestando cualquier avance.

En cuanto a los 20 factores evaluados por el IMD, Sudáfrica ocupa el puesto más bajo en empleo: su tasa de paro es la más alta de los 67 países incluidos en el índice. Otras cuestiones son los problemas con las infraestructuras básicas, y la reciente racha de cortes de electricidad pone de manifiesto la debilidad del país en este ámbito.

En el lado positivo, los aspectos positivos van desde los precios -Sudáfrica ocupa un impresionante tercer puesto en este factor- hasta la política fiscal bastante favorable del país.

Colombia ha subido un puesto en la clasificación de 2024, pero sigue estando tres puestos por debajo de su posición de 2020.

La eficacia del gobierno es el eslabón más débil en las cuatro categorías, y el país se sitúa cerca de los últimos puestos en varios factores, como la economía nacional, el marco social y la legislación empresarial. Sin embargo, al igual que Sudáfrica, Colombia destaca en el ámbito de los precios. Otros factores a su favor son las prácticas de gestión de la nación y los niveles de inversión internacional.

La ventaja competitiva de México se ha difuminado en los últimos cinco años, ya que el país ha pasado del puesto 53 al 56 en la clasificación.

Y ello a pesar de los sólidos resultados económicos de la nación, por los que ocupa el puesto 25. Pero México obtiene malas puntuaciones en las otras tres categorías y las más bajas en factores como la infraestructura tecnológica, la legislación empresarial y la educación. Es un testamento para la economía mexicana que esté funcionando tan bien teniendo en cuenta los muchos obstáculos a la competitividad de la nación.

Filipinas está estancada en el puesto 52, siete puestos por debajo de su clasificación en 2020.

Una vez más, los resultados económicos son la categoría más fuerte, pero no por mucho, y la más débil -las infraestructuras- es muy deficiente. La educación es el factor peor valorado dentro de esta categoría, seguido de las infraestructuras básicas. Mejorar estas áreas es el principal reto del país. Por el contrario, el empleo ocupa el 10º lugar y la política fiscal favorable a las empresas ocupa el 15. 

Chile también se mantiene en el mismo puesto que el año pasado. Al igual que Filipinas, el país se situó significativamente más arriba en 2020, seis posiciones en su caso.

La eficiencia gubernamental es la categoría en la que Chile obtiene mejores resultados, pero en general el panorama es desigual. Chile obtiene una mala puntuación en factores como el comercio internacional, por no hablar de la productividad y la eficiencia de las empresas. Sin embargo, el país ha logrado puntuaciones razonablemente altas en inversión internacional, finanzas públicas y legislación empresarial.

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Italia ha bajado un puesto con respecto al año pasado, pero se sitúa dos puestos por encima que en 2020, lo que sugiere que mucho ha mejorado en la nación desde la pandemia del COVID-19. Aun así, dista mucho de ser perfecta.

Dejando mucho que desear en la nación, la eficacia del gobierno es la categoría peor valorada, siendo la infraestructura la mejor. Entre los 20 factores, Italia, fuertemente endeudada, obtiene la puntuación más baja en finanzas públicas -se sitúa en el puesto 67 según esta métrica- y la más alta por su tenaz economía nacional, seguida de cerca por las infraestructuras sanitarias y medioambientales de la nación. 

España también está más abajo en la clasificación de este año. Actualmente ocupa el puesto 41, el más bajo de los últimos cuatro años: en 2020, 2022 y 2023 ocupó el puesto 36, pero en 2021 descendió al 39.

Entre los escollos a la competitividad figuran los elevados impuestos del país, unas finanzas públicas desordenadas y un elevado desempleo. Entre los aspectos positivos está la fortaleza de España en el comercio internacional -ocupa el puesto 12 en este factor-, así como sus generosos niveles de inversión internacional.

Este año, India ha subido un puesto en la clasificación y el país ha mejorado su posición de 2020 en cuatro impresionantes puestos.

De las cuatro categorías, las infraestructuras son las peor valoradas, y la sanidad, el medio ambiente y la educación, los factores peor puntuados. Mientras tanto, los puntos fuertes de India incluyen su economía nacional en rápido crecimiento y sus actitudes y valores empresariales bien considerados. Curiosamente, el IMD ha destacado la amenaza de la IA para los empleos en el sector servicios como uno de los mayores retos a los que se enfrenta el país.

Por el contrario, Japón ha descendido tres puestos en la clasificación este año y se sitúa cuatro puestos por debajo de lo que estaba en 2020.

La robusta economía nacional y los elevados niveles de empleo de la nación son sus mayores bazas, ya que Japón ocupa el quinto y sexto puesto respectivamente según estas métricas. Pero hay muchos lastres para la competitividad del país. Entre ellos se incluyen sus prácticas de gestión altamente ineficaces, por las que ocupa el puesto 65, unas finanzas públicas problemáticas -los niveles de deuda de Japón están por las nubes- y una productividad mediocre.

Malasia ha caído algo en picada para 2024, descendiendo siete puestos en la clasificación. La eficiencia empresarial es el factor que más ha retrocedido. Al igual que Japón, Malasia tiene mucho trabajo por delante para mejorar la productividad y la eficiencia, su factor con peor puntuación. Otros culpables son la depreciación del ringgit y la inestabilidad política.

Las gracias salvadoras van desde los precios competitivos de Malasia hasta sus sólidas infraestructuras básicas y políticas fiscales favorables a las empresas.

Nueva Zelanda ha caído 10 puestos en la clasificación desde 2020, ya que la economía del país ha coqueteado con la recesión.

Como era de esperar, el país obtiene una mala puntuación en el factor de economía doméstica, pero su área con peores resultados es en realidad la productividad y eficiencia empresarial. Debido a su relativo aislamiento, el comercio internacional también obtiene una mala puntuación para Nueva Zelanda. En el lado positivo, la eficacia del gobierno sigue impresionando y el país ocupa el puesto 14 en el factor salud y medio ambiente.

Francia ha subido dos puestos este año y el país ha mejorado en una posición su clasificación de 2020.

Las infraestructuras son la categoría más fuerte de Francia, mientras que la eficacia del gobierno es la más débil. La inversión internacional, la economía nacional y la infraestructura científica son los factores mejor valorados, y la política fiscal del gobierno es la peor puntuada. De hecho, la política fiscal de Francia es la peor valorada entre los 67 países incluidos en la lista.

El Reino Unido ha caído en picado en la clasificación en los últimos cinco años, descendiendo nueve puestos. Las causas incluyen años de mala gestión económica del gobierno -el país ocupa el puesto 51 en el factor de finanzas públicas- y la elevada inflación, siendo los precios el factor peor valorado del país.

Sin embargo, las perspectivas de competitividad del Reino Unido podrían estar mejorando. El país ocupa el puesto 11 en infraestructura científica y el 12 en inversión internacional, lo que es un buen augurio para el futuro.

Indonesia se ha disparado en la clasificación en los últimos años. La nación ha subido siete puestos desde el año pasado y unas increíbles 17 posiciones desde 2022.

Tanto la eficacia del gobierno como la de las empresas han mejorado notablemente en el país. De los 20 factores, el mercado laboral es el que mejor puntuación obtiene, logrando un impresionante segundo puesto. Pero la nación no está exenta de desafíos. Para mantener esta trayectoria ascendente, Indonesia debe seguir abordando problemas actuales como la excesiva burocracia y la corrupción.

Austria ha caído en picada en la clasificación desde 2020, descendiendo 10 espectaculares puestos. En marcado contraste con Indonesia, la eficacia del gobierno y de las empresas ha empeorado en el país en los últimos años.

Los factores con peor puntuación -política fiscal, actitudes y valores empresariales y finanzas públicas- son indicativos de los problemas que debe afrontar el país. Según la Federación de Industrias Austríacas, los retos más acuciantes son la reducción de los elevados impuestos sobre las nóminas y la reforma de los sistemas nacional de pensiones y sanitario.

Asimismo, la competitividad de Alemania ha descendido de forma llamativa en los últimos años, y el país ha perdido nueve puestos en la clasificación desde 2022.

La vacilante economía alemana y la restrictiva política fiscal tienen parte de culpa, pero el país también obtiene una mala puntuación en actitudes y valores, que engloban atributos como el espíritu emprendedor y la ética del trabajo: Alemania ocupa el puesto 60 de 67 en esta métrica. El país también ha retrocedido en otras áreas, como la infraestructura tecnológica.

Al entrar este año entre los 20 primeros, Corea del Sur ha escalado ocho posiciones sustanciales desde 2023.

Aunque la eficiencia gubernamental se ha debilitado, la eficiencia empresarial y las infraestructuras se han vuelto mucho más sólidas, mientras que la economía del país ha mejorado enormemente. Corea del Sur, uno de los principales productores mundiales de chips y otros productos de alta tecnología, ocupa el primer puesto mundial en infraestructura científica. Según el Instituto Coreano de Política Económica Internacional, mantener este liderazgo es uno de sus principales retos de cara al futuro.

Canadá está en el club de los que más caen en 2024, perdiendo cuatro puestos respecto al año pasado y la suma de 11 respecto a 2020.

Las empresas del país se han vuelto menos productivas y eficientes, mientras que el espíritu emprendedor y la ética del trabajo de Canadá aparentemente han flaqueado. Mientras tanto, el comercio internacional de la nación ha disminuido, y los exportadores rivales han intervenido para llenar el vacío. Pero no todo es pesimismo, ya que Canadá ocupa el cuarto lugar en la clasificación general de inversiones internacionales.

Bélgica ha descendido cinco puestos este año, pero su clasificación para 2024 sigue siendo una gran mejora respecto a la posición del país en 2020, cuando ocupaba el puesto 25.

El gobierno parece ser lo que más frena al país, ya que Bélgica obtiene la peor puntuación en finanzas públicas y política fiscal (en la que ocupa el puesto 66 debido a su excesiva carga). Reducirla es uno de los principales retos. Aun así, Bélgica destaca en otras áreas y se sitúa entre los 10 primeros en educación, prácticas de gestión y factores de comercio internacional.

Islandia ha descendido una posición respecto al año pasado, pero su clasificación es cuatro peldaños más alta que en 2020.

Los malos resultados económicos del país son su talón de Aquiles y su principal reto, junto con su relativa insularidad: Islandia es el país peor clasificado en inversión y comercio internacionales, y ocupa un humilde puesto 60 en precios y 49 en economía nacional. Los puntos fuertes incluyen el marco social de la nación -Islandia ocupa el segundo lugar en esta métrica- junto con la salud y el medio ambiente, el empleo y la educación.

Arabia Saudí ha subido un puesto en la clasificación de este año y 16 puestos con respecto a la posición que ocupaba en 2021.

El país ha mejorado en las cuatro categorías, aunque la eficacia del gobierno es la que más ha progresado. Los puntos positivos clave van desde la actitud y los valores empresariales, por los que el país ocupa el cuarto lugar, hasta su saludable mercado laboral y su leve fiscalidad. Los factores peor valorados son el marco social y la salud y el medio ambiente. De cara al futuro, entre los principales retos de Arabia Saudí figuran el cumplimiento de sus objetivos de desarrollo Visión 2030 y el abandono de los combustibles fósiles.

Finlandia ha retrocedido cuatro puestos este año y ha bajado dos desde 2020. El mayor impedimento para la competitividad del país ha sido el bajo rendimiento de su economía, aunque el gobierno no ha ayudado gravando a las empresas hasta la extenuación. Finlandia ocupa el decepcionante puesto 59 en política fiscal.

No obstante, el país obtiene una buena puntuación en otros factores, como el marco social y la infraestructura tecnológica. Las principales prioridades de Finlandia son gestionar la amenaza de Rusia y otros riesgos geopolíticos, reducir el déficit presupuestario e impulsar la investigación y el desarrollo.

China continental ha subido siete posiciones en la clasificación este año. Aunque últimamente no ha pasado por su mejor momento, la economía nacional del país está clasificada como la mejor del mundo en competitividad. Otros tres factores figuran entre los 10 primeros: la infraestructura tecnológica, la infraestructura científica y el mercado laboral.

En el lado negativo, el comercio internacional de China continental ha sufrido un revés debido al tambaleo de la economía mundial y a la intensificación de las tensiones geopolíticas: el país ocupa solo el puesto 43 en este factor. Invertir el declive es uno de los retos más acuciantes del país.

Australia está subiendo como la espuma en la clasificación, habiendo saltado de la 19ª posición del año pasado a la 22ª en 2021. La razón principal es la floreciente economía del país, aunque la inflación y los problemas del coste de la vida le han restado importancia.

Australia obtiene la mejor puntuación en inversión internacional, ocupando el quinto lugar según esta métrica. Aparte de hacer frente a los altos precios, las áreas que Australia podría mejorar incluyen las prácticas de gestión, el comercio internacional, la política fiscal y la productividad, que ha caído por debajo de la media a largo plazo.

EE.UU. ha abandonado el top 10 este año, cayendo desde la posición número nueve. En realidad, la poderosa economía del país ha mejorado y EE.UU. ocupa el primer puesto en rendimiento económico. Pero el país ha descendido en las otras tres categorías.

Entre los factores, EE.UU. ocupa el primer puesto en inversión internacional y financiación empresarial, y el tercero en infraestructura científica. Los factores más débiles son las finanzas públicas, con un déficit estadounidense cada vez mayor, y los precios y el marco social. 

Qatar ha mejorado su clasificación en una posición este año y ha subido siete puestos desde 2022. Los mejores resultados económicos y la modernización de las infraestructuras han contribuido a su mejora.

La política fiscal de Qatar, que crea el clima perfecto para que prosperen las empresas, está clasificada como la mejor del mundo. El país es también el número uno en empleo. Sin embargo, las infraestructuras científicas, la sanidad, el medio ambiente y la educación son susceptibles de mejora. Además, Qatar necesita hacer más para atraer a los inversores internacionales.

Noruega vuelve a estar entre los 10 primeros este año, tras haber caído al 14º puesto en 2023. Sin embargo, al país aún le queda camino por recorrer antes de recuperar el sexto puesto, que obtuvo en 2021.

La eficacia empresarial y las infraestructuras son los puntos fuertes de Noruega, que ocupa el segundo puesto mundial en infraestructuras básicas. Sus puntos débiles son los precios elevados, la disminución del comercio internacional y una política fiscal que ahoga la competitividad: Noruega ocupa el 52º puesto en el factor política fiscal.

Desde el quinto puesto del año pasado y el cuarto en 2020, Países Bajos ha perdido parte de su poder competitivo en los últimos años, pero sigue siendo una fuerza a tener en cuenta.

La inflación pegajosa ha demostrado ser un obstáculo importante, ya que el país ocupa el puesto 54 en precios, mientras que la política fiscal se califica aún peor en el puesto 63. Afortunadamente, el país es fuerte en casi todas las demás áreas, desde el comercio internacional y la financiación empresarial hasta el empleo.

Taiwán ha descendido dos puestos en la clasificación de este año, aunque su posición sigue siendo una mejora respecto a 2020, cuando el país ocupaba el 11º lugar.

La eficiencia empresarial y gubernamental, junto con las infraestructuras, son en general de primera categoría, pero la recesión del comercio mundial ha perjudicado últimamente la competitividad de Taiwán. Además de ampliar el comercio, sus retos más urgentes incluyen reforzar la cooperación internacional para hacer frente a la amenaza inminente de China y acelerar la transición digital y a la red cero.

Los EAU, la nación más competitiva de Medio Oriente, han subido tres puestos este año y dos desde 2020.

La puntuación del país ha mejorado en las cuatro categorías. En cuanto a los factores, EAU ocupa el segundo lugar en finanzas públicas y empleo y el tercero en mercado laboral y comercio internacional. Sus factores más débiles son las infraestructuras científicas y la sanidad y el medio ambiente. El principal reto del país es su transición para abandonar los combustibles fósiles y la necesidad de diversificar su economía. 

Suecia ha mejorado su clasificación en dos puestos este año, volviendo a la posición número seis que ocupaba en 2020 (aunque el país se clasificó en segundo lugar en 2021).

La eficiencia empresarial es la categoría más fuerte de Suecia, siendo la salud y el medio ambiente -que ocupa el segundo lugar- el factor mejor puntuado del país. Pero aunque Suecia tiene muchos factores a su favor, varios están muy mal valorados. Entre ellos están los precios, el empleo y la política fiscal, que ocupa el puesto 56.

Aunque forma parte de China, Hong Kong es tratado como un país por el IMD. La región administrativa especial ha subido dos puestos en la clasificación para recuperar la quinta posición que perdió el año pasado.

Hong Kong ocupa el primer puesto en comercio internacional y legislación empresarial, el segundo en política fiscal y el tercero en inversión internacional e infraestructuras básicas. Esto la convierte en un lugar fantástico para hacer negocios, aunque muy caro. Hong Kong ocupa un terrible puesto 65 en precios, que es con mucho su factor peor puntuado.

Irlanda ha descendido dos posiciones en la clasificación de este año, pero sigue obteniendo unos resultados excepcionales si se tiene en cuenta que el país ocupaba el puesto 12 en 2020.

La eficiencia empresarial, la categoría mejor puntuada de Irlanda, es ejemplar en el país, siendo las actitudes y valores empresariales el factor mejor valorado, alcanzando el segundo puesto en la clasificación general. Otros aspectos positivos destacados son el marco jurídico favorable a las empresas y la elevada productividad de Irlanda. En cuanto a los retos, la reducción de los elevados precios del país y la mejora de las infraestructuras básicas ocupan los primeros puestos.

Dinamarca, el país más competitivo del mundo en 2023, tiene que conformarse este año con la medalla de bronce, tras caer al tercer puesto. Esto se debe principalmente a un descenso en la categoría de rendimiento económico.

A pesar de ello, Dinamarca sigue siendo el número uno en productividad y eficacia, marco social y prácticas de gestión. Entre los pocos aspectos negativos importantes está la política fiscal del país, por la que ocupa el puesto 51. De cara al futuro, la Federación Danesa de Industria ha identificado la reducción de la carga que soportan las empresas para impulsar su competitividad como un reto clave para el país.

Suiza ha subido un puesto este año para ocupar la segunda posición, aunque la nación fue la número uno en 2021. Este país próspero, una máquina bien engrasada que funciona como un reloj, ocupa el primer puesto en las categorías de eficiencia gubernamental e infraestructuras.

En cuanto a los factores, Suiza también ocupa el primer puesto en finanzas públicas, marco institucional, sanidad y medio ambiente, y educación. El mayor inconveniente es la carestía general del país, que merma su capacidad para competir a escala mundial; el factor precios de Suiza ocupa un humilde puesto 61.

Singapur regresa triunfante al primer puesto este año, tras haber perdido su corona en 2021. Arrasando en las cuatro categorías, Singapur ha logrado una puntuación de competitividad de 100,00 para 2024.

Desglosando los factores, la dinámica ciudad-estado es la número uno en infraestructura tecnológica, actitudes y valores empresariales y mercado laboral. Sus puntuaciones son muy altas en comercio e inversión internacionales, legislación empresarial y muchos otros aspectos. Pero a pesar de su perfecta puntuación global en competitividad, Singapur comparte un gran inconveniente con Suiza: los altos costes. De hecho, el país está clasificado incluso por debajo en cuanto a precios, justo en el puesto 62.

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