Mansiones millonarias FANTASMA: ¿Por qué fueron abandonados estos palacios de lujo?
Magníficas mansiones abandonadas a su suerte

Vacías y sin amor, algunas de las propiedades más caras del mundo han sido abandonadas por sus propietarios y dejadas languidecer, desde residencias reales a casas de vacaciones presidenciales y extensas mansiones. Pero, ¿qué les ha llevado a caer en desgracia?
Sigue leyendo para echar un vistazo al interior de algunas de las mansiones abandonadas más caras del mundo y descubrir los misterios que se esconden tras su abandono...
Adaptado al español por Rocío Durán Hermosilla, Redactora en Español para loveMONEY
Casa de oficiales de Wünsdorf, Brandeburgo, Alemania

En su apogeo, hasta 75.000 hombres, mujeres y niños soviéticos llamaron hogar a esta vasta propiedad abandonada. La extensa residencia de oficiales, junto con su extensa finca de 60.000 acres (24.281 ha), conocida como Wünsdorf, fue un centro neurálgico de la actividad militar soviética.
Fundada en 1871, Wünsdorf era una de las mayores bases militares de Europa en aquella época y fue testigo de cambios dramáticos a lo largo de las décadas. Comenzó siendo un campo de prisioneros de guerra en la Primera Guerra Mundial, antes de que el Mando Supremo de Alemania se trasladara allí durante la Segunda Guerra Mundial. Cuando llegó la Guerra Fría, los rusos tomaron el control y se transformó en un bastión soviético.
Casa de oficiales de Wünsdorf: un retiro para el Alto Mando

Incluso después de años de abandono, no es difícil imaginar los grandes pasillos de la casa de oficiales repletos de miembros del Alto Mando soviético. La estructura sigue siendo imponente hoy en día, aunque es difícil pasar por alto la decadencia que se ha instalado con el paso de los años.
En su apogeo, la finca no era solo una base militar, sino una vibrante comunidad conocida como la Pequeña Moscú. En la base había tiendas, un casino, escuelas, un teatro e instalaciones recreativas. Era su propia ciudad secreta y autónoma.
Casa de oficiales de Wünsdorf: la Ciudad Prohibida

Aquí está el gran teatro con su techo ornamentado. La intrincada arquitectura alude a la grandeza que un día definió Wünsdorf. En la finca se celebraba regularmente un calendario de actos culturales, incluidas actuaciones del famoso Ballet Bolshoi de Moscú.
Sin embargo, los alemanes de a pie rara vez veían esta faceta de la base, ya que la entrada a Wünsdorf estaba estrictamente controlada. El acceso restringido dio lugar a otro apodo: la Ciudad Prohibida.
Casa de oficiales de Wünsdorf: abandonada repentinamente

En la foto aparece la piscina de la finca, que ahora es una sombra decadente de lo que fue. Antes de que llegaran los soviéticos, el lugar se utilizaba como campo de entrenamiento olímpico para los atletas que se dirigían a los juegos de 1936. Probablemente, el equipo de natación alemán habría utilizado estas instalaciones.
Los soviéticos abandonaron Wünsdorf en agosto de 1994. 98.000 cartuchos de munición, montañas de basura, aparatos electrónicos e incluso animales domésticos fueron abandonados cuando las fuerzas rusas desalojaron su antiguo bastión.
Casa de oficiales de Wünsdorf: intrigante red de búnkeres

Tras la salida de los soviéticos, el mantenimiento de la finca cayó en manos de un único cuidador y siguió deteriorándose. La casa del oficial y varios edificios circundantes se pusieron a la venta en 2015 por $3,9 millones (unos 3,6 millones de euros). Sin embargo, las estructuras siguen abandonadas; tal vez los compradores se desanimaron por la accidentada historia de la propiedad.
Por otra parte, la superficie circundante está salpicada de una red de búnkeres abandonados, vestigios del pasado de la propiedad en la Segunda Guerra Mundial. Estas intrigantes estructuras están ahora abiertas al público junto con un museo, lo que garantiza la pervivencia de la historia del lugar.
Château des Rufflets, Normandía, Francia

Enclavada en la campiña de Normandía, en el norte de Francia, esta magnífica mansión, conocida como Château des Rufflets, está rodeada de misterio. Aunque poco se sabe con certeza sobre su historia, los datos recogidos en los registros a lo largo de los siglos dibujan un cuadro intrigante.
Los años de abandono no han empañado la impresionante estructura de la casa. Al acercarse a la finca, el exterior barroco francés sigue deslumbrando a pesar de su deterioro. La fachada presenta ladrillos ornamentados, un frontón tallado e hileras de ventanas arqueadas.
Château des Rufflets: retiro aristocrático

El vestíbulo principal es espectacular, con sus grandes columnas, su amplia escalera y su suelo de baldosas blancas y negras. Está claro que quien vivía aquí tenía una posición social importante en esta pequeña comunidad.
Durante mucho tiempo han circulado rumores sobre los antiguos habitantes de la regia casa. Según un explorador urbano, la mansión fue construida en el siglo XVII por un aristócrata local que asistía regularmente a la corte del rey Luis XIV en Versalles. No hay duda de que su construcción habría costado a su propietario una suma importante hace cuatro siglos.
Château des Rufflets: antiguo residente real

La mansión palaciega también es conocida entre los exploradores urbanos como Château des Bustes por las numerosas estatuas y bustos que adornan sus salones, uno de los cuales puede verse aquí, en el comedor. Fotografiada aquí en 2016, la habitación no ha cambiado mucho desde su apogeo en la alta sociedad, con un espejo dorado, una alfombra persa y una fina ebanistería que siguen intactos. Incluso las cortinas siguen colgadas en su sitio.
Según un censo histórico de la zona realizado entre 1692 y 1790, la residencia fue ocupada por un tal Monsieur Joseph-Laurent en 1777. Miembro destacado de la aristocracia francesa, era marqués y caballero de la Orden de San Luis, orden caballeresca establecida por el rey Luis XIV para honrar a sus oficiales militares.
Château des Rufflets: apogeo en 1920

En la década de 1920, el castillo estaba ocupado por la familia Bouchon. Un boletín de un sindicato de químicos e ingenieros locales relata una visita a la mansión en 1929, en la que los señores de la familia recibieron al grupo y ofrecieron un ágape de "sabrosos productos locales: frutas, queso fresco, sidra".
Tal vez el grupo se retiró a este hermoso salón, resplandeciente con sus elaborados paneles, su alcoba dorada y su piano de cola.
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Château des Rufflets: futuro incierto

Arriba, este elegante dormitorio conserva pertenencias dejadas por los antiguos residentes de la mansión. Lienzos y obras de arte dan una idea de los gustos de quienes vivieron aquí, mientras que lo que parece ser ropa yace desechada sobre la cama junto a una maleta que aparentemente nunca se hizo.
Poco se sabe del destino del castillo, pero según las imágenes de Google Earth de febrero de 2024, sigue en pie. Nadie sabe si seguirá languideciendo bajo una capa de polvo. Con un poco de suerte, alguien habrá decidido renovar esta joya arquitectónica y devolverle su antigua grandeza.
Palacio de Hamilton, Sussex, Reino Unido

En la localidad inglesa de Uckfield, en Sussex, se encuentra el Palacio Hamilton, una espectacular mansión privada. O al menos se suponía que lo era cuando empezaron las obras hace cuatro décadas. A pesar de que las obras se iniciaron en 1985, los andamios siguen en su lugar, un crudo recordatorio del desastroso viaje de construcción de la casa.
Con dos enormes alas, una cúpula dorada y un mausoleo junto al lago, el palacio es mayor que el Palacio de Buckingham. Fue encargado por el empresario caído en desgracia Nicholas van Hoogstraten, de quien se dice que hizo fortuna con propiedades, minas, arte y préstamos.
Palacio de Hamilton: la locura de un millonario

Van Hoogstraten se convirtió en el millonario más joven de Gran Bretaña a los 22 años, en la década de 1960, y su patrimonio neto se ha situado en $1.000 millones (unos 930 millones de euros), según Sussex Live.
Con un coste de construcción de unos $52 millones (unos 48,4 millones de euros), unos carísimos $156 millones en dinero de hoy (unos 145,1 millones de euros), el Palacio Hamilton fue en su día una de las casas privadas más caras (y grandes) de Gran Bretaña durante un siglo, aunque nadie haya vivido nunca en ella.
Palacio Hamilton: conflictos de planificación

Desde el principio, la construcción del palacio no transcurrió sin problemas. El proyecto provocó muchas disputas con los vecinos después de que van Hoogstraten decidiera eliminar un sendero público que atraviesa la finca. Pero quizá haya razones más siniestras por las que la casa se ha quedado a medio terminar, con materiales de construcción esparcidos por sus habitaciones de gran tamaño...
Palacio Hamilton: obras paralizadas

En un sorprendente giro de los acontecimientos, en 2002 el Sr. Hoogstraten fue condenado a 10 años de cárcel por el homicidio involuntario de su rival Mohammed Raja. La condena fue anulada posteriormente en apelación, pero van Hoogstraten fue condenado a pagar a la familia de Raja $7,8 millones por daños y perjuicios (unos 7,3 millones de euros), de los cuales van Hoogstraten dijo que "no verían ni un céntimo", según informes periodísticos. Poco después, se suspendió la construcción del Palacio Hamilton.
Palacio Hamilton: la casa fantasma de Sussex

Desde entonces, el ruinoso edificio, rodeado de andamios y en marcado contraste con la verde y agradable campiña circundante, ha permanecido prácticamente inalterado.
Van Hoogstraten afirma que su imperio se ha disuelto desde entonces y ahora está en manos de sus cinco hijos, al igual que su multimillonario proyecto de vanidad, conocido por los lugareños como "la casa fantasma de Sussex".
Casa adosada del siglo XVIII, Londres, Reino Unido

Terminada a mediados del siglo XVIII, esta espectacular casa adosada se encuentra en el corazón de uno de los barrios más prestigiosos de Londres, Mayfair.
Cerca de Hyde Park Corner, el edificio, catalogado de Grado II, fue en su día el hogar de una familia muy rica y socialmente importante, pero en algún momento la fastuosa residencia se dejó languidecer.
Casa adosada del siglo XVIII: arquitectura dramática

Mientras que la prominente y refinada fachada del edificio tiene mucho atractivo, el interior parece interminable y rebosa de elegantes detalles de época. Distribuido en seis plantas, dispone de 14.000 pies cuadrados (unos 1.300 m2) de alojamiento. Nada más cruzar la puerta principal, te recibe el dramatismo: no hay más que ver esta impresionante escalera de mármol.
Casa adosada del siglo XVIII: espacios vitales en ruinas

Aunque no conocemos la historia completa de la propiedad, sabemos que en algún momento pasó de ser una mansión a un edificio de oficinas. Lamentablemente, cuando fue desalojado por la empresa -o empresas- que lo ocupaban, la estructura fue desvalijada y abandonada al deterioro. Se pueden ver agujeros y señales de daños en suelos, paredes y techos, lo que revela que el edificio necesita importantes obras de restauración.
Casa adosada del siglo XVIII: características destacadas

A pesar de su estado ruinoso, todas las habitaciones conservan elementos originales, como molduras de corona, ventanas de guillotina, chimeneas y lámparas.
Una de las características más impresionantes de esta casa histórica es su claraboya, que decora la última planta e inunda de luz el hueco de la escalera y el vestíbulo. Además, muchas de las ventanas de los pisos superiores permiten disfrutar de vistas de gran alcance sobre Green Park.
Casa adosada del siglo XVIII: ¿cambio en el horizonte?

Puesta a la venta por última vez a través de Knight Frank por la friolera de $39 millones (unos 36,3 millones de euros), la impresionante propiedad ya tiene permiso de obras para convertirse en una lujosa casa de 10 dormitorios, con piscina y zona de bienestar en el sótano, biblioteca, oficina para el chófer y sala de cine.
Billionaires' Row, Londres, Reino Unido

Bishops Avenue, también conocida como Billionaires' Row, es una de las calles más ricas y controvertidas de Londres. Esta prominente vía se encuentra en Hampstead y alrededor de un tercio de las mansiones que hay a lo largo de ella han quedado abandonadas, y muchas de ellas han caído en la ruina.
Propiedad en su mayoría de inversores extranjeros que dejan sus casas deshabitadas, estas lujosas propiedades se encuentran ahora en un triste estado de conservación.
Billionaires' Row: hileras de casas vacías

Muchas de las 66 casas de Billionaires' Row se construyeron a finales de la década de 1970, y más de 10 están ahora totalmente abandonadas, a pesar de ser algunas de las viviendas más valiosas de Gran Bretaña.
De hecho, en 2008, la mansión Toprak, en The Bishops Avenue, batió un nuevo récord como la casa más cara jamás vendida en el Reino Unido en aquel momento. La finca cambió de manos por $65 millones (unos 60,5 millones de euros).
Billionaires' Row: signos de su antigua grandeza

Captado aquí por los exploradores Beyond the Point, este pasillo vacío se está cayendo a pedazos, con un techo hundido que ha dejado entrar los elementos. Sin embargo, es fácil ver recuerdos de la antigua grandeza de la casa, como la barandilla dorada y las vidrieras de colores de este pasillo cavernoso.
En 2022, los estudiantes también exploraron una de las propiedades conocidas localmente como "Las Torres", y compartieron sus hallazgos en TikTok. La misma casa fue tristemente arrasada por un incendio en el verano de 2023.
Billionaires' Row: intacta durante décadas

Por increíble que parezca, algunas casas llevan más de 30 años sin tocarse. Esta terraza acristalada parece como si los propietarios acabaran de levantarse y marcharse, con un cenicero todavía sobre la mesa de ratán y revistas descoloridas apiladas en lo alto.
The Bishops Avenue ha sido calificada como "uno de los eriales más caros del mundo" por el promotor Anil Varma, que posee una propiedad en esta tristemente célebre calle.
Billionaires' Row: antiguos residentes famosos

Entre los residentes pasados y presentes se encuentran el súper rico sultán de Brunei y Justin Bieber, que al parecer alquiló una de las casas más lujosas de la calle en 2016 por la friolera de $140.000 al mes (unos 130.200 € al mes).
Lo que una vez fue el mejor lugar para vivir en Londres se ha convertido en una calle entera de ruinas y edificios en ruinas, que se dice que valen en conjunto $454 millones (unos 422 millones de euros).
Mansión Harris Clay, Georgia, EE.UU.

Construida en la década de 1890, esta mansión señorial vacía de Augusta, Georgia, tiene una historia bastante asombrosa. Con ocho dormitorios y seis cuartos de baño, puede que esta extensa casa se haya desvanecido un poco desde su ilustre apogeo, cuando estaba en el corazón de la vida de la alta sociedad, pero su prestigio sigue siendo evidente.
La mansión Harris Clay: donde veraneaban los presidentes

Se dice que esta casa americana abandonada acogió regularmente al 27º Presidente de los EE.UU., William Howard Taft, a principios del siglo XX. Y aunque sus suelos están ahora polvorientos y su carpintería grisácea, no es difícil imaginar la antigua grandeza de la mansión.
Este espacio de recepción es espectacular, desde las lámparas de cristal de estilo Art Nouveau hasta las magníficas ventanas emplomadas y los detallados paneles.
Mansión de Harris Clay: casa de un hombre de negocios

En el corazón de la casa de estilo Reina Ana se encuentra esta gran sala de recepción, con dos chimeneas revestidas de mármol y hermosos suelos de madera.
Encargada a finales del siglo XIX por el empresario Landon Addison Thomas Jr, la propiedad había pertenecido a la misma familia durante más de un siglo antes de ser vendida en abril de 2022 por unos $1,4 millones (unos 1,3 millones de euros).
Mansión de Harris Clay: elegantes instalaciones interiores

Los suelos de madera originales se extienden por todo el interior, y algunos, como este precioso parqué, parecen conservarse en muy buen estado. Con un tesoro de impresionantes elementos de época, no haría falta mucho para que la Casa de Arcilla Harris volviera a ser una hermosa y bulliciosa casa familiar.
Mansión de Harris Clay: precio millonario

Además de los llamativos espacios habitables, la casa está rodeada por más de tres acres (1,2ha) de terreno. Aunque está algo cubierto de maleza y desgastado por el paso del tiempo, aún se aprecian signos de lo que fue un cuidado jardín, y no están más allá del punto de rescate.
Las décadas no han mermado el encanto arquitectónico de la mansión de Harris Clay. Si esta gran finca alcanzó un precio millonario en su actual estado de abandono, ¿quién sabe cuánto podría valer esta belleza vacía una vez restaurada?
Swannanoa, Virginia, EE.UU.

Esta imponente mansión renacentista italiana de Virginia se construyó en 1912 para el empresario y filántropo Major James H Dooley por $2 millones, equivalentes a $65 millones en 2024 (unos 60,5 millones de euros). No se escatimaron gastos en la lujosa propiedad, que llevó ocho años de trabajo a 300 artesanos, hasta llegar a la década de 1920.
Swannanoa: mobiliario de lujo

Swannanoa, un refugio romántico para el comandante Dooley y su amada esposa Sarah, se equipó con un mobiliario digno de un multimillonario, que incluía exquisitos suelos y paneles murales de mármol de Carrara, además de accesorios de fontanería de oro. El factor sorpresa de la casa es una impresionante vidriera Tiffany de 4.000 piezas que representa a la Sra. Dooley.
Swannanoa: instalaciones de última generación

Envidiada por el vecindario, la mansión contaba con todas las comodidades modernas. Además de ser la primera propiedad de la zona en tener electricidad instalada, Swannanoa contaba con un ascensor de última generación y un montaplatos, y al entrar en la propiedad, los invitados quedaban maravillados por el vestíbulo panelado y la espléndida escalera de mármol.
Swannanoa: las múltiples vidas de un icono de Virginia

Los Dooley pasaron los veranos en la propiedad hasta que el mayor Dooley murió en 1924. La Sra. Dooley murió en 1926 y Swannanoa pasó a manos de las dos hermanas de su difunto marido, que no perdieron el tiempo en deshacerse de ella. La mansión se vendió por el precio de derribo de $300.000 (unos 279.000 euros), equivalente a $5,3 millones en 2024 (unos 4,9 millones de euros).
La residencia se convirtió más tarde en un club de campo, que abrió en 1929 pero cerró en 1932 a causa de la Gran Depresión. La mansión quedó entonces vacía durante años. Durante la Segunda Guerra Mundial, la Armada de EE.UU. hizo planes para comprar la propiedad, pero el coste la desanimó.
Swannanoa: abierto al público

Swannanoa encontró por fin un comprador en 1944, cuando el empresario local A T Dulaney adquirió la ruinosa casa por $60.000, equivalentes a $1,1 millones en 2024 (alrededor de 1 millón de euros). La alquiló al polímata Walter Russell y a su esposa, la escultora Lao, que establecieron en la finca una universidad de la Nueva Era. Russell murió en 1963 y su esposa siguió alquilando la propiedad hasta su muerte en 1988, cuando fue reutilizada como Museo Russell.
La familia Dulaney, que sigue siendo propietaria de la finca, cerró el museo en 1998, renovando parcialmente la villa antes de alquilarla para eventos. Ahora está abierta a los visitantes para visitas especiales en los meses de primavera y verano.
Palacio de Bambú, Gbadolite, República Democrática del Congo

Mobutu Sese Seko, ex presidente de Zaire, actual República Democrática del Congo, era un corrupto notorio. Al parecer, el difunto dictador derrochó más de $100 millones (unos 93 millones de euros) del dinero de su pueblo en su "Versalles de la jungla", un lujoso complejo palaciego construido en su ciudad natal de Gbadolite en la década de 1970. El complejo contaba con tres suntuosas residencias, incluido el deslumbrante Palacio de Bambú.
Palacio de Bambú: dirigido por una plantilla de 700 personas

Mobutu llenó los interiores de cuadros de Monet y Renoir, mobiliario Luis XVI ornamentado, mármol de Carrara y abundante dorado. En casi todas las habitaciones colgaban arañas de Murano ridículamente caras. El palacio de Gbadolite contaba con 700 empleados para atender los caprichos del presidente y su familia, que eran legendarios.
Palacio de Bambú: instalaciones de estilo resort

Mobutu incluso mandó construir un aeropuerto internacional en las cercanías para poder fletar el Concorde y volar a París con su primera esposa, Marie-Antionette, para ir de compras con todos los diseñadores.
El complejo de Gbadolite también tenía varias piscinas enormes, un hotel de cinco estrellas para los dignatarios visitantes y varias casas de huéspedes de lujo.
Palacio de Bambú: arquitectura de imitación

Para sanear las arcas del Estado, el presidente incluso derrochó en una réplica en miniatura del Palacio Prohibido de Pekín.
Palacio de Bambú: reclamado por la selva

Mobutu fue depuesto en mayo de 1997, tras haber malversado unos $5.000 millones (unos 4.700 millones de euros). El ex presidente huyó a Marruecos, donde murió ese mismo año. Gbadolite fue saqueada y todos sus objetos de valor fueron sustraídos o destruidos. Desde entonces, la selva ha recuperado el complejo, que yace arruinado y abandonado.
Hook End Manor, Oxfordshire, Reino Unido

Destinada a convertirse más tarde en el hogar de David Gilmour, de Pink Floyd, esta mansión isabelina de Oxfordshire se construyó en 1580 para el obispo de Reading y se cree que sirvió de asilo psiquiátrico durante su larga historia.
Sir Charles Clore, propietario de Selfridges, adquirió la mansión de 11 dormitorios en la década de 1950 y la vendió en 1972 a Alvin Lee, vocalista de la banda Ten Years After, que construyó un estudio de grabación en el granero.
Hook End Manor: hogar de legendarias estrellas del rock

Lee grabó varios discos en el estudio e incluso utilizó la pista de tenis cubierta como cámara de eco. Se desprendió de la propiedad, que fue adquirida por la estrella del rock David Gilmour, de Pink Floyd, en 1980.
El cerdo hinchable gigante de la banda se guardó en el local y en el estudio se grabaron dos LP de Pink Floyd. Gilmour vendió la casa en 1986 y la mansión y el estudio de grabación pasaron finalmente a manos del productor de Frankie Goes to Hollywood, Trevor Horn.
Hook End Manor: icónico estudio de grabación

Horn transformó la propiedad en Hookend Productions, que fue el local de grabación más lujoso del Reino Unido desde finales de los 80 hasta la década de 2000. Un impresionante elenco de músicos grabó allí singles y álbumes, entre ellos Rod Stewart, los Manic Street Preachers, Seal y los Smiths.
Hook End Manor: llega la tragedia

En la foto, este pequeño pero elegante espacio de uno de los pisos superiores fue probablemente un dormitorio. Una gran chimenea ocupa el centro del escenario, mientras que las molduras del techo añaden una sensación de grandeza.
Aunque Horn y su familia vivieron felices en la casa durante algún tiempo, sobrevino la tragedia. En 2006, un accidente en la propiedad obligó a Horn a venderla, y el productor Mark White la compró en 2009 por $15,6 millones (unos 14,5 millones de euros).
Mansión Hook End: recuperada del abismo

White invirtió en el estudio, pero la casa permaneció abandonada durante años. El fotógrafo Trevor Bishenden captó los deteriorados interiores en 2020, cuando la mansión parecía completamente abandonada, con humedad ascendente y papel pintado desconchado.
Afortunadamente, en los últimos años la casa se ha renovado y se ha recuperado, restaurando su arquitectura histórica para disfrute de las generaciones futuras. La propiedad ofrece ahora alojamiento de lujo a los músicos visitantes que graban en el estudio de grabación de última generación de la propiedad.
Castillo Miranda, Valonia, Bélgica

Con sus torreones neogóticos asomando por encima de los árboles de su bosque, el castillo Miranda, o castillo de Noisy, como también se le conocía, fue en su día cosa de cuento de hadas.
El conde Liedekerke-Beaufort encargó al arquitecto inglés Edward Milner que creara una fantasiosa residencia de verano para su familia cerca de Celles (Bélgica), cerca de su residencia principal, el castillo de Vêve. La construcción comenzó en 1866 y finalizó en 1907, cuando se erigió la ornamentada torre del reloj.
Château Miranda: una larga historia

Antaño escenario de fastuosas fiestas, sus majestuosos pasillos arqueados y salones de baile pintados quedaron reducidos a escombros en 2017 tras décadas de abandono.
La aristocrática familia Liedekerke-Beaufort vivió en el castillo hasta la Segunda Guerra Mundial, siendo testigo directo de la Batalla de las Ardenas. Posteriormente, la mansión fue ocupada por los nazis durante un tiempo. Devastada por la guerra y el deterioro, su elegante estructura fue adquirida por la Compañía Nacional de Ferrocarriles de Bélgica en 1950 y rebautizada Castillo Noisy.
Château Miranda: arrasado por el fuego

Se utilizó como orfanato y colonia de vacaciones para los hijos de los empleados del ferrocarril, que más tarde denunciaron malos tratos y crueldad a manos del personal. El orfanato cerró en la década de 1970 debido al aumento de los costes. Una ruinosa cocina retro de los años 50 era todo lo que quedaba de su época como colonia de vacaciones.
En los años siguientes, el castillo se deterioró aún más hasta que un incendio en 1995 destruyó un ala entera. Los costes de reparación y renovación se consideraron excesivos y la falta de inversión provocó un mayor deterioro y dilapidación.
Castillo Miranda: frecuentado por exploradores urbanos

Reducido a poco más que una ruina, salvo esta puerta, el lugar se convirtió en un imán para "exploradores urbanos", fotógrafos y cazadores de fantasmas, atraídos por la inquietante belleza del castillo abandonado.
Más tarde, en 2014, otro incendio supuso la sentencia de muerte para el castillo, cuando nuevos daños hicieron que el lugar fuera inseguro e imposible de rescatar. La familia ya había retirado chimeneas, azulejos y otros objetos de valor cuando comenzó la demolición en octubre de 2016.
Castillo Miranda: arrasado

El proceso de demolición duró casi un año, y primero se retiraron las torretas neogóticas. La última parte que se derribó fue la emblemática torre del reloj del castillo, que, según se rumorea, funcionó perfectamente hasta finales del siglo XX, a pesar de no haber recibido nunca mantenimiento.
Conservado en fotografías y plasmado en varias producciones cinematográficas, incluida la serie Hannibal, el Castillo Miranda se ha ido pero no se ha olvidado.
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