A los multimillonarios les gusta ir de A a B con la máxima comodidad y estilo, y no dudan en derrochar en los mejores y más exclusivos medios de transporte imaginables.

Haz clic o desplázate mientras te revelamos los jets privados, trenes opulentos, coches de prestigio y magníficos megayates que utilizan los superricos para viajar por el mundo.

Todas las cantidades están en dólares estadounidenses, las cifras en euros son conversiones aproximadas que podrían cambiar.

Adaptado al español por Rocío Durán Hermosilla, Redactora en Español para loveMONEY.

Sir Richard Branson tiene muchos aviones a su disposición, pero hay algunas rutas que su aerolínea Virgin Atlantic no cubre. Para viajes de corta distancia hacia y desde su isla privada Necker, en el Caribe, el multimillonario británico viaja en su jet privado Dassault Falcon 50EX.

Una opción relativamente asequible, la aeronave puede adquirirse por solo varios millones de euros.

Bill Gates llama "placer culpable" al avión privado Bombardier BD-700 Global Express que compró en 1997. Según el New York Times, el cofundador de Microsoft pagó $21 millones (unos 19,5 millones de euros) por el avión, con capacidad para 19 personas.

En realidad, Gates posee tres aviones más, entre ellos dos Gulfstream G650ER y una colección de helicópteros. Se cree que el valor actual de su flota de aviones privados ronda los $200 millones (unos 186 millones de euros).

Ratan Tata, ex presidente del Grupo Tata de India, es propietario de un Dassault Falcon 2000 de $22 millones (unos 20,5 millones de euros). Este jet premium ofrece interiores bien equipados, características de seguridad de vanguardia y una autonomía transcontinental.

Tata es en realidad un piloto cualificado y toma los mandos de su preciado avión, así como de otros propiedad del Grupo Tata.

Larry Ellison, cofundador de Oracle, es un ávido aviador con una impresionante colección de aviones que incluye dos cazas de buena fe: un SIAI-Marchetti S.211 (en la foto) adquirido a la marina italiana y un MiG-29 soviético fuera de servicio.

Desgraciadamente para el multimillonario, el gobierno estadounidense inmovilizó el ex avión de la URSS, que considera un arma.

En 2005, los fundadores de Google, Larry Page y Sergey Brin, gastaron $15 millones (unos 13,9 millones de euros) en un Boeing 767-200, adquirido a la aerolínea australiana Qantas. Este duo gastó otros $10 millones (unos 9,3 millones de euros) en rediseñar los interiores para convertirlo en un avión privado con capacidad para 50 pasajeros.

Junto con el ex director ejecutivo de Google, Eric Schmidt, los titanes de la tecnología poseen una formidable flota de aviones, que incluye un Boeing 757 y dos Gulfstream V, e incluso tienen su propia terminal privada en el aeropuerto de San José (California).

Poco después de regalar a su esposa un jet privado de lujo con bar, dormitorio principal y consolas de juegos, Mukesh Ambani se regaló a sí mismo un Boeing Business Jet 2 de $73 millones (unos 68 millones de euros).

La persona más rica de la India optó por un lujoso interior hecho a medida que incluía desde una amplia suite de negocios hasta una bañera de tamaño completo. Ambani tiene más de un avión en su colección, y su flota incluye también un jet Falcon 900EX y un Airbus 319.

Jeff Bezos es el orgulloso propietario no de uno, sino de dos jets privados Gulfstream G650ER. El primero le fue entregado en 2015, mientras que el fundador de Amazon se hizo con el segundo en 2019. Se cree que, en conjunto, los aviones valen hasta $150 millones (unos 139,5 millones de euros), calderilla para una de las personas más ricas del mundo.

Otros multimillonarios propietarios de Gulfstream G650ER son los ya mencionados Larry Ellison y Bill Gates, y Elon Musk.

Donald Trump compró el avión de segunda mano bautizado como "Trump Force One" en 2011 al difunto cofundador de Microsoft Paul Allen por $100 millones (unos 93 millones de euros). El futuro presidente no escatimó en gastos a la hora de renovar el avión con un estilo adecuadamente ostentoso.

El cuarto de baño está repleto de acabados en oro de 24 quilates y mármol de primera calidad. Los reposacabezas de los 43 asientos del avión llevan bordado el escudo de la familia Trump, e incluso hay una zona VIP especial. Otras instalaciones son una suite para invitados, un comedor y un salón que cuenta con un completo sistema de entretenimiento de cine.

Igualmente ostentoso es el Boeing 747-430 del sultán de Brunei. El gobernante autocrático compró el jumbo por entre $100 millones (unos 93 millones de euros) y $400 millones (unos 372 millones de euros), y gastó otros $120 millones (unos 111,6 millones de euros) en personalizar el interior.

Súper extravagante, el avión brilla con detalles de oro de 24 quilates, accesorios de cristal de Lalique y suntuosos sofás de cuero.

Puede que el multimillonario John Paul DeJoria posea tres jets privados, pero el Patrón Tequila Express, el vagón de ferrocarril privado de 1927 que compró en 1996, es su orgullo y alegría.

DeJoria se gastó $2 millones (unos 1,9 millones de euros) en renovar el vagón, que está decorado "al estilo del palacio del Maharajá", con preciosos sofás de terciopelo verde, lámparas de araña ornamentadas y cortinas de brocado.

En 2018, LVMH de Bernard Arnault adquirió la empresa de viajes de alta gama Belmond, lo que convirtió al multimillonario francés en el propietario definitivo del inigualable Venice Simplon-Orient-Express, el tren más emblemático del mundo.

Esta belleza Art Decó, que viaja entre Londres y Venecia y otros destinos europeos, destila un glamour intemporal y ofrece a sus afortunados pasajeros un lujo desenfrenado.

Arnault también cuenta con el histórico Royal Scotsman en su abultada cartera. Descrito como un palacio sobre ruedas, el tren Caledonian es el epítome de la sofisticación eduardiana y ofrece todas las comodidades de un romántico castillo escocés.

El lugar perfecto para saborear un whisky de malta añejo y admirar el impresionantemente bello paisaje de las Highlands, sus vagones están decorados con ricos paneles de caoba y finos muebles de tweed.

El maravillosamente exótico Eastern & Oriental Express, el tren más opulento de Asia, también pertenece al multimillonario francés. Este tren, que viaja entre Tailandia, Malasia y Singapur, deleita con sus paneles de madera de cerezo y su delicada tapicería de seda tailandesa, por no hablar de su asombroso vagón de observación de cubierta abierta.

El tren con más clase de Sudamérica, el Andean Explorer, que conecta las antiguas ciudades peruanas de Cuzco y Arequipa, también forma parte del grupo Belmond. Decorado con muebles que combinan el estilo tradicional peruano con el Art Decó, el tren es una auténtica joya.

Otros trenes de lujo que ahora son propiedad de LVMH de Bernard Arnault son el Belmond Grand Hibernian, que opera en Irlanda, y el Belmond British Pullman.

Y ahora, algunos supercoches clásicos. El primero es el Rolls-Royce Phantom 2015 de Donald Trump, por el que probablemente pagó unos $500.000 (unos 465.000 €).

El vehículo preferido del multimillonario es el más caro de la colección de Trump.

Elon Musk derrochó más de $926.000 (unos 861.200 euros) en 2013 en el Lotus Esprit S1 Submarine de 1976 de James Bond que aparecía en La espía que me amó.

Apodado "Wet Nellie", el sumergible se construyó especialmente para la película de 007 con un coste de unos $100.000 (unos 93.000 euros) y con una carrocería de Lotus Esprit S1.

Jay-Z posee una de las colecciones de coches más envidiables del mundo. El multimillonario magnate del hip-hop tiene multitud de espectaculares motores en su sin duda colosal garaje, incluido un todoterreno blindado Dartz Prombron.

Al parecer, el icono del rap pagó $1,3 millones (unos 1,2 millones de euros) por el vehículo extra-resistente.

A la estrella de reality y magnate del maquillaje Kylie Jenner no le faltan sensacionales supercoches entre los que elegir. Van desde un Rolls-Royce personalizado y un Lamborghini Aventador naranja hasta este fantástico Ferrari LaFerrari Aperta de $1.400.000 (unos 1,3 millones de euros). Al igual que el Aventador, tiene puertas de tijera al estilo de Regreso al Futuro.

Ese fabuloso Ferrari LaFerrari Aperta no es el coche más caro de Kylie Jenner, ni mucho menos. La multimillonaria tiene un Bugatti Chiron monocromo escondido en su garaje.

Jenner compró el supercoche por $3 millones (unos 2,8 millones de euros) en octubre de 2019 y publicó un vídeo de su nueva adquisición en las redes sociales, pero más tarde lo borró tras recibir críticas por presumir de su riqueza.

El gusto de Mark Zuckerberg por los coches solía ser bastante modesto. El jefe de Facebook había preferido durante mucho tiempo modelos como el VW Golf GTI y el Honda Fit, pero en 2014 saltó a los titulares cuando supuestamente invirtió en un impresionante Pagani Huayra.

Se cree que esta maravilla de fibra de carbono le costó alrededor de $1.400.000 (unos 1,3 millones de euros).

Junto con sus jets privados, Bill Gates tiene predilección por los supercoches Porsche, que considera su otro raro capricho. El gran filántropo compró su primer Porsche, un 911 Turbo, en 1979 y adquirió un raro 959 en 1987.

El supercoche, que ahora vale hasta $2 millones (unos 1,9 millones de euros), fue incautado por la aduana estadounidense durante 13 años y Gates, que recientemente adquirió un Porsche Taycan eléctrico, de hecho ayudó a aprobar una ley para que el modelo fuera legal en carretera.

Volvamos a Jay-Z. En 2010, Beyoncé, la generosa esposa de la estrella del hip-hop, hizo todo lo posible para celebrar el 41 cumpleaños de su marido y le regaló un Bugatti Veyron Grand Sport plateado.

El supercoche le habría costado la friolera de $2 millones (unos 1,9 millones de euros), según el precio de catálogo de ese año.

Rob Walton, heredero de Walmart, ha acumulado una asombrosa colección de coches clásicos, en la que ha gastado millones de dólares. Entre sus muchos modelos excesivamente valiosos se encuentra un sublime Ferrari 250 Testa Rossa de 1957 que Walton compró por $12,1 millones en 2009, pero el vehículo de época podría valer ahora hasta $40 millones (unos 37,2 millones de euros).

Presentado a bombo y platillo en 2017, el Rolls-Royce Sweptail es un biplaza único encargado por un multimillonario misterioso, que al parecer desembolsó $13 millones (unos 12,1 millones de euros) en este vehículo único.

Ni que decir tiene que el Sweptail fue el coche nuevo más caro jamás fabricado, pero no mantuvo el récord durante mucho tiempo.

Bugatti se llevó el galardón en 2019 con su único La Voiture Noire ("El Coche Negro"). Esta obra maestra de $18,7 millones (unos 17,4 millones de euros), inspirada en el clásico Type 57 SC Atlantic, se fabricó a medida para un cliente multimillonario anónimo.

Los rumores, que luego resultaron ser falsos, sugerían que la estrella del fútbol Cristiano Ronaldo había encargado el coche. Desde entonces, ha sido superado por Rolls-Royce...

En mayo de 2022, Rolls-Royce desveló su coche Boat Tail, calificado como "el automóvil más ambicioso jamás creado". El cuatro plazas tiene forma de cubierta de yate en la parte trasera y mide casi 19 pies (unos 5,8 metros) de longitud. Se rumorea que el vehículo tiene un precio de unos $25 millones (unos 23,3 millones de euros) y forma parte del nuevo programa Coachbuild de Rolls-Royce, en el que se invita a clientes de alto perfil a diseñar sus propios coches únicos.

Se están fabricando tres Boat Tail, cada uno personalizado para su propietario, y se cree que el rapero multimillonario y entusiasta de los coches Jay-Z y la cantante Beyoncé son unos de los compradores.

El coche que inspiró La Voiture Noire vale bastante más que el advenedizo de 2019. De hecho, el legendario Bugatti 57SC Atlantic de 1938, la joya de la colección de vehículos de prestigio de Ralph Lauren, tiene un valor superior a $40 millones (unos 37,2 millones de euros).

En total, el multimillonario diseñador de moda posee 60 raros coches clásicos, entre ellos un Bentley Blower de 1929 y un Ferrari 250 Testa Rossa de 1958.

El cofundador de Google Sergey Brin posee un magnífico yate llamado Dragonfly, antes Silver Zwei. Al parecer, Brin compró el yate de unos 73,2 metros por $80 millones (unos 74,4 millones de euros) en 2011, y se dice que cuenta con una pista de baile y una sala de cine al aire libre.

En 2017, el yate, con base en Sídney, estaba disponible para alquiler por un precio de 770.000 dólares australianos (equivalentes entonces a $589.000, unos 547,8 millones de euros) a la semana.

La segunda persona más rica del mundo, según la publicación digital Bloomberg, Bernard Arnault hizo su fortuna construyendo el formidable imperio de marcas de lujo LVMH. Un hombre claramente acostumbrado a las cosas buenas de la vida, quizá sea un hecho que una parte de la fortuna de $203.000 millones de Arnault se destinaría a comprar y mantener un yate exquisito.

En 2015, Arnault compró Symphony, una embarcación de 101,5 metros con credenciales ecológicas, incluido un consumo de combustible un 30% inferior a la media, por $150 millones (unos 139,5 millones de euros). Las instalaciones a bordo incluyen una cocina de vanguardia diseñada para producir la mejor cocina francesa y lujosas suites de entretenimiento.

Jerry Jones, propietario del equipo de la NFL Dallas Cowboys, viaja a los partidos con estilo y a menudo se le ve atracado en su superyate Bravo Eugenia, de unos 108,9 metros, que tiene la misma longitud que el campo de los Cowboys en el AT&T Stadium. Una vez finalizado el partido, el yate de Jones es el lugar perfecto para la fiesta posterior, ya que tiene capacidad para 14 pasajeros y 20 miembros de la tripulación, todos los cuales pueden subir fácilmente a bordo gracias al helipuerto de la embarcación.

Diseñada por la empresa italiana Nuvolari Lenard, se rumorea que esta extraordinaria embarcación costó más de $250 millones en 2019 (unos 232,5 millones de euros).

Al cofundador de Oracle, Larry Ellison, le gusta la vela de competición, y el titán de la tecnología combinó trabajo y placer en 2000, cuando fundó un equipo de regatas llamado Oracle Team USA, que ha participado con éxito en múltiples ocasiones en el torneo de la Copa América desde 2003.

En 2005, Ellison encargó un yate de unos 138 metros llamado Rising Sun, que al parecer contaba con la increíble cifra de 82 habitaciones, una bodega y una cancha de baloncesto. Rising Sun se vendió entonces a David Geffen por unos supuestos $300 millones (unos 279 millones de euros) en 2010, y Ellison sustituyó el épico yate por una embarcación de 87,8 metros (288 pies) llamada Musashi, que compró en 2013.

El Serene, de unos 133 metros, se construyó en 2011 para el multimillonario ruso del vodka Yuri Scheffler. El Serene puede alojar cómodamente hasta 24 invitados en 12 camarotes y 62 tripulantes para mantener a flote este increíble yate y proporcionar esa experiencia de lujo.

El Serene, que antes era uno de los yates de alquiler más caros del mundo, era el megayate de alquiler al que acudían los superricos antes de ser retirado del mercado. En 2015, el príncipe Mohammed bin Salman de Arabia Saudí lo compró por unos $562 millones (unos 522,7 millones de euros).

El magnífico Koru de Jeff Bezos hace sombra a otros superyates de la lista A. Con una eslora de 127,1 metros y mástiles que alcanzan los 70,1 metros de altura, es oficialmente el velero más grande (por no decir más alto) del mundo.

El fundador de Amazon, Bezos, que vale $114.000 millones (unos 106.000 millones de euros), se gastó unos $500 millones (unos 465 millones de euros) en Koru, que se entregó en abril de 2023 en el astillero de Oceanco. Se espera que el funcionamiento de este increíble barco cueste hasta $25 millones (unos 23,3 millones de euros) al año.

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