Lugares abandonados de la Segunda Guerra Mundial: Lugares históricos que el tiempo no ha borrado
Recuerdos inquietantes de la guerra

La Segunda Guerra Mundial fue uno de los mayores y más mortíferos conflictos de la historia. La guerra se libró principalmente entre dos grandes alianzas: los Aliados (Francia, Gran Bretaña y la Unión Soviética, a los que se unieron más tarde EE.UU. y China) y las Potencias del Eje (Alemania, Italia y Japón). Muchas otras naciones también se vieron arrastradas a la guerra, por elección o por coacción, y aunque terminó hace casi 80 años, aún pueden encontrarse restos físicos del conflicto en todos los rincones del mundo.
Haz clic o desplázate por la galería para descubrir los fascinantes lugares abandonados que constituyen un recordatorio crucial del impacto global de la guerra...
Adaptado al español por Ana Sabin Paz, redactora en español para loveEXPLORING.
Oradour-sur-Glane, Alto Vienne, Francia

Las ruinas de Oradour-sur-Glane, conocido como el pueblo mártir, son un inquietante recuerdo de la brutalidad nazi. El 10 de junio de 1944 llegaron soldados de la 2ª División Panzer SS Das Reich y, acusando falsamente a los aldeanos de apoyar a la Resistencia francesa, masacraron a 642 personas, entre ellas 240 mujeres y 205 niños. Solo siete personas sobrevivieron a la atrocidad. Por orden del presidente Charles de Gaulle, el pueblo se dejó intacto como monumento permanente a las víctimas.
Torre de Observación, Rehoboth Beach, Delaware, EE.UU.

Hoy, estas torres de hormigón bastante siniestras son una presencia misteriosa en las playas de Delaware. Construidas entre 1939 y 1942, albergaban originalmente a observadores militares que rastreaban el mar en busca de buques enemigos que pudieran amenazar lugares estratégicos situados más arriba del río Delaware, como el Astillero de Filadelfia o las plantas químicas de Wilmington. En total, había 11 torres repartidas a lo largo de 64,4 kilómetros (40 millas) de costa atlántica, ocupadas cada una por ocho soldados. La mayoría están ahora vacías, pero una (la Torre 7) está abierta a los visitantes interesados en saber más sobre su papel en tiempos de guerra.
Cuartel General Japonés, Isla Peleliu, Palaos

En 1944, la isla de Peleliu estaba ocupada por 11.000 soldados japoneses, que construyeron una extensa red de búnkeres fortificados, cuevas, túneles y trincheras para defenderla de las fuerzas estadounidenses. Los estadounidenses consideraban la isla estratégicamente importante debido a su aeródromo, que era crucial para las operaciones contra Filipinas. Cuando las tropas estadounidenses desembarcaron en septiembre de 1944, se encontraron con una feroz resistencia, y la Batalla de Peleliu se prolongó durante dos meses, concluyendo en noviembre. Sorprendentemente, algunos soldados japoneses permanecieron escondidos en la isla hasta 1947.
Búnker, Isla Totleben, Golfo de Finlandia

La isla fortificada de Totleben, situada en el Golfo de Finlandia, desempeñó un papel en la Segunda Guerra Mundial como parte del sistema defensivo más amplio de Kronstadt que protegía Leningrado (actual San Petersburgo). El Golfo de Finlandia, una vía fluvial estratégica bordeada por Finlandia al norte y Rusia al este, era fundamental para la defensa naval. Aunque el fuerte Totleben en sí no tuvo un papel destacado durante el sitio de Leningrado (1941-1944), la red de fuertes alrededor de Kronstadt, incluido Totleben, ayudó a asegurar los accesos marítimos, impidiendo un asalto naval alemán a la ciudad.
Causeway a la isla de Cramond, Escocia, Reino Unido

Situada al oeste de los muelles de Leith, en Edimburgo, la isla de Cramond fue un importante puesto estratégico durante la Segunda Guerra Mundial, ya que controlaba la aproximación al puente de Forth y al astillero real de Rosyth. En la actualidad, hay emplazamientos de cañones abandonados y otros edificios militares dispersos por la isla, a la que solo se puede acceder con marea baja por medio de una calzada. Los llamativos dientes de hormigón que la bordean también se construyeron durante la guerra para impedir el paso de submarinos u otras embarcaciones pequeñas durante la marea alta.
Búnker, Bosque de Hurtgen, Alemania

La Batalla del Bosque de Hurtgen, no lejos de la frontera belga, duró de septiembre a diciembre de 1944, convirtiéndose en la batalla más larga librada en suelo alemán durante la Segunda Guerra Mundial. El bosque era una de las zonas más fortificadas de la Línea Sigfrido, y estaba ferozmente defendido por los alemanes, que colocaron alambre de espino, campos de minas y trampas explosivas por todas partes, y construyeron numerosos búnkeres de hormigón como el de la foto. Esto, junto con el denso bosque, hizo la vida increíblemente difícil a las fuerzas estadounidenses, que sufrieron unas 33.000 bajas durante la campaña.
Torre Flak, Viena, Austria

Las torres antiaéreas (Flakturme en alemán) eran grandes estructuras de hormigón construidas por la Alemania nazi como estaciones antiaéreas, y también servían como refugios civiles y hospitales durante los ataques aéreos. Eran un poco como los torreones de los castillos medievales, con muros increíblemente gruesos y sus propios depósitos de agua y suministros de alimentos, y demostraron ser extraordinariamente resistentes a los ataques aliados. Incluso después de la guerra fue tan difícil demolerlas que muchas siguen en pie, incluida esta en el Augarten de Viena que, con 180 pies (unos 54,9 metros) de altura, es la torre de este tipo más alta jamás construida.
Guarida del Lobo, Bosques de Masuria, Polonia

La Guarida del Lobo, un vasto complejo de búnkeres, refugios y barracones ocultos en las profundidades de los Bosques de Masuria en Polonia, fue el principal cuartel general de Adolf Hitler en el Frente Oriental durante la Segunda Guerra Mundial. Pasó allí un total de 800 días entre 1941 y 1944, y fue aquí donde tuvo lugar un complot fallido para asesinarlo el 20 de julio de 1944. A principios de 1945, ante el avance del Ejército Rojo, el complejo fue demolido en gran parte por los propios alemanes. Aunque el gobierno comunista polaco dejó que se deteriorara, el lugar está abierto a los visitantes desde 1990.
Trampas para tanques, Shingle Street, Inglaterra, Reino Unido

El remoto pueblo de Shingle Street, en Suffolk, en la costa oriental de Inglaterra, era una ciudad fantasma durante la Segunda Guerra Mundial. Toda la población había sido evacuada por temor a una invasión alemana y el campo circundante se llenó de trampas explosivas para contrarrestar cualquier fuerza enemiga que pudiera desembarcar. Se colocaron minas terrestres en la playa y se extendieron líneas de "trampas para tanques" de hormigón por toda la costa. Algunos de estos misteriosos cubos, como los que aparecen en la foto, aún pueden ser vistos por cualquiera que se aventure por las marismas cercanas al pueblo.
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Tanque a bordo de un buque de guerra hundido, Laguna de Truk, Estados Federados de Micronesia

La laguna de Truk, un atolón situado a 1562 kilómetros (970 millas) al noreste de Nueva Guinea, fue la principal base naval de Japón durante la Guerra del Pacífico, y gran parte de la flota japonesa estaba anclada allí. Todo cambió en febrero de 1944, cuando las fuerzas estadounidenses lanzaron la Operación Hailstone, un bombardeo de dos días sobre la base, que destruyó unos 50 barcos y 250 aviones. La zona es ahora conocida como uno de los mayores cementerios de barcos del mundo y, desde que Jacques Cousteau la redescubrió en 1969, los pecios incrustados de coral de la "Flota Fantasma" se han convertido en un destino popular para los submarinistas.
Tyneham, Inglaterra, Reino Unido

A veces llamada "la aldea perdida" de Dorset, la diminuta localidad de Tyneham fue completamente evacuada en diciembre de 1943 y requisada para entrenar a las tropas en el período previo al Día-D (relacionado con el desembarco de Normandía). Incluso una vez finalizada la guerra, no se permitió a los aldeanos regresar a sus hogares, y a día de hoy Tyneham sigue siendo propiedad del Ministerio de Defensa. Como era de esperar, el acceso está restringido, pero abre la mayoría de los fines de semana para que los visitantes puedan experimentar la inquietante atmósfera de este pueblo fantasma desierto donde el tiempo se ha detenido durante décadas.
Restos de avión, pista de aterrizaje de Talasea, Papúa Nueva Guinea

El Pacífico Sur fue un importante centro de conflicto durante la Segunda Guerra Mundial, por lo que, quizá no resulte sorprendente que haya varios aviones y barcos naufragados dispersos por la región. En 1944, este Lockheed Ventura de las Fuerzas Aéreas de Nueva Zelanda se estrelló en la pista de aterrizaje de Talasea, en Papúa Nueva Guinea, tras sufrir un fallo de motor después de un bombardeo contra los japoneses. Menos de una semana antes, un bombardero estadounidense B-25H se había estrellado en el mismo aeródromo, que fue abandonado poco después del final de la guerra y ahora está cubierto por una espesa vegetación tropical.
Fortín, Bahía de Cornelian, Inglaterra, Reino Unido

Aunque se utilizaron durante la Primera Guerra Mundial, los fortines militares se hicieron mucho más comunes en la Segunda Guerra Mundial. Se construyeron unas 28.000 de estas pequeñas fortificaciones de hormigón en las playas británicas y otros lugares vulnerables, incluidas zonas remotas como la bahía de Cornelian, en el norte de Yorkshire. Alrededor del 25% sobreviven hoy en día, y no es raro tropezar con una mientras se explora la costa.
Base de submarinos, Lorient, Francia

Construido en 1941, este refugio a prueba de bombas para submarinos en el puerto marítimo bretón de Lorient fue diseñado para albergar y proteger a los submarinos alemanes durante la Batalla del Atlántico. De enorme importancia estratégica, la base fue intensamente bombardeada por las fuerzas aliadas y, al final de la guerra, gran parte de Lorient había quedado prácticamente destruida. Hoy en día, los corrales grises de los submarinos están abiertos al público, y son un conmovedor recordatorio de la devastación causada por la guerra.
Recinto de la concentración nazi, Nuremberg, Alemania

Entre 1933 y 1938, el Partido Nazi celebró seis mítines en Nuremberg, en un vasto complejo de edificios y terrenos para desfiles que abarcaban seis kilómetros cuadrados. Diseñados en gran parte por Albert Speer, el "Arquitecto de Hitler", su escala monumental pretendía impresionar e intimidar, y los enormes mítines filmados allí sirvieron como importante propaganda en el periodo previo a la Segunda Guerra Mundial, sobre todo en la película de Leni Riefenstahl El triunfo de la voluntad (1934). Al caer en desuso tras la guerra, parte de los terrenos fueron demolidos, y el lugar es ahora un monumento a las víctimas de la represión nazi.
Restos del Hospital Coolsingel, Rotterdam, Países Bajos

El "bombardeo de Rotterdam" de mayo de 1940, en el que la Luftwaffe alemana arrasó por completo el centro histórico de la ciudad, mató a unas 1.150 personas y dejó a 85.000 sin hogar. A pesar de una gran cruz roja en el tejado, incluso el Hospital Coolsingel de la ciudad fue blanco de los bombardeos y quedó destruido en gran parte. Los restos del hospital fueron demolidos en 1960, excepto la ornamentada puerta principal, que se incorporó al nuevo distrito comercial de la ciudad y ahora se conoce como Coolsingelpoort, un monumento a la destrucción causada en Rotterdam.
Restos del muro del gueto judío, Varsovia, Polonia

Antes de la Segunda Guerra Mundial, Varsovia era un centro de la vida judía en Polonia, donde vivían unos 380.000 judíos, casi un tercio de la población de la ciudad. En octubre de 1940, los nazis obligaron a la población judía a refugiarse en el Gueto de Varsovia, un espacio de apenas 3,4 km2 (1,3 millas cuadradas). Más de 265.000 judíos fueron deportados al campo de exterminio de Treblinka, mientras que otros miles perecieron de hambre, hacinamiento y enfermedades. El gueto fue destruido en su mayor parte tras el Levantamiento del Gueto de Varsovia de 1943, pero sobrevivieron algunas estructuras, incluidas pequeñas secciones del muro del gueto.
Edificio militar abandonado, Cerdeña, Italia

La isla de Cerdeña tuvo una gran importancia estratégica durante la Segunda Guerra Mundial. Los militares alemanes establecieron allí bases aéreas y navales, que utilizaron para bloquear los esfuerzos aliados por abastecer a Malta y para apoyar las campañas del Eje en Túnez. Todavía quedan cientos de búnkeres y otros edificios militares en la isla, incluida la estructura en ruinas de la foto, que formaba parte de una antigua base militar con vistas a Baja Cerdeña. La isla fue intensamente bombardeada por las fuerzas aliadas y finalmente abandonada por las tropas alemanas tras el armisticio italiano de septiembre de 1943.
Molino de Gerhardt, Volgogrado, Rusia

Construido en 1903, el Molino de Gerhardt en Volgogrado (entonces conocido como Stalingrado) desempeñó un papel defensivo clave en la Batalla de Stalingrado (1942-43). Con el Ejército Rojo y las fuerzas alemanas luchando encarnizadamente para capturarlo, el molino fue bombardeado repetidamente durante varios meses, lo que destruyó por completo el tejado, mientras que cada metro cuadrado del exterior quedó marcado por proyectiles, metralla y balas. A pesar de la intensidad de los combates, nunca cayó en manos de los alemanes, y tras el fin de la guerra fue uno de los tres únicos edificios que quedaron sin reparar como monumentos a la batalla.
Campo di Fossoli, Módena, Italia

Creado por el ejército italiano en 1942, Campo di Fossoli se construyó inicialmente como prisión para los soldados aliados capturados en el norte de África. Tras la ocupación alemana de Italia en 1943, fue reconvertido en campo de concentración judío, donde los prisioneros eran recluidos temporalmente antes de ser deportados a Auschwitz y otros campos de exterminio. Entre los detenidos allí se encontraba el escritor italiano Primo Levi, cuyo libro Si esto es un hombre (1947) es uno de los relatos más famosos del Holocausto. Tras la guerra, el campo se utilizó como refugio para huérfanos y refugiados de guerra, pero finalmente fue abandonado en 1970.
Tanque japonés, Kosrae, Estados Federados de Micronesia

Se pueden encontrar pruebas de la escala global de la Segunda Guerra Mundial incluso en los lugares más remotos, como este tanque japonés abandonado en la isla de Kosrae, en Micronesia. Durante la guerra, Kosrae y otras islas del noroeste del océano Pacífico adquirieron importancia en el conflicto nipoamericano. En 1944, muchas de las islas fueron ocupadas por tropas japonesas, que se apoderaron de casas y alimentos de los aldeanos locales. Como resultado, muchos residentes se vieron obligados a buscar comida y vivir en cuevas para sobrevivir.
Cúpula Genbaku, Hiroshima, Japón

La única estructura que quedó en pie en el centro de Hiroshima tras el lanzamiento de la bomba atómica el 6 de agosto de 1945, la Cúpula Genbaku, es una de las ruinas más emblemáticas de la Segunda Guerra Mundial. Su supervivencia es notable dada la magnitud de la devastación, y ahora sirve como poderoso recordatorio del poder destructivo de la guerra nuclear y como monumento conmemorativo a las 140.000 personas que murieron por el bombardeo y sus consecuencias. El edificio se ha conservado en el estado en que se encontraba inmediatamente después del lanzamiento de la bomba y ahora se conoce como Monumento a la Paz de Hiroshima.
Tranvía de Koko Head, Oahu, Hawái

Construido originalmente por las fuerzas estadounidenses en la isla hawaiana de Oahu entre 1942 y 1943, el Tranvía del Cráter de Koko era una línea ferroviaria propulsada por gas que transportaba personal y equipos hasta una estación de radar situada en la cima de un volcán extinto. Abandonado desde 1966, este ferrocarril en ruinas se ha convertido en una atracción popular para los excursionistas lo bastante valientes como para enfrentarse a su vertiginosa pendiente, que se eleva unos 335 metros (1.100 pies) en menos de 800 metros (0,5 milla), con el fin de contemplar las espectaculares vistas desde la cima.
Bunker, río Rin, Suiza

Aunque los suizos eran oficialmente neutrales durante la Segunda Guerra Mundial, seguían temiendo una invasión de las tropas alemanas, y con razón. Destacados nazis como Joseph Goebbels detestaban Suiza (en una ocasión la describió como "este pequeño estado apestoso") y, aunque nunca se llevó a cabo, las potencias del Eje elaboraron en 1940 un detallado plan de invasión denominado Operación Tannenbaum. Tal vez sensatamente, Suiza movilizó al 10% de su población como ciudadanos soldados y estableció una red de defensas como este búnker abandonado en el río Rin.
Fábrica de cohetes V-2, Usedom, Alemania

La fachada más bien anónima de este edificio de ladrillo rojo de Peenemunde, en la isla de Usedom, en el mar Báltico, oculta una oscura historia. Desde 1937 hasta 1944 formó parte de un centro de investigación alemán en el que científicos nazis desarrollaron y probaron el cohete V-2. Estos misiles guiados de largo alcance sembraron la devastación en ciudades como Londres, Amberes y Lieja, matando a 5.500 civiles y destruyendo más de 30.000 edificios. Las instalaciones fueron bombardeadas por los Aliados en 1943, pero esta gran nave de producción sobrevivió prácticamente indemne.
Fuertes de Maunsell, Estuario del Támesis, Inglaterra, Reino Unido

Bautizadas con el nombre de su diseñador, el ingeniero real Guy Maunsell, estas imponentes fortalezas metálicas eran plataformas defensivas cruciales, que protegían al Reino Unido de la aviación enemiga y salvaguardaban a los vulnerables buques mercantes que se acercaban a la costa. Desmantelados en la década de 1950, varios de los fuertes fueron reutilizados en las décadas de 1960 y 1970 como bases para emisoras de radio piratas. La mayoría están ahora abandonadas, pero en 1967, la Torre Roughs, frente a la costa de Suffolk, fue tomada por Paddy Roy Bates, que la declaró Principado independiente de Sealand. La reivindicación se mantiene hasta hoy, aunque no está reconocida oficialmente por ningún gobierno.
Submarino alemán U-352, Carolina del Norte, EE.UU.

Torpedo Junction", frente a la costa de Carolina del Norte, debe su nombre a los numerosos ataques de submarinos alemanes a barcos aliados durante la Segunda Guerra Mundial. Cientos de ellos fueron hundidos en la primavera de 1942 antes de que las fuerzas americanas pudieran organizar una respuesta adecuada. El 9 de mayo, este submarino alemán, el U-352, fue destruido por un buque de la Guardia Costera de EE.UU., y 33 prisioneros fueron llevados a tierra. El lugar del naufragio se descubrió en 1974 y ahora es un destino popular para submarinistas experimentados.
Hospital Militar Beelitz Heilstatten, Berlín, Alemania

Convertido en uno de los edificios abandonados más tétricos de Alemania, Beelitz Heilstatten se construyó originalmente como sanatorio para tuberculosos en 1898. En 1916 Adolf Hitler se recuperó allí tras ser herido durante la Primera Guerra Mundial y en la siguiente guerra se convirtió en un hospital de campaña para las tropas nazis antes de ser capturado por el Ejército Rojo en 1945. Abandonado a la decadencia tras el final de la Guerra Fría, este vasto y ruinoso complejo está ahora abierto al público. Una plataforma elevada de 18 metros de altura se extiende por encima de los terrenos del hospital y ofrece unas vistas magníficas de los edificios.
Subestación eléctrica, Tokio, Japón

Pocos restos de la Segunda Guerra Mundial sobreviven en Tokio, ya que gran parte de la ciudad fue destruida durante 1945 y posteriormente reconstruida en la posguerra. Una notable excepción es la antigua subestación eléctrica conocida como Edificio Eléctrico Hibiya. Debido a su importancia estratégica como parte de una red de suministro militar, fue objetivo de los ataques aéreos aliados y fue bombardeada y ametrallada dos veces, pero a pesar de ello sobrevivió y se ha conservado en su estado dañado. Fue declarado lugar histórico en 1995.
Cape May Bunker, Nueva Jersey, EE.UU.

Parece un extraño decorado de una película distópica, pero esta enorme estructura de hormigón situada en una tranquila playa de Nueva Jersey es en realidad un búnker de la Segunda Guerra Mundial. Construido como emplazamiento de armas oculto en 1942, originalmente se enterró bajo tierra para mimetizarse con el entorno. Nunca se pensó que el búnker fuera permanente, pero con paredes de 2,1 metros (7 pies) de grosor y sostenido por poderosos pilotes de madera, ha demostrado ser más duradero de lo esperado y ahora es una parte aceptada del paisaje local.
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