¿Pagas mucho por la luz en tu casa? Los precios de la electricidad varían enormemente en todo el mundo, puede que no te imagines que, mientras algunos hogares se enfrentan a costes de luz desorbitados, otros disfrutan de tarifas relativamente baratas. 

Sigue leyendo para saber cómo varían los precios de la electricidad en 32 países de todo el mundo, empezando por los más asequibles.

Nota: Las cifras utilizadas proceden de un resumen de los precios domésticos medios por kWh a partir de marzo de 2024 recopilado por GlobalPetrolPrices.com. Aunque las tarifas han fluctuado, el resumen ofrece una referencia útil para calibrar el lugar que ocupa tu país en el espectro internacional de precios de la electricidad.

Todas las cantidades están en dólares estadounidenses, las cifras en euros son conversiones aproximadas que podrían cambiar. 

Adaptado al español por Sara Piquer Martí, Editora en Español para loveMONEY.

Irán tiene los precios residenciales de electricidad más bajos del mundo, con una media ínfima de $0,002 por kWh (unos 0,0019 €). Estos precios tan reducidos se deben principalmente a los abundantes recursos de petróleo y gas natural del país, lo que le permite producir su energía internamente en lugar de depender de costosas importaciones. De hecho, el 95 % de la electricidad en la República Islámica se genera a partir de combustibles fósiles. Además, el precio de la electricidad está fuertemente subsidiado por el gobierno para mantenerlo en niveles muy bajos.

A pesar de esto, Irán enfrenta actualmente una crisis energética, atribuida en gran medida a una mala gestión, que ha provocado apagones generalizados en todo el país. Se prevé que esta situación podría empeorar debido a la falta de inversión en el sector energético.

En marzo, el precio típico de la electricidad doméstica por kWh era de solo $0,02 (aproximadamente 0,019 €) en Argentina. Al igual que Irán, Argentina cuenta con abundantes recursos energéticos. Por ejemplo, esta nación latinoamericana posee las segundas mayores reservas mundiales de gas de esquisto y las cuartas mayores reservas de petróleo de esquisto. La energía también está subvencionada, lo que ha permitido mantener los precios bajos para dos tercios de los consumidores.

Sin embargo, el gobierno del presidente Millei, que está implementando una terapia de choque económico para reducir el déficit fiscal, ha recortado recientemente las subvenciones. Esto implica que muchos argentinos pagarán mucho más por la electricidad en el futuro, una medida que ha generado protestas.

En lo que respecta a la electricidad, los hogares malasios pagan solo $0,054 por kWh de media (unos 0,051 €). Malasia es uno de los mayores productores de petróleo y gas natural de la región Asia-Pacífico y también extrae grandes cantidades de carbón. Aunque existen planes para aumentar la producción de energía a partir de fuentes renovables, la mayor parte de la electricidad del país sigue generándose con combustibles fósiles, lo que contribuye a mantener los precios bajos. La electricidad está ampliamente subvencionada, aunque el gobierno ha reducido recientemente las ayudas para los consumidores más adinerados.

Los clientes residenciales rusos disfrutan de precios de electricidad muy bajos, con un coste medio por kWh de solo $0,058 (unos 0,055 €). Rusia es increíblemente rica en recursos de combustibles fósiles, lo que se traduce en facturas muy asequibles para su población. Otros factores que contribuyen a mantener estos precios bajos son los menores costes laborales y las generosas subvenciones del gobierno.

Para los clientes domésticos, la electricidad suele costar una media de $0,077 por kWh (aproximadamente 0,073 €) en India. Aunque el precio típico parece excesivamente asequible, especialmente para los europeos y los habitantes de otros países que pagan mucho más, debería ser considerablemente más bajo, según el periódico indio National Herald. India es, con diferencia, el productor más económico de electricidad a partir de carbón, energía solar y energía eólica en toda la región Asia-Pacífico. Sin embargo, la "ineficiencia y las malas prácticas" de las empresas de distribución eléctrica del país elevan los costes para los hogares.

El coste de la electricidad residencial por kWh en China es de $0,078 (aproximadamente 0,074 €), un poco por encima de la cifra de India. Sin embargo, el precio típico asciende a $0,156 (aproximadamente 0,149 €) en Macao y a $0,181 (aproximadamente 0,174 €) en Hong Kong.

Curiosamente, según informes recientes, los precios de la electricidad han llegado a ser negativos en algunas partes del país. Con China construyendo el doble de instalaciones eólicas y solares que todas las demás naciones juntas, la energía renovable está saturando la red. Afortunadamente, esto está permitiendo a China reducir su dependencia del carbón. En mayo, el porcentaje de electricidad generada a partir de combustibles fósiles contaminantes cayó a un mínimo histórico del 53%.

El precio medio de la electricidad por kWh para los hogares en EAU es de $0,08 (aproximadamente 0,076 €). EAU es un gran productor de combustibles fósiles, que representan el 72 % de su generación eléctrica. El gobierno ofrece subvenciones a los hogares de bajos ingresos, lo que contribuye a mantener bajo el precio medio, aunque la ayuda estatal se ha reducido enormemente en los últimos años.

Dicho esto, el consumo de electricidad es extremadamente alto en este país de Oriente Medio por varias razones. En particular, el coste del funcionamiento de los sistemas de aire acondicionado puede resultar en facturas energéticas elevadas.

Los hogares mexicanos pagan una media de $0,1 (aproximadamente 0,095 €) por kWh, un coste mucho menor que el de sus homólogos en EE. UU. Aunque la generación de electricidad en México se basa en la importación de gas natural, lo que normalmente resultaría en precios más altos para el consumidor, esta es suministrada en su totalidad por la CFE, una empresa estatal. Los precios son fijados por el gobierno, que subvenciona el recurso de diversas maneras, incluyendo descuentos para los hogares que conservan energía y para aquellos ubicados en zonas del país con veranos sofocantes e inviernos relativamente fríos.

Canadá tiene unos costes domésticos de electricidad muy bajos para un país desarrollado, con una media de $0,126 (aproximadamente 0,119 €) por kWh.

Dicho esto, los precios varían considerablemente en todo el país. Son más altos en provincias como Alberta, que dependen del gas natural para generar electricidad, carecen de la capacidad adecuada y tienen un mercado abierto y no regulado. Por el contrario, los precios son bajos en las provincias que generan gran parte de su electricidad a partir de fuentes hidroeléctricas, siendo las facturas de Quebec, que regula estrictamente los precios, las más baratas con diferencia.

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El coste de la electricidad por kWh es comparativamente asequible para los hogares brasileños, con $0,154 (aproximadamente 0,146 €), aunque los precios son elevados en relación con los ingresos, a pesar de las subvenciones para los clientes de bajos recursos. La energía hidroeléctrica es la principal fuente de electricidad del país, lo que contribuye a mantener los precios bajos. Sin embargo, estos han aumentado en los últimos meses, ya que la actual sequía en el norte del país ha reducido considerablemente la generación hidroeléctrica.

Siguiendo en Sudamérica, el coste medio del kWh en Chile para los clientes domésticos es de $0,174 (aproximadamente 0,166 €). Este año, los precios han aumentado tras finalizar una congelación de tarifas de cuatro años, implementada después de las protestas sociales de 2019. 

El lado positivo es que Chile es ahora la nación número uno en consumo de energía solar, según un reciente informe de Nuestro Mundo en la Naturaleza. Dado que la electricidad producida a partir de fuentes renovables es ahora más barata que la energía derivada de combustibles fósiles, se espera que los precios disminuyan en el futuro.

Los estadounidenses suelen pagar $0,184 (aproximadamente 0,174 €) por kWh de electricidad, una cifra bastante inferior a la que enfrentan los clientes residenciales de muchos países desarrollados. Sin embargo, los precios han aumentado notablemente en los últimos años. Según un estudio del gobierno británico, se dispararon un 23 % entre 2021 y 2022, y un 4,8 % de 2022 a 2023.

Aun así, los europeos miran con envidia los costes de la electricidad en Estados Unidos, que son mucho más asequibles. Los precios son más bajos en EE. UU. por una serie de razones, que van desde su estatus como gran productor de energía hasta factores como impuestos y recargos más bajos y una competencia más feroz.

El coste medio de la electricidad residencial para los clientes de Perú es de $0,187 (aproximadamente 0,177 €) por kWh, una cifra bastante elevada para un país latinoamericano.

Para hacer frente a estos precios altos, que seguirán en aumento, así como para promover las energías renovables y atraer inversiones, el Ministerio de Energía y Minas (Minem) está intentando abrir el mercado de la electricidad a la competencia. Para ello, se está tramitando un proyecto de ley en el Congreso peruano.

Con una media de $0,0191 (aproximadamente 0,018 €) por kWh, la electricidad doméstica es relativamente cara en Sudáfrica, considerando que es un país en desarrollo. Entre 2007 y 2022, las facturas se dispararon un 450 %, muy por encima de la inflación, y el sudafricano típico gasta un considerable 10,7 % de sus ingresos en este recurso.

Eskom, la empresa estatal de energía, está ahogada en deudas y ha enfrentado unos costes de servicio crecientes, provocados por infraestructuras deterioradas, capacidad insuficiente, conexiones ilegales, corrupción y robos. Aunque los cortes de electricidad periódicos que han asolado el país desde 2007 han disminuido un poco, los clientes siguen sufriendo un suministro eléctrico impredecible, mientras las facturas continúan aumentando.

Los clientes residenciales de Filipinas pagan algunas de las facturas de electricidad más elevadas del mundo en desarrollo, con una media de $0,202 (aproximadamente 0,191 €) por kWh. 

Los hogares del país enfrentan tarifas eléctricas altas debido a diversos factores, como la falta de subvenciones gubernamentales y la excesiva dependencia de las compañías eléctricas de combustibles importados. Según el periódico *Cebu Daily News*, el gobierno pretende abordar estos problemas mediante el Plan Energético Filipino 2030-2050, que se centra en aumentar las fuentes de energía renovables y explorar la energía nuclear.

Los costes de electricidad en Colombia son los más altos de Sudamérica, con un precio medio de $0,211 (aproximadamente 0,199 €) por kWh.

El problema es especialmente agudo a lo largo de la costa caribeña del país, donde los clientes pagan considerablemente más que en otras regiones. Además, sufren cortes de electricidad de forma regular. Según el sitio de noticias ColombiaOne, el mal servicio y los altos costes son consecuencia de años de falta de inversión en infraestructura y robo de energía, entre otros factores. Afortunadamente, el gobierno anunció recientemente que había negociado una reducción del 20 % en los precios de la región, lo que proporciona un alivio muy necesario a los residentes que han sufrido durante mucho tiempo.

Los neozelandeses pagan típicamente $0,22 (aproximadamente 0,205 €) por kWh de electricidad, lo cual es relativamente bajo para una nación desarrollada. 

Los factores que contribuyen a esta asequible comparación incluyen el hecho de que el 82 % de la electricidad del país proviene de fuentes renovables, como la hidroeléctrica y la geotérmica. Sin embargo, los precios han aumentado en los últimos meses, principalmente debido a las precipitaciones por debajo de lo normal, lo que ha reducido la capacidad de generación en las instalaciones hidroeléctricas del país. El Ministro Asociado de Energía, Shane Jones, también ha acusado a las empresas energéticas de prácticas de lucro excesivo.

Los clientes residenciales de Japón pagan un poco más por kWh de media que los de Nueva Zelanda, con un coste típico de $0,221 (aproximadamente 0,205 €). 

Los precios han aumentado recientemente, principalmente como consecuencia de la depreciación del yen, ya que el país depende en gran medida de las importaciones para su energía. Según el periódico *The Japan Times*, el gobierno ha respondido introduciendo subvenciones temporales de $0,027 (aproximadamente 0,025 €) por kWh de electricidad, en un esfuerzo por reducir la presión sobre los hogares.

El coste de la electricidad residencial en España es de $0,226 (aproximadamente 0,211 €) por kWh. Según un estudio del gobierno británico, el precio típico, impuestos incluidos, subió casi un 25 % entre 2021 y 2022, pero bajó un 20 % entre 2022 y 2023.

Los precios han disminuido aún más en los últimos meses, como destaca la publicación británica The Economist. Gracias al crecimiento explosivo de la energía solar en esta famosa nación bañada por el sol, los precios al por mayor de la electricidad han caído casi a cero durante las horas más soleadas del día.

El coste residencial típico de la electricidad en Singapur es de $0,0254 (aproximadamente 0,024 €) por kWh, un precio sustancialmente superior al de sus vecinos Malasia e Indonesia.

Singapur carece de recursos naturales y tiene una superficie limitada para el desarrollo de energías renovables, por lo que debe importar su energía. Además, el país no subvenciona la electricidad. Según la Autoridad del Mercado Energético, esta medida busca incentivar a los consumidores a utilizar la electricidad de manera eficiente y evitar el despilfarro. Sin embargo, los hogares de bajos ingresos reciben cierta ayuda a través del plan Utilities-Save (U-Save).

Los hogares holandeses pagan una media de $0,266 (aproximadamente 0,249 €) por kWh de electricidad. Según un estudio del gobierno británico, los precios, impuestos incluidos, aumentaron casi un 190 % entre 2021 y 2022, coincidiendo con el inicio de la guerra en Ucrania, pero retrocedieron alrededor de un 35 % entre 2022 y 2023, tras la introducción de un tope de precios.

Los precios residenciales han disminuido aún más este año, en paralelo a la caída de los costes de la energía al por mayor.

El precio medio de la electricidad doméstica por kWh en Australia es de $0,273 (aproximadamente 0,257 €). Esta cifra es notablemente superior a la de su vecino Nueva Zelanda. Aunque Australia tiene seguridad energética nacional, genera la mayor parte de su electricidad a partir de combustibles fósiles, a pesar de su excelente potencial para la energía solar, mientras que Nueva Zelanda obtiene la mayor parte de su energía de fuentes renovables más económicas.

Australia no limita de manera generalizada los precios de la electricidad para los clientes residenciales, pero la Oferta de Mercado por Defecto (DMO) establece un tope a los costes para los hogares con planes minoristas estándar en Australia Meridional, Nueva Gales del Sur y el sudeste de Queensland. Otros estados y territorios, como Australia Occidental y el Territorio del Norte, regulan los precios o ofrecen concesiones a los clientes con ingresos bajos.

Los hogares franceses pagan una media de $0,315 (aproximadamente 0,298 €) por kWh de electricidad. Históricamente, estos costes han sido bajos en comparación con los estándares europeos, ya que Francia genera la mayor parte de su electricidad a partir de fuentes nucleares. Sin embargo, los precios, impuestos incluidos, aumentaron alrededor de un 6 % entre 2021 y 2022, y casi un 17 % de 2022 a 2023, según un análisis del gobierno británico.

Aunque los precios al por mayor han disminuido significativamente este año, llegando incluso a ser negativos en ocasiones, los precios máximos seguirán vigentes hasta principios de 2025.

Para los hogares austriacos, el coste medio de la electricidad por kWh es de $0,36 (aproximadamente 0,334 €). Según un estudio del gobierno del Reino Unido, el precio, impuestos incluidos, aumentó más de un 8 % entre 2021 y 2022, y alrededor de un 24 % entre 2022 y 2023.

Al igual que muchos países que enfrentan costes energéticos más elevados debido a la inflación y la guerra en Ucrania, Austria tiene un tope de precios en vigor. Aunque se esperaba que expirara en marzo, se ha prorrogado hasta finales de año.

Los hogares alemanes pagan por término medio algo más por su electricidad que sus homólogos austriacos, con un precio típico por kWh de $0,356 (aproximadamente 0,324 €). 

Los recargos relacionados con el cambio a fuentes renovables y el abandono de la energía nuclear, junto con la elevada inflación y la invasión de Ucrania por Rusia, han disparado los precios de la electricidad en los últimos años: solo entre 2022 y 2023, aumentaron más de una cuarta parte. El Estado alemán introdujo un tope para ayudar a los hogares con dificultades para pagar sus facturas de electricidad, pero este expiró a principios de este año.

Las empresas británicas pagan los costes de electricidad más altos del mundo, según un informe de The Telegraph, mientras que los precios residenciales ocupan el puesto 26 en nuestra clasificación. El coste medio de la electricidad por kWh para los hogares británicos en marzo fue de $0,368 (aproximadamente 0,335 €). Factores como la guerra en Ucrania, la escasez de suministro y problemas de infraestructura han contribuido al aumento de los precios.

El precio, con impuestos incluidos, se disparó un 51,5% entre 2021 y 2022, y aumentó un 18,5% entre 2022 y 2023. En marzo, el regulador británico Ofgem fijó el precio máximo para los hogares en $0,38 (0,346 €) por kWh. Este bajó a $0,29 (0,264 €) durante el verano, pero recientemente ha vuelto a subir a $0,33 (0,30 €).

Los clientes residenciales daneses pagan una media de $0,384 (aproximadamente 0,349 €) por kWh de electricidad, con la gran mayoría de su energía generada a partir de fuentes renovables. 

Los daneses han pagado facturas elevadas durante mucho tiempo, en parte debido a los altísimos impuestos y gravámenes destinados a fomentar la producción de energía sostenible. Sin embargo, estos impuestos se redujeron el año pasado y se están introduciendo límites de precios en la calefacción urbana. A pesar de ello, los precios de la electricidad, con impuestos incluidos, aumentaron un 70% entre 2022 y 2023. La electricidad sigue siendo cara y es uno de los principales motores de la inflación en el país.

El coste típico por kWh de electricidad residencial en Suiza es de $0,404 (aproximadamente 0,367 €), aunque los precios varían considerablemente según la ubicación. Los hogares no pueden elegir a su proveedor, y los precios están influenciados por factores como los métodos de generación y los impuestos locales. Los costes medios, impuestos incluidos, aumentaron un 9,1% entre 2021 y 2022, y un 33,3% entre 2022 y el año pasado. 

La buena noticia es que, según la Comisión Federal de Electricidad (CFE), los precios bajarán un 10% en general el año que viene, principalmente debido a la reducción de los costes al por mayor.

La electricidad en el diminuto principado de Liechtenstein no es barata, con un coste medio de $0,408 por kWh (aproximadamente 0,371 €). Al igual que Singapur, este pequeño país importa gran parte de su energía, principalmente de la costosa Suiza, y cuenta con un margen limitado para el desarrollo de energías renovables debido a su reducida superficie.

Los hogares irlandeses pagan una media de $0,439 por kWh de electricidad (aproximadamente 0,399 €). Los precios, con impuestos incluidos, aumentaron un 16,6% entre 2021 y 2022, y un 30,3% adicional entre 2022 y 2023. La república, que carece de recursos naturales para producir su propia electricidad, no tiene un tope de precios establecido.

Sin embargo, según el Dr. Paul Deane, experto en energía, el gobierno irlandés ha destinado más de 2.200 millones de dólares en créditos de emergencia desde 2021 para ayudar a los hogares a enfrentar el aumento de costes. Además, todas las personas mayores de 70 años y los jóvenes que reciben prestaciones sociales pueden beneficiarse del Paquete de Prestaciones Domésticas, que reduce las facturas de electricidad.

Italia tiene los costes de electricidad residencial más altos de Europa, con un precio medio por kWh de unos dolorosos $0,457 (aproximadamente 0,415 €). El país depende en gran medida del costoso gas natural licuado importado para cubrir sus necesidades eléctricas, lo que explica los elevados precios. No obstante, el gobierno italiano ha destinado miles de millones de euros en medidas de apoyo para mitigar el impacto de las facturas energéticas, incluyendo pagos únicos y un subsidio de electricidad para las familias con bajos ingresos.

Las Bermudas son técnicamente un Territorio Británico de Ultramar, pero las hemos incluido en este resumen porque tienen el precio medio de electricidad residencial más caro del mundo, con unos elevadísimos $0,458 por kWh (aproximadamente 0,416 €). Según el periódico local *The Royal Gazette*, este pequeño y aislado archipiélago atlántico tiene la electricidad más cara por varias razones: la necesidad de transportar combustible, la falta de grandes centrales eléctricas, la escasez de instalaciones de energía renovable y la limitada competencia entre los proveedores de electricidad.

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