Además de destinos deslumbrantes, secuaces armados y frases ingeniosas, los edificios espectaculares son ingredientes esenciales de cualquier película de Bond.

Desde mansiones señoriales a magníficas villas mediterráneas y glamurosas "guaridas de villanos Bond", hemos reunido una selección de espectaculares propiedades que aparecen en las películas o que tienen una innegable conexión con James Bond.

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Adaptado al español por Alba Mora Antoja, Redactora en Español para loveMONEY.

La casa Elrod House, de otro mundo, fue diseñada por el arquitecto John Lautner para el interiorista Arthur Elrod. Puedes verla aquí, casi oculta, en la escarpada cima de una colina californiana, en Diamantes para la eternidad, un clásico de Sean Connery de 1971.

Construida en 1968, esta lujosa residencia de hormigón con su cúpula cónica está encaramada en la ladera de una colina a 1,5 km de Palm Springs: el punto de vista perfecto para que los secuaces de Blofeld divisen a un Bond que se acerca.

Bajo la icónica cúpula, un espectacular salón circular de 18 metros rezuma elegancia y estilo, con un suelo negro en espiga y atmosféricas formaciones rocosas que entran directamente en la habitación.

Las cristaleras enmarcan unas vistas impresionantes del valle, como podemos ver en esta escena en la que Bond intenta luchar contra dos de las secuaces de Blofeld.

A Bond no le impresionó mucho que le tiraran a la piscina, pero a nosotros nos encantaría darnos un chapuzón en la estructura circular, ¡sobre todo con esas vistas increíbles!

Por lo demás, hay cinco dormitorios y una casa de invitados independiente, así que hay espacio de sobra para celebrar sofisticadas veladas.

En 1971, Connery fue fotografiado mientras se relajaba en el emblemático salón de la casa. Está sentado en un clásico sillón de Gaetano Pesce de 1969.

Hoy en día, hay un gimnasio de última generación junto al salón principal, que da a una terraza de hormigón flanqueada por palmeras. No podemos imaginar un lugar más idílico para hacer ejercicio.

¿Qué podría ser más emblemático que el hogar del creador de James Bond, Ian Fleming? El paraíso jamaicano del autor, conocido como GoldenEye Resort, es el idílico lugar en el que Fleming escribió cada uno de los 14 libros de James Bond. Ah, y puedes alojarte allí…

Bautizada con el nombre de una operación naval en la que participó Fleming en 1942, el GoldenEye Resort fue imaginado solo cuatro años después, cuando descubrió la pintoresca ciudad de Oracabessa Bay, en Jamaica.

Se dice que Fleming esbozó la "villa de sus sueños" en un papel secante de su escritorio, y así la isla paradisíaca inspiró tres libros de James Bond (Dr. No, Vive y deja morir y El hombre de la pistola de oro), todos ellos ambientados en Jamaica.

La villa original cuenta con tres dormitorios, cada uno con una zona de baño con jardín tropical y una ducha de jardín, una piscina privada, una playa privada y jardines tropicales.

Quienes se alojen en ella también dispondrán de un personal especializado (que incluye mayordomo, ama de llaves y cocinera) para vivir la experiencia Bond más despreocupada.

Tras la muerte de Fleming en 1964, Chris Blackwell (fundador de Island Records y buscador de localizaciones para Dr. No) compró el GoldenEye Resort.

Desde entonces, Blackwell ha añadido unas 10,1 hectáreas a la finca original, incluidas varias impresionantes villas frente a la playa, cabañas privadas en la laguna y numerosas casitas de campo en la laguna, todas con camas tamaño king, cuartos de baño privados y duchas y bañeras en el jardín.

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Es fácil entender por qué el GoldenEye Resort ha atraído a creativos de todo tipo, como Noel Coward, Sting y Bono, que compuso el tema de la película GoldenEye mientras se alojaba en el complejo.

Se dice que el propio Fleming sufría de bloqueo de escritor, pero no cabe duda de que encontró la inspiración para las exóticas aventuras de Bond mientras se relajaba en su solitaria playa caribeña.

Sin duda, la localización más destacada de la última aventura de James Bond, Sin tiempo para morir, es la histórica ciudad italiana de Matera.

Entre las persecuciones de coches de alto octanaje y los monumentos conmemorativos explosivos, se te perdonaría que te distrajeras con la impresionante ciudad de Basilicata, con sus curiosas casas-cueva, o Sassi, que se cree que son las primeras viviendas humanas de Italia, que datan de hace unos 9.000 años, según el periódico británico The Guardian.

En Sin tiempo para morir, James Bond y la Dra. Madeleine Swann (interpretada por Léa Seydoux) se alojan en una increíble suite en una casa-cueva de la ciudad histórica. Por mala suerte para los y las fans de la película, la lujosa morada era un decorado, construido cerca de la Piazzetta Pascoli, en la zona de Sassi de Matera.

El que era hogar de los residentes más pobres, muchas de estas asombrosas viviendas excavadas en la ladera se han transformado en atmosféricas bolsas de lujo.

Incluso antes de que James Bond condujera su Aston Martin por sus polvorientas calles, en 2017, una cuarta parte de las casas de la ciudad se podían alquilar en Airbnb, según la Universidad de Siena. L'Hotel in Pietra, en la foto, es apta para cualquier villano Bond multimillonario en busca de un cuartel general subterráneo seguro.

A pesar de su construcción rústica, cada una de las seis habitaciones talladas en piedra del hotel-boutique ofrece una suavidad sorprendente. Quizá se deba a la sencilla modernidad de la decoración, con camas con dosel revestidas de lino blanco, bañeras de hidromasaje en las habitaciones e iluminación ambiental que evoca un aire de intimidad y romanticismo.

El hotel ofrece incluso una suite wellness, enteramente excavada en la roca en dos niveles. En la planta superior hay una cama king, un escritorio y muebles de diseño, mientras que en la planta inferior hay una bañera de hidromasaje y una sauna, ideales para mimarse tras una agotadora misión del MI6.

La propia ciudad es perfecta para que los y las fans de la franquicia exploren aún más lugares sorprendentes que aparecen en la última aparición de Daniel Craig como James Bond.

Gravina, en Apulia, alberga el famoso puente romano desde el que James salta durante la película, mientras que Sapri, en el suroeste de Italia, ofrece un cambio de ritmo con la playa Spiaggia Aell'Arco Magno, donde supuestamente tuvo lugar el rodaje de Sin tiempo para morir durante dos días.

Al principio de la película de James Bond Operación Trueno (1965), Sean Connery, en el papel del agente 007, emprende una arriesgada persecución del agente de S.P.E.C.T.R.E., el coronel Jacques Bouvar, utilizando un jetpack y su fiel Aston Martin DB5.

La persecución tiene lugar en un suntuoso castillo francés y sus alrededores, lo que nos da una buena idea de la riqueza y la influencia de esta organización criminal mundial.

Cargado de historia y construido por finos artesanos, el castillo es tan hermoso hoy como lo ha sido siempre. Este espectacular castillo del siglo XVI, en el norte de Francia, fue construido por el rey Enrique II para su amante Diana de Poitiers en 1548.

El exquisito castillo es un excelente ejemplo de la arquitectura renacentista francesa y fue construido y diseñado por el famoso arquitecto Philibert de l'Orme.

La capilla alberga la tumba de Diana de Poitiers y su magnífico interior insinúa la grandeza del castillo.

En la actualidad, el magnífico edificio es una atracción turística más que una residencia señorial. Tras la demolición de algunas partes del castillo a finales del siglo XVIII, solo queda un ala.

Por suerte, sobreviven otros edificios del lugar, como la capilla real, la imponente puerta principal con un fascinante reloj que muestra las fases de la luna y la capilla funeraria donde se da sepultura a Diana.

El exterior tiene hermosos jardines ondulados diseñados por Jacques Mollet, de la famosa dinastía francesa de jardineros, junto con intrincadas estatuas, incluida esta que representa a Diana de Poitiers como Diana, la diosa romana de la caza y la naturaleza. Las referencias a la deidad aparecen repetidamente por toda la finca.

Operación Trueno no es el único papel protagonista del castillo en el cine: también apareció en La pantera rosa ataca de nuevo en 1976.

La piscina y los jardines de la lujosa Villa Sylva aparecieron en la película de James Bond Solo para sus ojos de 1981.

Roger Moore, en el papel del agente 007, observa al enemigo junto a la piscina de la villa antes de ser capturado por esbirros armados y escoltado para reunirse con el jefe, el sicario cubano Héctor González. Como no podía ser de otra manera, tarda menos de un minuto en salir por patas utilizando poco más que su formación del MI6 y una sombrilla.

En la gran pantalla, la villa estaba situada en España. En la realidad, sin embargo, la propiedad se encuentra en la tranquila costa oriental de Corfú. Tú mismo/a puedes jugar a ser un villano de Bond, ya que la fastuosa residencia se puede alquilar como casa de vacaciones.

Esta casa de película está en una ubicación espectacular, con vistas ininterrumpidas al mar Jónico y a la isla de Pontikonisi.

Si quieres hacer una escapada rápida, la ciudad de Corfú, con su aeropuerto y puerto, está a solo 10 minutos, y además encontrarás un sinfín de restaurantes y cafeterías a tiro de piedra de la puerta principal de la propiedad.

Para entretener a tus amigos/as (o tal vez a tus enemigos/as), tienes esta fabulosa terraza de 70 m² donde puedes disfrutar de una comida o unos cócteles con vistas tranquilas al mar.

También hay una casa de invitados, tres jardines y un embarcadero privado de 16 m², ideal para escapar rápidamente cuando el esbirro se acerque.

En el interior de la casa principal, encontrarás dos dormitorios principales y cuatro dobles (todos con cuarto de baño), un amplio salón-comedor de planta abierta y una sala de lectura donde podrás planear tu próximo movimiento.

La casa de invitados dispone de otro dormitorio doble y otro con dos camas individuales, ambos con cuarto de baño privado. La casa no es ajena a la gran pantalla, ya que en 1970 apareció en la película Una bala en la cabeza, protagonizada por George Peppard y Joan Collins.

Cuando pienses en Skyfall, probablemente te venga a la mente esta icónica estatua de ciervo. Se erguía majestuosamente en el poste de piedra de la entrada del largo camino que conduce a la casa ancestral de James Bond en la 23ª película de la franquicia.

Conocida en la película como Skyfall Lodge, la imponente casa se alza envuelta en la niebla a orillas de un lago en las Tierras Altas escocesas. Excepto que… no es así. La casa era, en realidad, un decorado construido en Hankley Common, en Surrey, Inglaterra, a unos 970 km de las Tierras Altas.

En Skyfall, Bond y M se dirigen a la casa de la infancia del espía en su icónico Aston Martin DB5 plateado. La casa, en mal estado desde la muerte de sus padres, está habitada únicamente por un rudo cuidador, Kincaid, interpretado por el difunto Albert Finney.

A pesar de su premonitorio exterior, podrías imaginar que, con un poco de amor y un tiempo mejor, la mansión sería una casa de ensueño a la que escapar…

Al ver el interior, seguro que desearías que la casa fuera real. A pesar del polvo, sus amplias habitaciones, su grandiosa mampostería y sus paredes con paneles de madera dejan una muy buena impresión.

A medida que Bond recorre la casa, vemos enormes chimeneas abiertas, una mesa de comedor señorial, un piano abandonado y, lo más intrigante de todo, un sistema de pasadizos subterráneos secretos.

Finalmente, el supervillano Raoul Silva (interpretado por Javier Bardem) alcanza a la pareja, lo que conduce a un enfrentamiento en Skyfall Lodge.

La secuencia termina con la vieja casa envuelta en llamas, por lo que podemos entender por qué el director Sam Mendes optó por construir un decorado en lugar de rodar en una casa real: podrían haber enfadado a los propietarios o propietarias…

Cubierto de brezo y algo desolado, se entiende que Hankley Common fuera elegido para parecer un páramo salvaje escocés. El terreno de unas 560 hectáreas forma parte de una Zona Especial de Conservación e Interés Científico más amplia y alberga numerosas rutas de senderismo.

Aparte de Skyfall, la mansión ha aparecido en otras dos películas de Bond: El mundo nunca es suficiente y Muere otro día, ambas protagonizadas por Pierce Brosnan.

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