Los magnates del petróleo del planeta son muy extravagantes cuando se trata de bienes inmuebles. Magnates de la industria del pasado y del presente han construido o comprado de todo, desde extensas mega-mansiones y casas adosadas, hasta un rascacielos de $1.000 millones (93.000 millones de euros), e incluso un rancho con castillo y su propia iglesia, aeropuerto y campo de golf.

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Adaptado al español por Alba Mora Antoja, Redactora en Español para loveMONEY.

Nacido en el norte del estado de Nueva York en 1839, John D. Rockefeller cofundó Standard Oil en 1870 y acabó haciéndose con el control de un asombroso 90 % de todas las refinerías y oleoductos de Estados Unidos.

Tras acumular una inmensa fortuna, Rockefeller fue proclamado primer multimillonario en dólares de la historia en 1916 y se le considera el estadounidense más rico de todos los tiempos, por no mencionar la persona más rica de la historia moderna.

En 1893, Rockefeller adquirió un terreno en Pocantico Hills, Nueva York, con vistas al río Hudson, y acabó construyendo en él la casa de sus sueños. Tras años de preparación, Kykuit, que toma su nombre de la palabra neerlandesa que significa "mirador", se terminó finalmente en 1913. Ejemplo sublime de la arquitectura del Renacimiento Georgiano, la imponente mansión tiene seis plantas y un total de 40 habitaciones.

Curiosamente, los planes iniciales del estudio de arquitectura Delano & Aldrich eran para una estructura de tres plantas, pero se abandonaron a mitad de camino y se contrató al más eminente William W. Bosworth para rehacer el proyecto.

Para los interiores, Rockefeller recurrió a los servicios del prestigioso diseñador de interiores Ogden Codman Jr., que decoró las elegantes habitaciones con muebles antiguos ingleses, colecciones de preciada cerámica china y europea, incluidas piezas de la dinastía Ming compradas a la colección del banquero J. P. Morgan, y otros objetos preciosos.

El patriarca Rockefeller también equipó su mansión con las últimas comodidades, como un campo de golf privado y un cobertizo lleno de carruajes y coches relucientes.

Tras su muerte en 1937, la mansión fue el hogar de tres generaciones más de la familia Rockefeller. Cada residente aumentó su prestigio, sobre todo el nieto del magnate del petróleo, el 41 vicepresidente de los Estados Unidos Nelson Rockefeller, que amasó una impresionante colección de arte del siglo XX.

Nelson Rockefeller murió en 1979 y Kykuit se abrió al público para visitas guiadas. Quienes la visten se maravillarán con los cuadros de Andy Warhol, las esculturas de Henry Moore y una colección de tapices de Picasso, junto con los coches de época y muchos muebles suntuosos, que se han conservado meticulosamente, al igual que los cuidados jardines italianos.

E. W. Marland nació en Pittsburgh en 1874 y se hizo abogado antes de amasar dos fortunas petroleras multimillonarias: primero en Pensilvania en la década de 1900 y luego en Oklahoma durante los años veinte, cuando controlaba la décima parte del petróleo mundial y se estableció como filántropo.

Tras perder su segunda fortuna a raíz de una adquisición hostil de su empresa por J. P. Morgan, Marland pasó una temporada en el Congreso y fue gobernador de Oklahoma de 1935 a 1939.

Durante un viaje a Italia en el apogeo de su riqueza, a principios de los años veinte, el magnate del petróleo se enamoró del Palacio Davanzati de Florencia, del siglo XIV, y se dispuso a construir una mansión impresionante en Ponca City, Oklahoma, basada en la obra maestra medieval.

Apodada el "Palacio de la Pradera", la propiedad de 55 habitaciones, que es una de las residencias más grandes del sudoeste estadounidense, se construyó entre 1925 y 1928 con un coste de $5,5 millones (unos 5,1 millones de euros), lo que equivale a unos $100 millones (unos 93 millones de euros) hoy en día.

Marland contrató a artesanos de Europa para construir la mansión de piedra caliza y elaborar sus opulentos interiores, que van del estilo Tudor inglés al Renacimiento italiano. La propiedad destaca especialmente por sus elaborados techos: por ejemplo, esta belleza del salón interior de estilo medieval representa intrincadas escenas de la historia de Oklahoma.

El salón de baile palaciego, con su techo chapado en oro de 24 quilates, es uno de los aspectos más destacados de la mansión y fue el escenario de brillantes fiestas con la alta sociedad de Oklahoma.

Esta casa fue un regalo de Marland a su segunda esposa Lydie, con la que se casó en 1928, el año en que se terminó de construir la mansión.

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Tras perder su segunda fortuna, Marland y su joven esposa no pudieron hacer frente a las facturas de los servicios públicos y se trasladaron al pequeño estudio de artista de la finca.

Tras su etapa como gobernador, el antiguo magnate del petróleo volvió a instalarse en la humilde propiedad y, en 1941, seis meses antes de su muerte, Marland vendió la mansión y la mayor parte de la finca a una orden religiosa católica por solo $66.000 (unos 61.400 €), que en dinero de hoy son $1,4 millones (unos 1,3 millones de euros).

Más tarde, la propiedad se convirtió en una escuela privada y se abrió al público como museo en 1976.

Nacido en Minneapolis en 1892, el patriarca de la famosa dinastía Getty ganó su primer millón de dólares (unos 0,93 millones de euros) en 1916 y construyó un inmenso imperio petrolífero que le catapultó a la categoría de multimillonario a mediados de la década de los cincuenta.

Cuando la revista Fortune elaboró el perfil de las personas más ricas de Estados Unidos en 1957, J. Paul Getty encabezaba la lista con un patrimonio neto de $1.000 millones (unos 93.000 millones de euros), lo que equivale a más de $11.000 millones (9,8 millones de euros) en la actualidad.

Al enriquecerse todavía más, Getty se trasladó a Europa. De hecho, vivía entre el Hotel George V de París y el Ritz de Londres, cuando su búsqueda de una base a largo plazo le condujo a una extraordinaria finca inglesa...

Aunque era conocido por su frugalidad, Getty no era reacio a derrochar en propiedades, arte y antigüedades, aunque siempre regateaba mucho.

En 1959, el magnate del petróleo compró al duque de Sutherland una magnífica mansión Tudor de grado I en el condado inglés de Surrey por un precio de 60.000 libras. En dinero de hoy, eso es algo menos de $1,5 millones (unos 1,4 millones de euros).

De principios del siglo XVI, la extensa Sutton Place, con 72 habitaciones, es una de las mejores casas solariegas de Inglaterra. De hecho, se dice que Enrique VIII fue una vez huésped en sus salones.

Fotografiado aquí en 1960 disfrutando de un recital de piano en su nuevo hogar, Getty llenó la histórica propiedad de fabulosas obras de arte y antigüedades. Se dice que expuso un cuadro de incalculable valor del artista flamenco Rubens en el Gran Salón, retratos de Gainsborough en la biblioteca y una selección de obras de Renoir en su dormitorio.

Los tranquilos terrenos y la piscina se captan aquí en 1974, cuando Getty abrió las puertas de su finca a más de 5.000 de sus vecinos de Surrey para recaudar fondos para una organización benéfica local. Al parecer, el distante propietario de la finca no hizo acto de presencia en el evento.

El magnate del petróleo hizo algunas reformas en la mansión durante su mandato. La más famosa fue la instalación de un teléfono público para los invitados, enmarcado por un letrero esmaltado que decía "Teléfono público".

Aquí está la suite Oriel, completa con una cama con dosel de cuatro postes revestida de regio brocado rojo y una chaise lounge a juego. Era una de las 10 suites de Sutton Place a las que Getty y su familia se habrían retirado.

El barón del petróleo falleció en la propiedad en 1976, a los 83 años. Como era de esperar, el coleccionista de arte Stanley J. Seeger compró la mansión a Getty y utilizó sus históricos salones para exponer su vasta colección de arte.

A pesar de trasladarse a Inglaterra, Getty había conservado su casa en Estados Unidos. Ya en 1946, el magnate del petróleo había adquirido unas 26 hectáreas en Malibú y reformado la hacienda de la propiedad conocida como Ranch House. Le sirvió de base en Estados Unidos hasta 1951, cuando se marchó a Europa.

Tras el traslado, Getty transformó la hacienda en un museo para exponer su incomparable colección de arte.

El Museo J. Paul Getty de la Ranch House se inauguró en 1954. Con el paso de los años, la colección de Getty creció como un hongo y superó las dimensiones de su antiguo hogar estadounidense.

Desde su mansión al otro lado del charco, el magnate del petróleo se puso a planificar un nuevo y asombroso edificio en el lugar para albergar obras de arte del Mundo Antiguo, y en 1974 se terminó la Villa Getty. Siguiendo el modelo de una villa romana del siglo I, es sin duda una de las estructuras más singulares y cautivadoras de Estados Unidos.

Lamentablemente, Getty murió sin haber pisado nunca su villa, pero fue enterrado en la propiedad y dejó una gran parte de su fortuna al museo.

Se calcula que la institución recibió como legado $700 millones (unos 651 millones de euros) de la fortuna del difunto magnate, lo que se traduce en $3.900 millones (unos 3.600 millones de euros) hoy en día, batiendo el récord de la mayor donación a las artes de la historia en aquel momento.

T. Boone Pickens nació en Oklahoma en 1938. Empezó su carrera en Texas como "wildcatter" (persona que perfora pozos petrolíferos exploratorios) antes de fundar Mesa Petroleum, que en la década de los ochenta había crecido hasta convertirse en una de las principales empresas independientes de petróleo y gas natural de Estados Unidos.

Pickens, multimillonario en la década de 2010, se convirtió en un legendario asaltante de empresas, un defensor de los combustibles renovables y un importante filántropo, que donó más de $1.000 millones (unos 930 mil millones de euros) a buenas causas a lo largo de su vida.

En 1971, Pickens compró una parcela de 1.173 hectáreas cerca de Pampa, en el Panhandle de Texas, a la que llamó Rancho Mesa Vista.

A lo largo de las décadas, el magnate del petróleo gastó muchos millones de dólares comprando terrenos circundantes y desarrollando el rancho, que llegó a abarcar unos 259 km2, más grande que toda la ciudad de Arlington, en el centro del estado. Pickens se puso manos a la obra y construyó múltiples edificios en el rancho, incluido el complejo de la cabaña, parecido a un castillo.

Con unos 2.323 m², el albergue es la estructura más grande del rancho y cuenta con un centro de conferencias, biblioteca, teatro con 30 asientos y cocina para catering.

La Casa del Lago, de unos 1.068 m², es el otro edificio más grande del rancho. Tiene un sinfín de acabados de lujo, desde techos abovedados de roble hasta suelos de travertino e incluso una puerta principal con vidrieras que en su día adornó la mansión de Bing Crosby.

Otras estructuras del vasto rancho son una casa familiar de cinco dormitorios, una portería de tres dormitorios y una perrera de unos 1.022 m². La casa blanca de la infancia de Pickens en Oklahoma se trasladó incluso al rancho. El magnate también construyó una capilla en la propiedad, donde se casó con su quinta esposa en 2014. Además de hectáreas y hectáreas de terreno, la propiedad cuenta con 20 lagos artificiales, un campo de golf y una pista de tenis.

Lo más impresionante de todo es que el rancho Mesa Vista tiene su propio aeropuerto aprobado por la FAA, con una pista de 1.828 m de longitud y su propio hangar.

En 2017, Pickens anunció que estaba poniendo sus asuntos en orden y que se deshacía del rancho con casi todo incluido, desde los muebles hasta los perros de la perrera, añadiendo que los beneficios se donarían a su fundación benéfica. Salió al mercado con Hall y Hall por la friolera de $250 millones (unos 232,5 millones de euros).

Cuando Pickens murió en 2019, el rancho aún no se había vendido. Publicitado en el portal TopTenRealEstateDeals.com, finalmente se vendió en 2022 en dos partes, después de que el precio de venta se redujera a $170 millones (unos 158,1 millones de euros).

Ciudadano estadounidense de origen ucraniano con doble nacionalidad británica, Len Blavatnik se dirigió a Estados Unidos en 1978, cuando su país natal estaba bajo dominio soviético. Hizo su primera fortuna con la petrolera rusa TNK-BP, de la que se ha desprendido desde entonces.

Con una fortuna actual de $30.200 millones (unos 28.000 millones de euros), los numerosos intereses del magnate incluyen importantes participaciones en el coloso del plástico LyondellBasell y en la plataforma inmobiliaria Opendoor, así como la propiedad mayoritaria de Warner Music Group. También es un gran filántropo y en 2017 fue nombrado caballero por la difunta reina Isabel II por sus obras de caridad.

Blavatnik tiene un notable perfil inmobiliario en Manhattan, ya que posee las escrituras de varias propiedades muy codiciadas del distrito neoyorquino. El magnate dio el pistoletazo de salida en 2005, cuando compró la legendaria Casa William Ziegler por algo menos de $31,3 millones (unos 29,1 millones de euros). La joya del Upper East Side es la antigua sede de la Academia de Ciencias de Nueva York.

Un año más tarde, en 2006, Blavatnik se gastó $27,5 millones (unos 25,6 millones de euros) en una cooperativa de 14 habitaciones en un exclusivo edificio de la Quinta Avenida, que vendió varios años después al presidente de Estée Lauder.

Luego, en 2007, el multimillonario pagó $50 millones (unos 46,5 millones de euros) por esta casa adosada de cinco plantas en la calle 64 Este, a un par de manzanas de la Casa William Ziegler.

En 2014, Blavatnik batió el récord de la cooperativa más cara de Nueva York tras desembolsar $77,5 millones (unos 72,1 millones de euros) por un dúplex de 14 habitaciones en otra prestigiosa dirección de la Quinta Avenida. Blavatnik compró la unidad de cinco dormitorios a Woody Johnson, copropietario de los Jets de Nueva York, que pasó a ser embajador de Estados Unidos en el Reino Unido durante la administración Trump.

Sin embargo, Blavatnik compró su propiedad neoyorquina más cara en 2018. El magnate pagó la cifra récord de $90 millones (unos 83,7 millones de euros) por la megamansión, que ahora alberga una galería de arte contemporáneo.

La colección inmobiliaria de Blavatnik se extiende también a Londres, al otro lado del Atlántico. Situada en una de las calles más caras de la ciudad, la ultraexclusiva Kensington Palace Gardens, Blavatnik compró esta villa italianizante en 2004 por $52,6 millones (unos 48,9 millones de euros).

Se dice que el magnate gastó cientos de millones de libras en renovaciones en 2013 como parte de una ambiciosa reforma de dos años de la propiedad. Entre las nuevas adiciones a la mansión figuran una piscina de 25 m que pasa del interior al exterior, un jacuzzi, un gimnasio y una sala de cine, así como un garaje subterráneo con ascensor.

Mukesh Ambani heredó la mitad del imperio empresarial de su padre en 2002, incluidos el petróleo y el conglomerado diversificado Reliance Industries, que el magnate ha dirigido hasta convertirlo en la empresa del sector privado más valiosa de India y el exportador número uno.

Ni que decir tiene que Ambani es muy rico. Su patrimonio neto asciende a $123.300 millones (unos 114.700 millones de euros), lo que le convierte en la persona más rica de Asia.

Ambani tiene una magnífica casa a la altura de su inmensa fortuna: un rascacielos de 27 plantas y 37.161 m² que fue valorada en más de $1.000 millones (unos 930 millones de euros) poco después de su finalización y fue aclamada como la casa más cara del mundo.

Situada en la lujosa Altamount Road de Bombay, la sensacional torre mide 173 m de altura y lleva el nombre de Antilia, en honor a una mítica isla del Atlántico. La megamansión se construyó para resistir un terremoto de magnitud 8 y está dirigida por una plantilla de 60 personas. También es el lugar donde los miembros de la familia Ambani celebran actos de alta sociedad para su círculo íntimo.

El 3 de julio de 2024, las puertas de Antilia se vistieron de gala para celebrar la boda del hijo del magnate, Anant Ambani, con Radhika Merchant. El mameru de la pareja (una ceremonia tradicional gujarati previa a la boda) tuvo lugar en la extravagante casa de la dinastía. Luces de cuerda y guirnaldas de flores adornaban la entrada, mientras unos músicos daban la bienvenida a los invitados con música tradicional.

Rara vez se comparten fotografías del opulento interior de la mega mansión, aunque a lo largo de los años hemos podido echar un vistazo...

La esposa del magnate, Nita, aparece en un vídeo del canal de YouTube del equipo de críquet de los Mumbai Indians llevando el trofeo de la Indian Premier League por el vestíbulo de Antilia en 2019. Nita es propietaria de los Mumbai Indians desde 2008.

Decorado con relucientes lámparas de araña, elaborados arreglos florales, espejos de cristal de Murano y una fuente de mármol blanco tallada a mano, el vestíbulo causa sin duda una gran primera impresión.

Por lo demás, el salón dúplex es igual de impresionante, con su techo altísimo, sus ventanales y sus accesorios y mobiliario chapados en oro. En cuanto a servicios, Antilia lo tiene todo, y mucho más.

En la foto, podemos ver a Nita en el ornamentado templo de la mansión, que presenta paredes revestidas de mármol blanco repujado, relucientes lámparas de araña e ídolos hindúes de mármol.

Además del templo, la extensa casa contiene numerosas piscinas, tres helipuertos, nueve ascensores de alta velocidad, un salón de baile cavernoso, un cine de 50 butacas y un garaje de seis plantas. También hay estudios de yoga y danza, un spa digno de un hotel e innumerables dormitorios y suites para invitados. Los Ambani incluso han hecho instalar una heladería y una sala de nieve, donde pueden escapar del calor abrasador de Bombay.

Roman Abramovich hizo su fortuna tras el colapso de la URSS comprando a bajo precio activos estatales de petróleo y gas natural. Abramovich, el más famoso de los oligarcas rusos, es conocido sobre todo por ser el antiguo propietario del Chelsea Football Club, al que se vio obligado a renunciar en 2022 después de que el Reino Unido le impusiera sanciones. Abramovich también ha sido sancionado por la Unión Europea, Canadá, Australia y Suiza por sus presuntos vínculos con el régimen belicista del presidente Putin.

Como consecuencia, el patrimonio del magnate ha sufrido un duro golpe. Actualmente asciende a $9.700 millones (unos 9.000 millones de euros), frente a los $14.500 millones (unos 13.500 millones de euros).

Abramovich se hizo con un perfil inmobiliario estelar en Occidente antes de convertirse en persona non grata. Entre 2014 y 2018, el oligarca derrochó más de $90 millones (unos 83,7 millones de euros) en cuatro casas adosadas contiguas en el Upper East Side de Manhattan. Al parecer, pretendía convertirlas en una mega mansión de unos 2.941,5 m², con un coste de unos $100 millones (unos 93 millones de euros), según los planos obtenidos por el periódico New York Post. También compró otra casa adosada en la zona.

Al deteriorarse las relaciones entre Rusia y Occidente, la propiedad de las casas adosadas pasó en 2018 a la ex esposa del oligarca, Dasha Zhukova. Parece que los planes de desarrollo del magnate siguieron adelante, ya que las casas adyacentes estaban en obras en 2022.

Abramovich probablemente también desearía haber transferido la propiedad de su mansión londinense. El magnate de los combustibles fósiles compró el palacete victoriano de 15 dormitorios en los elitistas Jardines del Palacio de Kensington en 2009 por $115 millones (unos 107 millones de euros). Valorado por los agentes inmobiliarios locales en $160 millones (unos 149 millones de euros) en 2018, se encuentra entre los activos congelados por el gobierno británico.

Según el diario The Guardian, Abramovich posee decenas de propiedades de lujo en el Reino Unido, con un valor estimado de $320 millones (unos 298 millones de euros).

En 2022, el periódico hizo un recuento de las propiedades británicas que, según el Proyecto de Información sobre Delincuencia Organizada y Corrupción (OCCRP), pertenecen a Abramovich. Entre ellas se incluyen dos casas adosadas en Belgravia, Londres, 42 pisos y apartamentos en Chelsea Village, en la ciudad, además de un ático en la urbanización Chelsea Waterfront, que el magnate del petróleo compró en 2018 por $38 millones (unos 35,3 millones de euros).

En la foto, uno de los áticos de Chelsea Waterfront, recién terminada su construcción en 2018, que podría parecerse al que compró Abramovich.

El imperio inmobiliario francés de Abramovich también está sujeto a sanciones. En abril de 2022, el gobierno francés anunció que había confiscado 33 propiedades del oligarca, entre ellas el Château de la Croë, su fastuosa residencia de vacaciones en la Costa Azul. Se dice que el barón del petróleo se ha gastado 100 millones de euros en restaurar la histórica villa.

Según el diario The Mirror, el difamado magnate vive actualmente en Estambul, en una mansión que alquila por $51.000 (unos 47.400 €) al mes. 

Nacido en 1940, David Koch se incorporó al negocio familiar de refinado de petróleo en 1970 y acabó dirigiendo la diversificada Koch Industries, la segunda mayor empresa privada de Estados Unidos, junto con su hermano Charles. El difunto magnate, destacado defensor de las causas conservadoras, se convirtió en una de las personas más ricas de Estados Unidos. En el momento de su muerte, en 2019, Koch valía $50.500 millones (unos 47.000 millones de euros).

Con el botín de su imperio petrolero, el magnate acumuló a lo largo de los años una gran colección de propiedades inmobiliarias por todo Estados Unidos...

Koch y su esposa, Julia, compraron en 2004 un dúplex de 18 habitaciones en Park Avenue, Nueva York, y lo convirtieron en su hogar principal. La prestigiosa cooperativa de Manhattan cuenta con residentes de la talla del magnate del petróleo estadounidense John D. Rockefeller entre sus antiguos residentes más ilustres.

Según el portal Business Insider, quienes soliciten en el exclusivo edificio deben tener al menos $100 millones (unos 93 millones de euros) en activos líquidos para ser tenidos en cuenta para formar parte de la comunidad de ultra-ricos. Pero esa no es la única propiedad de la Gran Manzana que el magnate tenía en su cartera...

En 2018, Koch pagó algo más de $40,2 millones (unos 37,4 millones de euros) por esta casa de piedra rojiza renovada de seis plantas en el corazón del Upper East Side de Manhattan. El precio puede parecer elevado, pero en realidad la pareja consiguió una ganga, ya que la casa, de 1.393 m², se cotizaba originalmente por $51 millones (unos 47,4 millones de euros).

Desde la muerte de su marido en 2019, Julia Koch se ha deshecho de algunas de las propiedades neoyorquinas que poseían juntos. La casa se vendió en julio de 2023 a un comprador no revelado por $41 millones (unos 38,1 millones de euros).

Cuando Koch quiso escapar de los duros inviernos de la Costa Este, encontró un santuario acogedor en El Sarmiento, una magnífica finca en Palm Beach, Florida. Encaramado en la costa, con vistas al reluciente océano Atlántico Norte, el barón del petróleo compró la mansión Art Decó en 1998 por $10,5 millones (unos 9,8 millones de euros). Si se ajusta a la inflación, hoy serían unos $20,2 millones (unos 18,8 millones de euros).

Los Koch llevaron a cabo una renovación de tres años en la emblemática casa antes de mudarse a ella. Según el portal Business Insider, ampliaron la planta de la mansión a unos 2.787 m².

De vuelta al estado de Nueva York, en el afluente enclave de Southampton, Koch disponía de otra casa de vacaciones frente al mar. La casa de siete dormitorios, ideal para escapar de la vida urbana, está situada en Meadow Lane, también conocida localmente como Billionaire Lane. La finca de 1,6 hectáreas, con vistas al océano, cuenta con piscina exterior y casa de piscina, pistas de tenis y un pequeño putting green.

Koch falleció en la propiedad en 2019, a la edad de 79 años. Su viuda, Julia, y sus tres hijos tienen ahora una fortuna de $65.100 millones (unos 60.500 millones de euros) en julio de 2024.

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