Podría avecinarse una crisis económica: Descubre los países con las peores deudas
Países con grandes deudas

La deuda mundial se disparó hasta alcanzar la cifra récord de 315 billones de dólares (unos 293 billones de euros) a principios de este año. Esto supone más del triple del PIB mundial, según el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), que realiza un seguimiento del endeudamiento en las economías avanzadas y en desarrollo.
Sorprendentemente, la última vez que la deuda mundial fue tan grave fue durante las Guerras Napoleónicas, hace más de 200 años. La actual oleada de deuda es la cuarta desde la Segunda Guerra Mundial y la mayor hasta la fecha, pues comenzó en 2010 y alcanzó cotas insondables durante la pandemia mundial.
Dado que cada oleada anterior ha acabado en miseria, una crisis de deuda mundial sin precedentes podría estar a la vuelta de la esquina. Sigue leyendo para descubrir cómo el mundo ha acabado tan endeudado, y averigua qué países podrían estar abocados al colapso económico.
Todas las cantidades están en dólares estadounidenses, las cifras en euros son conversiones aproximadas que podrían cambiar.
Adaptado al español por Sara Piquer Martí, Editora en Español para loveMONEY.
Deuda mundial récord

No se puede negar que el mundo se está ahogando en deudas. Pero, ¿qué comprende realmente la cifra récord de 315 billones de dólares (unos 300 billones de euros)?
Alrededor de 59,1 billones de dólares corresponden a la deuda de los hogares, que incluye hipotecas, tarjetas de crédito y préstamos estudiantiles. La deuda pública representa 91,4 billones de dólares (90 billones de euros), mientras que la deuda empresarial asciende a 164,5 billones de dólares (160 billones de euros). La cifra también incluye los 70,4 billones de dólares (67 billones de euros) que debe el sector financiero mundial.
Dos tercios de la deuda mundial corresponden a las economías avanzadas, y el resto a los países en desarrollo. Sin embargo, en términos relativos, la deuda de las economías emergentes se ha disparado en los últimos años, habiéndose casi duplicado hasta los 105 billones de dólares desde los 55 billones de dólares de hace una década. Si la deuda se dividiera a partes iguales, cada persona del planeta debería $39.000 (36.000 euros).
Préstamo COVID y espiral de pagos de intereses

La deuda mundial aumentó de forma constante durante la década de 2010. Sin embargo, se disparó al comienzo de la pandemia de COVID-19 en 2020, cuando los gobiernos se apresuraron a apoyar a los hogares y empresas afectados por el virus y los cierres asociados.
Cuando el mundo volvió a abrirse en 2021, la fuerte demanda, unida a la interrupción de la cadena de suministro, había hecho subir la inflación. Después, la invasión de Ucrania por Rusia en 2022 exacerbó las presiones inflacionistas. Los bancos centrales han respondido haciendo lo que se consideraba impensable hace una década: subir los tipos de interés varios puntos porcentuales (y bastante más en algunos casos).
Esto ha amortiguado la inflación. Sin embargo, las subidas de los tipos de interés han encarecido el servicio de la deuda, y los tipos siguen siendo altos.
¿Cómo gestionan la deuda los gobiernos?

Preocupantemente, los elevados niveles actuales de deuda se han producido en un momento de crecientes déficits presupuestarios, tipos de interés generalmente altos y un crecimiento mundial crónicamente bajo. La mayoría de los gobiernos no pueden salir por sí mismos de sus crecientes deudas, y gestionar los castigadores pagos de intereses es cada vez más difícil.
Al margen de las castigadoras medidas de austeridad, algunos gobiernos tienen la opción de emitir valores, como bonos, o simplemente imprimir más dinero para limitar sus pagarés. Sin embargo, la venta de valores y la monetización de la deuda solo suelen funcionar bien en economías avanzadas como Japón y EE.UU., mientras que a menudo conducen a la ruina económica a las economías emergentes. Por ejemplo, Argentina, Zimbabue y Venezuela experimentaron una hiperinflación galopante cuando sus gobiernos se lanzaron a imprimir dinero para pagar sus deudas.
¿Qué hacen los gobiernos si no pueden pagar sus deudas?

Cuando las deudas se vuelven insostenibles, los gobiernos no suelen tener más remedio que ir con la gorra en la mano al FMI (o similar) y suplicar un rescate. Esto viene invariablemente con condiciones, como la exigencia de frenar el gasto público.
En el peor de los casos, los países dejan de pagar su deuda. El impago de la deuda soberana es realmente el último recurso, ya que puede tener consecuencias económicas nefastas. Preocupantemente, los impagos de deuda soberana han alcanzado niveles récord.
Según Fitch Ratings, una cifra sin precedentes de nueve países se encuentran actualmente en situación de impago o se les ha retirado la calificación: Bielorrusia, El Salvador, Rusia, Surinam, Etiopía, Ghana, Líbano, Sri Lanka y Zambia.
La importancia de una buena calificación crediticia soberana

La solvencia crediticia de un país puede marcar la diferencia en su capacidad para hacer frente al servicio de la deuda, sobre todo si la mayor parte de sus obligaciones están denominadas en moneda extranjera y se deben a acreedores extranjeros. Estas calificaciones las establecen varias agencias, como Fitch Ratings, Standard & Poor (S&P) y Moody's.
En el pasado, las economías avanzadas solían tener calificaciones crediticias soberanas estelares, disfrutando de los tipos de interés más favorables. En los últimos años, sin embargo, algunas economías avanzadas, incluida la estadounidense, han visto rebajada su calificación.
Por otro lado, los países en vías de desarrollo cargan principalmente con malas calificaciones crediticias y tienen que pagar una fuerte prima, lo que encarece considerablemente los préstamos. Un nuevo informe del grupo de campaña Debt Relief International para la Ayuda de la Iglesia Noruega sugiere que más de 100 países en vías de desarrollo tienen dificultades para pagar su deuda y, como consecuencia, están recortando el gasto en sanidad, educación y clima.
¿Qué es la ratio deuda/PIB y por qué es importante?

El ratio deuda/PIB compara la deuda de un país con su producción económica anual. Esta métrica es un buen indicador de la capacidad de una nación para sostener sus deudas. Como regla general, cuanto mayor sea la proporción, más difícil le resultará al país hacer frente al servicio de sus obligaciones.
Dicho esto, la regla no es inamovible y, como veremos, hoy en día hay algunas excepciones notables.
Con todo esto en mente, echemos un vistazo a los ratios deuda bruta/PIB de 20 de las principales economías del mundo y evaluemos la probabilidad que tienen de evitar un colapso de la deuda...
Rusia, ratio deuda/PIB: 20,8

La deuda soberana de Rusia asciende a 428.500 millones de dólares (unos 398.700 millones de euros), lo que equivale a solo el 20,8% del PIB del país. Tras la anexión de Crimea en 2014, el régimen de Putin se propuso blindar la economía del país contra las sanciones y mantener la deuda externa al mínimo ejerciendo una estricta restricción fiscal y monetaria.
Apuntalada por la riqueza del país en materias primas y su enorme superávit comercial, la estrategia de reducción de la deuda ha ayudado a Putin a financiar su invasión de Ucrania y a afrontar mejor las repercusiones económicas resultantes.
Sin embargo, el futuro financiero a largo plazo de Rusia parece sombrío. Al tiempo que mantiene baja la deuda, la política ha privado de financiación a los servicios públicos y ha minado el crecimiento. Y con Rusia aislada del sistema bancario mundial y su calificación crediticia muy rebajada -de hecho, el país entró en mora en 2022 como consecuencia de las sanciones occidentales-, ahora no podría pedir préstamos en los mercados internacionales aunque quisiera.
Suiza, ratio deuda/PIB: 36,7

En cuanto a países, Suiza es un prestatario de ensueño, con la máxima calificación crediticia AAA posible otorgada por las principales agencias de calificación. Su gobierno es conocido por su prudente gestión de la economía, y el franco suizo es una de las monedas de reserva más utilizadas del mundo.
Desde 2003, el gobierno suizo se ha adherido a un freno inflexible de la deuda, que ha contribuido a mantener bajos los niveles de deuda soberana.
Gracias a la aversión del Estado a entrar en números rojos, la deuda pública de la nación asciende actualmente a 344.400 millones de dólares (unos 300.000 millones de libras), lo que se traduce en solo el 36,7% de la producción económica anual de Suiza.
Nueva Zelanda, ratio deuda/PIB: 47,4

Nueva Zelanda tiene más razones que la mayoría de los demás países para mantener su deuda pública bajo control. El país es especialmente vulnerable a costosas catástrofes naturales, como terremotos y tormentas destructivas, por no hablar de las conmociones económicas externas debido a su pequeño tamaño y a su economía impulsada por las exportaciones.
Por ello, los sucesivos gobiernos se han esforzado por mantener bajos los niveles de deuda. El total actual de 122.100 millones de dólares (unos 113.550 millones de euros) representa un modesto 47,4% del PIB del país. El gobierno aspira a reducir esa proporción a entre el 20% y el 40%.
Pero no todo son buenas noticias. Menos préstamos significa menos dinero para invertir, y Nueva Zelanda se enfrenta ahora a un déficit de infraestructuras, lo que ha llevado a pedir al gobierno que eleve el techo de la deuda. Desde luego, no costaría mucho, dado que Nueva Zelanda está calificada como AAA por Moody's y como AA, la segunda calificación más alta, por las otras principales agencias de calificación.
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Australia, ratio deuda/PIB: 49,6%

La deuda soberana bruta de Australia asciende a 887.800 millones de dólares australianos (unos 649.100 millones de euros), lo que equivale al 49,6% del PIB del país.
Al igual que su vecina Nueva Zelanda, Australia tiene unos niveles relativos de deuda pública mucho más bajos que muchos otros países de renta alta. Los pasivos han aumentado desde 2008, cuando la deuda neta estaba en territorio negativo, siendo el gasto en COVID el mayor desembolso de los últimos años.
Sin embargo, la buena gestión financiera -combinada con la economía australiana rica en recursos, el abultado superávit comercial y la calificación crediticia de triple A de la agencia- han mantenido la deuda más que manejable. Se prevé que la proporción aumente a medida que se incremente el gasto público en infraestructuras, educación y defensa, pero la cifra prevista del 58% para 2027 sigue siendo baja en comparación con los niveles internacionales.
México, ratio deuda/PIB: 55,6%

Las pesadillescas crisis de deuda de México de los años 80 y 90 fueron una llamada de atención. Desde entonces, el país ha reparado diligentemente su reputación de prestatario fiable y los bonos mexicanos son considerados ahora grado de inversión por las principales agencias de calificación crediticia.
La deuda soberana bruta del país es de 1,1 billones de dólares (unos 1023.000 millones de euros), lo que representa el 55,6% de su PIB. Sin embargo, la deuda se ha acumulado este año, cuando el presidente saliente, Andrés Manuel López Obrador, aumentó el endeudamiento para financiar el gasto público adicional en el periodo previo a las elecciones generales de junio.
La presidenta entrante de México, Claudia Sheinbaum, se enfrenta a la perspectiva de tener que subir los impuestos para cumplir su promesa de aumentar el gasto en bienestar y servicios públicos.
Alemania, ratio deuda/PIB: 63,7%

Alemania ostenta brillantes calificaciones AAA de todas las principales agencias de referencia crediticia, y su deuda nacional bruta es comparativamente modesta, de 2,92 billones de dólares (unos 2,71 billones de euros), lo que se traduce en el 63,7% del PIB del país. Y aunque la cifra supera el objetivo de la UE del 60% establecido en el Tratado de Maastricht, está muy por debajo de la media de la OCDE y de la UE del 81,7%.
A pesar de todos estos factores favorables, la preocupación por los niveles de deuda pública de Alemania es generalizada y la cautela oficial a la hora de endeudarse está resultando problemática.
El pasado mes de noviembre, el gobierno alemán se vio sumido en la confusión cuando el Tribunal Constitucional echó por tierra su presupuesto para 2024 por incumplir el freno a la deuda del país, consagrado en la Constitución alemana. Los críticos argumentan que la obsesión por la disciplina fiscal podría socavar el crecimiento e incluso ralentizar la transición ecológica de la nación.
Austria, ratio deuda/PIB: 75,4%

La ratio deuda/PIB de la vecina Austria también supera el umbral del 60% del Tratado de Maastricht. Pero, al igual que la de Alemania, sigue siendo inferior a las medias de la OCDE y de la UE.
La deuda soberana del país es actualmente de 407.800 millones de dólares (unos 379.200 millones de euros). Sin embargo, la deuda de Austria es relativamente más alta que la de Alemania (y otros países de su entorno) e influye en su calificación crediticia, según Fitch. Las tres principales agencias califican al país un peldaño por debajo de Alemania.
El gasto público alcanzó niveles récord en 2023, aunque la carga de la deuda se vio compensada por un fuerte crecimiento económico y un aumento de los ingresos impulsado por la inflación, según Statistics Austria.
Sudáfrica, ratio deuda/PIB: 75,4%

Como muchos otros países en desarrollo, los bonos sudafricanos tienen una mala calificación por parte de las principales agencias de referencia crediticia.
Esta mala calificación crediticia eleva los costes de los préstamos, por lo que, aunque la ratio deuda/PIB del país no es excesivamente alta según los estándares mundiales, la deuda actual de Sudáfrica, de 281.400 millones de dólares (unos 261.700 millones de euros), se está volviendo difícil de sostener. (A efectos comparativos, Austria tiene el mismo ratio deuda/PIB, aunque sus pagos de intereses son mucho menores).
El ministro de Finanzas, Enoch Godongwana, ha admitido que el coste del servicio de la deuda se está comiendo ahora el gasto social. Increíblemente, los pagos de intereses de este año, estimados en 20.700 millones de dólares (unos 19.300 millones de euros), eclipsan con creces el presupuesto de educación básica de Sudáfrica y multiplican por siete el gasto militar del país para 2024.
India, ratio deuda/PIB: 82,5%

El FMI ha dado la voz de alarma sobre el creciente ratio deuda/PIB de India. Con un 82,5% del PIB nacional, la deuda soberana del país se ha disparado hasta los 3,25 billones de dólares (unos 3,02 billones de euros), y el ratio podría superar el 100% a medio plazo. Los bonos de India son de grado de inversión, pero tienen la calificación más baja de esta categoría, por lo que pagar el aumento de la deuda podría ser un reto, ya que es probable que los intereses sean elevados.
El gobierno indio ha restado importancia a los peligros, señalando que una gran parte de la deuda soberana del país está denominada en rupias, lo que disminuye el riesgo de que se produzca una crisis de deuda, ya que hay relativamente pocos acreedores extranjeros a los que satisfacer.
Argentina, ratio deuda/PIB: 86,2%

Argentina ha incumplido el pago de su deuda soberana tres veces desde 2001 y ha tenido que recurrir al FMI dos veces para reestructurar sus obligaciones.
Pocos países tienen una peor calificación crediticia y el país se enfrenta a una ardua lucha para pagar sus deudas, que se han originado como consecuencia de años de mala gestión económica y gasto público excesivo. La cifra asciende a 520.900 millones de dólares (unos 484.400 millones de euros).
El populista de derechas Javier Milei fue elegido presidente en diciembre de 2023 tras hacer campaña para recortar drásticamente el gasto público y la deuda. Aunque su tratamiento económico de terapia de choque parece estar funcionando en algunas áreas, reducir la deuda nacional no será fácil. La principal empresa de previsiones financieras, Oxford Economics, cifra en un 75% la probabilidad de que Argentina deje de pagar su deuda entre 2025 y 2027.
China, ratio deuda/PIB: 88,6%

La situación de la deuda china no tiene buena pinta. Con el país sumido en una recesión económica provocada por el desplome de su sector inmobiliario, el gobierno está a punto de pedir prestado para salir de la recesión. Según Fitch, que en abril rebajó a negativa la perspectiva crediticia de China.
Oficialmente, la deuda soberana de China asciende a 16,42 billones de dólares (algo más de 15 billones de euros), el equivalente al 88,6% de su PIB. Pero la empresa financiera Fidelity afirma que, en realidad, la cifra podría ascender hasta el 130% si se tienen en cuenta las "herramientas de financiación en la sombra", que efectivamente alimentaron la crisis inmobiliaria. La cifra revisada situaría a China entre los mercados emergentes más endeudados en términos relativos.
Reino Unido, ratio deuda/PIB: 104,3%

La deuda soberana bruta del Reino Unido asciende a 3,65 billones de dólares (3,5 billones de euros), y la deuda pública británica es la más alta desde 1962. Esta cifra es 150.000 millones de dólares (unos 139.000 millones de euros) superior a la producción económica anual del país, lo que se traduce en una ratio deuda/PIB del 104,3%. Alrededor del 25% de esta deuda está en manos de inversores extranjeros, una cifra significativamente superior a la media de las economías avanzadas, que es del 18%.
El servicio de la deuda se ha encarecido a medida que subían la inflación y los tipos de interés. La disposición mensual más alta ha superado los 26.000 millones de dólares (unos 24.000 millones de euros), aunque el Reino Unido disfruta de tratos preferentes por cortesía de su sólida calificación crediticia, que se sitúa en la categoría A superior.
Rachel Reeves, la nueva Ministra de Hacienda tras las elecciones generales del 4 de julio, ha hecho de la lucha contra la deuda nacional una de las normas clave de la política económica del Partido Laborista.
Canadá, ratio deuda/PIB: 104,7%

Chrystia Freeland, viceprimera ministra y ministra de Finanzas de Canadá, ha convertido en su prioridad la reducción del abultado ratio deuda/PIB del país, que, según ella, tiene que disminuir para que las finanzas canadienses sigan siendo sostenibles. Con 2,35 billones de dólares (unos 2,2 billones de euros), supera el PIB de la nación en un 4%.
El plan de la ministra parece estar funcionando, ya que la deuda de Canadá respecto al PIB está bajando. El FMI emitió recientemente un elogioso informe sobre la economía canadiense y elogió los esfuerzos del gobierno por reducir los niveles de deuda.
España, ratio deuda/PIB: 106,3%

El ratio deuda/PIB de España aumentó un considerable 20% entre 2020 y 2021. Esta cifra es superior a la de cualquier otro país de la eurozona, ya que la pandemia obstaculizó el crecimiento y, como consecuencia de ello, el gobierno español tuvo que asumir un enorme gasto.
En la actualidad, la deuda pública del país asciende a 1,75 billones de dólares (1,6 billones de euros), lo que equivale al 106,3% de su PIB. Su calificación crediticia es decente y varía entre A (S&P) y Baa1 (Moody's).
Aunque la cifra absoluta sigue siendo alta, el ratio deuda/PIB de España ha tendido a la baja debido al fuerte crecimiento económico y a otros vientos de cola, como unos ingresos fiscales mayores de lo esperado.
Francia, ratio deuda/PIB: 111,6%

Francia también vio aumentar su ratio deuda/PIB como consecuencia de la pandemia y otros choques externos. La pila de deuda asciende ahora a 3,49 billones de dólares (3,3 billones de euros), lo que supone el 111,6% del PIB del país.
Francia está teniendo más dificultades que España para reducir su ratio deuda/PIB, ya que el gobierno del presidente Macron es incapaz de frenar el gasto y reducir el déficit. La nación ha pagado un alto precio por no alcanzar sus objetivos de reducción de la deuda: el 1 de junio, S&P rebajó la calificación crediticia de Francia de AA a AA-.
Una humillante degradación para el país, la rebaja de la calificación lo sitúa en la misma clase de solvencia que la República Checa y Estonia.
EE.UU., ratio deuda/PIB: 123,3%

En términos absolutos, EE.UU. es el país más endeudado del mundo. Actualmente debe la astronómica cifra de 35,49 billones de dólares (unos 33 billones de euros) -equivalente a 102.474 dólares (unos 95.000 euros) por cada estadounidense-, lo que representa el 123,3% del PIB de la nación.
La Oficina de Rendición de Cuentas del Gobierno advirtió recientemente de que el país se encuentra en una senda fiscal insostenible que representa una grave amenaza para la economía, la seguridad nacional y la sociedad. La creciente proporción entre deuda y PIB, que se espera que alcance el 166% en 2054, podría obstaculizar el crecimiento y agotar los presupuestos públicos a medida que se disparen los pagos de intereses. De hecho, los pagos de la deuda estadounidense superarán el gasto en defensa por primera vez en 2024.
La crisis del techo de la deuda del año pasado dio lugar a una rebaja de la calificación de Fitch y de la perspectiva de Moody's, lo que ha encarecido el servicio de la deuda estadounidense. En términos de acreedores, Japón es el país con más deuda estadounidense, seguido de China y el Reino Unido.
Italia, ratio deuda/PIB: 139,2%

Italia está hasta arriba de pagarés, y ha acumulado una deuda soberana de 3,24 billones de dólares (2,5 billones de euros), que representa el 139,2% de la producción anual total del país. La situación de la deuda italiana ha sido positiva últimamente, en medio de la impresionante recuperación post-pandémica del país, y el pasado noviembre Moody's cambió su perspectiva de negativa a estable.
Pero, según el FMI, el futuro bienestar económico de Italia está en juego si su gobierno no aborda la creciente montaña de deuda. Italia se encuentra en una posición más vulnerable que muchas otras naciones con elevados índices de deuda en relación con el PIB, ya que una parte significativa de su deuda es de propiedad extranjera y el 20% se debe a acreedores privados. Esto la expone a ataques especulativos, según la aseguradora de crédito francesa Coface.
Grecia, ratio deuda/PIB: 148,8%

Grecia vivió por encima de sus posibilidades durante décadas, hasta que a finales de los años noventa se sumió en una catastrófica crisis de deuda. El gobierno griego, un ejemplo de libro de texto de lo que le ocurre a un país cuando sus niveles de deuda se vuelven insostenibles, se vio obligado a introducir amplios recortes del gasto y fuertes subidas de impuestos, empobreciendo a muchas personas. También tuvo que conseguir rescates del FMI, el Banco Central Europeo y el Eurogrupo.
Grecia aún no está fuera de peligro. Sus bonos tienen una mala calificación de Moody's y el país tendrá que pagar a sus acreedores hasta 2060. Su deuda asciende actualmente a 372.400 millones de dólares (unos 346.500 millones de euros), lo que equivale al 148,8% del PIB.
Por el lado positivo, se prevé que la proporción disminuya gradualmente en los próximos años y la deuda parece manejable. En su mayor parte está en manos de acreedores oficiales, lo que, a diferencia de la deuda italiana, la hace menos expuesta a la especulación.
Singapur, ratio deuda/PIB: 162,5%

Singapur es una especie de anomalía. Su deuda soberana bruta asciende a 853.500 millones de dólares (unos 793.300 millones de euros), lo que se traduce en una ratio deuda/PIB del 162,5%.
Pero la calificación crediticia de la compacta nación insular es sobresaliente, con calificaciones AAA en todos los casos, mientras que su salud fiscal también es excelente. Entonces, ¿qué está pasando?
A diferencia de otros países muy endeudados, Singapur pide prestado para invertir en lugar de gastar -esto está escrito en su constitución- y los activos de la nación superan considerablemente a sus pasivos. Tanto es así que, de hecho, el país tiene una deuda neta cero.
Japón, ratio deuda/PIB: 254,6%

La deuda externa de Japón se convirtió en una bola de nieve durante la "Década Perdida" de los años 90 y desde entonces se ha disparado. El fuerte endeudamiento para pagar el rápido envejecimiento de la población y estimular la economía, perennemente estancada, no ha disminuido, habiendo alcanzado niveles exorbitantes durante la pandemia. La deuda de Japón asciende ahora a 10,46 billones de dólares (10 billones de euros), lo que equivale a más de dos veces y media su PIB.
Otros países estarían en grave crisis con este nivel de deuda. Pero Japón lo está haciendo muy bien, con su solvencia en la categoría A. La deuda de Japón está mayoritariamente en yenes, que es en sí misma una de las principales divisas de reserva, y es de propiedad nacional, por lo que la mayor parte de los pasivos está sujeta a los minúsculos tipos de interés del país.
El gobierno japonés también tiene un saludable superávit por cuenta corriente y es el principal tenedor de deuda estadounidense. Sin duda, éste es un país que no quebrará pronto.
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