Un castillo en ruinas convertido en hogar: Conoce la sorprende historia de esta pareja
Esta pareja devolvió la vida a un castillo abandonado

Cuando los trotamundos Stef Burgeon y Simon Hunt se cansaron de su vida en Dubái, se embarcaron en la búsqueda de un nuevo lugar al que llamar hogar. Poco se imaginaban que vendría en forma de una destartalada fortaleza del siglo XVI en Escocia.
Nueve años después de la primera vez que pusieron los ojos en el castillo de Kilmartin, la finca es ahora un fantástico refugio y una joya oculta de la región, gracias a un impresionante proyecto de renovación.
Haz clic o desplázate por esta galería para descubrir cómo esta ambiciosa pareja devolvió a la vida un impresionante pedazo de historia...
Adaptado al español por Alba Mora Antoja, Redactora en Español para loveMONEY.
Amor a primera vista

La inglesa Stef y el australiano Simon se conocieron en Dubái. Por aquel entonces, Stef trabajaba como periodista de viajes, mientras que Simon era director creativo en una agencia de publicidad.
Tras vivir y trabajar en Oriente Medio durante una década, la pareja ansiaba un cambio de aires. Unas vacaciones en Escocia en 2014 cambiarían el curso de sus vidas para siempre. Se enamoraron del país, a pesar del tiempo: “Todo el mundo decía que sería horrible, pero pensamos que, si nos encantaba en enero, nos encantaría siempre”, dice Stef.
De vuelta a casa, Stef vio un anuncio del castillo de Kilmartin, a unos 153 kilómetros de Glasgow. La atracción fue instantánea.
Encontrar los fondos

El vendedor del castillo de Kilmartin invitaba a hacer ofertas de más de $472.000 (unos 439.000 €), pero comprar la fortaleza no fue tarea fácil. La pareja no tenía dinero suficiente para comprar el edificio directamente, así que pasó más de un año hasta que pudieron recibir un préstamo para comprarlo. El resto lo pagaron con tarjetas de crédito.
Al final, hicieron una oferta de $418.000 (unos 389.000 €) y se convirtieron en propietarios de su propio castillo, para sorpresa de sus amistades.
Conseguir la llave

El castillo de Kilmartin se construyó en 1550 y había permanecido vacío durante 10 años antes de que finalmente se pusiera a la venta. Una década sin inquilinos había hecho mella en la finca, y había mucho que hacer para devolverle su antigua grandeza.
Tras hacerse con la pesada y antigua llave, Stef y Simon pasaron siete años transformando el histórico edificio en un acogedor refugio y un bed and breakfast de lujo.
Los primeros pasos

La pareja, que en aquel momento aún vivía en Dubái, se tomó tres semanas de vacaciones y regresó a Escocia para darle un lavado de cara al castillo. Llevaron a cabo una rápida renovación para intentar recuperar algunos fondos, haciendo que el castillo fuera habitable y apto para alquileres a corto plazo. Pero finalmente decidieron trasladarse a Escocia a tiempo completo y centrarse en el proyecto.
“Hicimos una reforma muy básica y lo pusimos en Airbnb. Se ganaba suficiente dinero para cubrir las facturas, pero, de vez en cuando, ocurría algo que costaba una fortuna y el colmo fue recibir una factura de electricidad de $15.000 (unos 13.950 €). Así que en ese momento decidimos marcharnos”, dice Stef.
Comienza el verdadero trabajo

Tras trabajar durante cuatro años para pagar las facturas de las tarjetas de crédito y ahorrar dinero, la pareja dejó su trabajo en Dubái y pasó seis meses viajando por Europa, antes de regresar a Escocia.
En enero de 2019, Stef y Simon iniciaron por fin lo que iba a ser un gigantesco proyecto de renovación. En la foto, se ve a la pareja repintando el exterior del castillo abandonado con la ayuda de algunos amigos y amigas.
No faltan los problemas

Modernizar la estructura histórica era uno de los principales objetivos de Stef y Simon, pero dejó al descubierto un montón de problemas. Aparecieron manchas de humedad en la planta baja, por lo que la pareja no tuvo más remedio que levantar algunas de las losas originales para ver qué se escondía debajo.
“Descubrimos que la gente que la reformó en los años ochenta utilizó cientos de bolsas de abono para detener la humedad, que estaban goteando”, dice Simon.
Trabajo arduo

Siguiendo el consejo de su albañil, la pareja empezó la ardua tarea de trazar y numerar las losas originales, y tardaron ocho semanas en levantarlas una a una. Luego, excavaron 30 cm en el suelo e instalaron un moderno aislamiento y calefacción por suelo radiante, antes de volver a colocar el suelo.
“Ahora es tan acogedor y cálido todo el año y parece más un castillo de lo que nunca fue. Ha sido una de las mejores cosas que hemos hecho nunca”, dice Simon.
Características históricas

La cocina, que también está en la planta baja, también fue un gran proyecto que abordar. Cuando Stef y Simon recibieron las llaves, este espacio descuidado necesitaba urgentemente una reforma.
Había un profundo hogar incrustado en la pared que en su día habría albergado un fuego, donde se habría cocinado la comida sobre las llamas. Pero para atender a sus invitados, necesitaban algo un poco más moderno.
Adoptar la planta original

No había margen de maniobra en la distribución de la planta baja, así que Stef y Simon tuvieron que mantener la huella de las habitaciones actuales y trabajar con lo que había.
Gracias al pensamiento creativo de la pareja, consiguieron convertir la cocina en ruinas en un paraíso gastronómico que combina el tejido histórico del castillo con las comodidades modernas más avanzadas.
Una nueva cocina con estilo

Siguiendo el consejo de un arquitecto de dejar las paredes lo más intactas posible, el nuevo diseño de la cocina incluye una isla central con dos hornos y un jardín de hierbas suspendido, mientras que la antigua chimenea es ahora un rincón con carácter para sentarse ocho personas.
“Las sillas proceden de una iglesia local y la mesa es de un antiguo pub”, dice Simon.
Lo viejo se encuentra con lo nuevo

El nuevo fregadero, que sigue en la misma posición que antes, está ahora alojado en un mueble de contrachapado de abedul, rematado con encimeras de hormigón de estilo industrial. Lo antiguo y lo nuevo se equilibran a la perfección en este inteligente diseño, que confiere un matiz moderno a la histórica estancia, sin perder de vista el pasado histórico del castillo.
Pensar fuera de la caja

Renovar un edificio de 400 años conllevaba decisiones difíciles: ¿cuál era la mejor manera de mantener la integridad histórica del castillo y garantizar al mismo tiempo la seguridad de sus invitados e invitadas?
Encontrar puertas cortafuegos adecuadas fue un gran reto y, a la pareja, le dijeron que las puertas tradicionales que querían no existían. Negándose a transigir, dieron con Broadleaf Timber, la empresa que había fabricado las puertas del castillo de Cenicienta en Disneyland París. Con los profesionales adecuados a bordo, las puertas cortafuegos a medida del castillo estuvieron listas en tres semanas.
Muebles reutilizados

Stef y Simon ahorraron dinero durante la reforma reciclando objetos viejos. El comedor, que solo requería unos pequeños cambios estéticos, alberga una magnífica mesa de comedor que dejó el antiguo propietario.
“Siempre fue un poco corta y demasiado estrecha, así que, durante un confinamiento, añadimos una gran franja en el centro en ambos sentidos. Así que sigue siendo su mesa, pero simplemente la hemos desarrollado para hacerla un poco más grande”, explica Stef.
El gran salón

El gran salón, situado en la planta intermedia, es una de las estancias favoritas de la pareja. Por suerte, se encontraba en un estado estructural razonable.
“Frotamos las paredes y volvimos a pintar el enlucido de cal, que aún estaba muy bien”, dice Stef.
La chimenea, sin embargo, era al principio un misterio para la pareja: “Era el tipo de habitación en la que te sentabas delante del fuego con el abrigo puesto y te preguntabas por qué seguía haciendo frío”, dice Stef. Tras pedir consejo a personas expertas, acabaron ampliando la chimenea, lo que resolvió el problema.
Impregnado de historias fascinantes

El impresionante espacio también alberga el cuadro favorito de la pareja: un retrato de una mujer barbuda. Dañado durante la reforma, se envió a un restaurador que descubrió su fascinante historia.
Pintado en 1932 por Hélène Detroyat, el experto reveló que la barba era un añadido a la obra que se incorporó más tarde, en la década de los sesenta, pero la identidad de la enigmática segunda artista sigue siendo un misterio.
Una obra

Con un total de cinco habitaciones en todo el castillo, ahora hay tres habitaciones recién configuradas con baño privado situadas en la planta superior. Los cuartos de baño se encuentran en las torrecillas, pero, como puedes ver en esta foto, la pareja tuvo todo un periplo para hacer habitable el edificio.
“El castillo tenía una moqueta asquerosa y mohosa por todas partes, e incluso había moqueta en el cuarto de baño, debajo de la bañera. Básicamente, arrancamos la moqueta para dejar al descubierto las tablas del suelo”, explica Simon.
Hallazgos antiguos

Antes, solo había un cuarto de baño para todo el castillo. Hoy, la escombrera ha sido sustituida por un conjunto de asombrosos espacios de aseo.
El diseño de este precioso cuarto de baño se centró en el ornamentado lavabo verde menta, un antiguo hallazgo que Stef y Simon recogieron en sus viajes a Niza (Francia). Con casi 200 años de antigüedad, lo combinaron con un llamativo lavabo de terracota y baldosas monocromáticas.
Tomar las riendas

Como gestores del proyecto de la amplia renovación, Stef y Simon tomaban constantemente decisiones difíciles sobre las instalaciones y los accesorios, y hacían los trabajos no cualificados que nadie más quería hacer.
“Estábamos en la obra todos los días. Tuve que subir todos los azulejos del cuarto de baño, que eran de hormigón, dos pisos... ¡Se me quedaban las huellas de los dedos, era tan duro!”, dice Stef. Pero parece que el trabajo duro mereció la pena.
Un proyecto para un encierro

Durante el primer confinamiento del Reino Unido en marzo de 2020, Stef y Simon decidieron emprender una serie de pequeños proyectos de un día para retocar el trabajo que ya se había realizado en su renovación inicial.
Este acogedor rincón para sentarse pasó rápidamente de ser un boceto a la realidad. Hecha con tablas rotas del castillo y parte de un banco de una iglesia local, la banqueta tiene un aire rústico acorde con el espíritu del castillo.
Situar el pasado en el centro del escenario

Cuando la pareja llegó por primera vez a la propiedad, la planta superior estaba en un estado calamitoso. Los dormitorios, desgastados por el paso del tiempo, necesitaban una revisión a fondo para hacerlos aptos para huéspedes y veraneantes.
Combinando la estética antigua y la nueva en este dormitorio renovado con sensibilidad, la increíble pared característica deja al descubierto la piedra original bajo el enlucido de cal. El pasado se traslada inteligentemente al presente.
Arquitectura histórica

Otro de los dormitorios, conocido como “El Refugio”, conserva su techo original con bóveda de cañón de cuando se construyó el castillo en 1550. Originalmente era un almacén en la planta baja, pero ahora es un espacio envolvente donde los huéspedes pueden descansar y relajarse.
Nos encanta la puerta de granero recuperada que separa el cuarto de baño privado, además de las extravagantes curiosidades que adornan la pared.
El desastre golpea

Sin embargo, como en todas las reformas, las cosas no siempre fueron bien.
“Cuando hicimos la primera reforma, habíamos colocado una capa de impermeabilización en la planta baja. Como el nivel del suelo era más alto en el exterior que en el interior, el agua rodeó los laterales del edificio”, explica Stef.
“Los últimos invitados salieron por la puerta principal cuando entraba el agua, ¡qué suerte!”, explica Simon.
Un descubrimiento increíble

Pensando que terminarían en agosto de 2019, este contratiempo supuso un pequeño contratiempo. Tras inundarse la cocina, la pareja se vio obligada a cavar zanjas de drenaje, que rellenaron con grava, para alejar el agua del interior del castillo.
Para su sorpresa, descubrieron que el castillo no tenía cimientos. En su lugar, estaba construido sobre enormes piedras que se asentaban directamente sobre el lecho rocoso. Milagrosamente, estas piedras eran tan resistentes que el castillo solo se había hundido unos cinco centímetros a lo largo de sus 400 años de historia.
Abordar los jardines

Tras cavar las zanjas, Stef y Simon pensaron que no había mejor momento para iniciar la renovación del terreno.
Un terreno indómito de unas 0,4 hectáreas rodeaba la propiedad, y la pareja tenía claro que encerraba mucho potencial. Sin embargo, con escasos conocimientos de horticultura, la pareja recurrió a la diseñadora de jardines local Amber Goudy para que les ayudara a diseñar la finca de sus sueños.
Natación salvaje

Stef y Simon siempre habían querido tener un estanque salvaje en la propiedad. Con la ayuda de Amber, sus deseos por fin se hicieron realidad. La ampliación supuso una excavación importante, pero todo el barro y el trabajo duro merecieron la pena. ¡No es mala vista para un baño matutino!
“Me encanta el estanque para nadar y mirar hacia atrás. Parece un cuento de hadas”, dice Stef.
La cocina exterior

Stef y Simon tenían unos cuantos requisitos innegociables para el terreno, uno de los cuales era una cocina exterior. Para no tener que desplazarse entre los jardines y la cocina interior cuando se reunían al aire libre, la pareja instaló un fregadero con grifo de agua caliente en la zona de preparación exterior.
Volver a lo básico

Además de las comodidades modernas, la pareja decidió volver a lo básico y establecer un huerto.
La pareja sirve a menudo comida fresca a sus invitados, elaborada con productos cultivados a tiro de piedra. Entre sus platos favoritos están las patatas fritas de repollo y cebolla, junto con frittatas de remolacha asada caramelizada.
Los terrenos terminados

Ya se ha completado la gigantesca tarea de remodelar los terrenos. Esta toma aérea muestra la hermosa terraza de guijarros que ahora rodea el estanque.
Aunque el meollo del proyecto está terminado, la ambiciosa pareja sigue trabajando en el terreno.
“Siempre estamos trabajando en los jardines y este año hemos añadido unos cuantos árboles frutales nuevos al huerto”. La pareja también está planeando abrir el huerto exclusivamente para sus huéspedes, imaginándolo como una extensión de la cesta de bienvenida, donde los visitantes pueden recoger sus propios productos para disfrutarlos.
Nuevo y hermoso espacio para eventos

En otro lugar de la finca, Stef y Simon estuvieron muy ocupados durante el invierno de 2023, dando vida a un nuevo espacio de entretenimiento.
Este invernadero ofrece el espacio perfecto para una cena atmosférica, permitiendo a los invitados empaparse de la belleza natural de la finca al tiempo que permanecen cálidos y acogedores en los meses más fríos.
La pareja también tiene planes para añadir más servicios a la finca en un futuro no muy lejano. “Nos encantaría construir una hermosa sauna al fondo del jardín, junto al estanque de natación salvaje, con vistas al bosque”, explican.
Dependencia renovada

Las estructuras históricas de la finca también han recibido una atención muy necesaria. En noviembre de 2022, Stef y Simon revelaron la sensible renovación de esta antigua dependencia de la propiedad.
El espacio, posiblemente el bloque de aseos más bonito que hayamos visto, combina materiales antiguos y nuevos, madera rústica recuperada, piedra vista y lámparas antiguas de Hollywood Regency con hermosos azulejos, piezas de arte extravagantes y aseos hechos a medida por Chadder & Co Luxury Bathrooms.
Incluso hay una pequeña estufa de leña para mantener el edificio cálido y acogedor en los duros inviernos escoceses.
Un destino global

En los pocos años transcurridos desde la renovación del castillo, su popularidad ha aumentado entre los veraneantes. Los huéspedes tienen ahora la oportunidad de reservar la totalidad del castillo. Stef y Simon se han trasladado a una casa de campo a unos 10 minutos en coche, pero siempre están disponibles para ayudar.
Kilmartin se ha convertido en una especie de destino para pequeñas bodas y escapadas, mientras que la pareja también ha puesto en marcha un club secreto de cenas en la finca para huéspedes y lugareños, comisariado por su chef William Hamer.
La guinda del éxito del castillo llegó en 2022, cuando fue nombrado la “propiedad más atractiva” del sector del alojamiento independiente del Reino Unido e Irlanda en los Premios Eviivo 2022. En enero de 2023, Kilmartin Glen y el propio castillo fueron incluso destacados en el periódico The New York Times en la lista de “53 lugares a los que ir en 2023”.
Renace una fortaleza histórica

Es asombroso ver cómo esta pareja de emprendedores ha transformado un castillo ruinoso en un refugio realmente impresionante.
Completado por fin, la pareja calcula que han gastado más de $505.000 (unos 469.650 €) en renovar el castillo y sus terrenos, además del precio de compra inicial, lo que no es de extrañar teniendo en cuenta la enormidad del proyecto.
Sin embargo, en cierto modo, para Stef y Simon se trata de un proyecto sin fin: “Siempre estamos pensando en nuevas y emocionantes adiciones. Es importante seguir considerando lo que buscan los viajeros y no dormirse en los laureles”.
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