Descubre la verdad sobre la lucha mundial contra la adicción al “Made in China”
Mirando a Pekín y luchando por separarse

Aparentemente adictos a la fabricación china, Europa, Norteamérica y Australasia dependen de la República Popular para muchos productos.
Considerada por muchos expertos y expertas como una vulnerabilidad estratégica, la dependencia a largo plazo de Occidente de los productos chinos está resultando difícil de eludir. Pero lideradas por Estados Unidos y, en menor medida, por la Unión Europea, las democracias occidentales están tomando medidas para dejar de depender de China y diversificar sus cadenas de suministro, alejándolas del país asiático.
Haz clic o desplázate para descubrir los productos chinos a los que Occidente es más adicto, y lo que están haciendo los distintos países para abandonar ese hábito.
Todas las cantidades están en dólares estadounidenses (y convertidas a euro).
Adaptado al español por Alba Mora Antoja, Redactora en Español para loveMONEY.
¿Por qué se cuestiona Occidente su dependencia de China?

En primer lugar, exploremos por qué Occidente quiere reducir su dependencia de la República Popular.
Las crecientes tensiones geopolíticas en torno a Taiwán, el Mar de China Meridional y otros lugares han tensado las relaciones de Occidente con Pekín, mientras que la pandemia del COVID-19 demostró lo arriesgado que puede ser no tener una economía diversificada.
Otras razones son la preocupación por los presuntos abusos de los derechos humanos por parte del gobierno comunista y el robo de propiedad intelectual a gran escala.
¿Qué importa Estados Unidos de China?

Empezando por América, Estados Unidos es el mayor mercado de exportación de China por un enorme margen. Según datos del gobierno estadounidense, las importaciones procedentes de la República Popular ascendieron a la friolera de $427.200 millones (unos 397.000 millones de euros) en 2023, siendo Estados Unidos el destinatario del 14,8 % de todas las exportaciones de China continental.
Estados Unidos importa una desconcertante variedad de bienes de China. Por orden de importancia monetaria, incluyen: ordenadores, teléfonos inteligentes y otros productos electrónicos; maquinaria industrial; productos químicos y farmacéuticos; plásticos y productos de caucho; equipos de transporte; ropa; muebles y metales.
Productos que proceden casi en su totalidad de China

Curiosamente, Estados Unidos depende más de China para las mantas eléctricas que de cualquier otro producto. Según cifras de 2023, la República Popular suministra el 99,9 % de las importaciones estadounidenses de este calentador de invierno. Le siguen los paraguas, con el 98 % de las importaciones estadounidenses procedentes de China.
China también ha acaparado el mercado de importación de tostadoras eléctricas, con más del 95 % enviado desde sus numerosas fábricas. Aunque prácticos, estos productos no son cruciales para la seguridad nacional y no sería una catástrofe que su suministro se interrumpiera bruscamente.
¿Cuáles son los productos más importantes para los que Estados Unidos depende de China?

Cuando se trata de los llamados bienes críticos (básicamente productos que tienen que ver con la seguridad nacional), China es una fuente menor pero no carente de importancia, según los investigadores del Banco de la Reserva Federal de San Luis, uno de los bancos que conforman el banco central estadounidense.
Entre los bienes críticos, se incluyen los ordenadores y la informática, los teléfonos inteligentes y otras tecnologías de la comunicación, los productos químicos, incluidos los farmacéuticos, la tecnología de energía verde y los minerales críticos.
La dependencia de Estados Unidos de China para portátiles y smartphones

Alrededor del 92 % de los portátiles estadounidenses se importan de China, mientras que la inmensa mayoría de los smartphones estadounidenses (hasta el 70 % en 2020) también se fabrican en el país.
Ninguna de las grandes empresas tecnológicas ensambla smartphones en Estados Unidos. Aunque Apple y Alphabet/Google han deslocalizado parte de su fabricación a India y Vietnam, te costará encontrar un dispositivo en Estados Unidos que no esté fabricado, al menos en parte, en China. Y a pesar de la prohibición de los equipos de comunicaciones de Huawei, la infame empresa china vuelve a vender teléfonos inteligentes en Estados Unidos.
La dependencia estadounidense de China para los productos farmacéuticos

Puede que las informaciones de que el 80 % de los medicamentos estadounidenses y el 97 % de los antibióticos proceden de China hayan sido desmentidas, pero las importaciones estadounidenses de productos farmacéuticos chinos se han multiplicado por cinco desde 2020. (Según el código arancelario estadounidense, la categoría de productos farmacéuticos incluye medicamentos envasados, vacunas y vendajes, así como sangre, cultivos orgánicos e incluso órganos).
China es ahora el cuarto mayor proveedor de productos farmacéuticos de Estados Unidos. Sin embargo, a pesar del reciente aumento, la República Popular solo representa el 6 % de las importaciones farmacéuticas totales de Estados Unidos.
La dependencia estadounidense de China para las vitaminas

Estados Unidos es más vulnerable a la interrupción de la cadena de suministro cuando se trata de vitaminas. Dicho esto, las vitaminas son relativamente fáciles de producir y presumiblemente podrían abastecerse sin demasiadas dificultades si Estados Unidos se viera obligado a deslocalizar la producción.
Según cifras recientes, Estados Unidos depende de China para el 75 % de sus importaciones de vitamina B y vitamina C, y casi el 70 % de las de vitamina E.
La dependencia estadounidense de China para las baterías de los vehículos eléctricos y la tecnología de energía verde

Con el mundo volviéndose cada vez más neutro en carbono, la tecnología de la energía verde es un gran negocio, y a pesar de ser uno de los mayores contaminantes del mundo, China domina el sector en estos momentos.
La República Popular fue responsable del 88 % de las importaciones estadounidenses de baterías de iones de litio en el primer trimestre de 2023. Ese mismo año, las importaciones estadounidenses de paneles solares se dispararon un 82 %, según S&P Global Market Intelligence, y los fabricantes chinos representaron el 84 % del total. (Cabe señalar que muchos de estos paneles solares fabricados en China se exportaron desde países del sudeste asiático).
Estados Unidos depende mucho menos de China para las turbinas eólicas, que están sujetas a aranceles más duros. A diferencia de los paneles solares, las importaciones de equipos de turbinas procedentes de China han caído en picado en los últimos años.
La dependencia estadounidense de China para minerales críticos, incluidas las tierras raras

Estados Unidos tiene una lista designada de 50 minerales críticos, llamados así porque se consideran vitales para la seguridad nacional o especialmente vulnerables a la interrupción de la cadena de suministro. China es un importante proveedor de muchos de los minerales esenciales de la lista.
La República Popular suministra prácticamente todo el itrio estadounidense, un metal utilizado en radares de microondas y como catalizador para fabricar plástico. China también es líder mundial en la producción de metales esenciales para la transición ecológica.
La mayor parte de los metales de tierras raras de Estados Unidos, que se utilizan en la fabricación de teléfonos inteligentes, televisores y vehículos eléctricos (VE), proceden también de China hasta en un 95 %, según el contratista de defensa militar Raytheon.
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¿Qué está haciendo Estados Unidos para reducir su dependencia de China?

Estados Unidos empezó a desprenderse de las importaciones chinas en 2018, cuando entraron en vigor los aranceles del presidente Trump. Las importaciones han seguido disminuyendo bajo la administración Biden, que ha mantenido los aranceles de la era Trump.
El presidente Biden ha endurecido las normas en lo que respecta al comercio de tecnología sensible, como los semiconductores, al tiempo que ha concedido generosas subvenciones a los fabricantes nacionales a través de la Ley CHIPS y de Ciencia de 2022 y otras iniciativas. Como resultado, las importaciones de bienes procedentes de China se han desplomado de forma generalizada, y el gobierno está especialmente interesado en que Estados Unidos sea autosuficiente en la fabricación de semiconductores y se asegure el suministro de minerales críticos.
Estados Unidos importa menos de China

En total, la cuota de China en las importaciones estadounidenses ha caído del 21,6 % en 2017 al 13,9 % en 2023, y el país ha sido superado por México como principal nación importadora del continente americano.
Como ha señalado la Reserva Federal de San Luis, las importaciones de bienes críticos son las que han caído de forma más drástica, ya que el gobierno estadounidense ha hecho todo lo posible por traer la fabricación a casa y abastecerse de lo que necesita en países “más amigos”. Dicho esto, no se puede negar que Estados Unidos sigue dependiendo significativamente de China tanto en productos cotidianos como críticos.
¿Qué importa Canadá de China?

El año pasado, Canadá importó de China mercancías por valor de $66.100 millones (unos 61.000 millones de euros) y envió a la República Popular mercancías por valor de $22.600 millones (unos 21.000 millones de euros), según la base de datos Comtrade de la ONU. El déficit de Canadá con China, aunque sustancial, de $43.500 millones (unos 40.000 millones de euros), en realidad, está disminuyendo.
Canadá importa una amplia gama de bienes de China. El más notable en términos monetarios son los casi $16.000 millones (unos 15.000 millones de euros) en productos electrónicos que la nación obtiene de la República Popular.
Cuáles son los productos chinos de los que más depende Canadá?

Un informe de 2020 del grupo de reflexión británico Henry Jackson Society concluyó que Canadá depende de China para 367 categorías de bienes, 83 de las cuales tienen aplicaciones en infraestructuras nacionales críticas, como tierras raras, productos industriales y electrónicos.
Canadá también fue considerada la peor entre la alianza de seguridad de los Cinco Ojos (que también incluye a Estados Unidos, Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda) en cuanto a su dependencia de China para productos farmacéuticos.
¿Qué está haciendo Canadá para desmarcarse de China?

Canadá está adoptando un enfoque múltiple para minimizar su dependencia de China. Al igual que Estados Unidos, el país está intentando que la industria manufacturera vuelva a casa mediante la Ley de Inversiones de Canadá y otras políticas e iniciativas gubernamentales. Su “Estrategia de Minerales Críticos” cuenta con el respaldo de miles de millones de dólares de financiación federal, y Canadá, un país rico en recursos, incluso se promociona como proveedor alternativo de estos elementos vitales.
Sin embargo, los estudios muestran que las empresas canadienses están menos dispuestas que sus homólogas estadounidenses a deslocalizar la fabricación, lo que puede suponer un obstáculo para el país en el futuro.
¿Qué importa Europa de China?

La Unión Europea representa el 14,8 % de las exportaciones chinas, lo que equivale a la cuota de Estados Unidos. Si añadimos otros mercados lucrativos como el Reino Unido, Suiza y Noruega, es obvio que Europa es un mercado de exportación enormemente importante para la República Popular.
El año pasado, la Unión Europea envió una enorme variedad de bienes por valor de $553.000 millones (unos 514.000 millones de euros) desde China, que suministró más del 20 % de sus importaciones. El Reino Unido importó $70.000 millones (unos 65.000 millones de euros) del total, con automóviles, electrónica de consumo y electrodomésticos, y ropa entre los artículos principales.
Productos que proceden casi en su totalidad de China

Para Europa, entre los productos que proceden casi en su totalidad de China se encuentran las tierras raras. La Unión Europea obtiene hasta el 98 % de estos productos químicos cruciales de la República Popular, que también suministra el 97 % de las necesidades de litio de la zona.
La UE ha destacado otras dependencias estratégicas de China, como la dependencia del bloque respecto a Pekín para sus productos farmacéuticos.
La dependencia europea de China para los productos farmacéuticos

Más expuesta que Estados Unidos, Europa depende masivamente de China para los medicamentos.
El continente importa inmensas cantidades de antibióticos, analgésicos y otros fármacos de China. La República Popular es también el principal proveedor de ingredientes precursores utilizados por los fabricantes de medicamentos europeos.
La dependencia europea de China para los teléfonos inteligentes y otros productos electrónicos de consumo

La mayor parte de los teléfonos inteligentes europeos se ensamblan en China, y marcas chinas como Xiaomi, Huawei y Oppo representan una proporción considerable del mercado minorista del continente.
En muchos países europeos, puede resultar difícil encontrar algo (en particular, un producto de electrónica de consumo) que no esté fabricado, al menos en parte, en China.
La dependencia europea de China para los vehículos eléctricos y las baterías eléctricas

El año pasado, una quinta parte de los vehículos eléctricos vendidos en Europa se fabricaron en China y se espera que la cifra aumente a uno de cada cuatro en 2024, a medida que China inunde el mercado europeo con coches eléctricos baratos.
Además, Europa depende más que Estados Unidos de las baterías chinas de iones de litio. La Unión Europea y países como el Reino Unido y Noruega dependen, en gran medida, de China para estos productos. Ha surgido la preocupación de que la Unión Europea pueda llegar a depender de China para las baterías de iones de litio tanto como dependía de Rusia para los combustibles fósiles antes de la guerra de Ucrania.
La dependencia europea de China para la tecnología verde

Además de proporcionar más del 90 % del litio para baterías de la UE, China suministra cuatro quintas partes de los paneles solares del bloque y es la principal fuente del Reino Unido, con el 45 % de sus importaciones.
En cambio, la UE es exportadora neta de turbinas eólicas. China tampoco es una fuente importante de aerogeneradores para el Reino Unido, que obtiene sus equipos principalmente de India, Turquía y Estados Unidos.
¿Qué está haciendo Europa para reducir su dependencia de China?

La UE ha adoptado la Ley de Materias Primas Críticas, que consagra, por ley, el objetivo de no obtener más del 65 % de las materias primas críticas del bloque, incluidas las tierras raras y el litio, de un solo país.
Además, en un intento de reducir la dependencia del bloque de los productos farmacéuticos chinos, los legisladores de la UE de 19 estados miembros han propuesto una Ley de Medicamentos Críticos que permitiría a la agrupación tomar “medidas drásticas” para apuntalar sus suministros de medicamentos esenciales.
La UE y el Reino Unido pivotan hacia Japón

Según informa el periódico asiático Nikkei, la UE tiene previsto iniciar conversaciones con Japón para cooperar en semiconductores, baterías para vehículos eléctricos y otras tecnologías avanzadas, en un intento de reducir la dependencia de China de ambas partes.
Del mismo modo, el Reino Unido y Japón firmaron el Acuerdo de Hiroshima en 2023. Entre los objetivos del acuerdo, figura una asociación en materia de semiconductores que, sin duda, impulsará las importaciones británicas de chips japoneses en detrimento de los proveedores chinos.
La difícil posición de Europa

El Reino Unido está preparando un cese repentino de sus suministros de paneles solares y baterías de iones de litio, y parece estar endureciendo su actitud hacia China. Al mismo tiempo, la UE está considerando la imposición de aranceles a los vehículos eléctricos chinos.
Esto ha puesto en una difícil situación a algunos estados miembros que dependen de China como mercado de exportación de sus productos, principalmente Alemania. China podría infligir graves daños a su industria automovilística si se desatara una guerra comercial, mientras que otros países de la UE menos expuestos saldrían relativamente indemnes.
¿Qué importa Australia de China?

A diferencia de Estados Unidos y Europa, Australia tiene un superávit comercial monstruoso con China. En 2023, ascendió a la asombrosa cifra de $48.400 millones (unos 45.000 millones de euros), según la base de datos Comtrade de la ONU.
Australia depende mucho más de China como mercado para sus productos que viceversa. Pero eso no significa que el país oceánico no dependa de la República Popular para una serie de productos esenciales...
¿Para qué productos depende Australia de China?

China suministra el 92 % de las importaciones australianas de semiconductores, paneles solares y tecnologías relacionadas.
La mayor parte de los ordenadores de Australia se fabrican en China, con una cifra del 67 % en 2023. Y esa cifra incluye los teléfonos inteligentes, que la República Popular exporta a Australia en cantidades asombrosas.
¿Qué está haciendo Australia para reducir su dependencia de China?

Se están tomando medidas para minimizar la dependencia de Australia respecto a China, al menos en algunos ámbitos. Para empezar, el gobierno del país rico en recursos ha lanzado un Plan de Minerales Críticos. La iniciativa aboga por un aumento masivo de la producción australiana de estos elementos vitales, ya que el país es abundante en muchos de los minerales clave.
El gobierno también está invirtiendo $656 millones de dólares (unos 610 millones de euros) para impulsar la industria nacional de paneles solares. Otras medidas incluyen la prohibición de que Huawei desarrolle la red 5G del país.
¿Por qué es tan difícil para Australia separarse de China?

A pesar de estas acciones, en realidad, Australia ha reforzado sus lazos comerciales con China en los últimos meses.
Resulta revelador que una serie de estudios gubernamentales sobre la viabilidad de la desvinculación entre Australia y China hayan concluido que la hazaña sería imposible, ya que ambos países están estrechamente vinculados por el comercio.
El reciente repunte del comercio entre China y Australia

Las exportaciones australianas a China han alcanzado niveles récord. Y como las relaciones bilaterales han mejorado, China ha anulado, por fin, sus elevados aranceles sobre el vino australiano.
Deseoso de salvaguardar el mayor mercado de exportación del país, es poco probable que el gobierno australiano sea tan celoso como sus homólogos norteamericano y europeo a la hora de frenar su dependencia de las empresas chinas.
¿Qué importa Nueva Zelanda de China?

Al igual que Australia, Nueva Zelanda registra un superávit comercial con China. El superávit se ha reducido en los últimos años, ya que las exportaciones del país a China han disminuido, mientras que las importaciones procedentes de la República Popular se han mantenido boyantes.
En 2023, Nueva Zelanda importó bienes de China por valor de $10.500 millones (unos 9.800 millones de euros), y sus exportaciones a ese país ascendieron a $11.300 millones (unos 10.500 millones de euros), según la base de datos Comtrade de la ONU. Sus mayores importaciones incluyen productos electrónicos, maquinaria, ropa y muebles.
¿Qué importancia tiene la relación comercial de Nueva Zelanda con China?

China es el mayor socio comercial de Nueva Zelanda y la relación es un pilar de la economía del país. Ni que decir tiene que a Wellington le resultaría muy difícil desvincularse de Pekín.
Como en el caso de Australia, la desvinculación es casi impensable, dada la imbricación del comercio entre ambos países.
¿Por qué Nueva Zelanda no puede separarse de China?

Gran parte de la dependencia neozelandesa de China se debe a la geografía, lo mismo que en el caso de Australia.
Como ha admitido el gobierno neozelandés, el “acceso restringido” de sus principales exportaciones de bienes a los mercados estadounidense y europeo significa que China seguirá siendo, casi con toda seguridad, el principal socio comercial del país en el futuro inmediato.
¿Está haciendo algo Nueva Zelanda para reducir los lazos comerciales con China?

A diferencia de muchos otros países occidentales, Nueva Zelanda está haciendo un gran esfuerzo para reforzar, en vez de debilitar, sus lazos comerciales con China, aunque está elaborando una lista de minerales críticos.
Los dos países disfrutan actualmente de unas relaciones comerciales cordiales y están trabajando para actualizar su acuerdo de libre comercio.
¿Qué países están mejor situados para ocupar el lugar de China?

Sustituir a China como fábrica mundial no es tarea fácil, pero algunos países están mejor situados que otros para robarle la corona. Sin embargo, dada la tendencia a diversificar las cadenas de suministro, es probable que en el futuro la fabricación se distribuya más uniformemente entre una multitud de países.
En cualquier caso, Vietnam, México, India, Brasil, Indonesia, Filipinas, Japón, Corea del Sur, Chile y Bangladesh se encuentran entre las naciones que más se benefician de la decisión de Occidente de desligarse de China.
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