Todos, en algún momento de nuestra vida, hemos tirado “accidentalmente” cosas por el desagüe o el váter que no deberíamos haber tirado, pero ¿sabes las consecuencias que puede tener? Las consecuencias no solo pueden afectar al sistema de fontanería de tu casa, sino al medio ambiente en general.

Desde fatbergs hasta masas congeladas de toallitas húmedas, los malos hábitos están dañando nuestras vías fluviales, además de que podrían acabar costándote mucho dinero si tienes que arreglar problemas de fontanería en casa.

Aquí tienes todo lo que necesitas saber para mantener sanos tus desagües, evitar atascos y solucionar tú mismo los problemas habituales de fontanería.

Adaptado al español por Sara Piquer Martí, Editora en Español para loveMONEY.

En Reino Unido, cada año, se hacen más de 75.000 llamadas a expertos para que eliminen atascos en las alcantarillas, causados principalmente por una combinación de aceite de cocina y toallitas húmedas que han sido arrojadas por los desagües. Hay que tener en cuenta que este tipo de atascos puede acabar provocando inundaciones en las viviendas. Aunque en países de habla hispana como México, Colombia o España no hay datos oficiales sobre el número exacto de atascos, sí que se estima que es un problema recurrente presente prácticamente en cualquier país.

Además, tirar cosas que no debemos por el desguace puede tener un impacto devastador en el medio ambiente, ya que hace que el plástico entre en nuestras vías fluviales. También ha provocado la formación de fatbergs en nuestras alcantarillas.

Un fatberg (se ha adoptado el término en inglés también en español, ya que no existe una traducción exacta) es una masa de residuos con forma de roca (en la foto) formada por sólidos no biodegradables, como toallitas húmedas, grasas y aceites.

Los grandes túmulos de grasa pueden obstruir nuestras alcantarillas y hacerlas menos eficientes. Además, resultan muy caros de eliminar. Los atascos también contaminan nuestras vías fluviales y tienen un impacto significativo en el medio ambiente.

¿Qué podemos hacer al respecto? Un primer paso es comprar artículos que ayuden a prevenir, como por ejemplo, “recogepelos” para la ducha, o tapones para el fregadero que dejan pasar el agua, pero no los alimentos. De esto modo estarías evitando que los residuos obstruyan los desagües.

Por supuesto, también es esencial hacer limpiezas regulares. Puedes hacerlo vertiendo agua hirviendo por el desagüe, seguida de una taza de bicarbonato sódico. Déjalo reposar un rato y luego acláralo bien con agua caliente. Para una limpieza profunda, utiliza una solución de vinagre blanco destilado. Sin embargo, la principal forma de mejorar la salud del desagüe es romper con los malos hábitos y dejar de tirar por el desagüe todo lo que a continuación enumeramos.

Las grasas y aceites nunca deben tirarse por el desagüe. Estas sustancias, que son una de las principales causas de los atascos de las tuberías, se adhieren al interior de las tuberías y, cuando se enfrían, se solidifican. Los aceites y las grasas se unen a otros residuos del desagüe creando un residuo espeso y pegajoso que puede ralentizar o bloquear las tuberías.

A pesar de ello, son muchas las personas que admiten verter los restos de aceite y grasa por el desagüe. En su lugar, deja que estos líquidos grasos se enfríen y solidifiquen y después, tíralos a la basura.

Puede que te sorprenda, pero se cree que los posos del café son una de las principales causas de obstrucción de los desagües. Es increíblemente fácil que los posos se deslicen por el fregadero, sobre todo cuando enjuagas tu cafetera. Estos posos pueden causar estragos en tu sistema de desagüe. Esto se debe a que no son totalmente solubles en agua. Pueden acumularse y obstruir los desagües, sobre todo si se unen a grasas y aceites.

Como se cree que los posos del café son beneficiosos para la vida vegetal, compostarlos es la forma más ecológica de deshacerse de ellos.

Ni que decir tiene que todas las salsas y condimentos de cocina contienen grasas y aceites, y por tanto pueden recubrir tus tuberías de desagüe de forma similar a la mantequilla, el aceite de oliva y las grasas de cocina. Aunque otras salsas como el kétchup o la salsa que uses para la pasta probablemente no obstruyan tus tuberías de inmediato, pueden contribuir a la acumulación de grasa con el tiempo.

La mejor forma de deshacerse de las salsas es compostarlas, pero si eso no es una opción, deben ir a la basura.

Potencialmente, no hay mayor causa de atascos en el alcantarillado que las toallitas húmedas. De hecho, las toallitas húmedas que se arrojan a los inodoros causan más del 90% de los atascos de alcantarillado y se unen a las grasas para crear esos fatbergs tan devastadores que mencionábamos.

Aunque algunos de estos productos prometen ser desechables, no se descomponen rápida ni adecuadamente. También pueden quedar atrapados en las tuberías, creando grandes atascos. Lo mismo ocurre con los pañales, que pueden obstruir instantáneamente las tuberías. Ambos productos deben tirarse siempre a la basura.

Mientras que tirar tiritas puede atascar los desagües y causar graves obstrucciones, los medicamentos pueden tener un gran impacto en el medio ambiente, y en nuestro suministro de agua. Tirar cualquier medicamento por el desagüe es extremadamente peligroso, ya que las plantas de tratamiento de aguas residuales no pueden eliminarlos del agua. Esto significa que entran en el medio ambiente y pueden volver a nuestra agua potable.

En su lugar, tu farmacia local puede hacerse cargo de tus medicinas caducadas. En cuanto a las tiritas, tíralas a la basura.

Incluso los llamados tipos de arena para gatos desechables pueden obstruir los desagües y causar una serie de problemas en tu sistema de fontanería.

La arena para gatos también puede albergar una serie de gérmenes y bacterias procedentes de las heces de tu gato. Estos tipos de bacterias son resistentes a los tratamientos químicos que se utilizan para tratar el agua potable, lo que significa que las bacterias acabarán volviendo al suministro de agua. Por tanto, ¡no caigas en la tentación de tirar de la cadena!

Mientras que el papel higiénico está especialmente diseñado para descomponerse en el agua, otros productos de papel, como los paños de cocina o los discos de algodón, no lo están. De hecho, son extremadamente absorbentes. Por eso, al tirar de la cadena, pueden quedar atrapados en el desagüe e impedir que el agua fluya correctamente. Con el tiempo, esto provocará una obstrucción cuya eliminación puede resultar muy costosa.

Las toallitas de papel y las bolas de algodón deben depositarse siempre en la papelera.

Al igual que las toallitas de papel y los discos de algodón, los productos de higiene femenina están diseñados para ser muy absorbentes, lo que significa que se hinchan en el agua y tardan mucho en disolverse. Así que si sigues tirándolos por el inodoro, acabarán provocando una obstrucción.

Todos los productos desechables de higiene femenina deben tirarse a la papelera. Como alternativa, ahora existen artículos reutilizables, que son mucho mejores para el medio ambiente.

Al igual que ocurre con los medicamentos, nuestras plantas de tratamiento de aguas residuales no están equipadas para eliminar las sustancias químicas nocivas que llegan a nuestro suministro de agua. Por tanto, cuando viertes productos de limpieza o disolventes -como alcoholes blancos- por el desagüe, estás contaminando el agua. Estas sustancias químicas también acabarán llegando al océano y tendrán un impacto perjudicial en el medio ambiente.

Comprueba siempre el envase para saber cómo deshacerte de las sustancias adecuadamente. Si quieres evitar por completo estos problemas, plantéate cambiar a productos de limpieza naturales.

Puede resultar chocante oír que NO debemos tirar la pintura por el fregadero. Las plantas de tratamiento de aguas residuales no pueden eliminar la pintura de nuestro suministro de agua. La pintura contiene múltiples toxinas, por lo que suele considerarse un residuo tóxico, e incluso las cantidades más pequeñas pueden ser problemáticas. La pintura puede llegar a lagos y arroyos, causando problemas a la fauna y al medio ambiente. En su lugar, deja que la pintura se seque antes de llevarla a un vertedero o centro de reciclaje.

Si tienes que lavar las brochas, los expertos aconsejan que la forma más ecológica de hacerlo es utilizando dos cubos de agua, uno con jabón y otro para aclarar. Puedes desecharlos en un centro de gestión de residuos o de reciclaje de pinturas. Si no te resulta práctico, puedes utilizar arena para gatos, serrín o incluso cartón reciclado para absorber el líquido y luego depositarlo en el contenedor de basura general para su recogida.

Aunque no sea tu intención tirar las pegatinas de los productos por el desagüe, puede ocurrir fácilmente cuando lavas frutas o verduras. No obstante, debes hacer todo lo posible por evitarlo, ya que estas pegatinas suelen estar hechas de plástico, lo que significa que no son biodegradables. Como no se disuelven en el agua, pueden obstruir tus tuberías y bloquear los filtros o bombas de tu casa o de la depuradora.

Por tanto, asegúrate de retirarlas y depositarlas en la papelera antes de lavar los productos.

Alrededor del 20% de los usuarios de lentes de contacto las tiran por el inodoro o el lavabo. Sin embargo, las lentes de contacto blandas, duras e híbridas están fabricadas con distintos tipos de plástico. Esto significa que cuando se tiran por el desagüe, crean microplásticos que contaminan el agua. A su vez, son ingeridos por los peces, lo que puede dañarlos y también transferir sustancias químicas potencialmente nocivas a nuestra cadena alimentaria.

Por tanto, siempre debes tirar las lentes de contacto usadas a la basura o -lo ideal- reciclarlas. Solo tienes que buscar en Internet un punto de recogida o un sistema de reciclaje postal.  

Sí, has leído bien. Puede que pienses que el jabón es inocente, pero esa pastilla de jabón de manos que tienes junto al fregadero de la cocina o el cuarto de baño puede contribuir a obstruir los desagües. Mucha gente no sabe que el jabón se fabrica tradicionalmente con grasa de vacuno, que en la etiqueta aparece como sebo o seboato sódico. Por tanto, cada vez que te lavas las manos, la grasa va a parar al desagüe. Con el tiempo, se combina con los restos de comida de la cocina y los pelos del baño, y puede provocar una obstrucción de las tuberías.

Por suerte, los jabones vegetales están muy extendidos hoy en día, así que no hay razón para crear problemas de fontanería en la búsqueda de unas manos limpias.

Todo lo anterior está en nuestra lista de cosas que nunca debes tirar por el desagüe. De hecho, hasta las migas de pan pueden causar problemas. Tirar por el retrete cosas que no debemos puede provocar problemas de fontanería muy costosos, como desagües exteriores obstruidos, inodoros atascados, fregaderos atascados u obstrucciones de alcantarillado.

Por supuesto, también pueden surgir muchos otros problemas. A continuación te explicamos cómo resolver tú mismo estos problemas comunes...

Si el agua vuelve a entrar en la ducha o el lavabo, es posible que tengas una obstrucción. Una solución sencilla es utilizar un desatascador sobre el orificio del tapón mientras cubres el rebosadero con un paño húmedo para crear un cierre hermético.

Si eso falla, prueba a utilizar un desatascador líquido. Utilízalo siguiendo las instrucciones del fabricante y acláralo con agua caliente. Si esto sigue sin funcionar, puede que tengas que desatascar el codo en U o el "sifón". Asegúrate de cortar el suministro de agua y coloca un cubo debajo para recoger el agua residual.

Si observas que hay agua en el suelo alrededor de los desagües, o percibes un olor a estancamiento, es probable que el desagüe exterior esté obstruido. El primer paso es levantar la tapa y mirar dentro (puedes levantar la tapa con una cuerda). Si puedes ver tú mismo qué es lo que está obstruyendo el desagüe, tal vez puedas solucionarlo. Por ejemplo, puede tratarse de un montón de hojas secas que puedas quitar fácilmente. Eso sí, al hacerlo, te recomendamos usar guantes de goma, gafas, mascarilla y armarte con al menos un cubo y varias bolsas de basura. En casos más complejos, puede que necesites una manguera a presión.

Sin embargo, si no puedes ver el problema, puede que tengas que llamar a un especialista.

Si notas que el agua del inodoro tarda más de lo normal en salir, o que el nivel sube cuando tiras de la cadena, es probable que tengas una obstrucción. Para solucionar el problema tú mismo, necesitarás guantes de goma y un desatascador. Intenta localizar y eliminar la obstrucción introduciendo la mano en la taza del váter.

Si no notas nada, saca el émbolo. También puede servir una percha de alambre. Desenrédalo y empújalo dentro del retrete. Con suerte, podrás romper la obstrucción. Sin embargo, no hagas esto si tienes un tubo de descarga flexible, ya que podrías dañarlo. También puedes utilizar una varilla especial para desagües, pero si sigues sin tener suerte, puede que tengas que llamar a un especialista.

Si notas que sale mal olor del fregadero o de los desagües, es una señal clara de que hay un problema. Todo, desde el pelo hasta la comida, puede atascarse y causar malos olores. Sin embargo, el problema puede ser más importante. La mejor forma de atajar los fregaderos malolientes es limpiarlos a fondo.

Prueba a verter unas cuantas tazas de bicarbonato en el tapón, seguidas de vinagre caliente. Deja que haga espuma y déjalo actuar unas horas antes de enjuagarlo. Si el olor persiste, pasa al desagüe. Busca cualquier obstrucción evidente y elimínala. A continuación, vierte lentamente agua hirviendo por el desagüe para reblandecer los posibles atascos. A continuación, echa un poco de detergente lavavajillas para disolver la grasa acumulada.

Por supuesto, estos consejos solo sirven para problemas sencillos de fontanería. Si el problema es más grave, necesitarás la ayuda de un experto.

En caso de emergencia, como el desbordamiento de un inodoro o la rotura de una tubería, debes cortar el suministro de agua y electricidad antes de llamar a los expertos. Tu proveedor de agua debería poder ayudarte si el problema afecta a toda la calle, como un desagüe colapsado o una obstrucción más arriba en la tubería.

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