Explora el misterioso castillo de la Chasseigne: un tesoro abandonado que perteneció a un conde francés
Descubre los secretos de esta hacienda aristocrática abandonada

Este precioso castillo "secreto" de la Borgoña francesa, que data del siglo XV, se convirtió en el favorito de los exploradores urbanos tras ser abandonado por sus propietarios en 2017. La propiedad está ahora fuera del alcance de intrépidos exploradores, pero el renombrado fotógrafo Bryan Sansivero pudo capturar toda su desvaída grandeza con se lente cuando se aventuró en su interior en 2022.
Haz clic o desliza para echar un vistazo al castillo, averiguar por qué este increíble edificio histórico estuvo en decadencia durante tantos años y descubrir qué se está haciendo para salvarlo...
Adaptado al español por Sara Piquer Martí, Editora en Español para loveMONEY.
Castillo secreto

Conocido como el "castillo secreto" entre la comunidad urbex (grupos de personas que se dedican a explorar estructuras y ruinas abandonadas), su ubicación se mantuvo en secreto durante un tiempo. Por suerte para nosotros, Bryan Sansivero, autor de American Decay, consiguió localizar y fotografiar el Château de la Chasseigne. Está escondido en un robledal a las afueras del pueblo de Saint-Parize-le-Châtel, en el departamento de Nièvre, en Borgoña, Francia.
Al acercarte al castillo de cuento, te darás cuenta de que las dos torres redondas y la galería de arcos que las conecta a la izquierda parecen más antiguas que el resto de la propiedad. Construidas en el siglo XV por el primer propietario homónimo, el noble Robert de la Chasseigne, son todo lo que queda del castillo original.
Propietarios aristocráticos

Se dice que en 1789 la propiedad pasó a pertenecer a los Montrichard, una de las familias de sangre azul más antiguas de Francia, después de que una descendiente de Robert de la Chasseigne se casara con el conde Gabriel-Étienne de Montrichard, al parecer un alto general del ejército del rey Luis XVI.
La expansión del siglo XIX

A pesar del inicio de la Revolución Francesa, el conde consiguió escapar de la guillotina y se le permitió conservar sus tierras. Sin embargo, falleció en el año 1799 con solo 44 años de edad. Su primogénito, Louis-Henri, heredó el castillo, que más tarde pasó a su hijo mayor, Armand.
Se dice que, en 1868, el conde Armand de Montrichard vendió otras dos fincas que poseía la familia e invirtió los beneficios en ampliar masivamente el castillo de la Chasseigne y añadir elementos inspirados en un regio estilo neorrenacentista.
Ahora, entremos al castillo...
Vestíbulo

El imponente vestíbulo está revestido de piedra maciza y cuenta con un impresionante suelo de mosaico, por no mencionar una majestuosa escalera de roble macizo. Aparte de los grafitis y el papel pintado rasgado, el espacio está extraordinariamente bien conservado.
De hecho, gran parte de la propiedad está en condiciones decentes, aunque el tejado y las tuberías requieren una revisión a fondo, la mampostería de piedra de Borgoña necesita rejuntado y hay podredumbre seca en algunos lugares.
Gran salón

Al entrar en el gran salón, situado justo a la derecha del vestíbulo, te impresionarán los paneles neoclásicos ornamentados de las paredes y las pilastras, que dan a la estancia un aire palaciego.
Según la web francesa Souterrain-Lyon, gran parte del mobiliario de la vivienda se adquirió a bajo precio hace relativamente poco tiempo en la cadena de tiendas benéficas Emmaüs.
Piano carísimo

Aunque la falta de auténticas reliquias dentro de la propiedad es decepcionante, hay algunos tesoros sorprendentes repartidos por el gran salón y otras estancias del castillo.
Entre ellos figura este piano de cola del ilustre fabricante parisino Maison Pleyel, que fue el favorito de grandes compositores, como Chopin, Debussy y Stravinsky.
Comedor sobrio

A la izquierda del vestíbulo está el comedor del castillo. Revestimientos de seda decorados con flores de lis doradas, emblema de la realeza francesa, adornan las paredes revestidas de madera, que se complementan con armarios elegantes y otros muebles muy bonitos.
Tras la muerte del conde Armand de Montrichard en 1875, la propiedad permaneció en la familia durante cuatro generaciones más.
Espacio elegante

El último miembro del clan en poseer el impresionante castillo fue supuestamente el conde Philippe de Montrichard, que sin duda habría disfrutado de muchas comidas gourmet en el elegante comedor.
Presumiblemente incapaz de seguir con el mantenimiento, al parecer vendió la propiedad en 2003 a un arquitecto local, que se embarcó en un proyecto de restauración y llenó las habitaciones de muebles de segunda mano.
Capilla familiar

En la parte trasera del vestíbulo hay una puerta que conduce a la gloriosa capilla familiar, con impresionantes vidrieras. Bañan el santuario con un maravilloso resplandor multicolor, es algo realmente especial.
Los Montrichard, devotamente católicos, han contado entre su familia con canónigos, abades, abadesas y un arzobispo, por lo que es lógico que la capilla sea uno de los espacios mejor equipados del castillo.
Cocina en tiempo real

La siguiente habitación a la que llegas es la cocina. Como si entraras en un túnel del tiempo, la habitación parece no haber sido renovada desde el siglo XIX.
De las paredes cuelgan ollas antiguas y sartenes de cobre y hierro fundido, las mesas de trabajo parecen tener al menos cien años y el horno es una auténtica antigüedad. Puedes casi vislumbrar a los criados en acción en esta sala.
Ahora, vamos a la parte de arriba...
Escalera robusta

Dejando a un lado las tablas del suelo que crujen, la escalera de roble ha resistido muy bien el paso de los años, prueba de su calidad y robusta construcción.
Volviendo a la historia del castillo, se rumorea que el arquitecto que lo compró en 2003 acabó vendiendo la propiedad en 2017 por solo un euro a dos inversores inmobiliarios indonesios, probablemente con la condición de que completaran la restauración.
Descanso del primer piso

Se dice que los inversores extranjeros solo visitaron la propiedad una vez para firmar los documentos de venta pertinentes. Según los lugareños, no se ha vuelto a saber de ellos. Mientras tanto, los impuestos y otros gravámenes que deben por la propiedad habrían quedado impagados.
Subiendo la escalera, llegas al rellano principal del primer piso.
Piano vertical

Este espacio está adornado con un piano vertical. Aunque no es tan lujoso como el Pleyel del gran salón, es probable que cueste también una fortuna.
Después de que los inversores indonesios abandonaran efectivamente el castillo en 2017, se corrió rápidamente la voz de que estaba desocupado y los exploradores urbanos - los que pudieron localizarlo al menos- volvieron a la carga.
Gran dormitorio principal

En 2020, la propiedad llamó la atención de cuatro jóvenes emprendedores con pasión por la conservación. Decidieron formar la Asociación Amigos de La Chasseigne para salvar esta edificación con tata historia.
Esperemos que centren su atención en el dormitorio principal, que está lleno de moho y necesita reformas en toda regla. Con elementos tan exquisitos como la chimenea de mármol y otros elementos originales de la época, sería muy triste verlos deteriorarse aún más.
Planes de renovación

En 2021, el grupo lanzó una campaña instando a las autoridades a confiscar la propiedad e incluso ideó un plan para convertirla en una cooperativa de viviendas y un restaurante. Sin embargo, en 2024, la petición solo había conseguido algo más de la mitad de las 1.000 firmas necesarias.
El proyecto, por el que el dormitorio principal y otras habitaciones recuperarían su antiguo esplendor, se financiaría mediante crowdfunding y se llevaría a cabo pensando en el beneficio de la comunidad en general.
Foto del Papa

Hay muchos objetos en la habitación que llaman l atención, como esta fotografía del Papa Pío IX, que cuelga sobre la cama.
Por cierto, desde que la propiedad entró en el radar de los exploradores urbanos de todo el mundo, se han hecho algunas afirmaciones extravagantes sobre su pasado. Por ejemplo, un Tiktoker llegó a declarar para el diario New York Post que el castillo fue en su día el hogar de una víctima noruega del desastre del Titanic
Dormitorio de la torreta

Si sigues adelante, llegarás a una de las extravagantes habitaciones redondas del castillo, que parece sacada de un cuento de hadas.
Ésta está amueblada con una cama de trineo y una silla chintzy. Tiene un papel pintado muy vistoso que parece linóleo retro. Una vez más, aparte de algunos problemas estéticos relativamente menores, la habitación está en un estado sorprendentemente bueno.
Sala de estar con aires pintorescos

A continuación, llegamos a lo que parece el estudio o una sala de estar, pero lo más probable es que sirviera de dormitorio durante gran parte de su existencia.
Al igual que la principal, cuenta con una chimenea de mármol y otros toques decorativos muy elegantes. Se encuentra en un estado de conservación aún mejor que la habitación mencionada, por lo que sería muy fácil restaurarla por completo.
Dormitorio más pequeño

A continuación, está este dormitorio más pequeño. La chimenea de esta habitación se ha pintado de rosa para que haga juego con la decoración. Si observas bien, es fácil detectar que hay un problema de podredumbre, teniendo en cuenta los escombros que parecen haber caído sobre la cama, como si el yeso del techo se estuviera desprendiendo.
Desde luego que esta mansión tan increíble no ha recibido el amor que merece durante un buen tiempo.
Escalera de servicio

Además de la escalera principal de roble, hay varias más en el castillo, entre ellas ésta, que probablemente utilizarían los criados.
Aunque menos elaborada que la escalera principal, es razonablemente elegante de todos modos, con esos postes de hierro forjado y una barandilla de madera polvorienta que se curva en la parte inferior.
Biblioteca del castillo

La siguiente sala que encuentras es la biblioteca. Desconcertantemente, hay tres máquinas de coser antiguas entre las estanterías y una miríada de viejos tomos.
El espejo que hay sobre la chimenea se ha caído hacia atrás, revelando lo que parece un espacio secreto que tal vez se utilizó para esconder objetos de valor en otros tiempos.
Espacio de trabajo de Couturier

Un maniquí de confección se apoya en una de las estanterías. La biblioteca parece haber sido utilizada como espacio para confeccionar ropa, además de para almacenar libros y leerlos.
Aunque necesita revoque y las paredes requieren atención, restaurar este espacio debería ser relativamente sencillo.
Biblioteca de torretas

No se puede decir lo mismo de la biblioteca de la torreta, a la que se accede desde la biblioteca principal por una escalera de caracol. Está en muy mal estado, con un enorme agujero en el techo y otros graves problemas que habrá que resolver pronto.
Por desgracia, parece que los libros no van a poder salvarse.
Sala de música con misterio

Tu siguiente puerto de escala parece ser una sala de música, aunque la finalidad real de este espacio es un misterio por desvelar.
El órgano antiguo empotrado en la chimenea le da un toque extraño a la sala. Como la habitación está en lo alto del castillo, quizá los criados la utilizaban para cantar y entretenerse después de un largo día de trabajo.
Sala de recepción descolorida

Las habitaciones parecen interminables en este extenso castillo abandonado. Esta sala de recepción adicional contiene una chaise longue y otros muebles muy cómodos, pero es mucho menos grandiosa que las habitaciones de los pisos inferiores, lo que implica que puede haber sido utilizada exclusivamente por los sirvientes o haber servido de guardería.
Dormitorio del niño

Las habitaciones siguen apareciendo. También situada en el piso superior, ésta puede haber sido utilizada como dormitorio infantil, a juzgar por la compacta cama trineo de la esquina.
El suelo está lleno de escombros y el papel pintado se está despegando. Y aunque las tablas del suelo parecen intactas, no les vendría mal un buen lijado y pulido.
Habitación descuidada en el desván

El alojamiento parece más decrépito cuanto más subes en el edificio, lo que tal vez indique vulnerabilidades en el tejado que tal vez haya que solucionar.
Escondido en el alero, este altillo está en mal estado, con el papel pintado descascarillado, las tablas del suelo llenas de escombros y lo que parece ser un cabecero desechado.
¿Un rescate de cuento de hadas?

Aunque parezca el escenario romántico de un libro de los hermanos Grimm, éste es un castillo que necesita un rescate de cuento de hadas. Aunque menos activo en Internet en los últimos años, esperemos que el grupo que trabaja para salvar el castillo pueda hacerlo y preservarlo para el futuro.
Con su seductora arquitectura y su fascinante historia de casi seis siglos, la propiedad es demasiado valiosa para dejarla en ruinas.
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