¿Te has preguntado alguna vez si ganas más que las personas que viven en otros países? En los últimos años, la inflación, fruto del capitalismo, unida al débil crecimiento del PIB, ha provocado el primer descenso del crecimiento salarial real del siglo XXI a escala mundial, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Así que, mientras los salarios luchan por seguir el ritmo de unos precios cada vez más altos, puedes seguir leyendo para descubrir el salario medio anual neto de los trabajadores y trabajadoras de 42 países del todo el mundo, con cifras basadas en datos cotejados por Numbeo, la mayor base de datos del mundo sobre el coste de la vida.

Nota: Todos los importes son en dólares estadounidenses, en paréntesis puedes ver el equivalente en euros en el momento de escribir este artículo, aunque la cifra podría variar dependiendo de la fluctuación de la moneda.

Adaptado al español por Sara Piquer Martí, Editora en Español para loveMONEY.

El aumento de la inflación está erosionando los ingresos en Pakistán. Aunque el salario medio se sitúa actualmente en los 2.165 dólares, muchas personas ganan muy por debajo del salario mínimo nacional (1.368 $ al año). Según las estadísticas recogidas en el Índice de Pobreza Multidimensional de 2023, más del 38% de la población está clasificada como multidimensionalmente pobre (lo que significa que carecen de más de un elemento esencial básico, como dinero, alimentos o agua).

El coste de la vida en Egipto es aproximadamente un 65% inferior al de Estados Unidos. Sin embargo, al igual que en Pakistán, la inflación -que alcanzó un récord del 36,8% en junio de 2023-  está afectando a los salarios reales de los trabajadores egipcios. El gobierno egipcio ha respondido aumentando el salario mínimo, aunque el salario típico sigue siendo demasiado bajo.

Tal y como informa el periódico británico The Guardian, la clase media del país se está reduciendo rápidamente y los niveles de pobreza están aumentando, con dos tercios de la población luchando por llegar a fin de mes.

El salario medio en Bangladesh también es notoriamente bajo, y los cuatro millones de trabajadores de la confección del país están especialmente mal pagados. De hecho, un informe reciente demostró que una de cada cinco fábricas textiles del país tiene dificultades para pagar a sus empleados y empleadas el salario mínimo.

Con la inflación alcanzando máximos históricos, los niveles de pobreza se están disparando, hasta el punto de que incluso las personas con un empleo a tiempo completo están reduciendo sus comidas, y muchas sufren deficiencias nutricionales como consecuencia de ello.

En un intento de mejorar el nivel de vida y reducir la pobreza, el gobierno indonesio aumentó el salario mínimo regional un 10% en 2022. Sin embargo, las cifras siguen siendo extremadamente bajas en comparación con los niveles internacionales, al igual que el salario medio anual del país. Esto se debe a una serie de factores, que van desde el coste de la vida relativamente asequible de Indonesia y su gran reserva de empleo no cualificado hasta su enorme mercado de trabajo no cualificado, así como los bajos niveles de afiliación sindical.

Como ocurre en muchos países, una crisis del coste de la vida impulsada por la inflación está atenazando fuertemente a Kenia. Aunque el gobierno ha introducido subidas del salario mínimo, los sueldos típicos siguen siendo bajos, sobre todo en el sector agrícola. La grave situación desencadenó protestas generalizadas en 2022. The Guardian, el periódico británico, informó en julio de ese mismo año de que al menos seis personas habían muerto y más de 300 habían sido detenidas en los disturbios.

La desigualdad de ingresos está muy extendida en los países latinoamericanos. En Colombia, el 10% más rico posee casi tres cuartas partes de la riqueza de la nación, mientras que la mayoría de la gente, especialmente la población rural, gana comparativamente poco. De hecho, más del 60% de la población activa se dedica a la economía irregular de bajos salarios.

Un factor clave que frena el crecimiento salarial en Colombia es su tendencia histórica a reprimir violentamente la actividad sindical, y los niveles de afiliación sindical del país se encuentran entre los más bajos del mundo.

Argentina tiene la tasa de inflación más alta del mundo, con una cifra astronómica que pasó de un alarmante 254% en enero a un, todavía más alarmante 287,9% en el pasado mes de marzo. El país se encuentra sumido en una crisis económica que parece no tener fin y que ha sumido en la pobreza a casi el 40% de la población.

Las autoridades respondieron aumentando el salario mínimo en varias ocasiones en 2023, pero los incrementos siguen estando muy por debajo de lo necesario para seguir el ritmo de las subidas de precios que asolan la nación.

La gran brecha entre clases sociales en Brasil existe desde hace mucho tiempo, y el salario medio del país oculta la desigualdad de ingresos que impera en la nación más grande de Sudamérica. Sin embargo, parece que la situación está cambiando tras la elección en 2022 del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, que se esfuerza por aumentar la renta disponible de los trabajadores para estimular el crecimiento.

También se ha promulgado una nueva ley que garantiza la igualdad salarial entre hombres y mujeres, mientras que el líder de izquierdas ha prometido aumentar el salario mínimo en función de la inflación y eximir a los trabajadores con salarios bajos del pago del impuesto sobre la renta.

La desigualdad de ingresos es muy acusada en Tailandia, y Credit Suisse declaró en 2018 que era el país económicamente más desigual del mundo. Aunque la brecha entre ricos y pobres se ha reducido desde entonces, sigue siendo enorme.

Los legisladores son reacios a aumentar el salario mínimo por miedo a fomentar la inversión extranjera directa, mientras que los bajos índices de afiliación sindical también contribuyen a que los salarios del país sean relativamente míseros.

Rusia es otro país infamemente desigual, donde gran parte de la riqueza se concentra en manos de unos pocos -los oligarcas y la élite política corrupta-, mientras que los ciudadanos de a pie soportan altos niveles de pobreza absoluta.

Aunque los salarios han subido en varios sectores desde que el presidente Putin invadió Ucrania en 2022, y la llamada "fuga de cerebros" de jóvenes talentos brillantes ha estrechado el mercado laboral, muchos rusos están empeorando su situación debido a las sanciones occidentales, y los expertos predicen un pronunciado declive de la clase media del país.

El abismo entre los que tienen y los que no tienen en India ha aumentado desde la pandemia. Según Oxfam, el número de indios empobrecidos aumentó de 190 millones en 2018 a 350 millones en 2022, mientras que el 40% de la riqueza del país fue a parar a solo el 1% de la población entre 2012 y 2021.

Para empeorar las cosas, la inflación alcanzó el 5,69% en diciembre de 2023. Aunque se redujo al 5,1% en enero, el repunte significa que los salarios tienen que estirarse aún más.

Tras haber sido exacerbada por las políticas económicas poco ortodoxas del presidente Erdoğan, la tasa de inflación de Turquía está descendiendo a medida que el dirigente cambia de rumbo -aunque en torno al 65%, la situación sigue siendo calamitosa. El gobierno turco introdujo fuertes aumentos tanto del salario mínimo como de la remuneración del sector público el año pasado.

A pesar de ello, el salario medio sigue siendo bajo en comparación con los estándares mundiales, y millones de turcos se ven obligados a apretarse el cinturón para salir adelante.

El gobierno mexicano se ha ocupado de aumentar los salarios mínimos a medida que la inflación erosiona los ingresos del país. A pesar de ello, la nación ofrece en general salarios muy poco dignos a sus trabajadores y sigue siendo una de las más economías más desiguales del mundo. Por ejemplo, los empleados de las fábricas ganan tres veces menos que sus homólogos en China.

Aunque esto puede beneficiar a las empresas estadounidenses que buscan deslocalizar, hace la vida miserable a gran parte de la población. Dado que los trabajadores mexicanos pueden ganar seis veces más en EE. UU. que en su país, no es de extrañar que muchos quieran cruzar la frontera norte.

Aunque la inflación está disminuyendo en Malasia, los salarios siguen retrasándose. El número de personas que pertenecen a la clase media M40 del país ha disminuido, mientras persisten bolsas de pobreza extrema. Por el contrario, los ricos de Malasia se han hecho más ricos.

El gobierno está tomando medidas, con planes para introducir un modelo salarial progresivo que podría hacer obligatorias las subidas salariales anuales.

Atrás han quedado los días en que China era un país de mano de obra barata, y ahora son países como India, Vietnam y México los que ocupan su lugar. Éste ha sido uno de los factores que han impulsado a las empresas occidentales a trasladar sus cadenas de suministro a otros lugares.

Dicho esto, con la ralentización del crecimiento del PIB, los salarios medios en la República Popular aumentan a su ritmo más débil en más de una década, según un reciente informe de Caixin Global. Los recién licenciados se enfrentan a un crecimiento salarial especialmente lento, mientras que la diferencia entre los salarios del sector privado y los del público es cada vez mayor, habiendo aumentado hasta un récord del 89% en 2022.

Mientras que Rumanía y Bulgaria pueden tener algunos de los salarios medios más bajos de la UE, el salario anual neto típico de Grecia, de solo 10.993 €, no es mucho mayor. El primer ministro Kyriakos Mitsotakis elevó el salario mínimo mensual hace un año, pero ha admitido que la remuneración en el país, sumido en una grave crisis de deuda desde hace más de una década, sigue siendo más baja de lo que debería.

Herencia de la política racista del Apartheid que finalizó en la década de 1990, Sudáfrica es oficialmente el país económicamente más desigual del mundo. Más del 80% de la riqueza de la nación pertenece a solo el 10% de la población, y el 63% de las personas viven por debajo del umbral de pobreza de ingresos medios-altos.

El sudafricano blanco medio gana tres veces más que el sudafricano negro medio, mientras que la diferencia salarial entre hombres y mujeres es enorme: las sudafricanas suelen ganar un 30% menos que los hombres.

Ya es oficial: Polonia ya no es de los países con los sueldos más bajos. Los salarios en esta nación de Europa del Este han crecido significativamente en los últimos años, sobre todo entre 2015 y 2019. Aunque el crecimiento real de los salarios se estancó en 2022 debido a la inflación, está aumentando de nuevo, y se espera que continúe en aumento hasta 2025.

A diferencia de Polonia, la subida salarial se ha estancado en Italia. Según la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), los salarios medios a tiempo completo apenas crecieron entre 1990 y 2021. Los resultados tan malos, llevaron al gobernador del Banco de Italia de entonces, Ignazio Visco, a abogar por la introducción de un salario mínimo.

Un factor clave que mantiene bajos los salarios en el país es la abundancia de contratos de trabajo temporales. Hasta uno de cada cinco jóvenes trabajadores sigue teniendo contratos temporales, a pesar de llevar cinco años o más en su puesto de trabajo.

Al igual que otros países del sur de Europa, España lleva años lidiando con un bajo crecimiento salarial. La situación llegó a un punto crítico en 2022, cuando la galopante inflación empeoró todavía más la situación del sueldo medio. Un informe de la OCDE reveló que el poder adquisitivo en el país cayó un gravoso 5,3% en 2022.

El mercado laboral de Arabia Saudí está en auge a medida que la nación aplica la Visión 2030, el gran plan del gobierno para diversificar la economía del país y reducir su dependencia del petróleo. Los salarios están aumentando, y los empleos mejor pagados se encuentran en los sectores de la construcción y el inmobiliario. Sin embargo, la desigualdad de ingresos sigue siendo pronunciada, y la diferencia salarial entre hombres y mujeres es una de las mayores del mundo.

El crecimiento de los salarios en Japón está más o menos estancado desde la llamada "Década Perdida" de los años 90, con un crecimiento del PIB persistentemente bajo que afecta a la economía del país. En 1990, el salario medio en Japón era similar al de Alemania y Australia, pero se ha quedado atrás en los últimos 30 años.

Aunque las empresas japonesas ofrecieron recientemente a sus empleados las mayores subidas salariales vistas en tres décadas, los ingresos cayeron en realidad un 1,2% interanual el pasado mayo, con la inflación mermando el poder adquisitivo de los trabajadores.

El salario medio en Corea del Sur superó al de Japón en 2015, y su salario mínimo está a punto de eclipsar al de Tokio este año, lo que refleja las diferentes fortunas económicas de los países asiáticos. Aunque la economía de Corea del Sur es más boyante, sus ciudadanas suelen cobrar mucho menos que sus homólogos masculinos. De hecho, la diferencia salarial entre hombres y mujeres es la peor de todos los países de la OCDE.

Según la OCDE, Francia registró un descenso del 1,8% de los salarios reales entre los primeros trimestres de 2022 y 2023. Afortunadamente, la inflación bajó al 3,71% en diciembre del año pasado y al 3,1% en enero, mientras que los salarios reales del país vuelven a subir.

El banco central del país prevé menores aumentos salariales nominales para este año y ha señalado que espera que los salarios reales se mantengan "bastante dinámicos gracias a la moderación de la inflación general".

Aunque la legislación austriaca no consagra un salario mínimo, los trabajadores siguen estando protegidos. En los últimos años, los convenios colectivos entre empresarios y trabajadores han fijado efectivamente una tasa básica de 1.583 $ (1.480 €) al mes. Sin embargo, Austria no es inmune a la inflación, y su tasa alcanzó el 5,6% en diciembre del año pasado antes de bajar al 4,5% en enero.

Los salarios medios en Suecia sufrieron un golpe mucho mayor que los de Francia entre el primer trimestre de 2022 y el primer trimestre de 2023, con una fuerte caída del 8,4%. ¿El motivo? La inflación galopante, por supuesto, aunque la situación ha mejorado algo, ya que la inflación bajó al 3,3% en enero, según el Riksbank sueco.

Curiosamente, el profesor de economía Ola Olsson declaró a la cadena de TV estadounidense, CNBC, el pasado abril que los trabajadores suecos se han resignado efectivamente a la caída de los salarios para evitar la "espiral de precios y salarios" que afectó al país en la década de 1970.

Estadísticas de Finlandia informó de que el repunte de la inflación de 2022 provocó el debilitamiento más importante de los ingresos en más de 60 años. Aunque los salarios continúan sin seguir el ritmo de la inflación, el descenso de los salarios se ha ralentizado.

Al igual que sus vecinos nórdicos, Finlandia tiene niveles muy altos de afiliación sindical, pero los recientes acuerdos salariales de negociación colectiva aún no se reflejan en las estadísticas. Esto podría marcar la diferencia en las cifras de crecimiento de los salarios reales en los próximos meses.

Reflejando la situación a la que se enfrentan muchos otros países, la mano de obra canadiense sufrió un descenso del 3,4% de su salario medio en 2022 debido a la elevada inflación. Aunque la inflación bajó al 3,1% a finales del año pasado, desde máximos de casi el 8%, los y las economistas afirman que aún no está claro si los canadienses recuperarán el poder adquisitivo que han perdido, ni cuándo.

Aunque la inflación se ha mantenido obstinadamente alta en el Reino Unido, parece que está bajando, y los salarios medios en el país aumentaron de hecho en junio del año pasado tras 18 meses de recortes salariales. Así lo afirma la Fundación Resolution, un grupo de reflexión independiente centrado en la mejora del nivel de vida de las personas con ingresos bajos o medios.

Sin embargo, según un análisis reciente del Congreso de Sindicatos (TUC), los salarios en todo el Reino Unido siguen estando por debajo de los niveles de 2008. De hecho, el Reino Unido es un caso atípico entre los demás países de la OCDE, que han visto aumentar sus salarios una media colectiva del 8,8% en los últimos 15 años.

Aunque a los salarios de Nueva Zelanda les cuesta seguir el ritmo de la inflación, el salario medio del país alcanzó un máximo histórico en el segundo trimestre del año pasado, según datos de Trade Me Jobs, el mayor portal de empleo del país. Aunque el crecimiento salarial interanual alcanzó un máximo histórico en 2023, el país se encuentra actualmente en una recesión técnica, y es probable que ese crecimiento haya tocado techo.

Los salarios reales cayeron un 4,1% en Alemania en 2022, según datos de la Oficina Federal de Estadística. Aunque esta cifra aumentó un 5,6% en términos nominales el año pasado, la inflación obstinadamente alta significa que los salarios reales siguieron cayendo, aunque un 0,4% mucho menos sombrío.

La diferencia salarial entre hombres y mujeres también se está reduciendo, y Alemania ocupa el sexto lugar mundial en igualdad de ingresos entre hombres y mujeres. Sin embargo, la disparidad entre los ingresos medios de los trabajadores del este y el oeste de Alemania sigue aumentando más de 30 años después de la reunificación.

El crecimiento salarial real de Irlanda entre 1990 y 2021 fue nada menos que fenomenal, con un increíble aumento salarial del 90%. Desde 2021, sin embargo, los ingresos reales se han tambaleado debido a la elevada inflación, y el salario semanal real típico del país ha bajado un 4,2%. ¿La buena noticia? La inflación se situó en solo el 2,7% en enero de este año, y la economía irlandesa sigue superando a sus homólogas de la eurozona.

El salario medio de Noruega es uno de los más altos del mundo, pero el salario real del país se ha estancado desde 2015, según Statistics Norway. La debilidad de la corona ha encarecido las importaciones y también está impulsando la inflación, aunque ésta cayó ligeramente al 4,8% a finales del año pasado.

¿Qué pueden esperar los noruegos en 2024? Según los economistas encuestados por FriFagbevegelse, los salarios deberían aumentar en torno al 5% este año, mientras que la inflación debería estabilizarse en torno al 4%.

Los Emiratos Árabes Unidos (EAU) emplean a la mayoría de su mano de obra procedente del extranjero, pero los elevados salarios de que disfruta esta afluencia de empleados cualificados desmienten la situación de muchos trabajadores del país. Los trabajadores poco cualificados, que suelen desempeñar funciones en la construcción o en el ámbito doméstico, gozan de escasa o nula protección y a menudo se enfrentan a la explotación, ya que los empleados son libres de establecer las condiciones de empleo sin regulación alguna.

Dicho esto, los EAU han estado considerando la implantación de un salario mínimo, junto con normativas que impondrían sanciones a los empleados que no pagaran a tiempo a sus trabajadores.

Según la Oficina Australiana de Estadística, los salarios reales de los trabajadores australianos se desplomaron un 4,5% en 2022, una cifra sin precedentes, ya que la subida salarial nominal media del 3,3% quedó anulada por una inflación del 7,8% en el cuarto trimestre. Pero la situación ha mejorado un poco. Aunque los salarios reales siguieron cayendo el año pasado, la inflación se redujo al 4,1%, el nivel más bajo en dos años, a finales de 2023.

Mientras tanto, los trabajadores peor pagados de Australia recibieron una subida salarial superior a la inflación, con un aumento del salario mínimo del 8,6%.

A contracorriente de la tendencia mundial, los salarios reales en Holanda aumentaron un 0,4% entre el primer trimestre de 2022 y el primer trimestre de 2023, según datos de la OCDE. (Bélgica fue el único otro país europeo que experimentó un aumento durante este periodo).

Además de obtener aumentos salariales por encima de la inflación el año pasado, la población activa del país está trabajando más horas, lo que se traduce en aumentos tanto del salario real como de la renta disponible, que se espera continúen en 2024.

En el lado opuesto, los salarios en Dinamarca cayeron un 4,4% en 2022, según la OCDE. Volvieron a subir el año pasado tras una serie de acuerdos de negociación colectiva entre empresarios y sindicatos en primavera. Al igual que en otros países nórdicos de esta lista, la afiliación sindical es muy alta en Dinamarca, lo que da a los trabajadores más influencia a la hora de conseguir mejores salarios.

El salario medio en Qatar es alto y se compara favorablemente con el coste de la vida, que, según Numbeo, es más asequible que en el Reino Unido y Alemania. Sin embargo, la desigualdad de clases sociales es abismal, y la mano de obra inmigrante del país está extremadamente mal pagada.

No obstante, el gobierno qatarí ha introducido reformas laborales que están mejorando la difícil situación de estos trabajadores explotados durante tanto tiempo. Entre ellas figuran un salario mínimo y derechos adicionales, aunque aún queda mucho por mejorar.

La brecha entre ricos y pobres es muy grande en EE. UU, y el elevado salario medio anual neto del país oculta las enormes disparidades de ingresos dentro de la población activa. Sin embargo, desde la pandemia, la desigualdad de ingresos en EEUU se ha reducido.

El país también lo está haciendo mejor que la mayoría en lo que se refiere al aumento de sueldos. Entre diciembre de 2022 y diciembre de 2023, el salario medio por hora aumentó un 0,8%, al suavizarse la inflación.

El coste de vida es considerablemente más alto en Singapur que en Estados Unidos, lo que significa que el salario medio no da para mucho en la opulenta ciudad-estado. Los trabajadores singapurenses experimentaron un modesto aumento de los salarios generales en 2022, con incrementos salariales que superaron a la inflación en un 0,4%. Sin embargo, los salarios mínimos disminuyeron por primera vez desde 2012, cayendo un punto porcentual, y el crecimiento de los ingresos se mantuvo plano a lo largo de 2023.

Dicho esto, podrían avecinarse tiempos mejores, ya que se espera que el crecimiento económico de Singapur repunte durante la segunda mitad de este año, según el diario The Business Times.

Luxemburgo ostenta el segundo salario medio más alto del mundo. Aunque el coste de vida en esta nación tan enriquecida es también excepcionalmente alto, los y las trabajadoras de este país se benefician también de políticas progresistas como la decisión adoptada en 2020 de que todo el transporte público sea gratuito.

Una encuesta reciente también reveló que casi dos tercios de los encuestados estaban satisfechos con las medidas sobre el coste de vida introducidas por su gobierno.

Suiza ostenta el salario medio más alto del mundo tras las deducciones fiscales, aunque Numbeo informa de que el riquísimo país también alberga el segundo coste de vida más alto del planeta, tras las Bermudas. Entre el primer trimestre de 2022 y el mismo periodo de 2023, los salarios de los trabajadores suizos disminuyeron un 1,4%, según la OCDE, lo que supone la mayor caída registrada desde 1942.

Sin embargo, según el sindicato suizo Unia, varios sectores diversos -como la hostelería, la peluquería e incluso la industria automotriz- han experimentado subidas salariales superiores a la inflación, y la organización señala que "los salarios volverán a seguir el ritmo de la inflación" en 2024.

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