Dicen que el dinero no puede comprar la felicidad, pero puede comprar muchos lujos, como extensas megamansiones de decenas de miles de metros cuadrados, perfectas para un mobiliario extravagante.
Para los ultrarricos, no se escatima en gastos. ¿Por qué no añadir una piscina subterránea con cascada o un ascensor de alta tecnología para tu colección de supercoches?
Desde fincas engalanadas con oro de 24 quilates hasta casas que brillan con diamantes, explora las residencias más lujosas del mundo...
Adaptado al español por Ana Sabin Paz, redactora en español para loveMONEY