A pesar de la afirmación de Matt Damon de que ningún otro actor ha rechazado más dinero que él, ese poco envidiable título corresponde en realidad a la estrella de James Bond Sean Connery.

A la difunta leyenda de Hollywood le ofrecieron $30 millones (unos 27,9 millones de euros) y el 15 % de la recaudación de taquilla para interpretar a Gandalf en la franquicia de El Señor de los Anillos. Sin embargo, rechazó el papel porque no entendía la historia. En su lugar, se eligió a Ian McKellen y el resto es historia.

La trilogía fantástica recaudó en taquilla unos $2.900 millones (unos 2.700 millones de euros), lo que significa que Connery se hubiera llevado más de $450 millones (unos 418,5 millones de euros), o la asombrosa cifra de $778 millones (unos 723,5 millones de euros) de hoy. Para ponerlo en perspectiva, el actor tenía un patrimonio de $350 millones (unos 325,5 millones de euros) en el momento de su muerte en 2020, lo que significa que Gandalf habría sido más lucrativo que todos sus demás papeles juntos.

El lado positivo es que Connery no meditó demasiado sobre su decisión y admitió más tarde: "Leí el libro. Leí el guion. Vi la película. Sigo sin entenderlo. Creo que Ian McKellen está maravilloso en ella".

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