Enclavado en la naturaleza salvaje de las Highlands (Tierras Altas) escocesas, el castillo de Balmoral ocupa un lugar especial en el corazón de la familia real británica desde hace generaciones.
El rey Carlos III es el propietario personal de la finca, que ha servido durante mucho tiempo como residencia de verano, ofreciendo un refugio privado para que la realeza se relaje lejos de los focos.
Pero, ¿cómo es por dentro? Haz clic o desplázate para entrar en el querido castillo y descubrir su fascinante historia...
Todas las cantidades están en dólares estadounidenses, las cifras en euros son conversiones aproximadas que podrían cambiar.
Adaptado al español por Marina Leiva García. Redactora en español para loveMONEY.
En 2024 se anunció que el público podría acceder, por primera vez desde que se terminó de construir en 1856, a las dependencias privadas del castillo de Balmoral. Anteriormente, incluso pagando entrada solo se tenía acceso al salón de baile de la finca.
La demanda fue tal que la página web se colapsó, ya que las entradas se agotaron en menos de 24 horas. Las entradas estaban limitadas a 40 por día desde el 1 de julio hasta el 4 de agosto, pero gracias a ellas el rey Carlos añadió casi $186.000 (170.642 euros) a las arcas reales en solo un día.
Las visitas a Balmoral tuvieron tanto éxito en su año inaugural que se repitieron en verano, entre mayo y julio de 2025, esta vez con un coste ligeramente superior: $146 (134 euros) por la visita y $226 (207 euros) si se añadía tomar un típico té de la tarde británico.
La visita guiada al interior, que agotó todas las entradas, llevó a los visitantes a un viaje histórico a través de una selección de habitaciones utilizadas por el rey y la reina, y la familia real en general.
El salón en el que se fotografió por última vez a la difunta reina Isabel II (en la imagen) se incluye en la visita al interior, junto con dos comedores, el vestíbulo de los pajes y el pasillo rojo.
No se permite la entrada a niños, presumiblemente para evitar que sus pequeños dedos dañen los muebles, que son raros y caros.
Se dice que Balmoral era el lugar que más le gusta en el mundo a la difunta reina.
Desde su infancia, la difunta reina Isabel II encontró consuelo y paz en su finca de Balmoral, en Royal Deeside, en el condado de Aberdeenshire, Escocia. Guardaba muchos recuerdos entrañables del castillo como joven madre y, más tarde, como abuela y bisabuela.
Aquí la vemos paseando por los jardines en septiembre de 1972. El príncipe Andrés está a su derecha.
Sigue leyendo para descubrir más curiosidades sobre esta opulenta residencia
Como era de esperar, la querida monarca falleció en el castillo de Balmoral en septiembre de 2022, con sus dos hijos mayores, el rey Carlos III y la princesa Ana, a su lado.
Sin embargo, la historia de la residencia se remonta mucho más allá del reinado de la difunta reina. Volvamos al principio...
El castillo de Balmoral se construyó como pabellón de caza real en 1390 y ha sido la residencia escocesa de la familia real desde que el príncipe Alberto lo compró para la reina Victoria en 1852 por 32.000 libras, el equivalente a unos 5,1 millones de dólares (4,7 millones de euros) actuales.
Poco después, decidieron que la casa existente era demasiado pequeña, por lo que la pareja real encargó al arquitecto William Smith la creación del actual castillo de Balmoral.
El príncipe Alberto se involucró personalmente en el diseño, sugiriendo cambios para que los planos se ajustaran al nivel esperado por la realeza. El nuevo castillo se terminó en 1856.
Esta foto de la reina Victoria fue tomada en los terrenos de Balmoral en 1868. La monarca aparece al frente del grupo, vestida con el traje de luto que lució tras la muerte de su marido en 1861 a la edad de tan solo 42 años .
Victoria está acompañada por cinco de sus nueve hijos, entre ellos el futuro rey Eduardo VII, que luce una falda escocesa y un sporran, un bolso típico estilo riñonera que se cuelga debajo de la hebilla del cinturón.
Según se dice, la formidable monarca disfrutaba dando largos paseos por la finca y pintando y dibujando el pintoresco paisaje.
Esta entrada del diario, escrita por Victoria en septiembre de 1850, nos da una idea de su vida en Balmoral:
"Una mañana lluviosa, y no pudimos caminar tanto como queríamos. Todo es tan agradable aquí, cada pequeño paseo parece lleno de interés; el paisaje, la gente buena y sencilla, además del interés casi constante por los deportes, ya sea en forma de aves, ciervos o corzos".
Aquí la vemos en Balmoral en 1868 con su ghillie, término gaélico para referirse a un sirviente para las actividades de caza y pesca, John Brown. Sirvió a la reina durante 34 años, y su estrecha amistad ha quedado bien documentada.
Tras la muerte de la reina Victoria en 1901, Balmoral pasó a manos de su hijo, el rey Eduardo VII, y luego a su hijo, Jorge V, que aparece aquí en Balmoral en 1927, mimando a la joven princesa Isabel en su cochecito de bebé.
Tras la muerte de Jorge, el castillo fue heredado por Jorge VI (extremo izquierdo), padre de la reina Isabel II.
Amado durante mucho tiempo como un hogar privado en el que la realeza podía retirarse de la vida oficial y relajarse, no es de extrañar que Balmoral siga ocupando un lugar tan especial en los corazones de la familia.
La reina Isabel II había sido una visitante habitual de Balmoral desde que era niña con sus padres, el rey Jorge VI y la reina Isabel.
Aquí se les ve con la princesa Margarita visitando una finca cercana durante unas vacaciones en Balmoral, con el rey Jorge grabando el día con su cámara de cine.
La joven familia hacía el viaje desde Londres cada verano, lo que se convirtió en una tradición que la reina continuó con su propia familia.
Tras la muerte de la reina Isabel en septiembre de 2022, Carlos heredó Balmoral como nuevo monarca. Aquí vemos al rey plantando un árbol con su madre en los terrenos del castillo en 2021.
Sin embargo, el monarca también tiene su propio refugio privado para las vacaciones en Balmoral, un edificio llamado Birkhall. El rey Carlos y la reina Camila pasaron su luna de miel en Birkhall y desde entonces han celebrado allí casi todos sus aniversarios de boda.
Hoy en día, el castillo es un magnífico ejemplo de la arquitectura baronial escocesa y está clasificado como edificio de categoría A por la institución conservacionista británica. Los terrenos llevan mucho tiempo abiertos al público entre abril y agosto, cuando los visitantes pueden pasear por los jardines y visitar el gran salón de baile del castillo.
Sin embargo, las visitas al interior durante el verano de 2024 fueron las primeras en las que se abrieron al público las dependencias privadas.
Balmoral no pertenece a la Corona, como el Palacio de Buckingham y el Castillo de Windsor, lo que significa que es propiedad personal del rey Carlos III.
Balmoral ofrece unas vistas impresionantes del paisaje de las Highlands y cuenta con una gran cantidad de maravillas naturales que admirar, desde bosques, valles y pastos cultivables hasta hermosos jardines con trabajos cuidados de paisajismo.
También hay 150 edificios en la finca, entre ellos Birkhall, la querida casa de vacaciones del rey, Craigowan Lodge y varias otras cabañas.
A medida que la difunta reina avanzaba en edad, optó por pasar mucho más tiempo en Craigowan Lodge, la casa de piedra donde le gustaba alojarse cuando el castillo estaba abierto al público.
Según el periódico escocés Scottish Daily Express, en julio de 2022 se completó un nuevo sistema de seguridad de alta tecnología, y la instalación de un ascensor Stiltz (especializados en soluciones para sillas de ruedas) en la casa de siete dormitorios tenía por objeto resolver los problemas de movilidad que le habían afectado en sus últimos meses.
Craigowan Lodge no es, ni mucho menos, la única casa de vacaciones de la finca. Glas-allt-Shiel (en la foto) fue construida en su forma actual por la reina Victoria, que ocasionalmente se refugiaba allí tras la muerte de su marido.
Para ayudar al mantenimiento del castillo, el rey permite a los turistas alquilar muchas de las pintorescas casas rurales y cabañas más grandes. Los alojamientos van desde la pequeña Tigh na Garaidh Cottage, con capacidad para cuatro personas, hasta Garbh Allt Shiel y Connachat Cottage, con capacidad para ocho personas cada una.
Los visitantes pueden admirar los impresionantes jardines formales de Balmoral, de más de 12.000 m², que albergan varios invernaderos victorianos ornamentados y un jardín de invierno. En otra zona, al oeste del jardín principal, se encuentra un tranquilo jardín acuático.
Los jardines fueron creados por el príncipe Alberto y han sido mejorados por varios miembros de la familia real a lo largo de los años. El príncipe Felipe añadió una zona con un huerto de verduras que se cosecha durante las vacaciones de verano de la familia real.
Más recientemente, el rey Carlos III ha anunciado nuevas incorporaciones a los jardines, que incluirán un nuevo diseño paisajístico, setos topiarios y dos laberintos.
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Mientras tanto, los terrenos que rodean el castillo se utilizan principalmente para la caza del ciervo, la caza del urogallo, la silvicultura y la agricultura. En la foto, la reina Isabel II y el príncipe Felipe visitan parte del ganado en 1972.
Balmoral ofrecía un estilo de vida mucho más rural que otras residencias reales de la reina, incluido el castillo de Windsor, que se convirtió en su residencia principal en los últimos años de su vida.
A la reina Isabel le encantaba la libertad de Balmoral y, después de despertarse cada mañana a las 9 con el sonido de las gaitas, disfrutaba montando a caballo, paseando a sus perros por los páramos y conduciendo su querido Range Rover por el accidentado terreno durante sus vacaciones de verano.
Hoy en día, se dice que la próxima generación de la realeza disfruta especialmente de la pesca, la caza y las barbacoas en la finca. De hecho, según se informa, el príncipe George vio su primera caza de urogallos en Balmoral.
Se dice que los picnics son un pasatiempo especialmente popular en Balmoral, tanto para el público como para la realeza. La familia "se va en el Range Rover a disfrutar de una cena tipo picnic a la luz de las velas en una de las cabañas de madera que se construyeron para la reina Victoria", explicó la experta en la realeza Ingrid Seward a la revista Ok! Magazine. Incluso transportan sus picnics en una maleta especial diseñada por el príncipe Felipe.
Los espectaculares terrenos ofrecen claramente mucha diversión para todos, pero echemos un vistazo al interior del castillo...
La biblioteca es el lugar donde el monarca recibe a los dignatarios visitantes para una audiencia privada en un ambiente relajado. Este escritorio y esta silla de cuero rojo permanecen en la biblioteca desde la década de 1970, que es donde la difunta reina, que aparece en esta fotografía de 1976, realizaba su trabajo.
La tela con motivos de coronas que se ve en este sofá se ha utilizado desde entonces para tapizar los cojines de la sala real. Se estima que la biblioteca alberga alrededor de 50.000 libros y manuscritos recopilados por los monarcas británicos a lo largo de los siglos.
Balmoral cuenta con todas las comodidades de una casa normal, como podemos ver en esta foto tomada en 2017.
Esta rara imagen del interior de la biblioteca muestra un calentador eléctrico de convección para los fríos inviernos y un televisor Samsung con un decodificador de la empresa de telecomunicaciones Sky; evidentemente, incluso la realeza sintoniza sus programas favoritos mientras está de vacaciones.
En la actualidad, el mobiliario de la biblioteca ha sido reorganizado, como podemos ver en esta foto de 2022, aunque la estructura de la sala sigue siendo la misma.
De hecho, se dice que algunos de los libros han ocupado la misma posición en las estanterías durante más de 40 años. Entre los tomos se encuentran las obras de Sir William Fraser, abogado y destacado experto en historia antigua de Escocia, paleografía y genealogía.
Al igual que la biblioteca, este salón formal, donde el monarca recibe a los invitados oficiales, apenas ha cambiado a lo largo de los años.
En esta imagen de 1976, la reina Isabel II y el príncipe Felipe están sentados bajo un cuadro de la reina Victoria con John Brown, su amigo íntimo y confidente. Fue pintado en Osborne House por Sir Edwin Landseer.
El cuadro ocupa un lugar destacado en la pared a la derecha de la chimenea y sigue allí hasta el día de hoy.
Esta imagen muestra hasta qué punto la reina Isabel II conservó la decoración original de la sala durante su mandato.
Fotografiada en 2005, los sofás de dos plazas están tapizados con la misma tela verde y rematados con zócalos tradicionales, mientras que las sillas con motivos de helechos y el papel pintado también se mantienen intactos.
A diferencia de otras habitaciones del castillo, que cuentan con alfombras de tartán con el estampado oficial de la familia real, esta sala formal tiene un aspecto más sencillo y sobrio.
Como podemos ver en esta fotografía de 2014, poco había cambiado en el salón casi una década después, cuando la reina se reunió con el entonces gobernador general de Australia.
Los candelabros blancos de la repisa de la chimenea datan del reinado de la reina Victoria a mediados del siglo XIX. La flor nacional de Escocia, el cardo, decora el interior de la chimenea.
Aunque es muy poco probable que se muestren las habitaciones reales durante la visita pública a Balmoral, esta imagen nos permite echar un vistazo a una de las estancias más íntimas del castillo.
Esta foto del dormitorio de la reina Victoria fue tomada durante su viudez, a principios de la década de 1860. Fíjate en el retrato del difunto príncipe Alberto colgado en la cabecera de la cama, presumiblemente para que la reina viuda pudiera seguir durmiendo junto a su amado esposo.
Sigue leyendo para descubrir todos los detalles sobre las visitas a Balmoral
Para visitar la histórica finca, los visitantes tendrán que conducir o tomar el tren desde Edimburgo hasta Pitlochry o Aberdeen, lo que lleva hasta dos horas y media. Desde allí, la única forma de llegar al remoto castillo es en taxi, pero sin duda merece la pena el viaje.
Por su parte, la familia real suele viajar en avión a Balmoral. Normalmente alquilan su propio avión privado y viajan en helicóptero o en el RAF (siglas de las Fuerzas Aéreas Reales británicas) Voyager Vespina. Este pequeño jet BAe 146 transportó a la reina madre en una de sus últimas visitas a Escocia en 2001.
A pesar de la ubicación remota de la finca, o quizás precisamente por ello, se dice que ha sido muy popular entre toda la familia real durante décadas. En una tradición que continúa hasta hoy, la familia suele visitar al monarca reinante durante sus estancias de verano en la propiedad, además de celebrar hitos importantes en la finca.
La princesa Diana y el entonces príncipe Carlos incluso pasaron parte de su luna de miel en Balmoral en 1981, alojándose en Craigowan Lodge, la rústica casa de piedra no muy lejos del castillo que la difunta reina Isabel utilizó en sus últimos años.
Cabe destacar que las últimas fotografías de la reina se tomaron en el salón del castillo de Balmoral, un par de días antes de su muerte. Aunque frágil, se la veía alerta y alegre.
Ocupada hasta el final, la reina estaba decidida a cumplir con su deber de nombrar a Liz Truss como nueva primera ministra y aquí aparece en la foto con la antigua líder.
La reina Isabel II, la monarca más longeva del Reino Unido, falleció en Balmoral el 8 de septiembre de 2022.
Aquí vemos a la difunta reina en la finca con el príncipe Felipe en 1972, el año de sus bodas de plata.
"Es el lugar más bonito del mundo. Creo que la abuela es muy feliz allí", dijo su nieta, la princesa Eugenia, en la programación especial de la cadena de televisión ITV, Our Queen at Ninety (Nuestra reina a los noventa años).
Ahora que el castillo se ha abierto al público, este también puede disfrutar de la querida residencia real. Con este precedente de popularidad ya consolidado, estamos deseando saber cuál de las muchas residencias del rey será la siguiente en abrir sus puertas...