Desde doseles dorados hasta techos pintados a mano, los dormitorios reales muestran la moda de la época y exhiben una artesanía espectacular que solo la inmensa riqueza y el poder pueden comprar.
Sin embargo, estos espacios íntimos ofrecen algo más que opulencia: son portales al pasado que revelan la personalidad de sus majestuosos ocupantes.
Haz clic o desplázate para descubrir el drama que se esconde tras la decoración: historias de amor, intriga e incluso muerte, todas ellas representadas en 23 lujosos dormitorios...
Adaptado al español por Ana Niño, Redactora en español para loveMONEY.
Conocido como “Longshanks” por su notable altura, Eduardo I gobernó Inglaterra desde 1272 hasta 1307.
Su dormitorio en la Torre de Santo Tomás se conserva prácticamente igual que en el siglo XIII, desde los colores vivos inspirados en los manuscritos medievales hasta la ubicación de la cama, cerca de la chimenea para aprovechar al máximo el calor.
Los muebles del rey se podían desmontar fácilmente, ya que la corte real se trasladaba con frecuencia. De hecho, Eduardo I solo permaneció en la torre 53 días durante sus 35 años de reinado.
Enrique III gobernó Francia desde 1574 hasta su asesinato en 1589. Antiguo rey de Polonia, se enfrentó a intensos conflictos durante las guerras de religión francesas.
A pesar de la agitación política, fue conocido como mecenas de las artes, lo que se refleja en este dormitorio suntuosamente decorado. Cuenta con un retrato de Enrique casi a tamaño real y un suelo adornado con la letra H (por su inicial en francés).
Enrique mandó asesinar a su rival, el duque de Guisa, en los aposentos reales de Blois, quizá en esta misma habitación.
De carácter formidable, Ana de Austria fue reina de Francia desde 1610 y regente de su hijo Luis XIV desde 1643 hasta 1651. Princesa de los Habsburgo, se enfrentó a las intrigas de la corte, la guerra y la rebelión para asegurar el poder absoluto de su hijo.
Tras la muerte de Luis XIII, que liberó a Ana de un matrimonio frío, se mudó a los aposentos de la reina madre en Fontainebleau, que anteriormente habían ocupado María y Catalina de Médicis.
Está decorado con tapices de vivos colores, techos ornamentados y retratos de Ana y su nuera, María Teresa de Austria.
El zar Miguel I de Rusia fue el primer zar Romanov, elegido en 1613 tras un periodo de hambrunas catastróficas, invasiones extranjeras y disturbios civiles. Su reinado restauró la estabilidad y dio inicio a más de 300 años de dominio Romanov.
Escondida en la cuarta planta del palacio Terem, en el Kremlin de Moscú, su habitación es conocida por sus increíbles techos abovedados y sus murales florales.
En la actualidad, el palacio forma parte de la residencia oficial del presidente ruso y está cerrado al público.
Luis XIV gobernó Francia durante 72 años durante el Siglo de Oro. Más conocido como el Rey Sol, eligió esta estrella como emblema, simbolizando su posición en el centro de Francia como monarca absoluto.
La autoridad divina de Luis se expresaba a través de un arte y una arquitectura opulentos, como su magnífico dormitorio en Versalles. Estaba repleto de brocados dorados y plateados y estuco recubierto de pan de oro.
La sala acogía rituales diarios, como la ceremonia de levantamiento y retirada del rey, así como reuniones con invitados importantes.
Como último rey de Polonia, Estanislao II Augusto se vio obligado a abdicar en 1795 y vio cómo su país era dividido entre sus vecinos.
A pesar de su difícil reinado, sus aposentos reales estaban lujosamente decorados al refinado estilo clásico de la Ilustración e incluían una colección de pinturas de Bernardo Bellotto, sobrino de Canaletto.
El castillo original del siglo XVI fue destruido por los nazis en 1944 y reconstruido después de la guerra. Las habitaciones han sido fielmente recreadas, llenas de antigüedades recuperadas y restauradas.
María Antonieta tenía solo 14 años cuando se casó con el futuro Luis XVI en 1770 y se convirtió en reina de Francia cuatro años más tarde.
Dio a luz en esta alcoba real ante una multitud de sirvientes y funcionarios, tal y como habían hecho antes que ella las reinas María Teresa y María Leszczyńska. La impopular monarca sustituyó el mobiliario por el suyo propio, impregnando la habitación de su característico estilo opulento.
María Antonieta se convirtió en símbolo del exceso real durante una época de revolución, algo a lo que su extravagante estilo de diseño no ayudó en absoluto, y fue ejecutada en 1793.
Tras 12 años como república, Francia dio la bienvenida a Napoleón Bonaparte como su primer emperador en 1804.
Su dormitorio en Fontainebleau se construyó en el antiguo cuarto de baño de Luis XVI. Con columnas doradas, ricos tejidos de color verde esmeralda y figuras de deidades romanas, la decoración estaba muy inspirada en la Antigua Roma y el Antiguo Egipto. Como tal, es un gran ejemplo del estilo del Primer Imperio, que evolucionó durante el reinado de Napoleón.
Fue en esta habitación donde el emperador intentó envenenarse cuando abdicó en 1814.
A pesar de escapar por poco de la ejecución durante la Revolución Francesa, Joséphine de Beauharnais ascendió al poder cuando se casó con Napoleón Bonaparte y se convirtió en la primera emperatriz de Francia.
Aunque su matrimonio solo duró seis años, Josefina dejó su huella en las residencias reales del país. Esta cama, adornada con cupidos, había sido de María Antonieta, pero Josefina añadió las telas de seda de las paredes.
La habitación estaba decorada con símbolos de fertilidad, como flores y animales jóvenes. Sin embargo, la aparente incapacidad de Josefina para dar un heredero provocó su separación de Napoleón en 1810.
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Josefina compró el castillo de Malmaison, cerca de París, en 1799. Se convirtió en el refugio privado de la pareja y, durante un breve periodo de tiempo, fue la sede del Gobierno francés.
Decorado en tonos carmesí y dorado, el dormitorio de Josefina evoca la antigüedad, que se refleja en las estatuas, las columnas y los frescos inspirados en Pompeya que se encuentran en otras partes de la casa.
Este cuarto, ejemplo perfecto del estilo Imperio de principios del siglo XIX, es un guiño a la afición de Josefina por la botánica, a la que se dedicó tras su ruptura matrimonial, llenando los jardines de plantas exóticas.
La emperatriz María Luisa se convirtió en la segunda esposa de Napoleón en 1810, menos de tres meses después de la anulación de su matrimonio con Josefina.
Este dormitorio del castillo de Compiègne fue diseñado originalmente por Josefina y se conserva tal y como era cuando María Luisa se alojó allí. Al igual que el dormitorio de Josefina en Fontainebleau, la decoración se centra en la fertilidad, con querubines dorados y un armazón de cama con cuernos de la abundancia.
María Luisa decidió no seguir a su marido al exilio tras su abdicación. En su lugar, se convirtió en duquesa de Parma y se casó dos veces más tras la muerte de Napoleón.
Imagina los vívidos sueños que tendrías durmiendo en esta colorida habitación. Con un derroche de vidrieras caleidoscópicas y patrones intrincados, este dormitorio perteneció al marajá Takhat Singh y es una de las habitaciones más distintivas del fuerte Mehrangarh, en Jodhpur.
Takhat Singh fue maharajá de Jodhpur entre 1843 y 1873 y fue el último gobernante que vivió en esta espectacular fortaleza.
Su habitación muestra la artesanía tradicional rajput y el estilo victoriano, incluyendo pinturas en las paredes y en el techo con escenas religiosas y de caza.
La emperatriz Isabel de Austria, conocida como “Sisi”, era considerada la princesa más bella de Europa cuando se casó con su primo, el emperador Francisco José, en 1854.
El emperador construyó Hermesvilla, un "castillo de ensueño" en Tiergarten, Viena, para su esposa de espíritu libre. El dormitorio de Sisi estaba lleno de frescos dorados de Gustav Klimt y Franz Matsch, y estaba dominado por esta cama, que en su día perteneció a la emperatriz María Teresa.
Isabel fue trágicamente asesinada en 1898. Sin embargo, su leyenda sigue viva en la película La emperatriz rebelde (Corsage, 2022) y en la serie de Netflix The Empress.
Una de las monarcas más famosas de la historia, la reina Victoria de Gran Bretaña, supervisó un periodo de extraordinaria transformación industrial y cultural.
En 1855 visitó París para estrechar lazos con Napoleón III tras casi 50 años de tensiones entre Inglaterra y Francia. Durante su estancia, fue agasajada con un fastuoso baile en Versalles al que asistieron 1.200 personas, con cuatro orquestas y fuegos artificiales.
Aunque se alojó en el cercano castillo de Saint-Cloud, esta sala del Gran Trianón fue preparada especialmente para ella y decorada con muebles que pertenecieron a la emperatriz Josefina.
Carlota de Bélgica se convirtió en emperatriz de México cuando su marido, Maximiliano, fue coronado por Napoleón III en 1864.
Aunque su dormitorio en el castillo de Chapultepec, en Ciudad de México, estaba decorado al estilo europeo, Carlota admiraba sinceramente el arte y la cultura locales. Sin embargo, el pueblo mexicano acabó rechazando el Gobierno de la pareja y finalmente ejecutó a Maximiliano, a pesar de que Carlota viajó por toda Europa pidiendo ayuda.
Como resultado, sufrió una crisis nerviosa y pasó el resto de su vida recluida en castillos de Bélgica e Italia.
El excéntrico rey Luis II gobernó Baviera desde 1864 y rechazó la política en favor del teatro, la ópera y los elaborados proyectos de construcción.
Su dormitorio en el palacio de Linderhof refleja su obsesión por el rey francés Luis XIV, con una enorme cama con dosel bajo un fresco en el techo que representa la apoteosis del Rey Sol. Los bordados dorados adornan la cama y los paneles de las paredes, lo que la convierte en la habitación más cara del palacio.
El amor de Luis por la opulencia se extendió al castillo de Herrenchiemsee, donde su dormitorio era igualmente lujoso y dorado.
Conocido como “el rey de los cuentos de hadas”, Luis construyó extravagantes castillos, como Neuschwanstein, que inspiró el castillo de la Bella Durmiente de Disney.
Enclavado en los Alpes bávaros, Neuschwanstein quedó sin terminar cuando Luis murió misteriosamente en 1886. Sin embargo, sí durmió en este espectacular dormitorio, decorado con escenas de Tristán e Isolda, del compositor Richard Wagner.
Una fuente plateada con forma de cisne suministraba agua de manantial a la habitación, en referencia a otra ópera de Wagner, El caballero del cisne, que inspiró el nombre del castillo. Se dice que seis artesanos tardaron cuatro años en tallar este dosel de madera.
La reina Victoria y su amado esposo, el príncipe Alberto, compraron la propiedad de Balmoral en 1852 y construyeron un castillo de estilo baronial que se convertiría en el "querido paraíso en las Tierras Altas de Escocia" de la familia.
Tras la muerte de Alberto en 1861, a la edad de solo 42 años, Victoria lloró profundamente su pérdida y, como es bien sabido, vistió de luto durante el resto de su larga vida.
Esta foto fue tomada al principio de su viudez y, mientras que las fotos de sus nueve hijos adornan las paredes, un retrato de Alberto cuelga sobre la cabecera de su cama, para que la reina pudiera seguir acostándose a su lado.
La reina doña María Pía era una princesa italiana antes de casarse con el rey Luis I de Portugal en 1862.
De alma profundamente compasiva, defendió los hospitales y los orfanatos, pero también fue conocida por sus gastos extravagantes. Es famosa por haber declarado ante el Parlamento: "Si quieren una reina, tienen que pagarla".
Su dormitorio en el Palacio de Ajuda de Lisboa, revestido de seda azul y adornado con decoraciones de plata, reflejaba la elegancia napoleónica. La alfombra de piel de oso polar, ahora controvertida, simbolizaba la riqueza del siglo XIX y fascinaba a los visitantes del palacio.
Filántropa muy influyente que defendió el bienestar de las mujeres, la reina Kapiʻolani fue la penúltima reina de Hawái, donde sirvió a su país durante 20 años hasta la muerte de su marido, el rey Kalakaua, en 1891.
Kapiʻolani fue la primera reina de cualquier nación en visitar la Casa Blanca, donde fue recibida por el presidente Grover Cleveland en 1887. También representó a Hawái en el Jubileo de Oro de la reina Victoria en Inglaterra.
Su dormitorio era el epítome del gusto victoriano, con pesados muebles de caoba y cortinas y tapicerías de un rojo majestuoso.
Victoria Eugenia de Battenberg, nieta de la reina Victoria, se convirtió en reina de España al casarse con el rey Alfonso XIII en 1906. Su matrimonio tuvo un comienzo poco auspicioso, ya que los recién casados sobrevivieron a un intento de asesinato al salir de la iglesia, en el que murieron 24 personas.
El interior del Palacio Real está decorado en estilo rococó y neoclásico, con ricas sedas y espectaculares lámparas de araña, que pueden verse en el femenino dormitorio rosa pálido de la reina.
Rechazada finalmente por la realeza española, “Ena”, como se conocía a Victoria Eugenia, es la protagonista de una serie de televisión española que se estrenará en 2025.
Mohammad Reza Pahleví, el último monarca de Irán, gobernó entre 1941 y 1979. Sus intentos de occidentalizar Irán alimentaron los disturbios, lo que llevó a su derrocamiento durante la Revolución Iraní de 1979.
A pesar del deseo del sah de modernización, sin duda disfrutaba de los lujos tradicionales de la vida del palacio. Su extraordinario dormitorio en el palacio Shahvand, también conocido como el Palacio Verde, en Teherán, brilla de suelo a techo gracias a sus intrincados espejos.
Las alfombras tejidas a mano, los elegantes detalles de estuco y los muebles antiguos dan testimonio del refinado gusto del antiguo gobernante.
Tras casarse con el entonces príncipe Carlos de Inglaterra, ahora rey, en 1981, la princesa Diana se convirtió rápidamente en "la princesa del pueblo" gracias a su encanto, su belleza y su labor benéfica.
Después de su matrimonio, Diana siguió visitando la casa de su infancia, la mansión Althorp House, de 90 habitaciones, situada en Northamptonshire. Su habitación favorita era la del rey Guillermo. Elegantemente decorada en tonos suaves de amarillo y azul, esta serena habitación debió de ser un refugio para la princesa durante su turbulento matrimonio y divorcio.
La hermosa habitación recibió su nombre en honor al rey Guillermo III, quien, según se dice, se alojó allí en 1695.
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