Cuando los aviones han volado demasiados kilómetros, se retiran y se envían al cementerio de aviones. Sin embargo, algunas mentes astutas vieron el potencial de estos vehículos espaciosos, duraderos y autónomos, y los rescataron de la chatarra para transformarlos en increíbles residencias.
Desde una lujosa casa Boeing 737, encaramada en un acantilado en Bali, hasta un histórico helicóptero que se ha convertido en un acogedor micro-apartamento, toma tu pasaporte y súbete a bordo de las casas convertidas en aviones más increíbles del mundo.
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Todas las cantidades están en dólares estadounidenses, las cifras en euros son conversiones aproximadas que podrían cambiar.
Adaptado al español por Ana Niño, Redactora en español para loveMONEY.
Situado en un increíble terreno frente al mar en la resplandeciente isla de Bali, Indonesia, este Boeing 737 retirado podría parecer que acaba de aterrizar para dejar a algunos pasajeros, pero en realidad fue transportado a este lugar para ser transformado en una lujosa villa-avión privado, con un coste de alrededor de 5.000 dólares (4.600 euros) por noche.
Después de un largo proceso de adaptación, el proyecto está finalizado y el avión ya está listo para recibir a sus (muy) afortunados huéspedes a través de Airbnb.
La propiedad en lo alto del acantilado formaba parte de la flota de Mandala Airlines, una empresa indonesia que dejó de operar en 2014. Pero cuando el promotor ruso Felix Demin se enteró de que estaba en venta, compró el avión, viendo la oportunidad de convertir la carcasa del vehículo en un hotel único.
Demin explicó a Business Insider, un medio estadounidense especializado en negocios y finanzas, que el vehículo se desmontó cuidadosamente "como si fuera de Lego" antes de ser transportado a Bali y reconstruido desde cero.
Este impresionante proyecto de conversión se encuentra en la península de Bukit, cerca del emblemático templo de Uluwatu. Gracias a su cuenta de Instagram, la propiedad ha atraído mucha atención de todo el mundo.
Además de compartir actualizaciones sobre la renovación, Felix Demin mostró a sus seguidores imágenes generadas por ordenador que anticipaban el resultado final. Ahora, por fin, podemos ver el proyecto terminado, que supera todas las expectativas.
Elegante, moderna y lujosamente decorada, la villa avión cuenta con una cocina y un salón con acceso a una increíble terraza construida directamente sobre una de las alas del avión.
También hay dos lujosos dormitorios, uno con su propia bañera independiente y una puerta de avión que se abre a una red de observación, donde los huéspedes pueden colgarse directamente sobre el agua. En cuanto al diseño, la propiedad cuenta con muebles llamativos y detalles de nácar que captan la luz gracias a las ventanas restauradas de la cabina.
El hotel también cuenta con una piscina infinita con impresionantes vistas al océano, un helipuerto y una zona de estar al aire libre con una hoguera, donde los huéspedes pueden relajarse y disfrutar del entorno.
Los visitantes más afortunados también pueden subirse a las alas del avión para contemplar increíbles puestas de sol y hacerse un par de selfies. Si esto es vivir en un avión, ¡nos apuntamos!
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Esta suite puede ser pequeña, pero sin duda tiene mucho carácter. Esta diminuta casa de vacaciones se encuentra en Barjac, en el departamento francés de Gard, y está situada dentro de un antiguo avión Cessna.
El avión es lo suficientemente espacioso para una pareja o dos niños y está situado justo al lado de su antigua torre de control, que ofrece espacio extra para más huéspedes.
No se sabe con exactitud la antigüedad de este Cessna, aunque el modelo original voló por primera vez en agosto de 1927. Pintado en llamativos colores naranja y verde, el pequeño avión conserva sus alas, hélice y ruedas originales.
La puerta original del avión se abre a un pequeño espacio interior, donde se encuentra una cama. El interior es lo suficientemente grande como para albergar la cama y los mecanismos auténticos del avión, que decoran la parte delantera del espacio.
Esta imagen muestra la cabina en todo su esplendor. Podemos imaginar a los niños emocionados acurrucándose para pasar la noche y soñando con surcar los cielos en este histórico avión.
Acogedora y compacta, la suite del avión cuenta con cortinas hechas a mano en cada ventana, para garantizar la privacidad y bloquear el sol de la mañana.
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En la torre de control original, los huéspedes encontrarán un salón, una cocina y un dormitorio en la planta superior, con un techo de cristal que permite a los afortunados ocupantes observar las estrellas.
También hay un baño al aire libre para que los huéspedes puedan hacer sus necesidades en mitad de la noche. ¿Te apetece alojarte aquí? El avión se puede reservar a través de Airbnb.
Si prefieres alojarte en un helicóptero, ¿qué te parece este Westland Lynx XZ676 de 1982? Aparcado en el Ream Hills Holiday Park de Preston, Lancashire, esta insólita propiedad es ideal para los amantes de la historia militar británica, ya que este juguete fue utilizado en su día por el Army Air Corps (AAC), la unidad de aviación del Ejército Británico responsable de los helicópteros y el apoyo aéreo.
Puede parecer que acaba de aterrizar, pero el helicóptero ha sido transformado por profesionales en un alojamiento para pasar la noche y se encuentra en una posición segura en el suelo, con una pequeña terraza exterior que da acceso a la "puerta principal" de la aeronave.
En el interior, esta pequeña y singular casa ofrece espacio suficiente para un salón, una cocina americana, un lavabo y una cama doble. Hay una mininevera y un microondas, así como un calefactor, un televisor y luz LED para que los huéspedes estén cómodos y calentitos.
La antigua cabina se ha convertido en una zona de preparación de comidas, mientras que su parabrisas actúa como una ventana panorámica, lo que permite disfrutar de unas vistas fantásticas del campo circundante.
Aunque sencillo en su diseño, el helicóptero cuenta con todas las comodidades que puedas necesitar para una estancia única.
En la cola del helicóptero, encontrarás un espacio para dormir hecho a medida con capacidad para dos personas. Los huéspedes deben traer sus propios sacos de dormir o ropa de cama, lo que añade autenticidad a la experiencia de glamping, mientras que un baño al aire libre proporciona todas las comodidades necesarias para pasar la noche.
Después de mudarse de Florida a Alaska, el instructor de vuelo Jon Kotwicki decidió crear la escuela de vuelo definitiva: ¡dentro de un avión de carga reconvertido! En 2022, su sueño se hizo realidad cuando compró un viejo Douglas DC-6, que data de 1956. El plan original de Jon parecía bastante sencillo.
Quería crear su propia escuela de vuelo, donde sus alumnos pudieran aprender a volar durante el día y alojarse en cabañas en las instalaciones por la noche. "Quería tener una pista de aterrizaje adecuada y cabañas para que vivieran, pero no quería quedarme ahí", explicó Jon a Business Insider. "Empecé a pensar que, en lugar de cabañas, ¿y si mis alumnos pudieran vivir en un avión? Sabía que sería mucho más genial". ¡Y no se equivocó!
Jon también sabía que, cuando no había clases, el avión sería un Airbnb realmente único. Así que, en 2022, comenzó a buscar un avión, lo cual no fue una tarea fácil. "Por lo general, los aviones antiguos se venden a empresas de chatarra para su reciclaje. Luego se trituran y se convierten en latas de cerveza", explica.
Tardó seis meses en encontrar el Douglas DC-6 de los años 50 que originalmente se había utilizado para transportar carga y combustible por Alaska. Para Jon, era perfecto. El siguiente obstáculo era averiguar cómo transportarlo a casa, y con 31 metros de largo y 35 de ancho, era una perspectiva desalentadora.
Para trasladarlo, Jon, su novia y un amigo viajaron a Fairbanks, Alaska, donde se encontraba el avión, y comenzaron a desmontarlo. Les llevó cuatro días, trabajando en turnos de 16 horas, quitar todos los tornillos y cortar las alas para reducir su tamaño y poder transportarlo.
Con grúas y carretillas elevadoras, las piezas del avión se cargaron en remolques para ser transportadas 563 kilómetros hasta la propiedad de Jon en Wasilla, Alaska. Una vez allí, comenzó el proceso inverso: montar todo de nuevo, pieza a pieza. Entre la compra y el transporte, Jon gastó algo más de 100.000 dólares (91.700 euros).
Pero el trabajo duro no terminó ahí. La conversión del avión en vivienda fue un proceso largo y complicado. “Antes de empezar pensé que sería fácil porque el avión ya tenía paredes y estaba cerrado como una casa”, explica Jon. “Pero no fue así. Me llevó cinco meses terminarlo”.
Dado que trabajaban con un armazón de aluminio, Jon y su compañera, Stephanie Blanchard, tuvieron que encontrar formas de aislarlo, garantizar una buena ventilación y controlar los niveles de humedad y condensación. También era necesaria una fuente de calor.
Jon admite que la conversión requirió "mucho ensayo y error". Hubo que limpiar y tirar un sinfín de residuos y reconstruir muchos de los elementos del avión. Además de instalar una caldera de gasóleo en la cola para calentar el interior durante los meses más fríos, Jon también conectó el avión a su propia fuente de agua y a un sistema séptico.
El avión también cuenta con su propio tanque de presión, lo que permite a los huéspedes ducharse con normalidad. El proceso de conversión del avión fue largo y difícil, y supuso un gran reto para Jon y Stephanie, pero están encantados con el resultado. "Nuestro avión ha quedado mejor de lo que jamás habríamos imaginado", afirma.
En el interior, hay unos 60 metros cuadrados de espacio, con un salón, una cocina completa, dos acogedoras habitaciones, un amplio cuarto de baño e incluso una barbacoa en la cubierta del ala. A pesar de su tamaño compacto, el avión tiene capacidad para seis personas. Puedes hacer un recorrido completo gracias al canal de YouTube de Jon.
Cuando el empresario británico Steven Northam se topó con la parte delantera de un viejo Boeing 737 en eBay, no dudó en comprarlo.
Northam, que se define a sí mismo como un "niño grande" al que le encantan los proyectos extravagantes y los planes de reciclaje creativo, vio en el avión la oportunidad definitiva para dar rienda suelta a su creatividad.
Pagó solo 5.900 euros (6.400 dólares) por un avión de los años 60 y dedicó tres meses a convertirlo en la pequeña casa reciclada definitiva, un proyecto que fue documentado en el programa George Clarke's Amazing Spaces, emitido en Channel 4, un canal público británico conocido por su programación innovadora.
El avión, de ocho metros de largo, pertenecía al Chichester College de West Sussex y se utilizaba para entrenar a tripulaciones aéreas gracias a su simulador de vuelo integrado. La renovación le costó a Steven 19.000 dólares (17.400 euros), incluidos 3.800 (3.500) en el transporte del vehículo hasta su nuevo hogar en Hampshire, a 80 kilómetros de distancia.
Esta imagen muestra el aspecto del avión antes de que la renovación comenzara. Durante el proyecto, Steven encontró viejos billetes de pasajeros escondidos detrás de los asientos, que revelaban que el Boeing había formado parte de la flota de Tunisair.
Con el objetivo de crear un espacio interior único, Steven conservó gran parte del avión original, incluidos algunos asientos de pasajeros, la señalización y los compartimentos superiores.
Quitó algunos asientos para dejar espacio para las camas e incluso instaló wifi, calefacción, una ducha y una zona de entretenimiento, para que los afortunados que suban a bordo puedan ver una película durante el vuelo, ¡pero no olvides abrocharte el cinturón de seguridad!
Otras características originales son el compacto cuarto de baño a bordo, que aún conserva su auténtico inodoro, lavabo y señalización. En la cabina, encontrarás un simulador de vuelo con una pantalla curva 4K de un metro, para que los huéspedes puedan jugar a ser pilotos.
Diseñado para alojar a cuatro personas, el avión reconvertido cuenta incluso con un dormitorio principal fresco y acogedor en la bodega. En el exterior, hay una zona para hacer barbacoa y relajarse, además de un jacuzzi hecho a medida ubicado en el capó de un antiguo motor a reacción. ¿A que mola?
Si te apetece disfrutar de unas vacaciones en Francia y te apetece alojarte en un lugar un poco diferente, no pierdas la oportunidad de pasar la noche en un microavión reconvertido.
Esta impresionante propiedad se encuentra en Saint-Michel-Chef-Chef, una comuna del departamento de Loira Atlántico, en Francia, y ha sido meticulosamente rediseñada para alojar a cuatro personas.
Gracias a una cubierta construida expresamente, los huéspedes pueden subir fácilmente a bordo, donde encontrarán un interior compacto pero bien equipado, luminoso, fresco y acogedor.
La sección principal del avión cuenta ahora con una acogedora sala de estar y la zona del comedor, equipada con toques auténticos, como asientos de avión y señales de salida.
Hay un dormitorio principal con una cama doble y dos camas individuales en el salón. Nos encantan el ingenioso uso del espacio, los armarios empotrados y las ventanas con forma de ojo de buey.
La entrada original conduce ahora a una pequeña pero funcional cocina, para que los huéspedes puedan preparar una comida caliente o el café de la mañana antes de salir a la terraza exterior para disfrutar del paisaje.
Sin embargo, la característica más increíble del avión es sin duda su cuarto de baño. Situado en la cabina original, uno de los antiguos asientos del piloto ha sido sustituido por un inodoro, lo que permite a los huéspedes imaginar que están pilotando el vehículo mientras hacen sus necesidades.
Este increíble avión retirado es el hogar permanente del antiguo ingeniero eléctrico Bruce Campbell, quien llevó a cabo una delicada renovación para transformar esta nave en un espacio habitable único.
La mayoría de los aviones se destruyen cuando se retiran, pero Bruce vio esto como una gran oportunidad perdida. Imaginó el interior sin asientos ni personas y se dio cuenta del espacio que podía ofrecer. De hecho, un Boeing 727 mide 100 metros cuadrados. Así que decidió demostrarles a los demás que aeronaves como este podían convertirse en casas increíbles.
Bruce compró el avión en 1999 en un "cementerio de aviones", cerca del aeropuerto de Hillsboro, en Oregón, por solo 100.000 dólares (91.700 euros). Luego gastó otros 120.000 dóalres (110.000 euros) en trasladar el avión a su ubicación actual.
Se asienta sobre unos zócalos de hormigón, diseñados para permitir que la aeronave se mueva libremente en caso de desastres naturales repentinos, lo cual es muy útil, ya que Portland es una zona propensa a los terremotos.
Solo fue necesario realizar pequeñas modificaciones en el interior, ya que el avión ya contaba con conexiones para el agua y el alcantarillado, por lo que Bruce simplemente las enchufó y quedó todo conectado. También añadió tuberías de polietileno y componentes de fontanería para poder lavar la ropa y disfrutar de duchas calientes y potentes.
Además, la estructura dispone de un espacio para las instalaciones eléctricas, un depósito de agua y conductos de climatización. Y como el avión es básicamente un recipiente a presión, se mantiene limpio, cálido y libre de insectos durante todo el año.
Bruce puede acceder a su casa a través de la escalera retráctil original situada bajo el avión, que se puede subir o bajar según se necesite. En el interior, mantuvo gran parte del espacio intacto, dejando que la historia del vehículo se reflejara en cada detalle.
El baño, la cocina y la sala de estar —que por la noche se convierte en dormitorio— conservan ventanas, asientos y lámparas originales. Sin embargo, Bruce sustituyó los suelos por paneles acrílicos transparentes para mostrar el compartimento de carga trasero.
La cabina de mando también fue restaurada con mucho cariño. Los paneles y controles del avión habían sido desmontados, por lo que se buscaron piezas de recambio y se recreó la configuración original lo más fielmente posible.
"Es un juguete estupendo. Puertas secretas, suelos secretos. Escotillas aquí, pestillos allá, artilugios ingeniosos por todas partes... Es una aventura exploratoria constante, siempre entretenida, que proporciona un sustento fundamental para un viejo aficionado a la tecnología como yo", nos dijo mientras nos hacía una visita guiada completa.
Una casa de vacaciones como ninguna otra, la suite 727 Fuselage forma parte del Hotel Costa Verde en Costa Rica.
Esta lujosa habitación está escondida dentro de un Boeing 727 de 1965 y se encuentra encaramada en un pedestal de piedra de 15 metros de altura que sobresale en voladizo sobre el suelo de la selva tropical.
Esta peculiar habitación de hotel fue construida a medida a partir del fuselaje de un antiguo avión de la aerolínea colombiana Avianca y montada meticulosamente in situ.
El viejo Boeing 727 fue rescatado del Aeropuerto Internacional Mineta de San José y transportado a las afueras del Parque Nacional Manuel Antonio antes de ser convertido en uno de los refugios para huéspedes más insólitos del mundo.
Este refugio único cuenta con una plataforma de observación de madera situada sobre el ala derecha del avión, el lugar perfecto para disfrutar de una copa al atardecer mientras contemplas monos, lagartos, tucanes y perezosos en su exuberante hábitat natural.
En el interior, la suite de dos dormitorios y dos cuartos de baño está decorada con paneles de madera tallada tradicional procedente de árboles tropicales de madera dura.
El espacio cuenta con un salón, una cocina americana, un comedor y una terraza con vistas de 360 grados al océano con unas vistas inmejorables.
Los huéspedes pueden disfrutar de una noche acogedora y tranquila en el dormitorio principal, que cuenta con ventanas originales de la cabina, un techo abovedado y muchos tonos cálidos de madera. Además, el cuarto de baño está situado en la cabina y está decorado con asientos y mecanismos originales.
La suite también tiene acceso a las tres piscinas del hotel y a numerosos restaurantes, entre ellos un antiguo vagón de tren reconvertido conocido como El Wagon. Si te has enamorado, puedes pasar la noche aquí cuando quieras.
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