Buscar un nuevo trabajo puede ser estresante, y una vez que has conseguido una entrevista para el puesto de tus sueños, los nervios pueden jugarte una mala pasada.
Al fin y al cabo, presentarte ante un grupo de desconocidos para hablar de ti mismo puede resultar bastante intimidante. Pero con la preparación adecuada, no tiene por qué serlo.
Haz clic en la flecha de la derecha para leer nuestra sencilla guía sobre lo que debes evitar en una entrevista y puede que consigas el trabajo. ¡Tú puedes!
Adaptado al español por Ana Niño, Redactora en español para loveMONEY.
Tu posible empleador querrá saber que eres puntual, así que llegar tarde a una entrevista es un error garrafal.
Si te invitan a una entrevista online, comprueba siempre el enlace antes de la hora prevista, por si hay algún problema con el software, y ponte en contacto con el entrevistador con antelación si surge algún imprevisto.
Si es una entrevista presencial, calcula tiempo de sobra por si hay atascos o retrasos en el transporte público. Y si, aun así, el retraso es inevitable, avisa cuanto antes a la persona que haya organizado la entrevista.
Aunque la entrevista sea online, es importante ir bien presentado. Planifica tu ropa con tiempo y asegúrate de que esté limpia y planchada.
No hace falta decirlo, pero cuida también tu higiene personal: lávate el pelo, recórtate las uñas y procura estar aseado.
Una buena apariencia te ayudará a sentirte más seguro, incluso en una entrevista virtual.
Por muy bien que te quedaran al probártelos en la tienda, los zapatos nuevos no son la mejor opción para una entrevista de trabajo.
Si te duelen los pies, acabarás más nervioso e inquieto, intentando aliviar la incomodidad. Eso puede hacer que parezcas incómodo con la entrevista en sí.
Mejor no arriesgar: ponte unos zapatos cómodos en los que ni tengas que pensar
No des por hecho que el entrevistador se ha aprendido tu CV al dedillo: lo más probable es que esté viendo a varios candidatos.
Te toca a ti destacar. Repasa tu currículum con calma para que, cuando te hagan preguntas, puedas responder con seguridad y hacer referencia a tus logros más relevantes.
No envíes un CV mediocre ni entregues copias arrugadas de tu trabajo.
Adapta tu currículum al puesto que solicitas, destacando los proyectos y responsabilidades más relevantes. No hagas que el responsable de RR. HH. tenga que rebuscar en un CV antiguo tus mejores ejemplos.
Inclúyelos directamente en tu solicitud y, si llegas a la entrevista, imprime tu portafolio en color, en papel de buena calidad y preséntalo en una carpeta cuidada.
Recuerda apagar el móvil.
Aunque esté en silencio, una alarma olvidada puede sonar de repente en mitad de la entrevista, lo que daría una impresión poco profesional y podría desconcentrarte.
Ten en cuenta que las alarmas siguen sonando incluso si el móvil está en modo avión.
Asegúrate de pensar en cómo se interpretará lo que digas por parte de quienes te están entrevistando.
Antes de la entrevista, repasa la descripción del puesto y piensa en qué te hace ser la persona adecuada para él. Tener claro de antemano dónde encajas te dará más confianza.
Evita expresiones demasiado coloquiales como “quiero” o “genial” y muletillas como “eh” o “en plan”. Hablar con claridad y corrección te hará parecer más seguro y profesional.
No te encorves en la silla ni hagas gestos que puedan transmitir desinterés por la entrevista o por lo que dice la persona que te entrevista.
Mirar alrededor de la sala, consultar el reloj o evitar el contacto visual puede hacer que parezcas distraído, o incluso inseguro, y no es la impresión que quieres dar.
Si puedes, controla también los gestos nerviosos, como juguetear con el pelo o con las joyas
Siéntate erguido y demuestra que realmente te interesa lo que dice la persona que te entrevista.
Cualquier otra actitud puede parecer poco profesional, así que esfuérzate en mostrar interés: haz preguntas, asiente con la cabeza y mantén una expresión atenta. Inclinar ligeramente la cabeza también puede ayudarte a parecer más accesible.
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No mientas ni exageres cuando respondas preguntas sobre tus empleos anteriores o tus logros: lo más probable es que te pillen.
En lugar de arriesgarte a que te descubran más adelante, sé sincero. Céntrate en tus logros reales y en aquellas habilidades que puedan ser valiosas para el puesto que solicitas.
A menos que te lo pregunten directamente, no menciones tus opiniones sobre temas controvertidos ni cuestiones personales por las que estés pasando.
No es el momento de hablar de política o de tus problemas con el cuidado de los niños: la conversación debe centrarse en el trabajo.
Escucha con atención las preguntas del entrevistador e intenta no desviarte del tema: responde de forma clara, breve y relevante.
Si divagas y hablas de cosas que no tienen nada que ver, no conseguirás transmitir lo que quieres decir. Y si te das cuenta de que te estás desviando, respira hondo y vuelve a centrarte en la pregunta.
No respondas a las preguntas del entrevistador repitiendo lo que ya has escrito en tu CV, porque puede sonar forzado e incluso incómodo.
En lugar de eso, habla de las habilidades que desarrollaste en tus trabajos anteriores.
Y no lo olvides: lo que más interesa al entrevistador es el resultado final y cuál fue tu papel en él.
No hables mal de tus antiguos jefes o compañeros: puede generar desconfianza y dejar una mala impresión.
Aunque estés deseando irte, evita quejarte del empleador actual o del anterior. La razón por la que solicitas este nuevo puesto siempre debería ser positiva.
Si tu experiencia laboral hasta ahora ha estado llena de retos, aprovecha esta oportunidad para hablar en positivo sobre cómo los superaste.
Exprésate con claridad y de forma objetiva: comparte lo que aprendiste de las situaciones difíciles en tu puesto anterior y cómo puedes aplicar esas habilidades en el nuevo.
No olvides sonreír y mirar a los ojos.
Una parte importante de la entrevista será comprobar si encajas bien con el equipo y el entorno, así que mostrar tu lado más cercano y amable puede ayudar a los entrevistadores a imaginarte en el puesto.
Muestra seguridad manteniendo el contacto visual mientras hablas con los entrevistadores.
Sonreír durante la entrevista y dirigir tus respuestas directamente a la persona que te ha hecho la pregunta (si estás ante un panel) te hará parecer cercano y transmitirá que estás relajado y seguro… aunque por dentro no sea del todo cierto.
No te quedes en blanco ni respondas a las preguntas con un simple "sí" o "no".
Tómate tu tiempo para dar una respuesta adecuada. No hay nada de malo en ganar tiempo con un "déjeme pensarlo" mientras se te ocurre una respuesta. Esto es especialmente útil si te han hecho una pregunta difícil.
No utilices frases vagas como “soy bueno trabajando en equipo” o “me gusta tratar con la gente”.
En su lugar, da ejemplos concretos: cuenta cómo has trabajado en equipo en situaciones reales o cómo has desarrollado al personal a tu cargo en experiencias anteriores.
Evita los silencios incómodos cuando te pregunten si tienes alguna pregunta al final de la entrevista. ¡Prepara algunas de antemano!
Recuerda que hacer preguntas inteligentes sobre la empresa y el puesto demuestra interés y que has investigado bien. Por ejemplo, puedes preguntar sobre el proceso de incorporación, a quién reportarías o qué oportunidades de formación ofrece la empresa.
Y una vez te hayan respondido, aprovecha para reiterar tu interés por el puesto y preguntar cuáles serán los siguientes pasos del proceso. ¡Buena suerte!
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