¿Qué harías si tuvieras acceso a una fortuna ilimitada? Estos afortunados multimillonarios no solo sueñan, sino que están convirtiendo sus ideas más extravagantes en realidad, utilizando su vasto poder económico para crear ciudades utópicas, tanto en la Tierra como... en el espacio.
Sigue leyendo para descubrir seis asombrosas ciudades del futuro a las que están dando forma los multimillonarios de hoy, desde las colonias marcianas de Elon Musk hasta la "gigaciudad" desértica del príncipe heredero Mohammed bin Salman.
Todas las cantidades están en dólares estadounidenses, las cifras en euros son conversiones aproximadas que podrían cambiar.
Adaptado al español por Ana Sabin Paz, redactora en español para loveMONEY.
Por si no fuera suficiente con ser un emprendedor en serie y el propietario de X (antes Twitter), Elon Musk está desarrollando Snailbrook, una ciudad dedicada a los empleados de SpaceX y The Boring Company.
La comunidad está situada cerca de Austin (Texas), donde Tesla, la empresa automovilística de Musk, tiene su sede desde 2021. Los informes sugieren que la persona más rica del mundo se hizo con entre 1.500 y 2.428 hectáreas de terreno para este ambicioso proyecto, y se están construyendo fábricas e instalaciones que darán soporte a las empresas SpaceX y The Boring Company de Musk.
Enclavado a 56 km de Austin, Snailbrook (en la foto) es actualmente modesto, con un puñado de casas remolque y una zona recreativa al aire libre. Sin embargo, esto es solo una muestra de los emocionantes desarrollos que se avecinan.
Musk desveló recientemente los planos del Proyecto Asombroso - Fase I. Revelan que Snailbrook tendrá calles con nombres temáticos de The Boring Company, como Boring Boulevard, Waterjet Way y Cutterhead Crossing, además de 110 viviendas unifamiliares y una escuela Montessori.
Pero las ambiciones de Musk van mucho más allá de Snailbrook: para 2050, también pretende establecer una colonia de Marte autosuficiente para un millón de personas. SpaceX se ha comprometido a hacer que la vida sea multiplanetaria, y Musk quiere utilizar las naves Starship de la empresa para transportar pasajeros y carga al Planeta Rojo durante las alineaciones favorables entre la Tierra y Marte, que se producen cada 26 meses.
Musk ha admitido que la vida de los primeros habitantes de Marte sería “dura” y “peligrosa”, e incluso ha confesado que algunos ciudadanos podrían morir, aunque espera que el encanto de la aventura incite a los exploradores más valientes a asumir el riesgo. Los primeros colonos se encargarían de establecer infraestructuras vitales, como sistemas de soporte vital y hábitats. A largo plazo, Musk prevé una vibrante ciudad marciana con muchas oportunidades económicas para los colonos.
Musk ya ha sugerido varias formas de financiar el audaz proyecto. Entre ellas, el lanzamiento de satélites y el servicio a la Estación Espacial Internacional, que SpaceX ya realiza para generar ingresos. Mientras tanto, otra propuesta para generar dinero son los viajes punto a punto por la Tierra, en los que naves espaciales transportarían a personas por todo el planeta en menos de una hora.
Una cosa es segura: el proyecto será carísimo. Pero Musk ha predicho un futuro en el que los viajes a Marte sean mucho más asequibles, pudiendo costar menos de 200.000 dólares o 192.308 euros por billete.
Sin embargo, la visión futurista de Musk ha causado controversia. Los críticos han expresado su preocupación por todo, desde la viabilidad del proyecto hasta su posible impacto medioambiental, por no hablar de la cuestionable ética de dar prioridad a la colonización de Marte en medio de los importantes retos de la Tierra.
Sin inmutarse, el hombre más rico del mundo ha afirmado recientemente que los seres humanos podrían aterrizar en Marte en cuatro años y que una ciudad autosuficiente podría estar en funcionamiento en solo 20 años.
Elon Musk no es el único multimillonario con aspiraciones a una comunidad espacial. En una presentación de 2019 de su empresa de exploración espacial, Blue Origin, Jeff Bezos reveló grandes ambiciones para construir colonias flotantes en el espacio.
Bezos detalló los planes futuristas de las colonias O'Neill, inspiradas en una propuesta del físico Gerard O'Neill en 1976. Según el fundador de Amazon, estos cilindros giratorios (en la imagen), diseñados para reproducir la gravedad terrestre, podrían orbitar la Tierra y albergar hasta un billón de personas.
Bezos también ha sugerido que las colonias podrían tener niveles de gravedad flexibles, con zonas con gravedad cero para fines recreativos, lo que permitiría a los residentes “volar con sus propias alas”.
Esto puede sonar demasiado bueno para ser verdad, y Bezos ha reconocido que aún no hemos inventado la tecnología necesaria para construir estas colonias espaciales. Sin embargo, se ha comprometido a sentar las bases para las generaciones futuras y su compromiso comienza con el módulo de aterrizaje Blue Moon, una nave espacial diseñada para transportar cargas útiles y personas a la superficie lunar. La nave podría desempeñar algún día un papel fundamental en la construcción de la infraestructura para las colonias espaciales flotantes.
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De vuelta a la Tierra, el exejecutivo de Walmart Marc Lore tiene planes visionarios para una ciudad sostenible en el desierto de EE.UU. Según Lore, la utópica ciudad de Telosa sería una mezcla ganadora de la limpieza de Tokio, la diversidad de Nueva York y los servicios sociales de Estocolmo.
Con una superficie de 60.705 hectáreas, Telosa albergaría a cinco millones de personas una vez terminada. Aún se están estudiando las ubicaciones, con Nevada, Utah, Texas y Arizona entre los posibles candidatos.
Diseñada como una "ciudad de 15 minutos", los residentes podrían acceder al trabajo, la escuela y los servicios a poca distancia de sus casas. Promete una arquitectura respetuosa con el medio ambiente, una producción de energía sostenible y un sistema de agua resistente a la sequía.
Sorprendentemente, se calcula que la ciudad podría alcanzar su población objetivo de cinco millones de personas en las próximas cuatro décadas.
La fase inicial de construcción, que albergará a 50.000 residentes en 607 hectáreas, costará unos 25.000 millones de dólares (24.038 millones de euros). Mientras tanto, el coste total del proyecto se estima en la asombrosa cifra de 400.000 millones de dólares (384.615 millones de euros).
Al parecer, la financiación procederá de muchas fuentes, como inversores privados, filántropos, subvenciones federales y estatales y ayudas al desarrollo económico. Si el desarrollo se desarrolla según lo previsto, Telosa podría dar la bienvenida a sus primeros afortunados residentes en 2030.
El multimillonario de la tecnología Peter Thiel es el inversor y fundador del Instituto Seasteading, creado en 2008. Esta organización sin ánimo de lucro aboga por el desarrollo de ciudades flotantes en el océano. Se prevé que estas comunidades marinas pioneras sean restauradoras del medio ambiente y proporcionen a sus residentes cierto grado de autonomía política.
Más que construir comunidades marinas flotantes, el objetivo del instituto es apoyar y capacitar a otros para que emprendan iniciativas de este tipo. La imagen muestra el arte conceptual del Instituto Seasteading, que ofrece una idea de cómo podrían ser estas comunidades.
Por ejemplo, el Seasteading Institute apoya a Arktide, una empresa de seasteading ecológica con sede en Florida que se ha comprometido a construir viviendas asequibles en los mares.
Arktide pretende establecer infraestructuras marinas sostenibles que satisfagan las necesidades básicas de la humanidad, al tiempo que fomentan el florecimiento de la vida oceánica. La empresa trabaja actualmente en diseños innovadores centrados en la seguridad y la asequibilidad para particulares y empresas que estén considerando trasladarse a los mares.
Además, Arktide participa en el concurso Carbon Removal XPRIZE, dotado con 100 millones de dólares (96,154 millones de euros), con el objetivo de eliminar más de una gigatonelada de carbono de la atmósfera terrestre mediante procesos oceánicos naturales.
El arte conceptual de Arktide (en la imagen) muestra una pequeña casa flotante equipada con paneles solares. ¿Podría ser esta startup el primer paso hacia la creación de ciudades flotantes plenamente realizadas, en línea con la visión del Instituto Seasteading? Solo el tiempo lo dirá...
Neom es el asombroso desarrollo urbanístico que está tomando forma en el desierto de Arabia Saudí.
Anunciado en 2017 y con un coste previsto de 1,5 billones de dólares (1,442 billones de euros), el alucinante megaproyecto tiene casi el tamaño de Bélgica y consta de varias regiones futuristas. Entre ellas se encuentra La Línea, una megaciudad lineal en espejo con una población prevista de nueve millones de habitantes.
Neom comprenderá 10 regiones que abarcan unos increíbles 27.348 kilómetros cuadrados en la provincia de Tabuk, al noroeste de Arabia Saudí, que limita con el Mar Rojo y el Golfo de Aqaba. El emplazamiento es aproximadamente del tamaño de Albania y casi tan grande como Bélgica.
Las regiones propuestas por Neom incluyen un destino de playa insular, una estación de esquí de montaña, una ciudad portuaria industrial flotante, un rascacielos de ultralujo invertido y la ya mencionada The Line, una ciudad lineal espejada que posiblemente sea la parte más ambiciosa -por no decir la más cara- del proyecto.
Sin embargo, aunque la construcción de la obra está en marcha, los planes para The Line se han reducido drásticamente. Según un informe de Bloomberg, en 2030, la ciudad propuesta, de 170 kilómetros de longitud, se extenderá solo 2,5 kilómetros. Y aunque estaba previsto que The Line albergara a 1,5 millones de personas al final de la década, solo 300.000 residentes habitarán el proyecto.
Una larga lista de expertos opina que el megaproyecto es poco realista y que es improbable que se lleve a cabo en su totalidad.
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