¿Alguna vez has querido vivir en la cima de un árbol, lejos del ajetreo y el bullicio, con vistas espectaculares a algunos de los paisajes más bellos del mundo? Estos lujosos retiros ofrecen precisamente eso, sin renunciar a ninguna de las comodidades que esperarías de una impresionante casa conceptual.
Desde selvas tropicales hasta atmosféricos bosques de pinos, haz clic o desplázate para descubrir algunas de las casas-árbol más increíbles del mundo.
Adaptado al español por Alba Mora Antoja, Redactora en Español para loveMONEY.
Escondida dentro de una densa selva tropical en el estado brasileño de Minas Gerais, al sureste del país, la Casa Açucena parece un espejismo a primera vista, flotando sin esfuerzo entre las copas de los árboles.
El proyecto planteó un reto a sus arquitectos, la empresa brasileña TETRO: cómo crear una casa en el corazón del mundo natural sin dañar el paisaje circundante.
El estudio de arquitectura decidió que el aspecto y la sensación de la casa debían estar guiados por su entorno forestal. De acuerdo con esta filosofía, la vivienda se diseñó para ocupar los espacios vacíos entre los árboles, dando lugar a una estructura cúbica y modular.
Fotografiada aquí por Jomar Bragança, la casa está elevada unos 14,9 metros sobre el nivel del suelo, sobre soportes de columnas negras que se asemejan a los troncos de los árboles que la rodean. El exterior es de un blanco brillante, concebido por los arquitectos como una flor blanca en medio de la naturaleza.
El ecosistema de la selva tropical continúa ininterrumpidamente bajo la casa (no se taló ni un solo árbol en la construcción) mientras se despliega nueva vida en el dosel.
El interior abarca unos 500 metros cuadrados de espacio habitable moderno contenido en módulos que se apilan e irradian entre sí. En la cocina, las paredes de armarios de madera veteada están flanqueadas por ventanas del suelo al techo que enmarcan la corteza rugosa de los troncos de los árboles.
Sorprendente en su lejanía, esta imagen capta la vista desde uno de los cuartos de baño, dando una idea de la densidad de la selva tropical circundante.
El lujoso espacio presenta grandes losas de mármol veteado en el suelo y el techo, mientras que un voladizo de hormigón protege el lavabo del resplandor del pleno sol.
Esta casa se encuentra a 2.134 metros sobre el nivel del mar, en las montañas Wasatch, en Summit Park, una comunidad de montaña a las afueras de Park City, en el estado norteamericano de Utah.
Conocida como MapleHaus, la casa familiar fue diseñada por el estudio de arquitectura KLIMA, con sede en Utah, que trató de crear un refugio en el bosque que adoptara un diseño audaz y contemporáneo, materiales modernos y los principios de la Casa Pasiva, un marco que establece normas de rendimiento energético para los edificios nuevos.
Los muros de doble taco de 30,5 cm de grosor envuelven la casa del bosque con un aislamiento impresionante, mientras que las ventanas de triple acristalamiento mantienen alejado el frío cortante en los meses de invierno.
La casa tiene una base de hormigón, pero los pisos superiores están revestidos de acero corten ondulado, diseñado para envejecer y patinarse con el tiempo y la exposición a los elementos. Más que una elección estética, ayuda a que la casa sea resistente al fuego y una elección inteligente para los veranos abrasadores, ya que el revestimiento es capaz de soportar altas temperaturas sin corroerse.
En el interior, el plano de la casa abarca 2unos 230 metros cuadrados de espacio habitable en tres niveles, incluidos cuatro dormitorios y tres cuartos de baño.
La casa se diseñó utilizando una cuadrícula de 3,7 metros por 3,7 metros, lo que ayudó a los arquitectos a aprovechar al máximo el espacio disponible en la parcela de 0,3 hectáreas, minimizando al mismo tiempo el desperdicio de materiales.
El encargo exigía una paleta de materiales mínima en toda la casa. En consecuencia, las zonas de estar presentan madera clara en suelos, paredes y techos, mientras que los detalles en blanco y negro añaden estructura al interior. En la cocina, los armarios de color carbón de Poliform zonifican el espacio funcional, ofreciendo un contraste espectacular con los tonos suaves del pino.
Sin embargo, lo que más impresiona son sin duda las increíbles vistas de los bosques, que se aprecian desde los ventanales del suelo al techo.
Enclavada en la densa selva de la costa del Pacífico de Costa Rica, esta extraordinaria casa fue creada por Olson Kundig, un estudio de arquitectura global con sede en Seattle.
La propiedad se distribuye en tres niveles, cada uno de los cuales ofrece una vista única de la selva. La planta baja está al mismo nivel que el suelo de la selva, la planta intermedia está enclavada entre el follaje y el nivel superior se eleva por encima del dosel, capturando impresionantes vistas de la playa cercana.
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Los propietarios de esta casa-árbol de 200 metros cuadrados son surfistas y activistas medioambientales, por lo que los arquitectos se aseguraron de que sus personalidades e intereses quedaran reflejados en su hogar.
Diseñada como una cabaña al aire libre para surfistas, la casa funciona con energía solar y utiliza materiales locales sostenibles: está construida totalmente con madera de teca recogida en la zona.
La casa funciona de forma pasiva, expuesta por completo a los elementos del clima templado de Costa Rica mediante un sistema de contraventanas de madera, como se ve aquí en el comedor, bellamente minimalista. Las paredes de lamas permiten que la luz del día y el aire fresco entren en la casa, al tiempo que ofrecen intimidad a los propietarios.
Un sistema de recogida de agua de lluvia reduce aún más el impacto medioambiental de la casa.
Una terraza exterior ofrece un espacio para relajarse y reflexionar después de un día en las olas. Las enormes vigas son de madera de cenízaro, un árbol autóctono de Costa Rica. Es más sólida que la teca, la madera utilizada en el resto de la casa, pero tiene un veteado similar.
Oculto en los bosques de Fréhel, en la región francesa de Bretaña, el estudio de arquitectura Atelier Victoria Migliore, con sede en París, creó en 2018 esta extraordinaria casa familiar entre los árboles.
Construida sobre suelo arenoso, la estructura de 84 metros cuadrados está elevada del suelo del bosque sobre pilotes atornillados a gran profundidad, lo que minimiza el impacto de la casa en el paisaje rural y protege los sistemas radiculares de los árboles circundantes.
Revestida de madera ennegrecida, la casa se confunde con los oscuros troncos de los árboles del pinar circundante: la estructura parece estar en casa en plena naturaleza. Desde el exterior, los destellos de madera rubia de los espacios habitables crean una audaz yuxtaposición.
El interior de la casa se organiza en torno a una fuente de agua alicatada que discurre entre el salón (con su elegante chimenea suspendida) y la cocina y el comedor. Las vigas de madera de los techos se han dejado a la vista, mientras que las ventanas del suelo al techo permiten que entre el aire libre.
En la entrada de la casa, se instaló una cubierta alrededor de un árbol existente, convirtiéndolo en un llamativo elemento natural.
Sorprendentemente, la casa se construyó sin talar ni un solo árbol. Los arquitectos tallaron nichos en el edificio para no perturbar el crecimiento de los pinos circundantes.
Más madera carbonizada reviste las paredes del dormitorio, difuminando aún más la frontera entre el interior y el exterior. El mobiliario sencillo y la paleta de colores neutros permiten que la vista del bosque sea la protagonista.
Este apacible espacio conduce a una terraza exterior, que tiene dos columpios unidos a su base que cuelgan sobre el suelo del bosque. ¡Es el lugar perfecto para sumergirte por completo en la naturaleza!
El estudio de arquitectura sudafricano Malan Vorster diseñó esta increíble casa para un cliente que quería un escondite estilo cabaña que se pareciera a una casa en un árbol.
Situada en el suburbio de Constantia, en Ciudad del Cabo, la impresionante casa se construyó deliberadamente en una pendiente pronunciada para que quedara por encima de la arboleda del bosque, lo suficientemente alta como para vislumbrar unas vistas impresionantes del paisaje circundante.
Formada por cuatro torres cilíndricas elevadas sobre pilotes, la propiedad ofrece vistas de 360 grados en todas direcciones desde sus amplios ventanales.
Los materiales utilizados para construir la casa (madera de cedro rojo occidental y soportes de vigas de acero) se curtirán de forma natural con el tiempo, permitiendo que la estructura se integre en el bosque que la rodea.
Esta sala de estar y cocina de planta abierta ocupa la primera planta de la casa. El mobiliario minimalista en una paleta neutra deja que hablen las cálidas paredes y suelos de cedro y las impresionantes vistas de las copas de los árboles. Las marcadas líneas negras de la estufa de leña, la mesa auxiliar y la lámpara de pie hacen eco de las vigas industriales de acero que enmarcan las ventanas.
Cerrado por una balaustrada de cristal, el dormitorio principal de la segunda planta se diseñó para que sirviera de mirador y ofreciera unas vistas impresionantes de los árboles de abajo. El armazón de la cama y la mesilla de noche están ingeniosamente empotrados en la pared, creando un acabado mínimo y sin juntas. El cuarto de baño está escondido en un rincón detrás de la cama.
En el nivel superior, hay una terraza en el tejado con un asiento empotrado, el punto de vista perfecto para disfrutar de las vistas del bosque.
Situada en el monte de Scotland Island, una pequeña isla frente a la costa de Sídney (Australia), esta magnífica casa se diseñó para que se fundiera con su ubicación en el bosque. Sam Crawford Architects ideó un diseño sensible para el exterior que utiliza revestimientos que no requieren de mucho mantenimiento. Se usó una madera autóctona de Australia para difuminar la frontera entre naturaleza y arquitectura.
El proyecto tenía sus retos. A la Scotland Island solo se puede acceder en barco, por lo que el equipo tuvo que recurrir a materiales de construcción ligeros para dar vida a la casa. Sin embargo, el resultado es realmente impresionante.
Este refugio en la ladera de una colina, un homenaje a los bosques, fue uno de los ganadores de los Premios de Diseño en Madera de Austalia 2020, alzándose con el galardón a la Mejor Casa Nueva.
La configuración de la casa se ha diseñado para optimizar las vistas de la bahía de Pittwater y del cercano Parque Nacional de Ku-ring-gai Chase. En consecuencia, las salas de estar están situadas en la planta superior en una posición privilegiada, mientras que los dormitorios están situados en la planta inferior.
En contraste con la fachada apagada de la casa, el interior es luminoso y lleno de luz. En esta cocina, comedor y salón de planta abierta, las ventanas cenitales que siguen la línea escalonada del tejado ofrecen instantáneas del bosque exterior, al tiempo que canalizan la luz natural hacia el interior del espacio.
La importancia de la madera se percibe en todos los espacios. Con una estética elegante de mediados de siglo, el suelo de madera, los armarios de la cocina y la barra de desayuno crean una conexión visual con el paisaje exterior.
En uno de los dormitorios, un rincón acristalado da la ilusión de dormir entre las copas de los árboles.
Se ha prestado tanta atención a la eficiencia de la casa como a su aspecto. La vivienda está increíblemente bien aislada y todos los dormitorios, cuartos de baño y salones se benefician de ventilación cruzada natural. Además, los depósitos de recogida de aguas pluviales permiten reciclar y reutilizar el agua de lluvia en toda la casa y sus terrenos.
En parte nave espacial, en parte cabaña del bosque, esta maravillosa casa escondida en la campiña inglesa ofrece un bienvenido respiro del ajetreo y el bullicio. Situada en el corazón de los Cotswolds, una pintoresca región en el centro del suroeste de Inglaterra, la moderna casa del árbol está disponible para que los veraneantes la alquilen a través de TreeDwellers.
Con su robusto revestimiento de color óxido, la elevada estructura está casi camuflada entre los troncos de los árboles circundantes, como si formara parte natural del terreno boscoso.
Pequeño pero poderoso, el interior curvo combina un diseño depurado con comodidades. El suelo, las paredes, el techo y los armarios de la cocina están cubiertos de madera de pino, un sutil guiño a los paisajes boscosos del exterior.
Además de una estufa de leña rústica, la casa está equipada con calefacción por suelo radiante y tecnología punta, como un sistema de altavoces integrado, una tableta y un televisor inteligente.
Los espacios habitables están situados en un extremo de la propiedad, mientras que el dormitorio y el cuarto de baño se encuentran en el extremo opuesto. Paredes de ventanales enmarcan la maleza y los árboles circundantes como obras de arte, atrayendo el bosque al interior.
Una media pared acristalada separa la bañera exenta de la zona de dormir. Imagínate tumbarte entre las burbujas, disfrutando de esas impresionantes vistas.
En el centro de esta casa excéntrica hay una terraza acristalada, el lugar ideal para disfrutar de las vistas y los sonidos del bosque tras un largo día explorando la naturaleza.
Sorprendentemente, la singular estructura cilíndrica está hecha de materiales reciclados y naturales, junto con productos reciclables, lo que ayuda a reducir su huella medioambiental y apoya las prácticas de construcción sostenibles.
Mientras que algunas casas en el bosque se diseñan para integrarse perfectamente en el paisaje natural, esta innovadora cabaña del estudio canadiense Kariouk Architects se diseñó para destacar. El estudio sostiene que una separación entre la arquitectura y el entorno orgánico puede ofrecer un modelo más sostenible para la construcción de casas en la naturaleza.
De acuerdo con la ética de los arquitectos, la casa flota entre las copas de los árboles, sostenida por un único mástil de acero y una pequeña zapata de hormigón. Al crear puntos de contacto mínimos con el paisaje, la casa protege la flora y la fauna del lugar y ayuda a evitar la erosión de la ladera.
Aunque la casa se distingue del bosque circundante, está en armonía con él, elevada unos 19,8 metros sobre el nivel del suelo en la copa de los árboles.
La estructura de la cabaña está hecha de paneles de madera contralaminada de bajo contenido en residuos y vigas laminadas. La unidad se prefabricó fuera de la obra y luego se elevó hasta su lugar para evitar dañar el paisaje con grandes máquinas de construcción.
Con techos abovedados de 3,7 metros de altura revestidos de madera vista, la casa parece espaciosa y ventilada. El cristal del suelo al techo envuelve las paredes sur y este, bañando el interior de luz natural que cambia a lo largo del día.
La planta es abierta, diseñada como un corredor de espacio que se vuelve cada vez más privado a medida que pasas del salón y la cocina, en la parte delantera de la cabaña, al dormitorio y el cuarto de baño, en la parte trasera.
Además de su estufa de leña de alto rendimiento, la cabaña se mantiene a una temperatura agradable todo el año gracias al innovador diseño de su pared acristalada orientada al sur. En los meses de verano, la copa del árbol protege el interior del sol ardiente. Mientras, en los meses de invierno, las ramas desnudas permiten que la luz del sol penetre y caliente los espacios habitables.
Además de proporcionar un lugar acogedor para vivir a sus residentes, la cabaña también ofrece un hogar a los murciélagos pardos de la región. Se integraron vainas para murciélagos en el mástil metálico de soporte para dar a esta especie en peligro de extinción un espacio seguro donde posarse.
Construida en 2014, esta casa de vacaciones en la isla neozelandesa de Kawau, en el golfo de Hauraki, se hunde en su boscoso e inclinado emplazamiento. La llamativa casa fue concebida por Dorrington Atcheson Architects como refugio para una familia de cuatro miembros.
La estructura consta de dos pabellones revestidos de tablillas de cedro y contrachapado negro en contraste. Escondida entre los árboles, se diseñó en torno a su espectacular vista del promontorio, el puerto de Bon Accord y el océano más allá.
La forma escalonada de la casa da paso a un interior cuidadosamente organizado, que se divide en dos mitades: los espacios de vida abiertos y comunes y los dormitorios más privados.
Una cubierta escalonada abraza las zonas de estar, siguiendo los contornos del terreno. Culmina en un mirador a modo de embarcadero que se eleva en la parte delantera de la casa, con vistas al agua resplandeciente de la bahía.
Con una superficie de 120 metros cuadrados, el interior se define por una cálida paleta de madera, desde los techos de cedro hasta las paredes de contrachapado y el suelo de roble macizo.
En la foto se ve el centro social, que comprende la cocina, el salón y el comedor. El techo abovedado crea una abertura triangular para dos claraboyas que atraen la luz a la habitación, mientras que las puertas empotradas permiten que el espacio vital interior se derrame hacia la cubierta.
Grandes ventanales capturan impresionantes vistas del agua y las copas de los árboles, que elevan el interior neutro con sus vivos tonos azules y verdes.
Por otra parte, la zona para dormir en la parte trasera de la casa ofrece más intimidad, con dos dormitorios, cuartos de baño y una innovadora sala de literas, diseñada para canalizar la sensación comunitaria de un camping.
Situada en una región montañosa del estado de Hidalgo, en el centro de México, la Casa Oruç sobresale por la ladera de una colina. La empresa Saavedra Arquitectos, con sede en Ciudad de México, dio vida al proyecto para sus clientes, que pedían una casa que coexistiera con los árboles y la niebla.
El inusual tejado invertido se diseñó pensando en la utilidad, además de en la estética: canaliza el agua de lluvia que baja por la orilla hacia un depósito para reutilizarla en toda la casa.
Fotografiado por Onnis Luque poco después de la finalización de la casa en 2024, el terreno escarpado del solar fue un reto que los arquitectos tuvieron que sortear. La parcela tenía dos puntos de acceso: uno en su punto más alto, en el este, y otro en el más bajo, en el sur.
En lugar de nivelar el terreno, los arquitectos crearon un viaje caprichoso para los residentes y visitantes de la casa. Al acercarse desde el punto más alto del terreno, la casa queda oculta por los árboles. Un puente conecta el punto con la torre de la casa y unas escaleras serpentean por el exterior, hasta llegar a la puerta principal.
Los propietarios querían una casa que reuniera a la gente, en la que los amigos y la familia pudieran reunirse en espacios distintos que formaran parte de una zona común más amplia. El interior de unos 250 metros cuadrados satisface esta petición con su planta espaciosa y abierta, en la que las distintas zonas se entremezclan a la perfección.
Una rica paleta de materiales envuelve el interior, pasando del hormigón visto negro a los bloques de hormigón estriados. En textura y color, las superficies reflejan el agreste bosque del exterior.
La casa de dos plantas tiene un dormitorio, un baño y una sala de estar en la planta baja. En la primera planta hay otros dos dormitorios con baño, junto con la cocina abierta, el comedor y el salón.
En la foto, esta zona de descanso parece el interior de un tronco de árbol, gracias al revestimiento de madera desgastada de las paredes y el techo abovedado. Los grandes ventanales de cristal del suelo al techo, enmarcados en metal negro, añaden un toque industrial al rústico diseño.
Rozando las copas de los árboles de Kongsberg, una histórica ciudad minera del condado noruego de Buskerud, la House Dokka combina principios de construcción respetuosos con el medio ambiente con todas las comodidades de un hogar moderno.
Diseñada por el estudio de arquitectura Snøhetta, con sede en Oslo, la casa consta de dos partes diferentes: un volumen superior negro y un volumen inferior marrón cálido que refleja su proximidad a la tierra. Casi como una ilusión óptica, las dos secciones se equilibran una sobre otra con solo una ligera superposición.
La sostenibilidad está a la vanguardia del diseño innovador de la casa. De hecho, se calcula que la energía que produzca la casa en los próximos 10 años compensará la energía incorporada de los materiales utilizados para construirla.
Los paneles solares fotovoltaicos están integrados en el tejado, mientras que una bomba de calor geotérmica alimenta la calefacción por suelo radiante. Ingeniosamente, el sistema puede invertirse en los meses de verano para ayudar a enfriar la casa.
La estructura de la casa, que consiste en madera laminada cruzada y madera laminada encolada, se exhibe en todo el interior. Un techo abovedado a la vista se eleva sobre la cocina en un espectacular marco en A. Azules intensos y verdes suaves contrastan con la madera despojada.
En total, la casa abarca 190 metros cuadrados de alojamiento. Aprovechando al máximo las vistas de la ladera, las principales zonas de estar están situadas en la planta superior, junto con el dormitorio principal y un cuarto de baño. El nivel inferior alberga otros tres dormitorios, un despacho y otro cuarto de baño.
La casa no se ideó pensando solo en su propia vida útil. El ingenioso diseño de la estructura, que se mantiene unida con tornillos en lugar de clavos, puede desmontarse fácilmente cuando ya no se necesite la vivienda, reciclando los materiales y dándoles un nuevo uso. Además, esta construcción única ayuda a garantizar el futuro de la casa: los residentes pueden ampliarla y modificarla en el futuro con relativa facilidad.
Estos chalets elevados forman parte de una nueva urbanización de casas de vacaciones. Se están construyendo en Thurn Pass, una región de esquí del estado occidental de Tirol, en Austria. El estudio italiano Peter Pichler Architecture está supervisando el diseño, que incluirá seis lujosas suites de madera encaramadas entre las copas de los árboles.
Ampliación de un hotel cercano, el diseño único es un giro moderno de la arquitectura tradicional de un chalet austriaco, que ofrece escapismo dentro de un dosel cubierto de nieve.
Diseñadas con varios planos de planta que van de los 60 a los 80 metros cuadrados, las suites serán accesibles mediante una escalera exterior o un ascensor de cristal.
Al abrigo del armazón de madera, las unidades contarán con un espacio habitable acristalado que ofrecerá vistas sin obstáculos del paisaje alpino. De este modo, el proyecto eliminará literalmente la división visual entre interior y exterior, aumentando la conexión de los turistas con la naturaleza.
Cada chalet tendrá un salón con chimenea, un dormitorio y un gran cuarto de baño, con bañera independiente, sauna, fuente de hielo y ducha de sensaciones.
En la foto, los planos de la zona de descanso muestran paredes acristaladas del suelo al techo que enmarcan las cumbres de los árboles circundantes. La complejidad de la carpintería se hace patente en el voladizo, que dará cobijo a una terraza acristalada.
El intrincado exoesqueleto de madera que sostendrá y envolverá las suites es una auténtica obra de arte. Además de ofrecer estabilidad, la estructura de celosía creará intimidad para los veraneantes, protegiéndolos de las vistas de los chalets vecinos, al tiempo que permite que la luz natural se filtre en los espacios habitables.
Eso sí que es vivir la buena vida.
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