Dennis Hope, un antiguo vendedor de coches usados de California, reclamó la propiedad de la Luna en 1980. Desde entonces se dice que ha ganado $12 millones (unos 11,2 millones de euros) "vendiéndola" por hectáreas.
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Todas las cantidades están en dólares estadounidenses, las cifras en euros son conversiones aproximadas que podrían cambiar.
Adaptado al español por Alba Mora Antoja, Redactora en Español para loveMONEY.
Antes de que se le ocurriera esta idea multimillonaria, Hope trabajó como vendedor de coches usados, actor y ventrílocuo. Su arriesgado número de cabaret le hizo darse cuenta de que podía decir casi cualquier cosa y salirse con la suya, siempre que sonriese.
Un día de 1980, un Hope recién divorciado y arruinado pensaba que podría generar algo de dinero si dispusiera de una cartera de propiedades que explotar. Mirando por una ventana cercana, le llamó la atención la Luna, y nació una idea descabellada.
¿Y si pudiera reclamar la propiedad del cuerpo celeste y ganar dinero vendiendo la tierra? Que él supiera, nadie poseía ni había reclamado la Luna, así que estaba disponible. Hope fue a la biblioteca local en busca de pruebas que respaldaran su afirmación.
Consiguió una copia del Tratado de la ONU sobre el Espacio Ultraterrestre de 1967 y se centró en el Artículo II, que afirma: “El espacio ultraterrestre, incluso la Luna y otros cuerpos celestes, no podrá ser objeto de apropiación nacional por reivindicación de soberanía, uso u ocupación, ni de ninguna otra manera.”
El vendedor de coches usados lo interpretó en el sentido de que, aunque los países no pueden reclamar tierras en la Luna, no ocurre lo mismo con los particulares. Hope había descubierto lo que consideraba una astuta laguna jurídica y decidió reclamarla allí mismo.
Redactó un documento declarando la propiedad de la Luna, así como de otros ocho planetas y sus lunas, en el que manifestaba su intención de vender parcelas de tierra. Tras varios intentos, consiguió registrar su reclamación en la oficina local del gobierno de Estados Unidos.
Lleno de confianza ahora que había conseguido registrar oficialmente su reclamación, Hope la envió descaradamente a la sede de la ONU en Nueva York, así como al gobierno de la Unión Soviética. Ni que decir tiene que nunca recibió respuesta.
Suponiendo que la falta de respuesta era una aprobación tácita de su descabellado plan, en su mente Hope era ahora el legítimo propietario de la Luna y de otros ocho planetas del sistema solar. Entonces, se dispuso a dividir sus adquisiciones en parcelas y a formular escrituras.
Hope empezó vendiendo trozos de la Luna en los bares de su barrio. “Me sentaba en los bares, con un lote de hechos en mi abrigo”, dice. “Me ponía a hablar con alguien y cuando me preguntaban a qué me dedicaba, les decía: 'Vendo la Luna'".
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Al darse cuenta de que tenía un mercado para su plan, Hope registró el término “Lunar Embassy”, o Embajada Lunar. En 1995, ya ganaba suficiente dinero vendiendo terrenos en el espacio exterior como para renunciar a su trabajo diario y centrarse al 100% en su bebé, creando al mismo tiempo una página web llamada MoonShop.
Hope nunca ha tenido problemas para atraer publicidad para su plan. La Embajada Lunar ha aparecido en la televisión de más de 180 países, en unos 80 canales de televisión diferentes, como la CNN, la NBC y la BBC.
La parcela más barata disponible en la web de la Embajada Lunar, una sola hectárea, tiene un precio de unos $50 (unos 47 €), mientras que la más cara, una extensión de territorio “del tamaño de un continente” de 2,1 millones de hectáreas, está a la venta por la friolera de $13,3 millones (unos 12,4 millones de euros).
No contento con vender parcelas en la Luna y los planetas del sistema solar, Hope también vende nombres de dominio extraterrestres con sufijos como .moon y .mars a través del sitio de la Embajada Lunar.
Hope afirma tener más de seis millones de clientes que poseen 611 millones acres (247 millones de hectáreas) de terreno en la Luna; 325 millones de acres (131,5 millones de hectáreas) en Marte; y una combinación de 50,6 millones hectáreas en Venus, Ío (una de las lunas de Júpiter) y Mercurio.
El negocio va viento en popa, según Hope, que no prevé que las ventas se ralenticen pronto. Afirma estar vendiendo la asombrosa cifra de 1.500 propiedades lunares al día, y algo más.
Las parcelas de tierra en la Luna son propiedad de todos los grupos de edad, desde niños pequeños hasta ancianos. El terrateniente lunar más joven es un alemán de dos años y el mayor tiene 97.
La Embajada Lunar cuenta con toda una serie de famosos de la lista A entre su abultada clientela (675 en total). Entre los que supuestamente están destacan Tom Cruise, John Travolta y Nicole Kidman.
No solo la flor y nata de Hollywood ha podido resistirse a comprar un terreno en la Luna. Hope afirma que tres ex presidentes de Estados Unidos (Jimmy Carter, Ronald Reagan y George W. Bush) han comprado parcelas de la Embajada Lunar.
Hope se jacta de que 1.800 grandes empresas han adquirido enormes extensiones de la Luna a la Embajada Lunar. De hecho, ha dicho que las cadenas Hilton y Marriott están entre ellas, presumiblemente asegurándose terrenos para ese primer hotel lunar.
No todas las partes de la Luna están a la venta. Hope ha considerado que las regiones polares están fuera de los límites, ya que contienen las reservas de agua congelada de la Luna. De hecho, jura que ha rechazado una oferta multimillonaria para salvaguardar las futuras reservas de H20.
Hope fundó el Gobierno Galáctico en 2004, que tiene su propia constitución, ratificada ese mismo año por 173.562 terrestres extraterrestres. Hope ha llegado a afirmar que el Gobierno Galáctico mantiene relaciones diplomáticas con más de 30 gobiernos terrestres.
Según Hope, el Gobierno Galáctico ha creado su propia moneda, que está respaldada por las reservas de helio de la Luna. Según él, valen $6 cuatrillones (unos 5,6 cuatrillones de euros).
Si eso no te parece lo suficientemente fuera de lo común, Hope dice que en 2009 el Gobierno Galáctico patentó una nave espacial que puede viajar a la Luna en 30 minutos, aunque todavía no se ha lanzado.
Una vez que el servicio de lanzaderas esté en funcionamiento, Hope tiene la intención de construir una ciudad piramidal en la Luna que albergue a 70.000 personas. La estructura tendrá 2,5 km de altura y contendrá la friolera de unos 5.760 millones de km2 de espacio habitable.
Contrariamente a lo que él piensa, Hope no fue la primera persona en reclamar la propiedad de la Luna, y ni siquiera es la segunda o la tercera. De hecho, la gente lleva haciéndolo cientos de años, siendo la reivindicación más antigua la de la familia Jurgen de Alemania, que data de 1756.
Los expertos en derecho espacial han opinado sobre el asunto y son malas noticias para Hope. Tanja Masson-Zwaan, subdirectora del Instituto Internacional de Derecho Aeronáutico y Espacial, ha declarado a la revista National Geographic que los tratados de la ONU se aplican tanto a las personas como a los países, lo que anula la reclamación de Hope.
Frans von der Dunk, el mayor experto mundial en derecho espacial, está de acuerdo. El respetado abogado ha descrito la autoproclamada propiedad de Hope sobre la Luna y los planetas del sistema solar como “una afirmación hueca o un fraude”.
Aunque la mayoría de los expertos coinciden en que la afirmación de Hope es ilegal, Henry Hertzfeld, analista espacial del Instituto de Política Espacial de la Universidad George Washington, ha explicado a la cadena CNN que el tratado de 1967 es inaplicable y que las afirmaciones de Hope son difíciles de contrarrestar desde un punto de vista jurídico.
Los gobiernos han intentado demandar a Hope, pero no lo han conseguido. Alemania y Suecia intentaron acusarle de fraude, pero ambos casos fueron desestimados por cuestiones de jurisdicción y ejecución.
Aunque Alemania y Suecia no tuvieron suerte demandando a Hope, la Embajada Lunar está prohibida en China. Las autoridades prohibieron el plan acusándolo de “especulación y locura”. Una interesante elección de palabras…
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