Cualquier dueño de mascota te dirá que la vida con un amigo peludo es mucho más divertida, pero también, menos predecible. Aunque podemos hacer todo lo posible para mantener a salvo a nuestras mascotas, los accidentes ocurren. Hay un montón de peligros ocultos en nuestras casas que muchas veces pasamos por alto.
Haz clic o desplázate para ver nuestra guía con algunos de los peligros más comunes que tu mascota puede encontrar en tu casa y jardín.
*Pide siempre consejo a tu veterinario si no estás seguro de si algo puede ser peligroso o si te preocupa la salud o seguridad de tu mascota.
Adaptado al español por Sara Piquer Martí, Editora en Español para loveMONEY.
Los perros y gatos son naturalmente curiosos, lo que a menudo los lleva a meterse en lugares donde no deberían estar. Si tienes un balcón, es probable que tu mascota quiera asomarse para explorar el entorno. Sin embargo, aunque la balaustrada sea de cristal, un gato (y en ocasiones también un perro) podría saltar fácilmente sobre ella y correr el riesgo de caer.
Si prefieres dejar que tu mascota explore con libertad, asegúrate de proteger cualquier barandilla abierta o balaustrada baja con una pantalla robusta de bambú o caña. Aunque la mejor manera de mantenerla segura es evitar que salga al balcón, especialmente sin supervisión.
Puede parecer evidente, pero una ventana abierta puede ser una tentación para perros y gatos curiosos. Al fin y al cabo, nuestras mascotas pueden disfrutar tanto como nosotros de observar el entorno. Esto puede llevarlos a acercarse demasiado al borde y correr el riesgo de caerse.
Entendemos que el aire fresco y la ventilación son esenciales, especialmente en verano. En lugar de mantener las ventanas completamente cerradas, puedes abrirlas hasta la posición de cierre, lo que permitirá que circule el aire sin que tu mascota pueda salir.
Otra opción es instalar mosquiteras de seguridad en las ventanas o contraventanas con lamas ajustables que permitan la entrada de aire, creando al mismo tiempo una barrera protectora para tu mascota.
Cuando estás comprando cortinas para las ventanas, probablemente lo último en lo que piensas es si el producto que estás comprando es seguro para las mascotas. Pero, por desgracia, los gatos juguetones pueden quedar atrapados en ciertos tipos de persianas y sus cordones pueden suponer un gran riesgo de estrangulamiento.
Sin embargo, en muchas partes del mundo existen normas de seguridad que garantizan que las persianas son seguras para los niños y niñas, por lo que las persianas modernas también deberían ser seguras para las mascotas. Las persianas modernas con cordón de lazo tienen un clip para fijar el cordón a la pared o un dispositivo de seguridad que suelta el cordón si se ejerce demasiada presión sobre él. Investiga siempre antes de comprar persianas.
Para muchas mascotas, explorar nuevas áreas de la casa es una experiencia emocionante. Sin embargo, las escaleras pueden representar un riesgo, especialmente si hay una barandilla en mal estado o grandes huecos entre los balaustres por donde un gato, perro o incluso un conejo podría colarse y caer.
Para evitar accidentes, considera instalar una barrera en la parte inferior de los escalones para impedir que tu mascota suba, o añade protecciones de seguridad a la barandilla. Además, ten en cuenta que las escaleras de madera pueden ser resbaladizas; colocar una alfombra antideslizante mejorará la tracción de tu mascota al subir y bajar.
Ya hemos mencionado que las escaleras de madera pueden ser resbaladizas para las mascotas, pero también lo pueden ser los suelos de madera. A todos y todas nos ha pasado alguna vez: vamos por casa en calcetines y resbalamos en el suelo, a veces incluso llegando a caernos.
Pues a las mascotas les pasa lo mismo, y los suelos lisos y brillantes pueden ser especialmente resbaladizos para los animales. Una alfombra antideslizante o una alfombrilla de pasillo podrían evitar que todos los miembros de tu familia tuvieran un accidente.
Todos los animales son curiosos y les encanta explorar, lo que les hace tan entrañables. Sin embargo, si se meten por un hueco o agujero del que no pueden escapar, podrían quedar atrapados e incluso resultar heridos.
Los perros —sobre todo los cachorros—, los gatos e incluso las mascotas más pequeñas, como hámsteres y conejos, pueden meterse fácilmente por un pequeño hueco detrás de los armarios de la cocina o del dormitorio. Por eso, asegúrate de bloquear cualquier hueco de entrada con paneles de madera resistentes u objetos pesados que no puedan pasar a hurtadillas.
A los cachorros no hay nada que les guste más que morder todo lo que tienen a la vista, aunque otro tipo de mascotas, como roedores y conejos, también pueden mordisquear objetos domésticos.
Por eso, los cables y alambres eléctricos sueltos pueden suponer un riesgo para la salud de tu mascota. Si mordisquea un cable con corriente, puede electrocutarse o quemarse. Por tanto, hay que vigilar atentamente a las mascotas, sobre todo a las más jóvenes, y reducir al mínimo los cables eléctricos sueltos o guardarlos fuera de la vista, o fuera de su alcance.
Los aparatos eléctricos que generan calor, como planchas y alisadores de pelo, pueden causar lesiones si no se usan correctamente. Por eso, es importante dejarlos enfriar, desenchufarlos y guardarlos fuera del alcance de tu mascota, para evitar que los pueda tirar o golpear accidentalmente.
También es recomendable no usar calefactores portátiles en la misma habitación que tu mascota si no puedes estar pendiente todo el tiempo. Podrían volcar el aparato fácilmente, lastimarse o incluso provocar un incendio.
Los juguetes infantiles, especialmente los de plástico, pueden representar un gran riesgo para las mascotas. Muchos están hechos de PVC, que contiene ftalatos, una familia de sustancias químicas tóxicas. Además, algunos juguetes de plástico incluyen BPA (bisfenol A), otra sustancia química industrial dañina que puede llegar al torrente sanguíneo de tu mascota. Es importante recordar que el BPA también puede estar presente en ciertos alimentos enlatados para perros y en cuencos de plástico para mascotas.
Por otro lado, juguetes pequeños y dispositivos electrónicos, como auriculares, representan un peligro de asfixia si tu mascota decide morderlos. Las pilas también son peligrosas, ya que contienen ácidos fuertes que, si se ingieren, pueden causar quemaduras en la boca, la garganta y el estómago, además de dificultar la respiración y la deglución.
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No solo los juguetes pueden dañar a los perros. Muchos objetos personales pequeños que, a veces, quedan tirados por el suelo o por distintas superficies de nuestro hogar, pueden causarles problemas digestivos, obstruirles las vías respiratorias o provocarles infecciones potencialmente mortales.
Objetos como lazos para el pelo, cepillos y pinzas y, los favoritos de todos los perros, los calcetines, pueden ser una mala noticia para las mascotas, así que asegúrate de guardar en un cajón o armario los objetos que puedan masticar o tragar.
La medicación es esencial para muchos, pero solo cuando se toma en las dosis adecuadas y por las razones adecuadas. Los medicamentos humanos, como el ibuprofeno y el paracetamol, pueden ser mortales para perros y gatos. Los suplementos vitamínicos y minerales también son potencialmente peligrosos y deben guardarse fuera de su alcance, en un armario cerrado con llave o en un lugar alto.
Además, solo debes dar a tu mascota medicamentos recetados por el veterinario. Sigue siempre atentamente las instrucciones del envase y, si no estás seguro de algo, ponte en contacto con tu veterinario antes de actuar.
En los últimos años, la palabra “plástico” se ha convertido en un término tabú, y muchas personas buscan maneras de eliminarlo de sus vidas. Esto se debe a que los plásticos se fabrican a partir de materias primas como el gas natural y el petróleo, no son biodegradables y pueden tardar hasta 1.000 años en descomponerse. Además, la contaminación que generan puede envenenar tanto el suelo como el agua.
Por si fuera poco, el plástico representa un grave riesgo de asfixia para todos los animales, por lo que nunca deberías permitir que tus mascotas jueguen con bolsas de plástico o las muerdan. Si un perro se traga una bolsa, puede enredarse en sus órganos o incluso obstruir sus vías respiratorias, lo que le dificultaría respirar. Por lo tanto, asegúrate de que no haya bolsas de plástico en casa o guárdalas en un lugar seguro, fuera de su alcance.
No hace falta decirte que a los perros y gatos les encanta la comida; siempre merodean cuando cocinas o comes, esperando que algún bocado caiga al suelo. Algunos gatos incluso saltan a la encimera para investigar qué hay en el menú. Sin embargo, hay ciertos alimentos que son extremadamente tóxicos para ellos y que no deben consumir bajo ninguna circunstancia.
Muchos alimentos son venenosos tanto para perros como para gatos, como las uvas (y las pasas), el chocolate, la cebolla y el ajo. La cafeína, presente en el té, el café y las bebidas energéticas, también es tóxica para ambos, al igual que el alcohol. Los huesos pueden ser muy peligrosos, ya que pueden causar lesiones en la boca, los dientes, la garganta y el aparato digestivo. Y, a pesar de lo que se suele creer, los gatos nunca deben consumir leche de vaca ni pescado crudo.
Además de exponer a tu mascota al riesgo de tragar plástico, los cubos y bolsas de basura abiertos también pueden invitar a tu amigo de cuatro patas favorito a zamparse la comida y otros objetos que se hayan tirado. La comida mohosa, por ejemplo, es muy tóxica tanto para perros como para gatos.
Por eso, guarda los cubos en armarios cerrados y asegúrate de que tengan una tapa segura que no pueda abrir una pata errante. Si eso no es posible, asegúrate de tirar directamente a un contenedor exterior todo lo que pueda considerarse peligroso.
A los gatos les encanta saltar a las encimeras de la cocina y subirse a los muebles para disfrutar de las vistas. Por eso, es fundamental tener cuidado, ya que los fogones calientes pueden representar una amenaza para ellos. Si estás cocinando, mantén un ojo en tu mascota en todo momento y nunca dejes una olla desatendida sobre el fuego.
Las placas de gas y eléctricas son especialmente peligrosas, mientras que las de inducción son una mejor opción para hogares con niños y mascotas, ya que no utilizan llamas ni calor directo. En estas, la superficie de la cocina permanece fría y solo se calienta la olla, lo que las hace más seguras.
Cualquiera que tenga un gato sabe que las secadoras y lavadoras son lugares perfectos y acogedores para echarse una siesta, especialmente si hay ropa caliente dentro.
Siempre es buena idea ventilar la lavadora después de usarla, así que si dejas la puerta abierta, asegúrate de revisar que tu gato no esté dentro del aparato antes de volver a utilizarlo. Si tu mascota es lo suficientemente espabilada como para abrir las puertas con sus zarpazos, considera instalar un cierre de armario seguro para niños en tus máquinas.
Incluso en la casa más limpia, el retrete es un caldo de cultivo absoluto para gérmenes y bacterias. Por eso es esencial que cierres siempre la tapa, porque un gato o un perro sediento puede tener la tentación de utilizar el retrete como bebedero.
Con toda probabilidad, el agua contendrá gérmenes que podrían enfermar a tu mascota, provocándole trastornos gastrointestinales. Pero también podría contener productos químicos de limpieza potencialmente mortales. Además, las mascotas más pequeñas pueden trepar para investigar y caer en la taza, con el consiguiente riesgo de quedar atrapadas, lesionarse o incluso ahogarse.
Los productos de limpieza pueden representar un gran riesgo para la salud, tanto de las personas como de los animales. Las mascotas suelen jugar con cualquier cosa y pueden ingerir fácilmente sustancias tóxicas que se encuentran en casa, como la lejía, los detergentes para la ropa (especialmente las pastillas de lavado que parecen juguetes) e incluso las hojas de suavizante.
Por ello, es fundamental guardar todos los productos de limpieza bajo llave y fuera del alcance de tus amigos de cuatro patas. Además, ten en cuenta que los productos químicos pueden liberar vapores potentes que, si se inhalan en alta concentración, pueden provocar problemas estomacales o infecciones en las vías respiratorias. Siempre ventila bien la casa cuando estés limpiando y considera cambiar a productos ecológicos o de origen vegetal.
¿Sabías que los productos de belleza también pueden ser tóxicos? Todo, desde el lavado de cara al jabón, la vaselina, la crema solar, el esmalte de uñas y el desodorante, debe mantenerse fuera del alcance de las mascotas.
Muchos utensilios de aseo y belleza también pueden ser peligrosos si se mastican o consumen. Entre ellos están los cepillos de maquillaje, las esponjas, las pinzas, los bastoncillos de algodón y el hilo dental. Así que puede que haya llegado el momento de replantearse las soluciones de almacenamiento de tu cuarto de baño.
No hay nada más acogedor que llegar a casa después de un largo día y encender una vela para crear un ambiente relajante. Sin embargo, es importante recordar que las llamas desatendidas pueden provocar accidentes, especialmente si tu mascota es curiosa.
Además, muchos aceites esenciales pueden ser perjudiciales para los animales. Sustancias como la menta, el árbol del té, el ylang ylang, el eucalipto y la lavanda, que se encuentran a menudo en velas, quemadores de aceite y difusores, pueden ser tóxicas en altas concentraciones si se ingieren o se absorben a través de la piel.
Si deseas disfrutar de velas o difusores en casa, asegúrate de elegir productos seguros para mascotas y enciende el quemador de aceite solo por cortos periodos en un lugar seguro, alejado de tus amigos peludos. Si tu mascota tiene antecedentes de problemas respiratorios, lo mejor sería evitarlos por completo.
Las plantas de interior y las flores de jardín pueden hacer que un lugar parezca un hogar, pero ¿sabías que algunas variedades son peligrosas para las mascotas? Los gatos pueden sufrir daños si comen peonías, narcisos y tulipanes, mientras que los lirios son especialmente tóxicos para ellos.
En cuanto a los perros, el aloe vera, la hiedra, las dedaleras, los narcisos y los tulipanes —además de muchas otras— son perjudiciales. Antes de introducir plantas en tu casa o jardín, familiarízate con las variedades venenosas y evita tenerlas en casa. Lee nuestra guía sobre plantas tóxicas e invasoras.
A muchos gatos les encanta esconderse dentro de los árboles de Navidad y trepar por sus ramas, lo que puede hacer que el árbol se caiga. Pero, aparte del desorden y el caos que esto puede causar, los adornos de cristal que se rompen pueden, obviamente, herir a las mascotas. Las luces de fantasía pueden causar electrocución, mientras que el espumillón y las cintas pueden ser un peligro de asfixia. En algunos casos, también pueden enredarse en los intestinos de tu mascota, causándole graves problemas internos.
Por último, la purpurina puede atascarse en los pulmones de tu mascota y provocarle problemas respiratorios, así que mantén los objetos potencialmente dañinos fuera de su alcance o fuera de casa.
Los perros, en particular, suelen estar impacientes por salir a la calle cuando se avecina un paseo, por lo que te habrás dado cuenta de que tu perro siempre corre hacia la puerta principal cuando se abre. Tanto los perros como los gatos odian sentir que se pierden algo, así que si te acercas a la puerta principal, querrán ver por qué.
Entonces, ¿qué puedes hacer al respecto? Las puertas para perros son una excelente herramienta de gestión para impedir que tus mascotas tengan acceso a los puntos de entrada. También puedes comprar barreras retráctiles para puertas, que te permitirán recibir entregas o hablar con las visitas mientras impiden que tus amigos peludos salgan corriendo. Una segunda puerta interior también es una buena opción, si es posible.
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Puede parecer obvio, pero muchos plaguicidas y productos para el control de plagas son nocivos tanto para las personas como para los animales. Los herbicidas, los repelentes de caracoles y babosas y los aerosoles contra moscas pueden ser potencialmente mortales si se inhalan o ingieren.
También pueden irritar la piel, y las mascotas pueden exponerse fácilmente a las sustancias químicas si se frotan contra las plantas tratadas. Por tanto, guarda los productos peligrosos en un lugar al que tu mascota no pueda acceder y considera la posibilidad de cambiarlos por productos ecológicos y no tóxicos cuando cuides de tu jardín.
Algunos productos de mantenimiento del automóvil, que no están diseñados para ser consumidos, pueden envenenar a tu mascota. El anticongelante, en particular, es letal para las mascotas y puede encontrarse en el limpiaparabrisas, el líquido de frenos e incluso el descongelante, un líquido que se utiliza habitualmente en los rincones fríos del mundo, para eliminar el hielo y la escarcha de las ventanillas de los coches.
Si tu mascota consume la más mínima cantidad de anticongelante, podría sufrir graves problemas renales e incluso ser mortal. Por lo tanto, asegúrate de guardar los productos de mantenimiento del coche en un lugar seguro y protegido, y comprueba periódicamente si hay fugas en tu vehículo.
Si tienes un pájaro como mascota, conviene saber que es especialmente sensible a la inhalación de partículas y humos. Todo, desde los productos en aerosol hasta determinados pegamentos, pinturas, aceites esenciales, tabaco y ambientadores, puede irritarlas. También corren riesgo por ollas y sartenes antiadherentes sobrecalentadas que contengan teflón (politetrafluoroetileno).
La exposición a vapores de cocina, humo y olores fuertes puede causarles enfermedades graves o incluso ser mortal. Por tanto, mantén a tu pájaro alejado de las zonas donde se utilicen estos productos, como la cocina. Los espejos y las ventanas muy reflectantes también pueden suponer un riesgo, ya que los pájaros pueden chocar accidentalmente contra ellos. Por tanto, considera limitar los espejos de interior y colocar pegatinas de visibilidad en las ventanas o puertas de cristal.
Si crees que tu mascota puede haber ingerido una sustancia peligrosa o se ha hecho daño en casa o en el jardín, debes llamar inmediatamente a tu veterinario para que te aconseje. Si es urgente, tendrás que acudir a tu veterinario de urgencias para recibir atención veterinaria rápida. Es aconsejable que busques los datos de contacto del veterinario más cercano que atienda las 24 horas y los añadas a tu teléfono o los fijes a la nevera, para que puedas acceder a ellos con rapidez.
Recuerda que los signos habituales de intoxicación son vómitos, disminución del apetito, diarrea, convulsiones, letargo, babeo excesivo y cambios en los latidos del corazón, entre otros.
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