La era de los medicamentos para perder peso ha llegado oficialmente. Impulsadas por éxitos de taquilla como Ozempic y Mounjaro, desarrollados para tratar la diabetes de tipo 2, las empresas farmacéuticas han estado ganando miles de millones gracias a una serie de medicamentos dirigidos contra la obesidad, como Wegovy y Zepound.
Los gigantes farmacéuticos Novo Nordisk y Eli Lilly están a la cabeza con estos medicamentos revolucionarios, conocidos como agonistas del GLP-1, que han arrasado en todo el mundo y han disparado sus acciones a niveles estratosféricos. Pero el auge actual es solo el principio.
Se están desarrollando decenas de otros fármacos para el control del peso, cuyo potencial va mucho más allá de reducir la cintura. Más bien, estos medicamentos milagrosos son muy prometedores para el tratamiento de todo tipo de enfermedades, desde la insuficiencia cardiaca y las enfermedades hepáticas hasta el Alzheimer, la depresión e incluso la adicción.
Sigue leyendo para conocer los detalles del auge de los medicamentos para adelgazar y las posibilidades que se avecinan.
Todas las cantidades están en dólares estadounidenses, las cifras en euros son conversiones aproximadas que podrían cambiar.
Adaptado al español por Sara Piquer Martí, Editora en Español para loveMONEY.
La fiebre del oro de los fármacos para adelgazar tiene su origen en el descubrimiento del péptido-1 similar al glucagón (GLP-1) en la década de 1980.
Esta hormona intestinal crucial estimula la producción de insulina, disminuye el azúcar en sangre y suprime el apetito al ralentizar la progresión de los alimentos a través del sistema digestivo.
Los científicos se dieron cuenta de que la hormona tenía un gran potencial como tratamiento de la diabetes. Pero había un gran inconveniente: cuando se inyectaba en el organismo, las enzimas descomponían rápidamente el GLP-1 y su efecto era nulo. Había que buscar un fármaco que imitara a la hormona pero que se mantuviera durante más tiempo, y el éxito llegó gracias a un lagarto venenoso...
En 1990, el Dr. John Eng, del Centro Médico de Asuntos de Veteranos de Nueva York, buscaba hormonas en el mundo natural con cualidades potencialmente terapéuticas. Se fijó en el monstruo de Gila, el único lagarto venenoso autóctono de América, tras descubrir que el reptil podía mantener estables sus niveles de azúcar en sangre incluso cuando tenía hambre.
Intrigado, el Dr. Eng estudió la saliva tóxica del reptil y aisló un péptido llamado exendina que funciona de forma muy parecida al GLP-1, pero dura más. Trabajando con otros expertos, el Dr. Eng demostró que el péptido podía tratar con éxito la diabetes, y pasó a desarrollar una versión sintética llamada exenatida. Esto se convirtió en Byetta, el primer fármaco agonista del GLP-1 del mercado.
Lanzado por Amylin Pharmaceuticals en EE.UU. en 2005, el medicamento para la diabetes tenía un inconveniente clave: debía inyectarse dos veces al día. Apareció Novo Nordisk...
El fabricante danés de fármacos ideó un agonista del GLP-1 de mayor duración, llamado liraglutida, uniendo una molécula grasa a la hormona, lo que redujo la dosis a una inyección diaria. Comercializado como Victoza, el medicamento para la diabetes fue autorizado en la UE en 2009 y obtuvo la aprobación de la FDA estadounidense al año siguiente.
Poco después, las personas que tomaban el medicamento empezaron a notificar una modesta pérdida de peso. Novo Nordisk puso en marcha ensayos clínicos del medicamento como tratamiento de la obesidad y, tras los resultados positivos, en 2014 se lanzó en EE.UU. una versión de doble potencia solo para el control del peso bajo la marca Saxenda.
Novo Nordisk siguió centrada en mejorar su medicamento para la diabetes. Como ha señalado el periódico estadounidense The New York Times , la pérdida de peso ocupaba un lugar más bajo en su lista de prioridades e incluso hubo cierta resistencia dentro de la empresa a tomar ese camino.
Los científicos de la empresa jugaron con la estructura química del GLP-1 y encontraron una forma aún mejor de impedir que la hormona se descompusiera con la invención de la semaglutida. Esto significaba que solo se necesitaba una inyección a la semana, en lugar de una inyección diaria.
El medicamento para la diabetes se aprobó en EE.UU. en 2017 con la marca Ozempic. La UE, Japón, Canadá y Brasil siguieron su ejemplo en 2018, mientras que el Reino Unido y Australia dieron luz verde al medicamento en 2019, seguidos de China en 2021. Nueva Zelanda hizo lo propio el año pasado y Ozempic ya está disponible en otros países.
Mientras tanto, Novo Nordisk también ha lanzado Rybelsus, una versión del medicamento en forma de píldora para los que tienen fobia a las agujas.
Las personas diabéticas que tomaban Ozempic descubrieron que adelgazaban considerablemente. Por razones desconocidas en su mayor parte, resultó que las personas que tomaban el fármaco perdían alrededor del 15% de su peso corporal de media, tres veces más de lo que conseguía Saxenda. Ni que decir tiene que se empezó a crear un gran revuelo, especialmente en plataformas de redes sociales como TikTok.
En 2021, el fármaco apareció en el programa de televisión estadounidense The Dr. Oz Show como posible cura de la obesidad. Empezaron a aparecer noticias por todas partes, y se disparó el uso no autorizado del Ozempic como medicamento para perder peso. Ese mismo año, Novo Nordisk lanzó en EE.UU. una versión mejorada del fármaco, llamada Wegovy, aprobada específicamente para la pérdida de peso.
Los famosos empezaron a admitir el uso del fármaco, y un montón de nombres importantes revelaron que habían perdido kilos usando Ozempic, Wegovy u otros agonistas del GLP-1. Entre ellos estaban Elon Musk, Oprah Winfrey, Kelly Clarkson y Sharon Osbourne.
En 2022, el titán farmacéutico estadounidense Eli Lilly se unió a la lucha tras desarrollar la tirzepatida, que combina el GLP-1 con otra hormona intestinal. Salió a la venta en EE.UU, la UE, el Reino Unido, Canadá y otros países como el medicamento para la diabetes Mounjaro, y al año siguiente le siguió una versión para perder peso llamada Zepbound.
Este fármaco es incluso más eficaz que el Wegovy para controlar el peso: las personas que toman la dosis más alta de Zepbound pierden una media del 21% de su peso corporal, frente al 15% con Wegovy.
Como era de esperar, estos medicamentos superventas para perder peso han volado de las estanterías. El año pasado, las ventas de medicamentos para el control de la obesidad alcanzaron los 6.000 millones de dólares (unos 5.600 millones de euros), un 154% más que en 2022, mientras que los agonistas GLP-1 dirigidos a la diabetes recaudaron miles de millones más.
Las ventas de Ozempic, de Novo Nordisk, generaron 13.900 millones de dólares (unos 12.900 millones de euros) en 2023. Rybelsus hizo ganar a la empresa 2.700 millones de dólares (unos 2.500 millones de euros) y Wegovy facturó 4.500 millones de dólares (unos 4.200 millones de euros). Las ventas de la empresa fueron tan impresionantes que elevaron el PIB de Dinamarca y salvaron al país del crecimiento cero.
El medicamento contra la diabetes Mounjaro, de su rival Eli Lilly, generó 5.200 millones de dólares (unos 4.800 millones de euros), mientras que su medicamento para adelgazar Zepbound, que no salió al mercado hasta el último trimestre del año, aportó más de 175 millones de dólares (unos 162,8 millones de euros).
El mercado de estos revolucionarios medicamentos para adelgazar está creciendo como la espuma, lo que tiene sentido si tenemos en cuenta que unos 3.000 millones de personas en todo el mundo tienen sobrepeso o son obesas. Según Morgan Stanley, el mercado podría multiplicarse por más de 15 para 2030, cuando las ventas alcancen la asombrosa cifra de 144.000 millones de dólares (unos 134.000 millones de euros).
Con unas ventas que se dispararán en los próximos años, Novo Nordisk y Eli Lilly han visto dispararse el precio de sus respectivas acciones y su valor de mercado. En el momento de escribir estas líneas, Novo Nordisk vale 655.000 millones de dólares (unos 609.000 millones de euros). Esta cifra eclipsa el PIB de Dinamarca y la convierte en la empresa más valiosa de Europa.
Eli Lilly vale aún más. Con una capitalización bursátil de 860.000 millones de dólares (unos 799.000 millones de euros), es ahora la empresa farmacéutica más valiosa del mundo y la décima empresa más valiosa en general.
Estados Unidos se ha erigido como el mayor mercado para los medicamentos contra la obesidad. Según Fortune Market Insights, representó 3.000 millones de dólares (unos 2.200 millones de euros) en ventas el año pasado, lo que supone la mitad del mercado mundial.
Europa es la siguiente en cuanto a tamaño del mercado, seguida de la región Asia-Pacífico, en la que se espera que las ventas aumenten a un ritmo más rápido debido a la mayor prevalencia de la obesidad en algunas partes de la región.
Como hemos dicho, se espera un crecimiento fenomenal del sector en los próximos años, y Morgan Stanley predice que hasta el 9% de la población estadounidense tomará estos medicamentos para adelgazar en 2035.
Los precios de estos medicamentos innovadores varían enormemente en todo el mundo, y los estadounidenses suelen pagar más. Ozempic y Wegovy son hasta 15 veces más caros en EE.UU. que en otros países.
El año pasado, un análisis reveló que los estadounidenses pagaban la friolera de 936 $ (unos 866 €) de media por una inyección de Ozempic. Los franceses gastaron solo $83 (unos 77 €), y los australianos pagaron solo $87 (unos 81 €), mientras que los británicos y los suecos desembolsaron $93 (unos 86 €) y $96 (unos 89 €) respectivamente. El coste se situó en unos relativamente razonables $147 (unos 137 €) en Canadá y $169 (unos 157 €) en Japón, que es el segundo país más caro para la Ozempic después de EE.UU.
Los estadounidenses también pagaban bastante más por Mounjaro y Zepbound de Eli Lilly, a pesar de ser fabricados por una empresa estadounidense.
Los legisladores estadounidenses están en pie de guerra, acusando a los fabricantes de medicamentos de estafar a los estadounidenses.
Tras la amenaza de una citación judicial, el director general de Novo Nordisk, Lars Fruergaard Jørgensen, ha accedido a declarar ante el Senado en septiembre sobre los precios "escandalosamente altos" de su empresa en Estados Unidos. Sin embargo, es posible que las autoridades estadounidenses deban centrarse en regular adecuadamente los precios de los medicamentos.
Los medicamentos para adelgazar son más baratos en otros países porque establecen límites estrictos a lo que pueden cobrar las empresas farmacéuticas, mientras que en Estados Unidos se da rienda suelta a estas empresas en la mayoría de los casos.
Mientras millones de personas claman por estos medicamentos revolucionarios -a pesar de los elevados costes que suponen en algunos casos-, las empresas que los fabrican se esfuerzan por seguir el ritmo de la feroz demanda.
Novo Nordisk tiene en funcionamiento sus líneas de fabricación 24 horas al día, 7 días a la semana, y gasta miles de millones en mejorar las cadenas de suministro, pero la demanda sigue superando masivamente a la oferta. Y no es de extrañar: 25.000 estadounidenses empezarán a tomar Wegovy cada semana en 2024, lo que supone quintuplicar la cifra de diciembre.
Eli Lilly también está invirtiendo miles de millones en la producción, aunque sus codiciados medicamentos para la diabetes y la pérdida de peso también escasean drásticamente.
Con la escasez generalizada y los precios por las nubes, cada vez son más las personas que recurren al mercado negro, mayoritariamente en línea, para obtener su medicamento preferido para perder peso.
Vendedores sin escrúpulos venden versiones falsificadas de los medicamentos, que no solo son ineficaces, sino también francamente peligrosas.
El problema se ha extendido tanto que ha provocado una alerta de la Organización Mundial de la Salud (OMS), mientras que Eli Lilly ha publicado recientemente una carta abierta advirtiendo sobre las versiones falsas de sus medicamentos de éxito Mounjaro y Zepbound. Las empresas farmacéuticas y las autoridades están trabajando para acabar con los falsificadores, pero es probable que el problema persista hasta que termine la escasez y bajen los precios.
Aunque los nuevos medicamentos para perder peso han sido aclamados por algunos como fármacos milagrosos, pueden causar una serie de efectos secundarios desagradables, e incluso complicaciones más graves en casos más raros. Estos medicamentos no funcionan para todo el mundo y los índices de pérdida de peso pueden variar, con algunos usuarios estancados después de varios meses.
Casi la mitad de las personas que toman un agonista del GLP-1 informan de uno o más problemas gastrointestinales al tomar su fármaco preferido. Los síntomas pueden incluir náuseas, vómitos, reflujo ácido, hinchazón, calambres estomacales, diarrea y estreñimiento.
Estos efectos secundarios tienden a remitir, aunque algunas personas los consideran insoportables y han dejado de tomar la medicación. Otros efectos secundarios menores son la fatiga y la irritación en el lugar de la inyección.
Por otra parte, algunos se han quejado de que los fármacos arruinan su disfrute de la comida.
En una entrevista concedida a Wired, el profesor Jens Juul Holst, pionero en este campo, afirmó que el uso prolongado de los medicamentos puede eliminar el placer de comer y hacer que la vida sea "demasiado aburrida".
El profesor Holst ha sugerido que ésta es una razón clave por la que muchos luchan por tomar los fármacos durante más de dos años. Ha subrayado la importancia de proporcionar a las personas consejos dietéticos y de estilo de vida para ayudarles a controlar su peso una vez que hayan dejado de tomar los medicamentos, ya que los kilos pueden volver a acumularse fácilmente, anulando cualquier beneficio de tomar los fármacos.
Quizá el mayor motivo de preocupación sea la falta de datos a largo plazo sobre estos medicamentos para perder peso. Como explicó la Dra. Rekha Kumar, experta en obesidad, a la cadena estadounidense, CBS News, a principios de este año, estos medicamentos han aparecido en escena hace relativamente poco tiempo.
Otro posible inconveniente de la moda de los fármacos para adelgazar es el aumento de la gordofobia, ya que refuerza la creencia de que el peso es algo que se puede controlar fácilmente.
Rachel Pick, colaboradora del periódico británico The Guardian, ha llegado a sugerir que Ozempic y medicamentos similares están acabando con el movimiento de positividad corporal, haciendo retroceder el reloj de años de progreso hacia actitudes más aceptadoras.
Es más, la fiebre del oro de los medicamentos para adelgazar ha provocado una escasez de insulina, y los fabricantes de fármacos han reducido la producción de este medicamento esencial para la diabetes en favor de las maravillas más lucrativas para adelgazar.
Los problemas de suministro han afectado a numerosos países, como Estados Unidos, Canadá y el Reino Unido, pero son las naciones menos ricas del mundo las más afectadas.
A finales de junio, el sistema de salud pública de Sudáfrica se quedó completamente sin existencias de insulina, debido principalmente a la decisión de Novo Nordisk de no renovar su contrato en el país y concentrarse en cambio en sus exitosos medicamentos contra la obesidad.
En el lado positivo, los científicos están descubriendo beneficios cada vez más tentadores de estos notables medicamentos.
Se ha demostrado que Wegovy reduce significativamente el riesgo de acontecimientos cardiovasculares importantes, como infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares.
Y aunque los problemas renales se han enumerado como efecto secundario de la semaglutida, el principio activo de Wegovy y Ozempic, paradójicamente parece ralentizar la progresión de la enfermedad renal, según una investigación de Novo Nordisk.
La tirzepatida de Eli Lilly y un nuevo agonista del GLP-1 llamado survodutida de Zealand Pharma/Boehringer están mostrando signos prometedores como potentes tratamientos de la enfermedad del hígado graso y de afecciones renales más graves.
Los agonistas del GLP-1 también pueden reducir el riesgo de cáncer de colon, además de ayudar a prevenir otros tipos de cáncer. Mientras tanto, se está evaluando la tirzepatida como tratamiento de la apnea del sueño.
Los fármacos también se están estudiando como tratamientos contra la adicción. Curiosamente, hay informes de personas que han dejado de fumar, de consumir alcohol, de morderse las uñas y de abandonar otros comportamientos compulsivos. Se están llevando a cabo investigaciones que podrían dar lugar a una nueva clase de fármacos contra la adicción.
En cuanto a la salud mental, los agonistas del GLP-1 pueden exacerbar la depresión en algunas personas, aunque parecen aliviarla en otras, lo que abre la posibilidad de que estos fármacos se reutilicen como antidepresivos. Los estudios también han demostrado que los agonistas del GLP-1 están relacionados con tasas más bajas de ansiedad.
Estos medicamentos milagrosos podrían mitigar el riesgo de enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia, así como trastornos neurológicos como el Parkinson, al impedir la acumulación de amiloide, una proteína que forma placas que perjudican la función cerebral.
Dado el asombroso potencial de los agonistas del GLP-1, tiene sentido que haya tantos en proyecto...
Se están desarrollando 124 medicamentos contra la obesidad, de los cuales el 40% son agonistas del GLP-1 o del GIP. Gran parte de la atención se centra en crear medicamentos para adelgazar más asequibles y con menos efectos secundarios.
Están apareciendo imitadores más baratos en China, India y otros lugares, a medida que las empresas farmacéuticas aprovechan la expiración de las patentes para crear sus propias versiones genéricas de bajo coste. La patente de la liraglutida ya ha caducado y la de la semaglutida caducará en 2026, por lo que es probable que el acceso a estos medicamentos sea considerablemente más asequible a medida que avance la década.
Mientras tanto, las empresas farmacéuticas occidentales se concentran en minimizar los efectos secundarios.
La empresa biotecnológica estadounidense Altimmune ha combinado el GLP-1 con el glucagón, otra hormona peptídica que regula el azúcar en sangre. El fármaco resultante, la pemvidutida, ofrece una pérdida de peso y otros efectos beneficiosos similares a los de la semaglutida, pero, a diferencia de ésta, preserva el tejido muscular magro.
La danesa Zealand Pharma ha desarrollado, además de la survodutida, un fármaco llamado petrelintida, basado en otra hormona peptídica reguladora del azúcar en sangre. Promete menos efectos secundarios gastrointestinales y también preserva la masa muscular magra. Otras grandes empresas farmacéuticas y biotecnológicas occidentales que están desarrollando fármacos contra la obesidad son Roche, AstraZeneca, Amgen y Viking Therapeutics.
Los fármacos contra la obesidad están demostrando ser un revulsivo para la industria comparable a pocas innovaciones farmacéuticas. Incluso tienen el potencial de transformar la economía.
Por ejemplo, según Goldman Sachs, los fármacos podrían aumentar el PIB estadounidense en un 1%, simplemente reduciendo las enfermedades relacionadas con la obesidad y mejorando la productividad en el lugar de trabajo. Como resultado, es probable que se reduzca significativamente el gasto público en sanidad, liberando dinero para otras áreas."
Algunas de las predicciones son, en el mejor de los casos, aleatorias: por ejemplo, con menos pasajeros pesados, las compañías aéreas podrían ahorrar decenas de millones de dólares al año. Eso es según los analistas de la empresa de investigación global Jeffries, que sugieren que esto podría dar lugar a tarifas aéreas más baratas.
También es probable que aumente el número de socios de los gimnasios, y que se dispare la venta de ropa deportiva. Es probable que el sector de la moda se beneficie de la renovación de los armarios de las personas que han perdido peso y necesita ropa nueva, aunque es probable que los minoristas de tallas grandes sufran un retroceso, al igual que el sector de la alimentación y las bebidas.
Las acciones de las principales empresas del sector, como Hershey, Kraft Heinz y Coca-Cola, se han tambaleado recientemente al sopesar los analistas sus reducidas perspectivas de crecimiento.
Dicho esto, estas empresas están empezando a superar el reto. Nestlé acaba de anunciar una nueva línea de comida llamada Vital Pursuit, dirigida específicamente a las personas que toman medicamentos para perder peso. Es casi seguro que sus competidores harán lo mismo con sus propios productos aptos para Wegovy y Zepbound.
Aunque los nuevos medicamentos para adelgazar son los últimos fármacos milagrosos, ya existe o se está desarrollando un desconcertante abanico de tratamientos y tecnologías novedosos que podrían ser igual de impactantes.
Curiosamente, la industria farmacéutica mundial se enfrenta esta década a un enorme precipicio de patentes, ya que cientos de medicamentos están perdiendo la protección de las patentes.
Esto está ejerciendo una gran presión sobre estas empresas para que innoven y creen el próximo fármaco o tecnología superventas. Las áreas más interesantes son la terapia génica basada en CRISPR, la inmunología, las vacunas de ARNm, la asistencia sanitaria impulsada por IA, la medicina personalizada y los gemelos digitales.
La terapia génica basada en CRISPR tiene el potencial de transformar el tratamiento de múltiples enfermedades, en particular las que tienen una causa genética.
El año pasado se lanzó la primera terapia génica del mundo basada en CRISPR, un tratamiento para la anemia falciforme y la beta-talasemia. Y la terapia puede dar lugar a la curación de afecciones de por vida, como el herpes.
La inmunología, que es efectivamente el estudio de lo que estimula al cuerpo a luchar contra la enfermedad, es otra área potencialmente revolucionaria.
Este enfoque impulsa el superventas Keytruda de Merck & Co contra el cáncer, que se prevé será el medicamento más vendido del mundo en 2028, con una facturación de casi 31.000 millones de dólares (unos 28.800 millones de euros). Y los tratamientos más prometedores para la enfermedad de Alzheimer se basan todos en la inmunoterapia.
Las vacunas de ARNm salvaron innumerables vidas durante la pandemia de COVID-19 y obtuvieron un premio Nobel. Ahora la tecnología se utiliza para desarrollar vacunas contra el cáncer y otras enfermedades potencialmente mortales.
Mientras tanto, la IA está cada vez más integrada en la asistencia sanitaria, y la medicina personalizada, adaptada a las necesidades precisas de cada persona, está a punto de transformar la medicina. Johnson & Johnson está a la cabeza de este proceso, y la base de este enfoque es el uso de gemelos digitales. Se trata de clones virtuales que permiten a los profesionales médicos diagnosticar enfermedades, practicar intervenciones quirúrgicas y comprobar los resultados de los tratamientos farmacológicos.
Una cosa es segura: con una gran cantidad de nuevos medicamentos y tratamientos en preparación, el futuro de la industria farmacéutica se presenta muy emocionante.
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