Los jets privados más opulentos del mundo sirven, a la vez, de hoteles alados para un grupo selecto de multimillonarios. Son su nada asequible forma de asegurarse de que vuelan envueltos de todo lujo.
Tanto si se dirigen a una reunión en el extranjero como si se preparan para una escapada de cinco estrellas, a estos privilegiados viajeros ni se les ha pasado por la cabeza pisar una cabina de primera clase en un avión comercial. En su lugar, disponen de sus propios jets valorados en nueve cifras al alcance de la mano.
Sigue leyendo para echar un vistazo al interior de los aviones privados más caros del mundo, adornados con todo tipo de decoración, desde oro de 24 quilates hasta interiores de diseño.
Todas las cantidades están en dólares estadounidenses, las cifras en euros son conversiones aproximadas que podrían cambiar.
Adaptado al español por Alba Mora Antoja, Redactora en Español para loveMONEY.
No te vas a llevar ningún premio por adivinar quién es el propietario de este llamativo avión privado Boeing 757. Basta con echar un vistazo a la imagen…
Años antes de convertirse en presidente de Estados Unidos, Donald Trump compró este avión de segunda mano, que más tarde sería apodado como “Trump Force One”.
No cuesta imaginar que Trump no reparase en gastos para renovar el avión que compró a Paul Allen, cofundador de Microsoft, en 2010 por $100 millones (unos 93 millones de euros).
El diseño interior del avión de Trump no decepciona. La sala de estar cuenta con asientos de cuero color crema combinados con mesas y armarios de nogal que rebosan lujo.
El cuarto de baño luce acabados en oro de 24 quilates y mármol de primera calidad. Los reposacabezas de los 43 asientos del avión llevan bordado el escudo de la familia Trump, e incluso hay una zona VIP. Otras instalaciones incluyen una suite para invitados, un comedor y un salón que cuenta con un completo sistema de entretenimiento cinematográfico.
Trump no uso el avión durante su presidencia porque carecía de muchos de los elementos de seguridad del avión presidencial Air Force One (que veremos más adelante). Sin embargo, el 757 ha sido repintado y reformado desde que dejó el cargo, y Trump ya vuelve a utilizar este avión.
Aunque el jet privado del magnate de los medios de comunicación Tyler Perry es más pequeño que algunos de los de esta lista, sus interiores personalizados hacen que tenga un precio desorbitado.
Su Gulfstream III le costó $65 millones (unos 60,45 millones de euros), y se cree que se ha gastado la misma cantidad en equiparlo para que sea una especie de “cine con alas”.
El avión cuenta con un televisor LCD extragrande de alta definición que ofrece audio y visuales de calidad cinematográfica. El avión tiene incluso ventanas de ambiente que cambian de color y opacidad para mejorar la experiencia visual.
Además de la futurista zona de entretenimiento, el avión privado tiene un comedor formal y una sala de estar, una cocina ultramoderna, baños inteligentes y un dormitorio privado.
Y no es el único avión que posee Perry. Su colección también incluye un hidroavión, que utilizó para llevar alimentos a Bahamas en septiembre de 2019, después de que la nación fuera devastada por el huracán Dorian.
Este elegante Boeing pertenece al oligarca ruso y antiguo propietario del club inglés de fútbol Chelsea, Roman Abramovich, que lo compró en 2004.
Con capacidad para unas 30 personas, cuenta con su propia sala de banquetes para celebrar elegantes cenas a una milla de altura.
Es, en esencia, una fortaleza volante, pues esta aeronave está equipada con su propio sistema avanzado de alerta de misiles y tecnología de interferencia de radares.
Este avión tiene los acabados interiores que tanto gustan a los multimillonarios propietarios de jets privados: madera pulida, tapicería cremosa y detalles dorados, por no hablar de las mesas de castaño fino y el mobiliario de diseño...
Sin embargo, se ve que esto no fue suficiente para Abramovich. En diciembre de 2021, cambió el 767 por un 787.
El rey de Bahréin, Hamad bin Isa al Jalifa, dispone de varios aviones privados.
En 2009, el monarca compró un Boeing 767-400ER por un precio que, se rumorea, fue de $250 millones (unos 232,5 millones de euros). Aunque uno de estos reactores suele acomodar a unos 245 pasajeros, el rey vuela con un número significativamente menor de personas, lo que garantiza mucho espacio para las piernas de él y su séquito.
El avión se ha dividido en dos zonas. Una zona es para negocios e incluye un espacio para reuniones, mientras que la segunda es un espacio más privado con una sala de estar y dormitorios. También hay un quirófano en caso de emergencia médica.
La flota de aviones del rey, y el 767 en particular, han sido objeto de escrutinio recientemente, ya que la economía de Bahréin se encuentra en un momento complicado.
En este sentido, muchos han expresado su preocupación por la forma en que la familia reinante utiliza el dinero público para proyectos personales.
El príncipe heredero de Arabia Saudí, Sultán bin Abdulaziz Al-Saud, compró un Boeing 747-8 para utilizarlo como avión privado, y se calcula que gastó $284 millones (unos 264 millones de euros) en el avión y sus lujosos interiores diseñados a medida.
Por desgracia, el heredero de la Corona saudí falleció en 2011, justo un año antes de la fecha prevista para la entrega del avión.
La familia del príncipe ya posee varios jets privados y no tenía interés en añadir el 747 personalizado a su ya extensa flota.
El avión permaneció almacenado en el aeródromo suizo donde se había llevado a cabo el trabajo de diseño personalizado y quedó inmovilizado durante una década, con apenas 40 horas de vuelo en su historial.
En abril de 2022, el avión surcó por fin los cielos, con destino a Marana, Arizona, y a un aeródromo para aviones fuera de servicio (en la foto). La mayoría de los aviones comerciales Boeing 747 vuelan al menos 100.000 horas antes de ser retirados del servicio.
HNA Group, un conglomerado chino, compró un Boeing 787 para utilizarlo como avión privado por una cantidad no revelada.
La llamada “mansión en el aire” debutó en una exhibición de aviones de negocios en 2016 y se calcula que costó entre $300 y $400 millones (unos 279 y 372 millones de euros) si se tienen en cuenta todas las lujosas mejoras.
Después de que sus finanzas fueran sometidas a un intenso escrutinio por parte de las autoridades chinas, HNA puso a la venta el avión en 2018 por $300 millones (unos 279 millones de euros), lo que los expertos del sector estimaron que, en el mejor de los casos, suponía dos tercios de su precio original.
HNA quebró en 2021, y no está claro si se llegó a encontrar un comprador para este jet de ensueño.
En los dos años anteriores a que todo se torciera, HNA promocionó el avión de 40 plazas con interiores “lujosamente orgánicos” supervisados por expertos del Estudio de Diseño Pierre Jean de París.
Entre los detalles, destacaban los suelos de madera, los baños de mármol y las alfombras tejidas a mano.
Aunque los altos cargos de HNA Group eran los usuarios más frecuentes del avión, una empresa subsidiaria llamada Deer Jet también lo alquilaba por unos $70.000 (unos 65.100 €) la hora.
El nuevo 787-8 Dreamliner de Roman Abramovich le costó más del doble de lo que pagó por su 767 anteriormente mencionado.
Construido en 2015, se había destinado a una aerolínea que quebró antes de que se pudiera entregar el avión.
Tras permanecer almacenado durante varios años, la cabina del nuevo avión de Abramovich fue renovado con una inversión de $100 millones de dólares (unos 93 millones de euros) antes de aterrizar en Moscú en diciembre de 2021.
No se conocen detalles sobre el interior del avión más allá de que tiene capacidad para 50 personas, incluidos 20 empleados.
Por desgracia para él, el Dreamliner de Abramovich ha tenido muy poco uso hasta ahora. Cuando Rusia invadió Ucrania pocos meses después de que se produjera la renovación del avión, el gobierno estadounidense declaró que confiscaría el Boeing 787 de Abramovich (así como su Gulfstream G650 ER), alegando que había volado con los aviones a Rusia en marzo de 2022 y violado las sanciones económicas.
Eso no es todo. El Boeing 787 fue inmovilizado en Dubái. Cualquier empresa que le hubiera prestado servicios de repostaje u otros servicios aeronáuticos habría violado instantáneamente las sanciones impuestas por Estados Unidos y Europa. Además, Boeing anunció a través de una declaración a la CNN que “suspendía los servicios de piezas, mantenimiento y apoyo técnico a las aerolíneas rusas”.
El 747-8i de Boeing está ampliamente considerado como el avión privado más grande del mundo. La aerolínea Qatar Amiri Flight, utilizada por la familia real de Catar y los funcionarios más importantes del gobierno, tiene actualmente tres de estos modelos en su flota.
Estos impresionantes aviones suelen costar unos $360 millones (unos 335 millones de euros), y eso antes de añadir a la factura los servicios de lujo y las prestaciones de diseño de alta gama.
En 2018, Catar puso en el mercado uno de sus jets 747-8i, con grandes esperanzas de alcanzar un precio de venta de entre $400 y $500 millones (unos 370 y 461 millones de euros).
Adquirido en 2012, el avión se había sometido, durante dos años, a un lujoso trabajo de rediseño interior y contaba con un lujoso dormitorio, camarotes e incluso una instalación hospitalaria especial.
Al no encontrar comprador, Catar lo regaló al presidente turco Recep Tayyip Erdoğan.
El multimillonario promotor inmobiliario de Hong Kong Joseph Lau posee un Boeing 747-8i VIP, que encargó a Boeing en 2007 por $150 millones (unos 140 millones de euros).
Al parecer, gastó otros $200 millones (unos 186 millones de euros) en mejorar sus interiores, por lo que se calcula que el valor total del avión asciende a unos $367 millones (unos 341 millones de euros).
El avión privado de Lau tiene un dormitorio principal y una cabina de invitados, varias salas de estar, despachos y un comedor.
Aunque no hay fotos de los indudablemente lujosos interiores de Lau, Boeing vendió el mismo avión a un cliente privado en 2016 (en la foto). Esta versión fue diseñada y equipada por Greenpoint Technologies.
Siendo uno de los miembros de la realeza más ricos del mundo, no es de extrañar que Hassanal Bolkiah, el sultán de Brunéi, posea toda una flota de jets privados, e incluso un par de helicópteros.
Entre sus aviones privados está su Boeing 747-430, que al parecer compró por unos $400 millones (unos 372 millones de euros). Se dice que ha desembolsado otros $120 millones (unos 112 millones de euros) para renovarlo por completo.
El avión insignia del sultán es la definición de la extravagancia, con acabados deslumbrantes en cada rincón de la cabina.
El cuarto de baño, en particular, eleva el lujo a otro nivel, gracias a su lavabo de oro macizo de 24 quilates y sus brillantes detalles de cristal de Lalique.
Alisher Usmanov, oligarca ruso y una de las personas más ricas del mundo, es también propietario de uno de los aviones privados más caros de la historia.
Pagó $238 millones (unos 221 millones de euros) en 2011 por el avión y, al parecer, gastó otros $170 millones (unos 158 millones de euros) en renovar el interior.
En marzo de 2022, el Departamento del Tesoro estadounidense estimó que el avión valía entre $450 y $500 millones (entre 419 y 465 millones de euros).
Este modelo de Airbus puede transportar cientos de pasajeros cuando se utiliza para servicios comerciales.
A bordo de la versión privada del A340-300 de Usmanov, sin embargo, hay mucho menos espacio para los pasajeros debido al diseño de la cabina.
Aunque los interiores exactos no han sido revelados públicamente, se sabe que el avión del multimillonario cuenta con camas tamaño king en las suites, una zona de comedor y, supuestamente, incluso un salón de estilo club nocturno, posiblemente similar al de la foto.
El príncipe Al-Waleed bin Talal bin Abdulaziz al Saud viaja con todo tipo de lujo.
Es propietario de un Boeing 747-8 que probablemente valga más de $500 millones (unos 465 millones de euros), una vez incluidas todas las comodidades y mejoras.
Además de un comedor con capacidad para 14 personas y numerosas salas de estar, este avión de la realeza dispone incluso de un trono.
Al parecer, la estética interior del avión se centra en una elegante paleta de colores crema y dorado.
Esta combinación parece ser la preferida para los jets privados de personas con un elevado poder adquisitivo, como demuestra el dormitorio principal del 747-8 que se muestra aquí. Este lujoso espacio fue diseñado y equipado por Greenpoint Technologies en 2016 para un comprador anónimo de un Boeing 747-8.
Air Force One es el nombre que reciben los dos jets privados Boeing totalmente equipados y altamente personalizados que utiliza el presidente de Estados Unidos.
Cuando vuela con el Air Force One, el presidente Biden dispone de tres niveles de instalaciones a su alcance, incluidos un gran despacho y una sala de conferencias. También hay un espacio médico, completo con quirófano. Además, siempre hay un médico a bordo por si se produce cualquier tipo de emergencia.
En zonas separadas, pueden alojarse asesores o miembros de la prensa que viajen con el presidente, mientras que las cocinas para preparar comida del avión pueden alimentar cómodamente a 100 personas a la vez.
Aunque no hay duda de que volar en el Air Force One es preferible a los asientos económicos de los servicios comerciales, los pasajeros del Boeing 747-200B no se encontrarán con las comodidades de otros jets privados que hemos visto en este artículo. El elevado precio de los aviones Air Force One se debe, en realidad, al gasto de sus prestaciones de alta tecnología, que incluyen la capacidad de repostar en pleno vuelo y la protección contra impulsos electromagnéticos.
Los aviones Air Force One actuales datan de 1990. Su retirada está cerca después de que, en 2018, el entonces presidente Donald Trump llegara a un acuerdo con Boeing para adquirir dos nuevos aviones por $3.900 millones (unos 3.600 millones de euros). Aunque Trump esperaba que estuvieran listos ya en 2021, la fecha de entrega se ha retrasado al menos hasta 2027.
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